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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

sábado, 21 de marzo de 2020

yeny díaz wentén / dos poemas



Tulipán

*

Tu tu  tulipán tutu tulipán
Que cantaru tulipán tuyo
Tuyo quien ser suyo tulipán
Tulipán quiero ser tuyo tulipán
Tu tu  tuyo del suyo tulipán
Tulipán pan pan tuyo
Suyo tulipa Tulipán

Cantar tuyo tuyo tulipán suyo
Cantaru suyo suyo tulipán tuyo
Oro duro tulipán tuyo tulipán suyo tulipán

Oro tulipán suyo tulipa tulipán
Que canturu vivo tulipán vivo tulipán
Por tuyo sole cantaru tulipán pan tuyo
Por suyo sole cantaru tulipa tulipán suyo

~

Los solitos

*

Dos troncos secos recostados
en la pradera de los pastos solos
descorazonados por los pájaros
azotados por los climas sordos,
se encuentran allí tan viejos
desolados por sus olores
rezando bajito en sus resinas
viviendo apagados  por el sol
Resecos los amantes con sus savias
se acarician duros y callados
quejándose de la vida  que los golpea.
Sienten el galopar de los vientos
Surrando  piden que se detengan
En la caridad del silencio
De lo calmo de su dolor agrietado.

Suben sus ramas tiernas por los costados
Como última visión de una verde existencia
Arropándose el uno en el otro suspirando
Un pasadito mejor llevado
Despellejándose el cariño en la sombra
De lo húmedo la gracia de un buen morir
Abrazándose las raíces  a la pena del barro
Se levantan algunas hojas  en el canto
De su despedida silenciosa al sentido del viento
Dado que esto es un amor todo de palo.

Yo no estoy triste dicen los hoyos que mecen los guijarros
Yo no estoy solo dicen las heridas de estos amantes de árbol.

***
Yeny Díaz Wentén (Los Ángeles, 1983)

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