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martes, 27 de febrero de 2018
enrique gómez-correa / cuatro poemas
El espectro de René Magritte
*
Cuando él descubrió la huella inefable de la luciérnaga
Había a su alrededor seres extraños identificables con la furia
Seres a cuyo paso el sonido guardaba silencio
Que os invitaban al fondo del mar al fondo del cielo
A la tormenta de los objetos.
Y tú René Magritte paseabas con tu espectro a cuestas
Con tu mundo desconocido forjado en la fragua del deseo
En el anillo de la imaginación
Que en tu dado era el dedo del fantasma.
Te reconocías en el ángel
A cuyo golpe de rayo era el árbol despiadado
Te reconocías en el árbol
A cuya mirada era la más perfecta estatua de carne y hueso
Eras entonces la tortura de la ventana frente al infinito.
Fuego del vendaval que parte de la cabeza a los pies
Fuego para llorar fuego para reír
Fuego próximo a lo que eres tú con tu ojo de fuego
Fuego nostálgico.
Tanta vida inútil
Tanto espejo sacrificado a instancias del círculo mágico
Tanto corazón al borde del abismo
Por qué la vida -la tantas veces recordada vida- ha de ser inútil?
Y tú lo sabes René Magritte
Lo sabes en el relámpago lo sabes en tu amor
Lo sabes en la más pervertida de las nubes.
Andas y desandas el camino que ya no es él mismo
A tu habitación llegan objetos conocidos y desconocidos
Y tú los invitas a cenar
Tú conversas tú les das la palabra
Tú les das el alcohol tú eres enigmático como ellos.
Pero yo vuelto hacia mí
Temblando en la página en que te escribo
Con mi vestón que he olvidado con displicencia te digo
Pasad espectro de carne y hueso
Pasad.
~~~
Yo entro en gavilán y salgo en fénix
*
En la noche destapo la botella y soy un pájaro
Que interroga a su alma
Entonces la ola sube
Y por un instante el aire no es más que dos ascuas.
Sentada a mi lado fascinante
Siguiendo la luz
De lo que es a lo posible
Ella corta la nebulosa en mitades
Que a la vez son dos enormes plumas.
Ella ama el misterio y le canta a la dureza
Sabe que el terror le zumba en el oído
Y hacer de dos días una noche
Es tan fácil como transformarse
En ornitorrinco.
Tú eres el fantasma que ama la pureza y cantas
A las bailarinas
Un muro os responde con un "sí"
Más bello que un cuerpo sembrado de dientes
Tú te llenas los bolsillos
Y te dispones al goce.
Ahora eres el ojo que crece
Y que el mar arroja después del naufragio
Imaginad que ese ojo
Esté amenazado por la dentadura de un bull-dog
Entonces yo no sería más que esa llama
Que mis antepasados portugueses
Buscaban en el agua
O en el aire y aún en el fuego
Y después se perdieron
En las ciudades heladas del sueño
Para despertarse a doce pulgadas de mi alma.
Ahí te buscas y te golpeas la frente
Miras el cielo
Y las nubes son el musgo
Propicio a una bandada de estorninos.
Has atravesado las bóvedas del tiempo
Te has mezclado al relámpago
Has jurado venderle tu alma a la noche
Ya que eres el ala llameante de los malditos
Ya que conocéis los encantos y delicias de la noche
Ya que habéis llorado antes que el origen de las lágrimas
Disparad todos vuestros revólveres sobra el cielo y el hastío
Porque aún así
Alma eres un poco menos que yo.
~~~
Imagen en la ventana
*
Dicen que la gota de agua llama al vaso
Como la hoja al búho
Dicen también
Que la ventana pone en evidencia el infinito
Que el ser vive gracias a una eterna metamorfosis
Pero yo paso del blanco al negro
Por la sal que me golpea el árbol del cerebro
Por el desgaste de mi sombra
La flor alcanza al ojo
El muro es quitado al condenado a muerte
Las orejas al demonio
El amor al mar
Todo eso sale del pecho sangrante
Y nos va precipitando a la nube
A la canción que sale de los labios de una mujer
Distante muchos años luz
Con amor o sin amor
Yo rompo un poema que he escrito esta mañana
Yo la miro de reojo yo pienso en su nervadura
Despisto al guardia que me perseguía dos horas más tarde.
La mujer se sienta en la ventana
Una mujer que es a la vez cinco pájaros cautivos
Pero ella ya no es ella y sin embargo yo soy el muro
Su cabeza está pegada a uno de mis costados.
Yo no pido sino que sostengas la mirada
Al mismo tiempo que la respiración
Abrid bien los ojos señores
Yo estoy detrás del árbol.
~~~
El prometeo desencadenado
*
Una mosca de manicomio
Insiste en atravesarlo el rostro
Le habla con la lentitud
Del que muere en cada una de sus palabras
Y al abrirle los labios
Es entonces la más perfecta violencia.
Nosotros sacudíamos en el aire las manos
En las sombras
En el amor negro
Más negro que el amor
Y cultivado por un terrible escalofrío.
Yo amaba desollarle el pensamiento
Amaba las mujeres obscenas
Las que se desnudan ante un auditorio
Y me hablaban tiernamente del mar
Que a todos nos enfurece
Que son más bellas cuanto más desnudas
Y con mayor número de dientes.
Yo hablaba a los amigos
De un mundo repudiable
De mi odio a los cojos
Que impiden el paso en las veredas
De mujeres Que todavía confiaban en el poder de los sueños
Del hambre que nos devora el corazón
Y nos hace reír en plena noche.
Las mujeres del Oeste se parecían a las del Este
Golpeaban la luz en mi frente
Que todo lo deshace
Y nosotros éramos la cabeza del corazón
La cabeza de un mundo podrido
De un mundo más odiable
Que todos los perros de una gran familia Y siendo de esta manera
Yo caería fulminado por la más apetecible de las mujeres
En la más incierta de las noches.
***
Enrique Gómez-Correa (Talca, 1915-Santiago de Chile, 1995)
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