lunes, 16 de septiembre de 2024

gloria mendoza borda / inti, mar y tempestad










A Inti, hijo de una buena amiga.

Todo gira
y de pronto
un golpe de agua viva
cubrió los ojos de Inti

brisa marina
devora nuestra esperanza

en edad flor
la corriente sorprendió
cambió el rumbo de su camino

viento marino
lo tomó en sus brazos
lo levantó
se hizo un nudo en la garganta
de la plaza limeña

aguas grises
peces sorprendidos
cielo y tempestad
juntaron la inmensidad
en la pena
de mamá María Olinda
bucea Inti bucea

ola a ola
te buscaron
perdido entre las aguas vivas
papá Arturo palpa la arena
imaginando
salir tu imagen
junto a las algas

todas las pistas
eran inciertas
todos los caminos
sembrados de musgo
y a lo lejos
sólo la inmensidad del mar
nunca estuviste
tan cerca
de los dioses del mar
como ahora

danza de olas
no lo dejaron bucear
salid habitantes
de las aguas
Inti se perdió en el mar
Inti alumbró el mar
Inti se hizo Inti en el mar.

***
Gloria Mendoza Borda (Puno, 1948)

domingo, 15 de septiembre de 2024

forough farrokhzad / tres poemas









Pecado

*

He pecado y era un pecado lleno de placer
junto a un cuerpo tembloroso y desmayado
Dios, no sé qué he hecho
en aquel lugar privado, oscuro y silencioso

En aquel lugar privado, oscuro y silencioso
me fijé en sus ojos llenos de secretos
En mi pecho anhelante temblaba el corazón
por la pasión de sus ansiosos ojos

En aquel lugar privado, oscuro y silencioso
me senté junto a él desconcertada
sus labios vertieron en los míos el deseo
me libré de la tristeza del corazón desbocado

Murmuré en su oído la historia del amor
Te deseo, oh alma mía
Te deseo abrazo que das vida
a ti, mi loco amante

El deseo estalló en llamas en sus ojos
El vino tinto bailó en la copa
Mi cuerpo en el suave lecho
sobre su pecho tembló ebrio

He pecado y estaba llena de placer
en un abrazo suave y ardiente
He pecado entre unos brazos
cálidos, rencorosos y de hierro.

~

La rebelión

*

No me impongas el silencio
Tengo una historia que contar
Quítame esta cadena de los pies
Mi corazón se agita por una pasión

Ven, hombre, egoísta, ven
Abre las rejas de esta jaula
Me hiciste prisionera de por vida
Libérame para mi último vuelo

Soy ese pájaro
Que desde hace tiempo sueña con volar
Mi canto se hizo suspiro
En mi apesadumbrado corazón
Mis días huyeron en lamentos

No me impongas el silencio
Debo revelar mi secreto
Hacer oír a todo el mundo
El eco fulminante de mi poema

Ven a abrir la reja, para que vuele
Al cielo límpido de la poesía
Si me dejas volar
Seré una flor
En el jardín de la poesía

Mis labios se impregnan del azúcar de tu beso
Mi cuerpo retiene el olor de tu cuerpo

Mi mirada arroja sus chispas contenidas
Y mi corazón canta su dolor sangriento

Hombre egoísta
No digas:
Tu poesía es una vergüenza

El espacio de una jaula es estrecho
Para el alma tomada de pasión
No digas que mi poesía es sólo pecado

Dame el vino de este pecado y esta vergüenza
Y te dejaré el paraíso
Sus vírgenes y sus fuentes
Alójame en un rincón del infierno

Un libro, un lugar tranquilo, un poema, un silencio
Bastan para embriagarme de vida
No siento pena si el paraíso se me escapa
Otro paraíso también eterno habita mi corazón

Una noche en que la luna danzaba despacio
En mitad del cielo
Dormías y yo excitada en todos mis deseos
Tomé su cuerpo en mis manos

El viento del alba me daba mil besos
Y mil besos di al sol
Una noche en la prisión donde eras el guardián
Un beso hizo temblar mi existencia

Hombre, detén esta fábula del honor
La vergüenza me colmó de un placer delirante
El dios que me dotó de un corazón de poeta
Sabrá perdonarme

Ábreme la puerta
Para que me escape por el cielo limpio
Déjame volar
Y seré una flor en el jardín de la poesía

~

El viento nos llevará

*

En mi noche, tan breve, ¡ay!
El viento está a punto de encontrar las hojas.
Mi noche tan breve está llena de devastadora angustia
¡Escucha! ¿Oyes los susurros de las sombras?
Esta infelicidad que siento ajena a mí
Estoy acostumbrada a la desesperación
¡Escucha! ¿Oyes los susurros de las sombras?
Allí, en la noche, algo está ocurriendo.
La luna está roja e inquieta.
Y, agarrada a este tejado,
podría derrumbarse en cualquier momento.
Las nubes, como una multitud de mujeres de luto,
esperan el nacimiento de la lluvia.
Un segundo, y luego nada.
A través de esta ventana,
la noche tiembla
y la tierra deja de girar.
A través de esta ventana, un extraño se preocupa por
mí y por ti.
Tú, en nuestro césped,
pon tus manos –aquellos abrasadores recuerdos–
en mis tiernas manos
y pon tus labios, llenos de calor vital
en contacto con mis tiernos labios.
¡El viento nos llevará!
¡El viento nos llevará!

***
Forough Farrokhzad (Teherán, 1934-Bagheri Kamasaei, 1967)
Versiones de Nazanin Armanian

sábado, 14 de septiembre de 2024

rodrigo landau / tres poemas











estaba cerca

agarrado del oído por
sus ojos blancos
adentro
mi olor
 
a único testigo
 
fue el instante
 
lo que ahora es la imagen
de un cuarto cálido
y oscuro
 
cobija desnuda
pómulos
 
el ángulo obtenido
 
la garita en un poco de
suelo
 
morder
la punta líquida
 
sin miedo
 
en la nitidez
de la noche
interesan las nubes
 
como importan
de lejos
los hechos del oriente
 
o una hoja seca
 
movida por el viento
 
de la tarde
la sombra exacta
 
sobre las puertas abatibles
el reflejo en la luz
 
de las plantas al otro
día
el silencio cardenal
del último
racimo
 
            después de la cena
   
~

(…)

desaparecer
del mapa
 
y aparecer
 
        en una fotografía
 
        distraído por la sierra
        en el amor del olvido
 
        pensar en la guerra
 
        mareado
        por los golpes
        y la recia
        certidumbre
 
        de las muñecas
 
        tatuadas
        por la gracia
        de los preciosos
 
        la fianza del padre
        sobre el hijo que hizo
 
        lo que quiso
 
        con sus manos
        menos
        lavárselas
        menos
        negras
        manos
        en la sombra
 
        talón desnudo
        fracturado
 
        del sentido
        en la tierra
        levantada
 
~

(…)

        quién vive
        alumbrado por
        mágica
        linterna
        con una mano
        expresionista
        sobre el muro
        y otra
        por detrás
        tapando el rabo
        del pródigo
        hijo
        de
        la
 
        mayordomía
 
        algo nunca
        vivido
 
        sin fuentes ni
        servicios sin
        pagar ni
        uno
        mismo su
        propia noche
        en el pedernal
 
        acampando
        días sucedidos
        en
        otra época a
        quien no
        conocías
        decir
        es
        la ampliación del placer
 
        y el dolor de astillar
 
        en pocos años
        una cantidad inmanejable
        de calles nuevas
        incorporadas
        al sistema del recuerdo

***
Rodrigo Landau (Santiago de Chile, 1976) Patio interior. 2020.

viernes, 13 de septiembre de 2024

carmen yáñez / libro de cuentos













Mi pequeño
    tiene:
        Un sol
        una canoa amarrada,
        un cielo que llueve,
        un pez de escamas doradas,
        un caballo, un ciempiés,
        un canto que aguarda la media luna,
        una extendida llanura abierta y clara,
        un fantástico corcel de trote alegre,
        un viajero en un barco de papel y
        un sueño a la vera de los rieles
No tiene patria.
    tiene:
        luna que va sonriendo por los montes
        hierba blanda, rubia miel
        tibia leche, mi amor,
        nuestro sustento
No tiene
la copa de un árbol que lo acoja
ni el murmullo de un jardín que lo incorpore.

***
Carmen Yáñez (Santiago de Chile, 1952)

jueves, 12 de septiembre de 2024

armando uribe arce / crisis de la vida política













Henos aquí, en la ratonera
del país que es un gato arestiniento
a la espera de vernos
acercarnos el queso y roerle la cáscara
para el zarpazo darnos en el cuello
y en seguida comernos, y al osario.

Estamos no pertenecemos
al país donde estamos ¡ésta no es norteamérica!
y sin embargo hay edificios tal como en las postales
de después de la crisis de wall street
(se pronuncia guolstrit), éste es el caso:
se produjo la quiebra de todo el golpe universal
de estado, estamos entre los escombros
que quedaron, las féminas con cintas de colores
se pasean con tacos aguja sus abuelas con palillos
tejen cartílagos y sus amantes de camisa con rayas
ya no usan pantalones y lucen espinillas atractivas
y los sexos se creen carismáticos.

La dictadura
no fue un error, tiene apellidos
como colas de rata o lagartija,
y su elenco de honor para asesinos
los regocija todavía, y dura
indefinidamente; no fue un malentendido
sino la voluntad de pasar una lija
de hierro por encima de los niños.

El siniestro, el grotesco, el que conjuga
palabras al revés, y convierte a los hombres
en mujercitas asustadas de las sombras
de la noche, en siluetas recortadas
con tijeras negruzcas homicidas,
y a las mujeres en mujer con barba,
ésa no muere. Mueren los poetas, los artistas
y los adolescentes; posan
para su pésima posteridad los torpes
ridículos y sórdidos malvados con su murga.

Viejas atrocidades: novedosas
ex abominaciones: las componen:
latigazos del muslo al coxis: bandas
de acero al rojo blanco en los tobillos:
tatuajes de idiogramas en los senos:
sean de hombre o mujer: así se hicieron
las fortunas que hoy sirven a los hijos
de los torturadores y a las santas
madres para las lápidas que ponen
sobre sus tumbas repletas de cosas.

Este país que ya no existe
necesita las voces más que nunca
quejosas de sus hijos los mejores
bien enterrados bajo mala historia
los cuales se alzan y en sus magros codos
de hueso astillas de ceniza gritan
el país ya no es mío se ha acabado.

Me regalaron una máscara
negra de seda negra con los flecos 
negros también. Nunca la usé.
Se pudrió en un cajón.
Conmigo, como condecoración
de lo que fui: antifaz; ¿y usted?,
que me oye tan atento mientras masca
un hueso mío, ciérrese el marruecos.

"Me fastidia el país en el que me han hecho
nacer, y en el que muero día a día.
En él, cuando vivía, en él moría
deshecho, en el país de los desechos".

***
Armando Uribe Arce (Santiago de Chile, 1933-2020)

miércoles, 11 de septiembre de 2024

alfonso alcalde / golpe décimo segundo










El mar subió en un 450%,
el dolor en un 783%,
la ira en un 1.234%,
el terror también subió otro 897%.

Las lágrimas están por las nubes.
El odio aumentó en un 4.500%,
los ataúdes en un 367%,
las palas para cavar las tumbas en un 698%,
la tierra para enterrar a los muertos, 995%,
la vida aumentó en un 2,345%
y la muerte un 5.678%.

***
Alfonso Alcalde (Punta Arenas, 1921-Coliumo, 1992) 

martes, 10 de septiembre de 2024

j. r. r. tolkien / mitopoeia










Miras los árboles y los denominas así,
(los árboles, “árboles” son, el “crecimiento” debe ocurrir);
recorres la tierra y hollas con paso solemne
uno de los muchos globos menores del Orbe:
una estrella es una estrella, una esfera de materia
obligada a seguir matemáticas sendas
entre lo reglamentado, frío e Inerte,
donde a cada rato átomos predestinados mueren

Por mandato de una Voluntad que reverenciamos
(como debemos), pero que apenas comprendemos,
grandes procesos ocurren, mientras el Tiempo se desenvuelve
desde oscuros principios hasta metas inciertas;
y como en una página sobrescrita sin guía
con letras y pinturas de variados matices,
innumerable multitud de formas aparece
ora torvas, ora delicadas, bellas o raras,
extrañas entre sí, excepto las relacionadas
con un remoto Origen, mosquito, hombre, piedra y sol.
Dios hizo las rocas pétreas, las plantas arbóreas,
la tierra telúrica y estelares los astros,
y estos hombrezuelos, criaturas que andan por el terreno
y cuyos nervios el toque de luz y sonido estremecen.
Los movimientos del mar, el viento en las ramas,
la hierba verde, la enorme y lenta singularidad de las vacas,
truenos y relámpagos, pájaros que giran y gritan,
fango que repta desde el cieno para vivir y morir,
cada cual se registra debidamente y se graba
en los pliegues cerebrales con fuerza distinta.
Mas los árboles no son “árboles” hasta que se los nombra y contempla,
y nunca se los designó así hasta que hubo aquellos
que desplegaron el intrincado aliento del lenguaje,
débil eco y borrosa imagen del mundo,
mas ningún archivo ni fotografía,
siendo vaticinio, juicio y risa,
la respuesta de aquellos que se conmueven
por hondos movimientos apremiantes emparentados
con la vida y muerte de árboles, bestias y estrellas :
voluntarios cautivos que socavan umbríos barrotes,
ahondando en lo ya conocido por experiencia
y separando el genio del espíritu del sentido.
Lentamente obtuvieron de sí mismos grandes poderes
y retrospectivamente contemplaron a los elfos
que trabajaban en las sutiles forjas de la mente,
y luz y oscuridad entretejían en telares secretos.

No ve ninguna estrella quien no las ve ante todo
hechas de plata viva que estalla de pronto
en llamas, como flores en lo más hondo de un antigua canción,
cuyo eco musical desde hace mucho
persigue. No hay firmamento,
únicamente un vacío, sino una tienda enjoyada
entretejida de mitos y adornada por elfos; y no hay tierra,
sino la matriz de donde todo nace.
El corazón humano no está hecho de mentiras,
sino que obtiene sabiduría del único que es Sabio,
y al que todavía invoca. Aunque ahora hace ya tiempo exiliado
el hombre no está completamente perdido ni del todo ha cambiado.
Puede que lo acose la desgracia, pero no ha sido destronado aún,
y lleva los harapos del señorío que poseyó,
su dominio del mundo por acto creativo:
no es suyo adorar al gran Artefacto,
hombre, sub-creador, la luz refractada
a través de quien se astilla un único Blanco
en numerosos tintes que se combinan sin fin
en formas vivientes que van de mente en mente.
Aunque llenásemos todas las grietas del mundo
con elfos y duendes, aunque nos atreviésemos a construir
dioses y sus templos de oscuridad y luz,
y sembráramos semillas de dragones, sería nuestro derecho
(usado bien o mal). El derecho no ha decaído.
Creamos todavía por la ley con la que fuimos hechos.

¡Sí! ¡Hilamos “sueños-que-cumplen-los-deseos” para engañar
a nuestros tímidos corazones y a los Hechos fieros derrotar!
¿De dónde viene el ansia y el poder de soñar,
o considerar algo ora hermoso o feo?
No todos los anhelos son ociosos ni en vano
ideamos realizaciones – el dolor es dolor,
no se lo quiere de suyo, acaece en adversidad;
o aún para contrarrestar o someter la voluntad
con igual disfortuna; y sólo esto del Mal
es terriblemente cierto : hay Mal.

Benditos sean los ánimos asustadizos que el mal odia,
que se acobardan a su sombra, y sin embargo la puerta cierran;
que no buscan parlamentar, y en un protegido aposento,
aunque pequeño y desnudo, en un torpe telar
tejen gasas doradas para el día lejano
que se espera confiadamente aún bajo el imperio de la Sombra.
Benditos sean los hombres de la raza de Noé que construyeron
sus pequeñas arcas, que aunque frágiles y escasamente ocupadas;
con vientos contrarios navegan hacia un espectro,
el rumor de un puerto que la fe adivina.

Benditos sean los hacedores de leyendas con sus rimas
sobre cosas que no se hallan en el registro del tiempo.
No son ellos quienes han olvidado la Noche,
o nos han mandado que huyamos hacia la delicia organizada,
en islas-loto de bendición económica,
almas que perjuran para ganar un beso de Circe
(y la impostura de ello, la espuria seducción,
hecha a máquina del dos veces seducido).
Lejos vieron tales islas, y aún más preciosas,
y aquellos que oyen de ellas todavía, debieran tener cuidado.
Han visto la Muerte y la derrota última,
y sin embargo no retrocederán desesperados,
pues a menudo la lira a la victoria han vuelto
e inflamado corazones con el legendario fuego
iluminando el Ahora y los oscuros días que Han Sido
con luz de soles que ningún hombre todavía ha visto.

Ojalá pudiera cantar con los trovadores
y agitar lo inadvertido con una cuerda palpitante.
Ojalá estuviera con los marineros del mar profundo,
que sus esbeltas tablas cortan en escarpadas montañas
y viajar en una misión vaga y errante,
pues muchos han ido más allá del Oeste fabuloso.
Ojalá me dijeran junto a los sitiados locos,
que mantienen una fortaleza interna donde su oro,
impuro y escaso, todavía traen con fidelidad
para acuñar la borrosa imagen de un rey distante,
o que tejen en estandartes fantásticos los resplandecientes
emblemas heráldicos de un señor invisible.

No marcharé con vuestros monos progresistas,
erecto y docto. Ante ellos se abre
el abismo oscuro adonde su progreso tiende,
si por misericordia de Dios el adelanto alguna vez acaba,
y no cesa de dar vueltas a los mismos
cursos estériles cambiándoles de nombre.
No probaré su camino polvoriento y el mandato,
indicando esto y aquello por esto y aquello,
Vuestro mundo inmutable donde no participa
el pequeño hacedor del arte del Creador.
No me inclinaré sin embargo delante de la Corona de Hierro,
ni dejaré caer mi propio y dorado, pequeño cetro.

Quizá en el Paraíso el ojo se extravíe
al contemplar el Día imperecedero
para ver el día iluminado, y renovar
de la verdad reflejada la imagen de la Verdad.
Entonces mirando la Tierra Bendecida se verá
que todo es como es, y sin embargo libre:
la Salvación no cambia, ni siquiera destruye
al jardín ni al jardinero, ni a los niños y sus juguetes.
No se verá el Mal, pues no hay mal
en las imágenes de Dios sino en los ojos malévolos,
no en la fuente sino en la elección maliciosa,
y no en el sonido sino en la voz desentonada.
En el Edén ya no parecen fuera de lugar;
y aunque hacen cosas nuevas, no construyen fraudes.
Seguro que todavía lo harán, pues no están muertos
y habrá llamas en las cabezas de los poetas,
y arpas donde precisos caerán sus dedos:
allí cada uno elegirá para siempre del Todo.

***
J. R. R. Tolkien (Bloemfontein, 1892-Bournemouth, 1973)
Versión de Rubi Brandigamo

/

Mythopoeia

*

To one [C.S. Lewis] who said that myths were lies and therefore worthless, even though ‘breathed through silver’.

Philomythus to Misomythus

You look at trees and label them just so,
(for trees are ‘trees’, and growing is ‘to grow’);
you walk the earth and tread with solemn pace
one of the many minor globes of Space:
a star’s a star, some matter in a ball
compelled to courses mathematical
amid the regimented, cold, inane,
where destined atoms are each moment slain.

At bidding of a Will, to which we bend
(and must), but only dimly apprehend,
great processes march on, as Time unrolls
from dark beginnings to uncertain goals;
and as on page o’er-written without clue,
with script and limning packed of various hue,
an endless multitude of forms appear,
some grim, some frail, some beautiful, some queer,
each alien, except as kin from one
remote Origo, gnat, man, stone, and sun.
God made the petreous rocks, the arboreal trees,
tellurian earth, and stellar stars, and these
homuncular men, who walk upon the ground
with nerves that tingle touched by light and sound.
The movements of the sea, the wind in boughs,
green grass, the large slow oddity of cows,
thunder and lightning, birds that wheel and cry,
slime crawling up from mud to live and die,
these each are duly registered and print
the brain’s contortions with a separate dint.
Yet trees are not ‘trees’, until so named and seen
and never were so named, till those had been
who speech’s involuted breath unfurled,
faint echo and dim picture of the world,
but neither record nor a photograph,
being divination, judgement, and a laugh
response of those that felt astir within
by deep monition movements that were kin
to life and death of trees, of beasts, of stars:
free captives undermining shadowy bars,
digging the foreknown from experience
and panning the vein of spirit out of sense.
Great powers they slowly brought out of themselves
and looking backward they beheld the elves
that wrought on cunning forges in the mind,
and light and dark on secret looms entwined.

He sees no stars who does not see them first
of living silver made that sudden burst
to flame like flowers bencath an ancient song,
whose very echo after-music long
has since pursued. There is no firmament,
only a void, unless a jewelled tent
myth-woven and elf-pattemed; and no earth,
unless the mother’s womb whence all have birth.
The heart of Man is not compound of lies,
but draws some wisdom from the only Wise,
and still recalls him. Though now long estranged,
Man is not wholly lost nor wholly changed.
Dis-graced he may be, yet is not dethroned,
and keeps the rags of lordship once he owned,
his world-dominion by creative act:
not his to worship the great Artefact,
Man, Sub-creator, the refracted light
through whom is splintered from a single White
to many hues, and endlessly combined
in living shapes that move from mind to mind.
Though all the crannies of the world we filled
with Elves and Goblins, though we dared to build
Gods and their houses out of dark and light,
and sowed the seed of dragons, ’twas our right
(used or misused). The right has not decayed.
We make still by the law in which we’re made.

Yes! ‘wish-fulfilment dreams’ we spin to cheat
our timid hearts and ugly Fact defeat!
Whence came the wish, and whence the power to dream,
or some things fair and others ugly deem?
All wishes are not idle, nor in vain
fulfilment we devise — for pain is pain,
not for itself to be desired, but ill;
or else to strive or to subdue the will
alike were graceless; and of Evil this
alone is deadly certain: Evil is.

Blessed are the timid hearts that evil hate
that quail in its shadow, and yet shut the gate;
that seek no parley, and in guarded room,
though small and bate, upon a clumsy loom
weave tissues gilded by the far-off day
hoped and believed in under Shadow’s sway.

Blessed are the men of Noah’s race that build
their little arks, though frail and poorly filled,
and steer through winds contrary towards a wraith,
a rumour of a harbour guessed by faith.

Blessed are the legend-makers with their rhyme
of things not found within recorded time.
It is not they that have forgot the Night,
or bid us flee to organized delight,
in lotus-isles of economic bliss
forswearing souls to gain a Circe-kiss
(and counterfeit at that, machine-produced,
bogus seduction of the twice-seduced).
Such isles they saw afar, and ones more fair,
and those that hear them yet may yet beware.
They have seen Death and ultimate defeat,
and yet they would not in despair retreat,
but oft to victory have tuned the lyre
and kindled hearts with legendary fire,
illuminating Now and dark Hath-been
with light of suns as yet by no man seen.

I would that I might with the minstrels sing
and stir the unseen with a throbbing string.
I would be with the mariners of the deep
that cut their slender planks on mountains steep
and voyage upon a vague and wandering quest,
for some have passed beyond the fabled West.
I would with the beleaguered fools be told,
that keep an inner fastness where their gold,
impure and scanty, yet they loyally bring
to mint in image blurred of distant king,
or in fantastic banners weave the sheen
heraldic emblems of a lord unseen.

I will not walk with your progressive apes,
erect and sapient. Before them gapes
the dark abyss to which their progress tends
if by God’s mercy progress ever ends,
and does not ceaselessly revolve the same
unfruitful course with changing of a name.
I will not treat your dusty path and flat,
denoting this and that by this and that,
your world immutable wherein no part
the little maker has with maker’s art.
I bow not yet before the Iron Crown,
nor cast my own small golden sceptre down.

In Paradise perchance the eye may stray
from gazing upon everlasting Day
to see the day illumined, and renew
from mirrored truth the likeness of the True.
Then looking on the Blessed Land ’twill see
that all is as it is, and yet made free:
Salvation changes not, nor yet destroys,
garden nor gardener, children nor their toys.
Evil it will not see, for evil lies
not in God’s picture but in crooked eyes,
not in the source but in malicious choice,
and not in sound but in the tuneless voice.
In Paradise they look no more awry;
and though they make anew, they make no lie.
Be sure they still will make, not being dead,
and poets shall have flames upon their head,
and harps whereon their faultless fingers fall:
there each shall choose for ever from the All.

lunes, 9 de septiembre de 2024

luigi pirandello / yo soy así











Cuando ya no puedes tener un ideal
porque mirar la vida parece un gran show de marionetas,
desconectada, sin explicación nunca;
cuando ya no tienes un sentimiento,
porque has logrado no apreciar,
dejar de preocuparte por los hombres y las cosas,
y te falta por tanto el hábito, que no encuentras,
y la ocupación, que desdeñas
- en una palabra, vivirás sin vida,
pensarás sin pensamiento,
sentirás sin corazón -
entonces no sabrás qué hacer:
serás un vagabundo sin hogar,
un pájaro sin nido.
Yo soy así.

***
Luigi Pirandello (Agrigento, 1887-Roma, 1936)
Versión de Nicolás López-Pérez

/

Io sono così

*

Quando tu riesci a non aver più un ideale,
perché osservando la vita sembra un enorme pupazzata,
senza nesso, senza spiegazione mai;
quando tu non hai più un sentimento,
perché sei riuscito a non stimare,
a non curare più gli uomini e le cose,
e ti manca perciò l’abitudine, che non trovi,
e l’occupazione, che sdegni
– quando tu, in una parola, vivrai senza la vita,
penserai senza un pensiero,
sentirai senza cuore –
allora tu non saprai che fare:
sarai un viandante senza casa,
un uccello senza nido.
Io sono così.

domingo, 8 de septiembre de 2024

juan espinoza ale / cuatro poemas













Sala de espera

*

Los enfermos para siempre
sueñan fiebres color ocre
deudas que se expanden silenciosas
como tumores en mitad de la familia.

Los enfermos para siempre
hojean revistas de un lejano paraíso
ven la tele o simplemente el muro
por no cruzar los ojos con espectros
ni infectar aquellos sueños que no les pertenecen.

Los enfermos para siempre no se miran
porque saben
pero fingen no saber
que las formas en el muro están vacías
como en las revistas y en la tele
porque entienden
aunque finjan no entender
que con un infierno
es más que suficiente.

~

UCI

*

No hay noticias buenas
desde la frontera con los muertos.

La vida sigue
durando
unos cuantos rasguños en la arena.

Sigue ahí la orilla oscura
la tibieza que te arroba
cuando decides partir.

Y aún está esa trampa
esa clase de elección nada de fácil
cuando vivir es respirar por la ingle
hablar por las manos orinar por la barriga
sumirte en la desesperación
de no ser del todo un ser humano
conectado a mil agujas
que te apuñalan el aliento.

No hay noticias buenas
nada más puedo decir.

~

Derechos humanos

*

No es sagrado el pollo
que alguien desplumó para tu mesa
ni es sagrada la vaca o el cordero
que en este momento engrasa tu parrilla
no es sagrado el cordón entre el ternero
y su madre dando leche hasta morir
porque su vida no es sagrada y porque un hombre
y una mujer desean beber leche
no es sagrada la colmena
que endulza tu conciencia ni es sagrado el árbol
en que te sientas a contar las proteínas del maíz
ya no es tan sagrado
y ya casi ni es maíz
fermentando para cerdos
que alguien poco santo va a colgar
y a desangrar para que no sientas el ardor
que dan los glóbulos corriendo por tu lengua.

~

Trabajo voluntario

*

Odiar es un trabajo duro
requiere aplicación y consistencia
hay que despertar temprano
fruncir el ceño ya frente al reloj
comer un pan amargo corriendo hacia los túneles
contemplar la oscuridad como luciérnaga
apretando los dientes en una multitud
de hijos de perra mentirosos y haraganes
la vida debe entrar en ascensores
con la misma languidez que un circo abandonado
mientras la pasión se queda entre las sábanas
o quizás se va extinguiendo
como notas musicales en un cráneo adolorido
odiar es un trabajo duro y mal pagado
y olvidar
preferirías no saberlo.

***
Juan Espinoza Ale (Los Ángeles, 1977)

sábado, 7 de septiembre de 2024

liliana heer / dime lector













cómo has hecho para ahuyentar los buitres
no es la primera vez que una pesadilla
hace añicos el espejo

cuerpo desprovisto de epidermis
preludio de mayores desgracias
ruega por nosotros

lo abyecto se desvanece en un recipiente de vidrio
pasta pegajosa
de consistencia firme
unir con hilo de caucho cada pieza
así el trofeo adquiere densidad comestible

qué lejos estamos del audaz romanticismo
oh mundo necio
sombras
sensaciones
imágenes que se creían muertas
y aparecen
entre la nube de humo que sigue a una explosión

el cerebro
ese instrumento que alguien olvidó detener
tiene la ligereza de las corrientes de aire
engaña para ser soportado sin asombro

un pudor añejo envuelve las primeras lágrimas
buscar falsos atractivos
los hombros hacia delante
el aliento
un soplo
la mirada por encima del periné
una caja de metal refleja
dedos
dóciles al temblor
ni prietos
ni distantes
un agujero por vez
siempre hay una página siguiente
ya habrá tiempo de recomponer el voto
por la última agonía

***
Liliana Heer (Esperanza, 1943)

viernes, 6 de septiembre de 2024

antónio franco alexandre / aniversario









1
Sálvame ahora, no de esta muerte o de otra
sino de ir viviendo así seguramente
sin música ni arte, y con el amigo ausente.
En la oscuridad aún me levanté y vi
la antigua madrugada que nacía
leve y primera con la luz suave.
¿Y quién me oía, sino los muertos mansos
y generosos bajo la losa fría?
Es cierto que soñé que me dejabas
amar y ser amado, como quien
sin mérito ni rostro me hiciste;
pero era como cantor que me mandabas
a las puertas de la ciudad para ver arder el día.

2
Vas a ser un serio hombre, o mujer, conforme el estigma.
Doctor, filósofo ciertamente en hora incierta, y artista
cuando la espuma es más ríspida en los muslos
y más fría la lámina sombría. Y un día,
habiendo olvidado ya el color de mi piel
enteramente en cenizas, y la figura de cuerpo que hacía,
una palabra vaga o mero eco
te recordará un no sé qué, un casi,

inverosímil cosa que quedó
dentro de ti, en ese agujero abierto.
Tenía, tal vez, el universo, otro universo
más arcaico lugar desde donde se veía
el naufragio de los astros, y en el centro
brillaba, extrañamente, un sordo objeto
poco real para tu gusto.
Ya de vacaciones en las islas, no obstante, el mar se muestra
demasiado seco. Conchas vacías cortan
la lisa superficie. ¡Eres tan feliz, con el ojo cerrado, absorto
en quince días de áfrica perfecta! y los hijos sueltan
gritos azules, a la dura luz de las olas;
peces centellean, a tu boca acostumbrados;
y crecen puentes, autovías, neón
en sinuosas curvas ascendentes.
Ahí se quedó, durante días, el cadáver. Cuánto tarda
el mensaje final del presidente! y florituras, ramos,
coronas tricolores, todo me aleja
en una caja de pino barnizado.
No verás nunca las lágrimas, la risa.
Sabrás que te escribo desde más allá de la tierra
o desde un lugar divino sobre las nubes;
era en el tiempo en que los animales hablaban
pero no era verdad lo que decían.
Soy mucho más bello así, con el cuerpo en fuego;

está tan iluminado, el tal Cocito;
que ya me sorprende no haber pensado antes
en retirarme aquí la vida entera.
Y es bien interesante, este detalle
ornamental... conjetural, no obstante...
guardaban los aperos y las armas, ¿has visto?,
en la misma estantería; y los cristales.
Cuando se dice una manzana, o una pelota de trapo,
también se podría decir, una cabeza de niño,
en ciertas circunstancias.
No tiene límites la crueldad humana.
Tampoco el azar ayuda, las agotadoras
expediciones a la muralla perpetua,
la columna dórica, e incluso ese río renacentista
continuamente habitado por jóvenes cuerpos desnudos.
Su nombre era

3
Te quiero como se quiere al sol, y sería bueno
quedarse al sol todo el día, pero quema.
Muchos otros se echan al sol, toda especie de cuerpos,
no tienes tamaño para tanta gente.
Un día se abrirá la puerta dorada,
vamos a caber, uno a uno.
Me vas a escoger especialmente, como a todos los demás.

Puedes tener manos. Podrías incluso, alguna vez, tener labios,
decir algo en una lengua, en una lengua cualquiera.
Naturalmente, la imaginación poética es sólo devaneo,
tintinear de cubiertos sin nada que comer,
un aire tan ligero, ¿para qué sirve respirarlo?
Para olvidar, escribo una larga novela verdadera
y pícara; ¡todo en ella es real!, las personas duermen
y se despiertan y duermen, y joden en los descansos;
se devoran animales; pero lo mejor son los diálogos.
Entre existir y no existir mejor no existir,
es más entero, deja menos dudas dentro del cráneo,
al lado de los huesos normales. Entre mujer y hombre
lo mejor es no tener posibilidad de escoger,
ponerse falda-chaqueta o traje completo,
usar incluso, en días festivos, tus pieles virtuales.
[...]

***
António Franco Alexandre (Viseo, 1944)
Versión de Raquel Madrigal Martínez
Fotografía de Mafalda Gomes

/

Aniversário

*

1
Salva-me agora, não desta morte ou de outra
mas de ir vivendo assim seguramente
sem música nem arte, e com o amigo ausente.
No escuro ainda levantei-me e vi
a antiga madrugada que nascia
leve e primeira com a luz macia.
E quem me ouvia, se não os mortos mansos
e generosos sob a lousa fria?
É certo que sonhei que me deixavas
amar e ser amado, como quem
sem mérito nem rosto me fizeste;
mas era de cantor que me mandavas
às portas da cidade ver arder o dia.

2
Vais ser um sério homem, ou mulher, conforme o estigma.
Doutor, filósofo decerto em hora incerta, e artista
quando a espuma é mais ríspida nas coxas
e mais fria a lâmina sombria. E um dia,
tendo esquecido já a cor da minha pele
inteiramente em cinzas, e a figura de corpo que fazia,
uma palavra vaga ou mero eco

te lembrará um não sei quê, um quase,
inverosímil coisa que ficou
dentro de ti, nesse buraco aberto.
Tinha, talvez, o universo, um outro
mais arcaico lugar de onde se via
o naufrágio dos astros, e no centro
brilhava, de invulgar, um surdo objecto
pouco real para o teu gosto.
Já de férias nas ilhas, contudo, o mar se mostra
seco em demasia. Conchas vazias cortam
a lisa superfície. És tão feliz, de olho fechado, absorto
em quinze dias de áfrica perfeita! e os filhos soltam
gritos azuis, à dura luz das ondas;
peixes cintilam, à tua boca afeitos;
e crescem pontes, autoestradas, néon
em sinuosas curvas ascendentes.
Aí ficou, por dias, o cadáver. Quanto demora
a mensagem final do presidente! e folhos, ramos,
coroas tricolores, tudo me afasta
numa caixa de pinho envernizado.
Não verás nunca as lágrimas, o riso.
Saberás que te escrevo de além-terra
ou de um sítio divino sobre as nuvens;
era no tempo em que os animais falavam
mas não era verdade o que diziam.

Sou tão mais belo assim, de corpo em fogo;
está tão iluminado, o tal Cocito;
que já me espanta não ter antes pensado
em retirar-me aqui a vida inteira.
E é bem interessante, este detalhe
ornamental... conjectural, contudo...
guardavam as alfaias e as armas, viste?,
na mesma prateleira; e os cristais.
Quando se diz uma maçã, ou uma bola de trapos,
também se poderia dizer, uma cabeça de criança,
em certas circunstâncias.
Não tem limites a crueldade humana.
Também o acaso não ajuda, as cansativas
expedições à muralha perpétua,
a coluna dórica, e mesmo esse rio renascentista
continuamente habitado por jovens corpos nus.
O seu nome era

3
Gosto de ti como se gosta do sol, e era bom
ficar ao sol todo o dia, mas queima.
Muitos outros se deitam ao sol, toda a espécie de corpos,
não tens tamanho para tanta gente.
Um dia vai-se abrir a porta doirada,
vamos caber, um a um.

Vais-me escolher especialmente, como todos os outros.
Podes ter mãos. Podias até, alguma vez, ter lábios,
dizer alguma coisa em língua, numa língua qualquer.
Naturalmente, a imaginação poética é só devaneio,
tilintar de talheres sem nada para comer,
um ar tão leve, para que serve respirar?
Para esquecer, escrevo um longo romance verdadeiro
e pícaro; tudo nele é real!, as pessoas dormem
e acordam e dormem, e fodem nos intervalos;
devoram-se animais; mas o melhor são os diálogos.
Entre existires e não existires antes não existires,
é mais inteiro, deixa menos dúvidas dentro do crânio,
ao lado dos ossos normais. Entre mulher e homem
o melhor é não teres mesmo por onde escolher,
vestir saia-casaco ou fato completo,
usar até, em dias de festa, as tuas peles virtuais.
[...]

jueves, 5 de septiembre de 2024

martín gambarotta / no es que quieran










No es que quieran que dejes de rotar en una silla giratoria a una velocidad
distinta que el mundo distante, no presentan objeciones a que te sientas
en una órbita original al girar sobre un eje propio, ni que después abras
pensativo una lata cilíndrica de paté haciéndola rotar en tu mano, ellos
también a veces hacen girar sus globos terráqueos y los detienen con el índice
para elucubrar un rato acerca de la región que señalaron al azar
no tienen problema alguno con tu murmurante desiderata sobre
si lo que gira es la lata de paté o el abrelatas, sobre el pequeño disco dentado
que se desprende del resto de esa lata cuando abierta, no quieren ver
tus planes a la hora de otra primavera adjetivada, ni tienen especial interés
en plantarte un dispositivo de rastreo satelital para seguir tus pasos
por ramblas de balnearios atlánticos donde supo haber
videobares, disquerías, locutorios, ni ubican
a esos automóviles contratados por los motores de búsqueda que salen con cámaras
de trescientos sesenta grados en el techo a fotografiarlo todo, no quieren saber
las canciones que almacena tu pequeño reproductor de acero cromado y plástico
blanco, no están necesariamente al tanto del diagnóstico que dice que lo anómalo
no es estar desconectado de la realidad sino, a un nivel macro, estar demasiado
conectado, ni esperan que se entienda por realidad un lanchón de asalto adentrándo
lentamente en una mesopotamia, que se entienda por realidad camelias
sobreexcitadas por el viento, por realidad a un grupo de hijos etíopes haciendo
que esperan un micro en una circunvalación específica habiendo perdido toda noció
de especificidad, con sus parkas estropeadas, pasándose un cigarro, clavándose
en la yema de los dedos los dientes de la tapita redonda de una botella recién
abierta, no ponen en duda la frágil camaradería nocturna que tejieron hace un rato
comiendo corazones de pollo ensartados en palillos de madera, no contextualizan
ese manifiesto, no teorizan sobre el entumecimiento, no leen todo lo que dice
el vicepresidente de Bolivia, no sintetizan la tenacidad, no acampan a las puertas
de abisinia, ni azuzan leopardos semidomesticados con el tamborileo de
sus panderetas, no queman tabloides, no se duermen con las manos entrelazadas
sobre el pecho mirando propaganda, ni les preocupa que ahora te pasees
con dulce parsimonia, la almohada todavía marcada en la cara, arrastrando los talones
por los pasillos de un supermercado buscando una marca específica de sopa
de fideos instantánea japonesa, y tampoco es que quieran evitar
que prepares, el temperamento hecho un témpano, esa sopa antes de ponerte
a leer un manual para perfeccionar maniobras de evasión, lo que sea
no, no, no, nada de eso, no
simplemente quieren que te mueras.

***
Martín Gambarotta (Buenos Aires, 1968)

miércoles, 4 de septiembre de 2024

valeria sandi / raíz de cenizas










De tus pulmones

no estallarán

los primeros gritos

de albedrío

no habrá matrona

que contenga este pulso

susurrando

¡Es mujer!

 

No llegarás a mi regazo

como el fruto

…….de nuestros países

del rojo en común

no bordaremos

una bandera nueva

para tu abrigo.

 

La ira de la menstruación

me abrirá los meses

con cada dolor

……………………..sonarán las campanas

caerá mi fertilidad.

 

Contaré

desde el patio

las aves colgadas

por cada cuento

que no llegó

a tus oídos.

 

No existirán domingos

para llevarte

…………..a descubrir colores

en los títeres del tío Juan.

 

No te soplaré

las pesadillas

ni te obligaré a comer

las lentejas

de la abuela.

 

No jugarás

en la Convención

de frases

ni se calentarán tus días

en la Santa Cruz.

 

No sabes

cuántos vestuarios

tuve que habitar

para esconder

la tristeza.

 

No tendrás

adolescencia

Ni me dirás

¡Mamá!

“El Derecho

pone a prueba

la rectitud de las consciencias”

Pero

La antropología

es el conocimiento

de nuestra humanidad”.

 

No te dirán

tienes la vena poética

de tus padres

ni nos prepararás

fiesta sorpresa

en nuestro                      cumpleaños.

 

Abril de lluvias

¿Florecerá de noche?

no lo veré, no lo verás

de herencia

no tendrás mis ojos

la nostalgia

………de un amor

se lo comió a pedazos.

 

Desde allá

se me parte la raíz

me crece

…….la sombra.

 

Disculpa

el temblor

de mis años            llega

se derrama

nuestro sueño.

Ahora

te llevo

siendo un deseo

seco

en la garganta

desde

dónde voy

…….tosiendo

todo

…….lo que no serás.


***
Valeria Sandi (Santa Cruz de la Sierra, 1991)

martes, 3 de septiembre de 2024

dina ananco / la pureza ambigua













Te miro cuando hablas el castellano
Cuando hablas inglés
Cuando hablas cualquiera de las 48 lenguas de Perú
Cuando dices hablar wampis puro
Te miro cuando se te escapa la pureza por tus venas
Cuando tu corazón y tu cuerpo le gritan a lo puro como mezcla del todo en uno
Sí, debe sentirse uno el absoluto placer al llamarse puro
Tan ambiguo
Como yo en mis diversas culturas y
Caminos recorridos de la vida
En tantos continentes de la experiencia
Tan cósmico como la vida breve hacia la eternidad

***
Dina Ananco (Bagua, 1985)

lunes, 2 de septiembre de 2024

josé f. a. oliver / madre










sobre tus ojos
el brillo
del olvido
la voz
del callar

el lenguaje de tus manos
agarra
tu vida
y en voz alta
retumba tu grito
desde el eco amagado
de noches de nieve helada
traiciona
en tus ojos
el anhelo
hacia ayer
desnuda
la exigencia
de
días apartados

¡véte!

ándate una última vez
el camino hacia el Norte
contémpla
las piedras llagadas
de calles que se desmenuzan
las fachadas cicatrizadas
de siglos fugitivos
y
construye tu casa
en colores andaluces
aquí
en este cerrado de la nieve
acuérdate
de hoy

***
José F. A. Oliver (Hausach, 1961)
Fotografía de Alain Barbero

domingo, 1 de septiembre de 2024

henry david thoreau / tres poemas













Walden

*

Cierto que nuestra conversación es bien ajena al habla,
solo el oído educado puede captar las palabras que te brotan,
rompen contra tus pedregosos labios y allí mueren.
Silenciosa es tu corriente de pensamiento, como el paso de
tus propias aguas,
y se eleva de tu superficie cual la bruma en la mañana
para que el alma pasiva así la inhale,
contagiada de la verdad que tú expresas.
Hasta las estrellas más remotas han venido en tropel
y han inclinado la cerviz para recibir la bendición
de tu semblante. Tantas veces como ha amanecido el día
el sol se ha mostrado imparcial siempre
sobre tu estrecho tragaluz, y jamás la luna
ha dejado de rodar hasta ti cíclicamente,
aquí y desotra parte, para hablarte de la noche.
Ni ha habido nube que por acá no merodeara
y redoblara en tu rostro su belleza.
Dime qué han escrito los vientos a lo largo de miles de años
en la bóveda azulada que ciñe tu caudal,
qué ha transferido con delicadeza el sol en sus reimpresiones
para que lo leyeras en privado. Algo
de todo ello he leído yo estos días,
pero seguro que hubo más que habría estremecido al alma
y el ojo humano nunca vio.
¡Lo que daría por leer esa primera y luminosa página
húmeda de una imprenta virgen!, cuando Euro, Bóreas
y la hueste que empuña los alados cálamos
mojaron por primera vez sus plumas en la bruma.

~

La lluvia de verano

*

De buena gana tiraría los libros, leer no puedo,
se descarría entre las páginas el pensamiento,
busca la pradera, donde halla más rico alimento,
y no repara en puntería ni en denuedo.
 
Bueno era Plutarco, y también lo era Homero,
bien rica fue de nuestro Shakespeare la hora revivida,
lo que leyó Plutarco no era ni bueno ni verdadero,
ni los libros de Shakespeare, si de la gente no fueron su vida.
 
Aquí, bajo la rama del nogal tumbado,
qué me importan la ciudad de Troya ni las guerras griegas
si se entablan ahora más justas refriegas
entre las hormigas en la cima del collado.
 
Que espere Homero hasta que la victoria teste,
si las rojas o las negras, a cuál los dioses dan su canje,
y vea si el Áyax de más allá domina la falange
pugnando por lanzar rocas contra la hueste.
 
Decidle a Shakespeare que me busque en hora exenta,
que ocupado estoy ahora con esta gota de rocío,
que no recibo, que el cielo amenaza tormenta,
y lo veré cuando de nubes el azul esté vacío.
 
Tendido fue este lecho de pastos e infelice avena,
con más maña que gastan los monarcas, hace un año,
una mata de trébol como almohada tengo yo por buena
y las violetas me rebasan el calcaño.
 
Y ahora las nubes lo han precintado todo con su afecto,
engola el viento suave voz para decir que va todo perfecto,
aprisa cae disperso el chirimiri, un poco ordena
la paz en la laguna y otro poco la corola en la azucena.
 
De los árboles en el campo cae gota a gota
esa rara riqueza que destila cada rama,
todos los ruidos son el viento y no se nota,
sacude los cristales si de hojas es su cama.
 
Vergüenza le da al sol el dar la cara,
cómo iba a fundirme con sus rayos perdidizos
si, convertidos en un duende, me gotean los rizos:
ufano va en un manto que de gotas goteara.

~

La naturaleza

*

Oh, naturaleza, no está entre mis anhelos
llevar la voz cantante de tu coro,
ni por el firmamento ser un meteoro,
o un cometa que surque los cielos,
tan solo un céfiro que soplar pudiera
entre las cañas del bajío en la ribera.
Dame tu recoveco más secreto
y que en el aire pueda allí correr mi reto.

En una impública y retirada braña
déjame soplar en una caña,
o, en la floresta, de fragores llena,
oficiar con un susurro la tarde serena,
que prefiero ser de ti criatura

y pupilo del bosque en su espesura
que rey de reyes en desotra parte,
ser más esclavo en la atención que se te imparte
y dueño de tu aurora un solo instante,
que deferir un año en la ciudad enajenante.
Dame labor si cabe más severa
pero que sea siempre a tu vera.

***
Henry David Thoreau (Concord, 1817-1862)
Versiones de Carlos Jiménez Arribas

/

Walden

*

True, our converse a stranger is to speech;
Only the practiced ear can catch the surging words
That break and die upon thy pebbled lips.
Thy flow of thought is noiseless as the lapse of thy own waters,
Wafted as is the morning mist up from thy surface,
So that the passive Soul doth breathe it in,
And is infected with the truth thou wouldst express.
E'en the remotest stars have come in troops
And stooped low to catch the benediction
Of thy countenance. Oft as the day came round,
Impartial has the sun exhibited himself
Before thy narrow skylight; nor has the moon
For cycles failed to roll this way
As oft as elsewhither, and tell thee of the night.
No cloud so rare but hitherward it stalked,
And in thy face looked doubly beautiful.
O! tell me what the winds have writ for the last thousand years
On the blue vault that spans thy flood,
Or sun transferred and delicately reprinted
​For thy own private reading. Somewhat
Within these latter days I've read,
But surely there was much that would have thrilled the Soul,
Which human eye saw not.
I would give much to read that first bright page,
Wet from a virgin press, when Eurus, Boreas,
And the host of airy quill-drivers
First dipped their pens in mist.

~

The Summer Rain

*

My books I'd fain cast off, I cannot read,
'Twixt every page my thoughts go stray at large
Down in the meadow, where is richer feed,
And will not mind to hit their proper targe.
Plutarch was good, and so was Homer too,
Our Shakespeare's life were rich to live again,
What Plutarch read, that was not good nor true,
Nor Shakespeare's books, unless his books were men.

Here while I lie beneath this walnut bough,
What care I for the Greeks or for Troy town,
If juster battles are enacted now
Between the ants upon this hummock's crown?

Bid Homer wait till I the issue learn,
If red or black the gods will favor most,
Or yonder Ajax will the phalanx turn,
Struggling to heave some rock against the host.

Tell Shakespeare to attend some leisure hour,
For now I've business with this drop of dew,
And see you not, the clouds prepare a shower--
I'll meet him shortly when the sky is blue.

This bed of herd's grass and wild oats was spread
Last year with nicer skill than monarchs use.
A clover tuft is pillow for my head,
And violets quite overtop my shoes.

And now the cordial clouds have shut all in,
And gently swells the wind to say all's well;
The scattered drops are falling fast and thin,
Some in the pool, some in the flower-bell.

I am well drenched upon my bed of oats;
But see that globe come rolling down its stem,
Now like a lonely planet there it floats,
And now it sinks into my garment's hem.

Drip drip the trees for all the country round,
And richness rare distills from every bough;
The wind alone it is makes every sound,
Shaking down crystals on the leaves below.

For shame the sun will never show himself,
Who could not with his beams e'er melt me so;
My dripping locks--they would become an elf,
Who in a beaded coat does gayly go.

~

Nature

*

O Nature! I do not aspire
To be the highest in thy quire,—
To be a meteor in the sky,
Or comet that may range on high;
Only a zephyr that may blow
Among the reeds by the river low;
Give me thy most privy place
Where to run my airy race.

In some withdrawn, unpublic mead
Let me sigh upon a reed,
Or in the woods, with leafy din,
Whisper the still evening in:
Some still work give me to do,—
Only—be it near to you!

For I’d rather be thy child
And pupil, in the forest wild,
Than be the king of men elsewhere,
And most sovereign slave of care:
To have one moment of thy dawn,
Than share the city’s year forlorn.