jueves, 30 de julio de 2020

milenka torrico / tres poemas













Any more

*

Hay una niña que no quiere más
Porque tiene a su mami

mami que a los tres intentó asfixiarla
mami que a los seis la acusó de hippie
mami que a los diez la pateaba en el suelo
mami que a los trece la echaba de casa
mami que a los quince la acusa de lesbiana

mami que la amenaza
        que la inculpa

mami que la apunta con un arma
         y la llama hija-de-puta.

~

Oscilación

*

Mi mamá no me ama

se sienta frente al televisor
para llorar por otros
para dolerse de otros

si la culpa la alcanza
me da dinero

si la furia la alcanza
me abofetea

si la ansiedad la alcanza
se enamora de mi padre

si la lucidez la alcanza
se arrastra por la casa
buscando un lugar para colgarse.

Mi mamá no me ama
yo amo la lucidez de mi mamá.

~

El jet set del 87

*

El jet set del 87 eleva la barbilla huyendo de lo vulgar, ni sus pupilas ni su voz tocan lo que no merece, se impacienta ante los ancianos, los down, los mendigos, los tontos, los que lloran, los que se besan.
El jet set del 87 conoce el dolor y sólo aprieta los dientes, no se duele de quien gime y se inclina,  amina sobre tacones blandiendo la punta de la nariz contra la violencia del viento aunque tenga los ojos quebrados.
El jet set del 87 se complace en la palabra no, en la palabra nunca, se goza en la sensación de vacío, no muere de hambre o de amor.
El jet set del 87 no tiene madre, no tiene muertos, no tiene hijos que lleven el primer nombre de su padre, no tiene hijas a quienes perfumar y peinar los cabellos.
Las del jet set del 87 son niñas que amaban las paredes, las tijeras, el espacio debajo la cama, son locas cortopunzantes, son hijas de puta siempre.
Las del jet set del 87 no tiemblan de frío o de miedo, no necesitan luz, dueñas de sí y del resto, se desbordan en el odio y saben de tortura y desaparición.
Las del jet set del 87 no tienen piernas para huir, brazos para asirse ni boca para gritar, ellas no temen, no caen, no piden auxilio. 
Las chicas del jet set mueren a los 40, sin cortes, sin moretones, sin proyectiles, víctimas de la asfixia de su propio ego.

Quiero escribirle a mi amigo
un poema hermoso y transparente
como un cuerpo de medusa

Mis amigos son medusas tendidas en la playa
sus pétalos ciegos y eléctricos
sus corazones mudos
se entregan a la fluorescencia imperdonable de otras estelas

amaron la miseria de la espuma
amaron la irracionalidad de la espuma

Mis amigos son medusas arrojadas a tierra
pidiendo garras
para trepar, para alcanzar la vía láctea
pidiendo amorosas lenguas
para beber tanta belleza

como animales absurdos
como animales furiosos

Mis amigos son medusas que han amanecido en la arena
sus cuerpos de flor incomprensible
se abren hacia siempre y siempre es un lugar
en el que habitan las estrellas del verano

les crecen ojos para mirar su muerte
les crecen ojos para que yo los cierre.

Nos alejamos, y el alma nos queda entenebrecida
y sola, como después de una fiesta.
ROBERTO ARLT

¿Cómo serán las noches sin los cuerpos de mis amigos?,
       pregunté.

Y la noche se arrastró como un niño manco
se arrastró la noche como un niño sin brazos
incapaz de atrapar los más bellos insectos.

¿Cómo serán las noches sin los cuerpos de mis amigos?,
       pregunté.
Yo hubiera querido, al menos, guardar sus ojos
guardar sus felices ojos de grillo, siempre ruidosos
bailando hasta el llanto en las esquinas de la noche.

¿Cómo serán las noches sin los cuerpos de mis amigos?,
       pregunté
Y escribí para ellos todas las palabras que empiezan con
       la letra amor
que empiezan como el más dorado y perfecto horror
porque la noche era, siempre y sólo, una idea loca.

¿Cómo serán las noches sin los cuerpos de mis amigos?,
       pregunté.
Y la noche empezaba con el sol
Y empezaba con el sol
Y sólo empezaba.

***
Milenka Torrico (Cochabamba, 1987)

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