domingo, 24 de agosto de 2025

m. amjenk / dos poemas















I. calle

                                            (tercer anillo interno)

en las calles gritan trece
me pierdo en los anillos
me acusan de eje
canto a los palomillos
se me cae el este
pierdo lo que pudimos
es lo que pude
guardalo donde hiere

                                            (tercer anillo externo)

corro a la horca
salto entre preludios
dormité bajo dioses
bajé la cabeza al destino
plegué palabras
para terminar entrelazada
con un idioma que maldigo
en el que rezo, resucito

                                            (décimo, creo, si recuerdo)

soy cruz y madera,
corto ramas, quemo praderas
escucho a los celtas
flor de furia que todos cuentan
imperio germánico
en tabernas neones
un Kaiser colgado
al lado del quemado fargo

                                            (segundo anillo)

farol, encontrame la mano
sosteneme en el columpio
columbrando lo pasado
vuelve, no lo dejemos
conjeturen el signo verde,
dejemos de lado los años
recht entfernt, weit von uns beiden

~

II. si tomás la derecha, por la calle Jupiter

pero no te matés
agarrá a tus noches, moretes que no dejan
dormir a tus sueños, futuro cojo
en el maletero de tus días
acordate del cementerio
en nuestra familia, la guerra
de esa cena que por vino
fue tomada; el hermano,
que dentro de la boca del diablo la
fe en muerte mantenga,
estamos cerca de encontrarnos
te perdés en los pasajes
de una ciudad donde cerraste
heridas, creás nuevas
en los hijos de tus escapes, idas
clandestinas, matanzas
de destino en la ruleta del adivino
le rezás a las palmeras y a la humedad
del invernadero del parque botánico,
que te traiga de vuelta
los anteayeres de balcones con
sol que besa espalda y
deja melodías al que raspa
mostrame el depa que por un millón ibas a
llamarlo casa, la terraza
donde plantas se enredan con
las batallas derramadas,
bruno aspirando para no
salir de la esperanza
y me acuerdo de mi padre,
y que fue tu hermano,
y que lo perdiste
cuando decidiste no matarlo, pero
esucho, lo veo
cerrá el jardín
para que tu madre no riegue los huecos
entre las hortensias, botá
el dinero para asegurar una caída
ilesa
pero no te matés,
mirá a esther, sus manos
quebradas por tanto fregar el piso
esperando
a que su hermano
vuelva
a a(r)mar

***
M. Anjenk (Sudamérica, 2007)
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