dos aguas y gómez están junto al adri y al otro
brillando en el cerro polanco con un cartelito
brocado muy blanco y tratan y siguen y encima
este clima les cae con monos de lucha el gritito
el silbato y son areneros destellan a granos
al uno le gustan cachorros y al otro le encanta
patearlos inducen a golpes de gracia midiendo
las mechas y lianas de azote ligero festivo
ordinario
y urden así nada más una trampa que son
ligazones de música sacra que pega y la cantan
y dicen que no es una maña de sordo el deseo
soplado por eso el cartel es tan blanco y no
dice nada por eso los monos de lucha se venden
al precio costoso de la bravura por eso
confunden la pena sordera con pena plegaria
y el aire que llega es remoto y el aire penetra
este clima copioso tropieza poderes hincando
y escupen así las antipatías de un cielo fatal
granicero y celeste
el otro pregunta cuál es el viejo cómo es la cosa
y el místico rojo caracho del adri que aplica su
inercia le azota palabras de alcohólico asesinato
le cuenta las horas de vida graciosa y le chanta
unos papes de mano muy perra y vacía
aquí hay una sola y grandota manía corpórea
que urge aquí como en todo hay un coro de
voces que lleva por dentro susurros que lamen
heridas del signo y azares que privan y quedan
así por el cuello jadeando su enigma de raza
calcada y torcida entirones como disputa
~
dos aguas que siempre lucía tan seco mordía su
labio queriendo evitar la cosquilla que lo mojaba
dos aguas pensó derepente que no escribiría
que estaba muy harto de únicamente fijarse en
cuestiones que nadie recuerda
dos aguas no estaba feliz estaba más bien
resignado cumpliendo la parte formal de su
mandato
el adri y el otro son chicos modernos que gustan
así de la fauna marina se dicen de todo y lo
bailan se ríen del truco y del fétido coro
montaje que zumba
dos aguas en cambio dos aguas divide sus
chorros de flujo con pánico vivo y grotesco
no pide no come no duerme y se rapa la zona
preciosa con un astillado gollete
dos aguas no bebe el sólo se deja tocar por las
gotas del mismo rocío cuando amanece
~
me encanté porque maté
y las que murieron fueron viejas carceleras
abrazando a sus retoños
me encanté porque fue como lucir tan colorinche
una base mosaica de secretos y matanzas por
encargo
es que nunca tuve tanta sangre que no pude
deshacerme de las caras y los ojos y pupilas
reventadas del recuerdo la sonrisa y el dinero
que la brígida lanzaba por montones con su
gesto cruciforme no muy bien articulado
era brigi señorita en el papel y mortal ejecutante
en oraciones de sentencia
era brigi la funesta cabecilla
fue la dueña de un rigor enloquecido por lo fija
en el deseo de imponer en alegatos su estrategia
de homicida
ella carga zurce heridas de adorancia bruta y
se menea con total afinamiento en oraciones
pregoneras y malignas
y
uno sabe que le friega pero dice que la noche la
acicala siempre dice que la suerte la acurruca
que la trata como el único testigo del espacio que
armaduran
siempre dice que de noche se le caen de la pena
goterones que se juntan se avalanchan en
caudales por encima sobre calles sobre techos
que parecen fusejales familiares
~
y ella sabe pero dice que las gotas son
la fauna de mercantes que pasean operando
cancionetas siempre dice que los gritos son
impulsos contracurvas felonías líricas de
acople y ella sabe de manera insoportable
pero dice que la noche poco menos la protege
que la cuida que la tienta que la trata como
niña de blandura siempre dice que ella nunca
dejaría que dos aguas la tratase como carne y
como nada
Oye brigi
si no fuera por el cómo cuando tratas
oye brigi
la flacura
los encargos
la manera
los aromas alcalinos del fierrazo
oye brigi
las ideas
los perdones imposibles
la sonrisa de papel
los alborotos
***
rodrigo gómez (Santiago de Chile, 1975) grasa. 2da. edición. Santiago de Chile: Ediciones Litost, 2018.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario