La historia de la poesía es, de alguna manera, la historia de la ausencia. Su curso está poblado de ausencias que van sucediéndose sin fin, una tras otra. Primero fue la tradición oral. Luego, vino la escritura que multiplicó las posibilidades exponencialmente. En ese contexto, ocurre la irrupción del poema como un tacto a distancia, de un nombre, de una presencia que se reconstruye y reconstituye. En efecto, la ausencia cabe en una ficción y aleja la sensación de fin. Un poema es una muestra de ello. A partir de un montaje de sintaxis e imágenes, un canto va inventando una sobrevida. La nombra, la singulariza. Desde el nombrar, accedemos a lo que está y a lo que no está aquí. Lo último, en cierta forma, impresentable, lo que no puede ser presentado, porque ya fue. En algún lugar del recuerdo o de la mente del poeta, hay una serie de átomos y partículas que transmutan, viajan y aterrizan como lenguaje sobre la página en blanco. Queda una representación de una escena que penetra en el cutis. Se presenta lo que no puede presentarse, por no estar. Y a los ojos de quien está del otro lado, algo se revela. En su canto, el poeta se vuelve un espejo de sus emociones. En él algo también se revela, se vuelve a velar. La ausencia y el desamor van de la mano: todo poema de desamor son las brasas de un amor y de lo que pudo ser un poema de amor.
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Pablo NerudaPoema VI
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Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
~
Francisco de Quevedo
En vano busca la tranquilidad el amor
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A fugitivas sombras doy abrazos,
en los sueños se cansa el alma mía;
paso luchando a solas noche y día,
con un trasgo que traigo entre mis brazos.
Cuando le quiero más ceñir con lazos,
y viendo mi sudor se me desvía,
vuelvo con nueva fuerza a mi porfía,
y temas con amor me hacen pedazos.
Voy me a vengar en una imagen vana,
que no se aparta de los ojos míos;
búrlame, y de burlarme corre ufana.
Empiézola a seguir, fáltanme bríos,
y como de alcanzarla tengo gana,
hago correr tras ella el llanto en ríos.
~
Jorge Luis Borges
Ausencia
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Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.
~
Alfonsina Storni
Tú, que nunca serás
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Sábado fue, y capricho el beso dado,
capricho de varón, audaz y fino,
mas fue dulce el capricho masculino
a este mi corazón, lobezno alado.
No es que crea, no creo, si inclinado
sobre mis manos te sentí divino,
y me embriagué. Comprendo que este vino
no es para mí, mas juega y rueda el dado.
Yo soy esa mujer que vive alerta,
tú el tremendo varón que se despierta
en un torrente que se ensancha en río,
y más se encrespa mientras corre y poda.
Ah, me resisto, más me tiene toda,
tú, que nunca serás del todo mío.
~
Alejandra Pizarnik
La enamorada
**
esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.
hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió
enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado
oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer fuiste tú
te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada, ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!
~
Jaime Sabinés
He aquí que tú estás sola y yo estoy solo
**
He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.
Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra , a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.
~
Andrés Bello
La renuncia
**
He renunciado a ti. No era posible
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.
Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...
He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;
Como el que ve partir grandes navíos
como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos brios
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;
Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.
He renunciado a ti, como renuncia
el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales
en los escaparates de las confiterías...
He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, !cuantas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!
Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...
~
Jaime Sáenz
Ven
**
Ven; yo vivo de tu dibujo
y de tu perfumada melodía,
soñé en la estrella a que con un canto se podría llegar
-te vi aparecer y no pude asirte, a turbadora distancia
te llevaba el canto
y era mucha lejanía y poco tu aliento para alcanzar
a tiempo un fulgor de mi corazón
-el que ahora estalla ahogado por alguna lluvia compasiva.
Ven, sin embargo; deja que mi mano imprima
inolvidable fuerza a tu olvido,
acércate a mirar mi sombra en la pared,
ven una vez; quiero cumplir mis deseos de adiós.
~
Cesare Pavese
Regreso de Deola
**
Volveremos a las calles a mirar a los transeúntes
y nosotros también seremos transeúntes. Estudiaremos
cómo levantarnos por la mañana depositando el hastío
de la noche y saldremos con el paso de antaño.
Agacharemos la cabeza al trabajo de antaño.
Volveremos allí, contra el vidrio, fumando
aturdidos. Pero los ojos serán los mismos
y los gestos y la cara también. Ese compartimento secreto
que perdura en nuestros cuerpos y dispersa nuestra mirada
morirá lentamente al ritmo de la sangre
donde todo desaparece.
Saldremos una mañana,
ya no tendremos hogar, saldremos;
el hastío nocturno nos habrá abandonado;
temblaremos de soledad. Pero querremos estar solos.
Miraremos a los transeúntes con la sonrisa muerta
de quien ha sido golpeado, pero que no odia ni grita
porque sabe que desde hace tiempo el destino
- todo lo que ya ha sido o será - está dentro de la sangre,
en el susurro de la sangre. Doblamos la frente
solos, en medio de la calle, escuchando un eco
dentro de la sangre. Y este eco dejará de vibrar.
Levantaremos la mirada, fijando el camino.
(Versión de Nicolás López-Pérez)
~
Ritorno di Deola
*
Torneremo per strada a fissare i passanti
e saremo passanti anche noi. Studieremo
come alzarci al mattino deponendo il disgusto
della notte e uscir fuori col passo di un tempo.
Piegheremo la testa al lavoro di un tempo.
Torneremo laggiù, contro il vetro, a fumare
intontiti. Ma gli occhi saranno gli stessi
e anche i gesti e anche il viso. Quel vano segreto
che c’indugia nel corpo e ci sperde lo sguardo
morirà lentamente nel ritmo del sangue
dove tutto scompare.
Usciremo un mattino,
non avremo più casa, usciremo per via;
il disgusto notturno ci avrà abbandonati;
tremeremo a star soli. Ma vorremo star soli.
Fisseremo i passanti col morto sorriso
di chi è stato battuto, ma non odia e non grida
perché sa che da tempo remoto la sorte
– tutto quanto è già stato o sarà – è dentro il sangue,
nel sussurro del sangue. Piegheremo la fronte
soli, in mezzo alla strada, in ascolto di un’eco
dentro il sangue. E quest’eco non vibrerà più.
Leveremo lo sguardo, fissando la strada.
~
Vinicius de Moraes
La chica de Ipanema
**
Mira qué belleza
Llena de gracia
Es una chica
Que va y viene
En un dulce vaivén
Camino al mar
Chica de cuerpo dorado
Del sol de Ipanema
Tu vaivén es más que un poema
Es la cosa más hermosa que he visto nunca
Ah, ¿por qué estoy tan solo?
Ah, ¿por qué todo es tan triste?
Ah, la belleza que existe
La belleza que no es sólo mía
Que también pasa sola
Ah, si ella supiera
Que cuando ella pasa
El mundo entero se llena de gracia
Y se vuelve más hermoso
Gracias al amor
(Versión de Nicolás López-Pérez)
~
Garota de Ipanema
*
Olha que coisa mais linda
Mais cheia de graça
É ela menina
Que vem e que passa
Num doce balanço
A caminho do mar
Moça do corpo dourado
Do sol de Ipanema
O seu balançado é mais que um poema
É a coisa mais linda que eu já vi passar
Ah, por que estou tão sozinho?
Ah, por que tudo é tão triste?
Ah, a beleza que existe
A beleza que não é só minha
Que também passa sozinha
Ah, se ela soubesse
Que quando ela passa
O mundo inteirinho se enche de graça
E fica mais lindo
Por causa do amor
~
Audre Lorde
Canción del movimiento
**
He estudiado los apretados rizos de tu nuca
alejándose de mí
más allá de la ira o el fracaso
tu rostro en las escuelas vespertinas del deseo
en las mañanas de deseo y madurez
siempre nos despedíamos
en la sangre en el hueso sobre el café
antes de correr hacia ascensores que iban
en direcciones opuestas
sin despedidas.
No me recuerdes como puente ni como techo
como hacedor de leyendas
ni como una escotilla
a ese mundo
donde los clérigos en blanco y negro
cuelgan del borde de la belleza en ascensores a las cinco en punto
moviendo los hombros para evitar otra carne
y ahora
hay alguien que habla por ellos
alejándose de mí hacia mañanas
mañanas de deseo y madurez
tu adiós es una promesa del relámpago
en la mano del último ángel
inoportuno y alerta
las arenas se han acabado contra nosotros
nos recompensaron con viajes
lejos el uno del otro
hacia el deseo
hacia mañanas solitarias
donde la excusa y la resistencia se mezclan
concibiendo la decisión.
No me recuerdes
como un desastre
ni como una guardiana de secretos
soy una compañera de viaje en los vagones jaula
observandote
te mueves lentamente fuera de mi cama
diciendo que no podemos perder el tiempo
sólo en nosotros mismos.
(Versión de Nicolás López-Pérez)
~
Movement Song
*
I have studied the tight curls on the back of your neck
moving away from me
beyond anger or failure
your face in the evening schools of longing
through mornings of wish and ripen
we were always saying goodbye
in the blood in the bone over coffee
before dashing for elevators going
in opposite directions
without goodbyes.
Do not remember me as a bridge nor a roof
as the maker of legends
nor as a trap
door to that world
where black and white clericals
hang on the edge of beauty in five oclock elevators
twitching their shoulders to avoid other flesh
and now
there is someone to speak for them
moving away from me into tomorrows
morning of wish and ripen
your goodbye is a promise of lightning
in the last angels hand
unwelcome and warning
the sands have run out against us
we were rewarded by journeys
away from each other
into desire
into mornings alone
where excuse and endurance mingle
conceiving decision.
Do not remember me
as disaster
nor as the keeper of secrets
I am a fellow rider in the cattle cars
watching
you move slowly out of my bed
saying we cannot waste time
only ourselves.
~
Nicolás López-Pérez
El carromato en Vyšehrad
**
Dijiste que no querías sus poemas
que jamás le habías pedido un libro
y solo querías un marido en casa
capaz de comprender cómo te sentías.
El cochero en Vyšehrad condujo
a toda velocidad por los adoquines.
Se detuvo en la puerta de la iglesia
donde te habías casado con el poeta.
El cochero esperó la evaporación
de las ciudades de agua en tu rostro.
Te dio un pañuelo y te dejó a solas.
Con el duelo, el asco y la desilusión.
Pensaste que podías ser un poema.
En algún desperdicio de tinta
o en una lectura snob en Berlín.
Te despediste de todas las ceremonias.
No pensaste en quitarte la vida.
Eso hubiese sido llenar más papeles.
El poeta creyó volver a Praga por ti.
Y no te encontró en el Montmartre.
A estas alturas, el cochero todavía
se acuerda de ti. Le bastó mirarte
para escribir un libro de poesía
que ganó el premio regional.
Y tú ya no querías ningún libro
dijiste odiar a la poesía, a los poetas.
Al menos el cochero fue feliz
y el único que entendió tu dolor.