domingo, 31 de marzo de 2024

ana blandiana / la patria del desasosiego










Esta es la patria del desasosiego
A punto de cambiar de opinión
De un momento a otro
Y, no obstante, sin renunciar a esperar algo indefinido.
Esta es mi patria,
Entre estas paredes
A unos metros los unos de los otros
Y ni siquiera en el espacio completo entre ellos,
Sólo en la mesa con papel y lápices
Dispuestos a moverse solos y a empezar a escribir,
Esqueletos animados bruscamente por unas plumas más antiguas,
Sin usar desde hace mucho tiempo, con la pasta seca,
Que se deslizan frenéticamente sobre el papel
Sin dejar ninguna huella…
Esta es la patria del desasosiego:
¿Conseguiré alguna vez
Descifrar las huellas que no se ven,
Pero que sé que existen y esperan
Que las pase a limpio
En mi patria A4?

***
Ana Blandiana (Timișoara, 1942)
Versión de de Viorica Patea y Antonio Colinas

sábado, 30 de marzo de 2024

adalber salas hernández / un día en la vida









Antes de que suene el despertador, el señor
ministro ya tiene los ojos abiertos: se levanta
con el sonido áspero de la herrería que esconde
bajo las costillas. Se cepilla los dientes, se
afeita. Sentado sobre la poceta, pantalones
alrededor de los tobillos, las manos unidas y la
frente inclinada en oración, pide a todos los
santos que intercedan por él, que lo libren
del cólico que pesa en sus intestinos, negro como
el pecado. Se ducha, viste y perfuma; un
café lo espera en la cocina. Toma el desayuno
con omeprazol, sentado muy derecho, la cabeza
sostenida gracias a la corbata; de no ser por
ese nudo, rodaría hasta quién sabe dónde. La
última vez fue una catástrofe: hallaron
la cabeza borracha y despeinada fuera de
un burdel –salió en todos los periódicos. Va a
la oficina con chofer y escolta, distraído
por las manchas que se hacen cada vez más
numerosas en sus manos. Primer rivotril del
día. El despacho lo recibe repleto de papeles,
tratados de comercio, tráfico bilateral,
compra y venta de bonos, acciones, propiedades,
glóbulos rojos, leucocitos, plaquetas, bilirrubina,
ceratonina, fíjate lo altos que están el azúcar
y el colesterol. Es urgente implementar el
control cambiario. La sangre siempre despilfarra.
Ibuprofeno para el dolor de cabeza, junto a las
actas del acuerdo de libre intercambio
trasatlántico y hematológico. Hay que cubrir
la tierra cruda con lo que se pueda, con lo que
tengamos a mano. Orden y progreso, o
lo más parecido. Segundo rivotril del día. Y
dios le impuso una tarea: da nombre a las bestias
que registran el suelo, a las aves sin memoria ni
ambiciones, a los peces que nunca podran
ganarse una sombra. El señor ministro obedeció.
Se dedicó a confeccionar nombres con voz
granulosa y, al poco tiempo, había llegado la hora
de los paquetes bancarios, las burbujas
inmobiliarias, la inflación con su dentadura
postiza y plomo en los ojos. Se había operado
el milagro eucarístico: la carne era estaño y el
vino petróleo. No era fácil, nada fácil. Tercer rivotril
del día: el milagro austero de la multiplicación de los
peces y el clonazepam, tal y como lo efectuó el hombre
de Galilea cuando inventó los intereses bancarios.
Y diclofenac para la espalda, por favor. Cuando
llega al bar, al whisky del fin de los tiempos,
está seguro de que su tensión ha subido, pero no
le queda losartan –una tragedia para la economía
nacional. Es imposible predecir qué sucederá con el
producto interno bruto si no se calma, pero la música
lo atormenta, no ha comido y el aluminio de la risa
ajena lo pone nervioso. Esta noche aterriza en la casa
de su amante, dispuesto a aprobar la explotación de
todos los recursos naturales que demandan el desarrollo
de la nación. El destino del país cuelga de su temblor
cardiovascular, incandescente. Después de coger,
se encierra en el baño y orina tarareando Imagine. Ha
estado sonando en su cabeza durante todo el día.

***
Adalber Salas Hernández (Caracas, 1987)

viernes, 29 de marzo de 2024

raquel vázquez / recortes









Recortarán el fuego
y no sabremos cómo arder en esta lucha.
Recortarán el agua
y olvidaremos la sed de crecer.
El modo de llorar.

Recortarán la piel de nuestras manos
y se lo aplaudiremos con la lengua.
Recortarán palabras
y asentiremos sonrientes, balido
a balido, pues somos su rebaño.

Recortarán nuestra hambre
y ya nos bastará comer silencio.

Recortarán nuestra muerte
y nos tendremos noche en la que refugiarnos.

Recortarán la luz
y diremos que nunca había amanecido.

***
Raquel Vázquez (Lugo, 1990)

jueves, 28 de marzo de 2024

marie ponsot / uno es uno


Corazón, matón, gamberro, estoy hundida
tiesa. Y tú? Tú te empeñas en gobernar el mundo, aunque
te tengo: identificado, muerto de hambre, encerrado
en una jaula de la que no podrás salir vivo,
por mucho que la odies, aporrees las paredes
y llenes de mensajes los corredores.

Bruto. Espía. Confiaba en ti. Ahora das vueltas y gritas
en tu celda, pero no oigo tus rabietas, 
tus ansias de lanzarte en solitario, tus elocuentes
amenazas de cosas horribles que (conociéndome)
podrías hacer.
Me asustas, alardeando de ser un agente doble
pues los carceleros también son prisioneros
de los prisioneros.
¡Piensa! ¡Refórmate! Seamos uno. Únete a nosotros,
que reine la alegría y experimente con nosotros.

***
Marie Ponsot (Nueva York, 1921-2019)
Versión de Raquel Vázquez Ramil

/

One is one

*

Heart, you bully, you punk, I’m wrecked, I’m shocked
stiff. You? you still try to rule the world–though
I’ve got you: identified, starving, locked
in a cage you will not leave alive, no
matter how you hate it, pound its walls,
& thrill its corridors with messages.

Brute. Spy. I trusted you. Now you reel & brawl
in your cell but I’m deaf to your rages,
your greed to go solo, your eloquent
threats of worse things you (knowing me) could do.
You scare me, bragging you’re a double agent

since jailers are prisoners’ prisoners too.
Think! Reform! Make us one. Join the rest of us,
and joy may come, and make its test of us.

miércoles, 27 de marzo de 2024

louise glück / celinda











No es la luna, te aseguro.
Son esas flores
que encienden el patio.
Las odio.
Las odio como odio el sexo,
la boca del hombre
sellando mi boca,
el cuerpo paralizante del hombre,
y el grito que siempre se escapa,
la sorda y humillante
promesa de unión.
Esta noche en mi mente
oigo la pregunta y subsiguiente respuesta
fundida en un sonido
que crece y crece
hasta que se rompe en las viejas identidades,
los cansados antagonismos. ¿Lo ves?
Hemos hecho el ridículo.
Y el olor de la celinda
se cuela por la ventana.
¿Cómo puedo descansar?
¿Cómo puedo ser feliz
cuando aún existe
ese aroma en el mundo?

***
Louise Glück (Nueva York, 1943-2023)
Versión de Raquel Vázquez Ramil

/

Mock orange

*

It is not the moon, I tell you.
It is these flowers
lighting the yard.
I hate them.
I hate them as I hate sex,
the man's mouth
sealing my mouth, the man's
paralyzing body
and the cry that always escapes,
the low, humiliating
premise of union
In my mind tonight
I hear the question and pursuing answer
fused in one sound
that mounts and mounts and then
is split into the old selves,
the tired antagonisms. Do you see?
We were made fools of.
And the scent of mock orange
drifts through the window.
How can I rest?
How can I be content
when there is still
that odor in the world?

martes, 26 de marzo de 2024

wislawa szymborska / a algunos les gusta la poesía










A algunos,
es decir, no a todos.
Ni siquiera a los más, sino a los menos.
Sin contar las escuelas, donde es obligatoria,
y a los mismos poetas,
serán dos de cada mil personas.

Les gusta,
como también les gusta la sopa de fideos,
como les gustan los cumplidos y el color azul,
como les gusta la vieja bufanda,
como les gusta salirse con la suya,
como les gusta acariciar al perro.

La poesía,
pero qué es la poesía.
Más de una insegura respuesta
se ha dado a esta pregunta.
Y yo no sé, y sigo sin saber, y a esto me aferro
como a un oportuno pasamanos.

***
Wislawa Szymborska (Prowent, 1923-Cracovia, 2012)
Versión de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia

/

Niektórzy lubią poezję

*

Niektórzy –
czyli nie wszyscy.
Nawet nie większość wszystkich, ale mniejszość.
Nie licząc szkół, gdzie się musi,
i samych poetów,
będzie tych osób chyba dwie na tysiąc.

Lubią –
ale lubi się także rosół z makaronem,
lubi się komplementy i kolor niebieski,
lubi się stary szalik,
lubi się stawiać na swoim,
lubi się głaskać psa.

Poezję –
tylko co to takiego poezja.
Niejedna chwiejna odpowiedź
na to pytanie już padła.
A ja nie wiem i nie wiem i trzymam się tego
jak zbawiennej poręczy.

lunes, 25 de marzo de 2024

ken smith / poema para traducir













Él ama a una mujer. Si ella viviera
al otro lado de la calle
él cruzaría el tránsito hacia ella.
Si viviera en la otra punta de la ciudad
tomaría un autobús, un tren, llamaría a un taxi.
Si viviera al otro lado del río
él tomaría el ferry, remaría una barca, podría nadar
hacia ella, esperándola en la orilla al llegar,
empapado, con una flor entre los dientes,
con su lengua trabajando en las primeras palabras de su idioma.
Si viviera al otro lado del océano
él trabajaría, limosnearía, pediría prestado o robaría,
y volaría hasta ella. Pero no es así.
Ella vive al otro lado de una frontera cerrada,
en un país sin visados ni pasaportes
ni ningún tipo de papeleo. Estarían
más cerca si ella viviera al otro lado de la luna.
Estaría más viva para él si estuviera muerta.
Es como si ella existiera al otro lado de la música
o el canto de los pájaros, al otro lado del espejo,
cerca pero lejos, como un eco. Ella es la canción
para la que no tiene palabras, las palabras que no tienen música,
casi la melodía que él apenas puede oír.

***
Ken Smith (Rudston, 1938-Londres, 2003)
Versión de Nicolás López-Pérez

/

Poem for Translation

*

He loves a woman. If she lived
on the other side of the street
he would cross the traffic to her.
If she lived on the other side of the city
herd take a bus, take a train, call a taxi.
If she lived on the other side of the river
he’d take the ferry, row a boat, he could swim
to her, waiting on the riverbank as he arrives,
dripping wet, with a flower in his teeth,
his tongue working at the first words of her language.
If she lived on the other side of the ocean
he would work, beg, borrow or steal,
and fly to her. But it’s not like that.
She lives on the other side of a closed border,
in a country without visas or passports
or any kind of paperwork. They would be
closer if she lived on the other side of the moon.
She would be more alive to him if she were dead.
It’s as if she exists on the other side of music
or birdsong, on the other side the mirror,
close but far away, like an echo. She’s the song
he doesn’t have words to, the words he has no tune for,
almost the melody he can almost hear.

domingo, 24 de marzo de 2024

joseph brodsky / fin de una época maravillosa








Así como la poesía exige palabras,
yo -sordo y pelado, taciturno mensajero de una potencia de segunda
categoría- sin querer esforzar mi cerebro,
me pongo el abrigo
y bajo al kiosco por un periódico.


El viento moviliza las hojas.
En estos tristes lugares
el opaco calor de viejas ampolletas
produce -con la ayuda de algunos charcos-
efectos de abundancia.
Hasta los ladrones cuando roban una mandarina
se encuentran con una envoltura luminosa.[1]

En realidad, ya se me olvido hasta el sentimiento con que me contemplo a mí mismo.
En estos tristes parajes todo está planificado para el invierno:
sueños, paredes de cárceles, abrigos, vestidos de novia, bebidas y
minuteros del reloj.
Los gorriones y el barro parecen oxidados, costumbres puritanas. Ropa interior. Y en las manos de los violinistas guateros de madera.

Este lugar es inmóvil.
Al imaginar la producción quinquenal de
hierro y plomo, uno queda con la mente abobada,
y añora el antiguo poder cosaco de bayonetas y látigos.
Las águilas imperiales, sin embargo, son atraídas como un imán por el fierro.
Hasta las sillas trenzadas están hechas con pernos y tuercas.
Solo los peces en el mar conocen el precio de la libertad,
pero su silencio nos obliga a construir nuevas categorías
y el espacio se despliega como una lista de precios.

El tiempo está construido por la muerte.
Cuando requiere cuerpos y objetos busca verduras frescas.
El gallo imita al carillón;
para quien tiene un carácter sublime
resulta lamentablemente difícil
vivir en una época de proezas.

Al levantarle el vestido a una mujer bonita encuentras lo que buscas y no un prodigio.
Y no ocurre así por seguir los pasos de Lobachevsky[2],
sucede porque el mundo abierto tiene que angostarse en alguna parte,
y es aquí
dónde yace el fin de la perspectiva.

Tal vez el mapa de Europa fue robado por los agentes del poder,
quizás los otros continentes están demasiado lejos
o tal vez una hada bondadosa me esta hechizando,
y no puedo arrancarme de aquí.
Para no llamar a la sirviente me sirvo vino, acaricio el gato.

A lo mejor sería preferible una bala en la sien,
así como se apunta con el dedo al error.
Tal vez huir de acá a través del mar, como un nuevo Cristo.
Borracho y atontado por el frío, no es extraño confundir un tren con un barco,
no hay motivo para sonrojarse o para sentir vergüenza:
el tren - como una canoa en el agua- no deja huellas en los rieles.

¿Qué dicen los periódicos en la sección de tribunales?
Fue ejecutada la sentencia, al imaginar eso el ciudadano percibe -a través de lentes con marcos de estaño- a un hombre acostado cara abajo al lado de un muro de ladrillo.
Pero no está dormido, ya que los sueños tienen derecho a despreciar las cúpulas baleadas.
Perspicacia de esta época
que con sus raíces entrelaza los tiempos,
incapaces -en su ceguera común- de distinguir
entre los caídos de la cuna y las cunas caídas.

Ese prodigio de ojos claros
no quiere ver más allá de la muerte,
que pena, hay muchos naipes
pero no hay con quien interpelarlos
para ver el futuro.

El punto de vista de estos tiempos,
es la perspicacia hacia los objetos de una vía sin salida;
todavía no ha llegado el momento
de derramar la inteligencia,
solo un escupo en la pared.
Y no despertar al príncipe, sino al dinosaurio.

Para el último párrafo ¡Ay! no arrancaría la pluma a un pájaro.
A la cabeza inocente
no le queda mas que esperar el hacha y el laurel.

N. de los T.
[1] En Rusia las mandarinas son escasas y caras, se venden por unidad envueltas en celofán.
[2] Ni. Lobachevsky (1792-1856) matemático ruso que construyo una geometría no euclidiana.

***
Joseph Brodsky (Leningrado, 1940-Nueva York, 1996)
Versión de Tatiana Zentsova y Bernardo Subercaseaux
Cyber Humanitatis

sábado, 23 de marzo de 2024

carolina lorca / dos poemas









El cielo

*

Trozos de azul venidos de todas partes
danzan para el que sale  a  escondidas
de la escuela,  para el que sabe que un mar
una estrella
trastornan  secretamente
la redonda cerrazón del cielo.

~

Materia

*

De allá para acá, vengo a buscar lazarillo en ciernes.
Apenas engendrado vine, lo pido para mi mano, mi cuerpo
ciego, a calentar inviernos.

 Nada más esto dicho, se le contesta. Doloroso,
de reojo, con sonrisa de niño buscado, explica: que sea
ancla para quien los siete años ha navegado, y viene.

El mundo así no más, conocido por conocer, no
es novedad ninguna. Sí, la profundidad turbia del molo de
abrigo; ahí ha de anclar el lazarillo urgente.

Entonces y sólo entonces, desata su lengua,
engendrada en su cuerpo hermafrodita: cuenta
                su vida.

***
Carolina Lorca (Viña del Mar, 1954)

viernes, 22 de marzo de 2024

dalia ravikovitch / recuerdas, seguramente













Cuando ya se han ido todos
me quedo a solas con los poemas:
algunos míos, otros no.

Los poemas escritos por otros
son los que más me gustan.
Me quedo en silencio
y la garganta se libera del ahogo.

Me quedo.
A veces quisiera que todos se fueran.

Escribir poemas es algo grato.
Estás en una habitación cuyos muros se elevan.
Los colores se agravan.
Un pañuelo azul se vuelve profundísimo valle.

Quieres que se vayan todos.
No entiendes qué pasa contigo.
Quizás pienses en dos o más cosas.
Luego pasará todo y serás cristal claro

y tras eso, el amor.
Tanto se amó a sí mismo, Narciso.
Necio quien no comprenda que también amó al río.

Estás solo.
Te duele el corazón, pero no ha de quebrarse.
De a poco se diluyen las figuras lavadas
para borrarse luego las heridas.

Llega después el sol, en mitad de la noche.
También recuerdas unas flores oscuras.
Necio es el que le permite al sol ocultarse cuando así lo desea.
El sol prosigue su derrota, siempre, hacia las islas,
y te visitarán astros y lunas, inviernos y veranos.

Tesoros incontables.

***
Dalia Ravikovitch (Ramat Gan, 1936-Tel Aviv, 2005)
Versión de Gerardo Lewin

jueves, 21 de marzo de 2024

gabriela mistral / una palabra









Yo tengo una palabra en la garganta
y no la suelto, y no me libro de ella
aunque me empuja su empellón de sangre.
Si la soltase, quema el pasto vivo,
sangra al cordero, hace caer al pájaro.

    Tengo que desprenderla de mi lengua,
hallar un agujero de castores
o sepultarla con cal y mortero
porque no guarde como el alma el vuelo.

    No quiero dar señales de que vivo
mientras que por mi sangre vaya y venga
y suba y baje por mi loco aliento.

Aunque mi padre Job la dijo, ardiendo,
no quiero darle, no, mi pobre boca
porque no ruede y la hallen las mujeres
que van al río, y se enrede a sus trenzas
o al pobre matorral tuerza y abrase.

    Yo quiero echarle violentas semillas
que en una noche la cubran y ahoguen,
sin dejar de ella el cisco de una sílaba.
O rompérmela así, como la víbora
que por mitad se parte entre los dientes.

    Y volver a mi casa, entrar, dormirme,
cortada de ella, rebanada de ella,
y despertar después de dos mil días
recién nacida de sueño y olvido.

    ¡Sin saber ¡ay! que tuve una palabra
de yodo y piedra-alumbre entre los labios
ni poder acordarme de una noche,
de la morada en país extranjero,
de la celada y el rayo a la puerta
y de mi carne marchando sin su alma!

***
Gabriela Mistral (Vicuña, 1889-Nueva York, 1957)

miércoles, 20 de marzo de 2024

eros alesi / dos poemas










Mamá Morfina

*

Querida, dulce, buena…

Querida, dulce, buena, humana, social, mamá morfina. Que tú, solamente tú, dulcísima mamá morfina, me has querido bien, como yo quería. Me has amado totalmente. Yo soy el fruto de tu sangre. Que solo tú has logrado que me sienta seguro. Que tú has logrado darme el cuantitativo de felicidad indispensable para sobrevivir. Que me has dado una casa, un hotel, un puente, un tren, un portón, y los he aceptado; que me has dado todo el universo amigo. Que me has dado un rol social, que pide y da. Que a mis 15 años acepté vivir como ser humano, «hombre», solo porque estabas tú, que te ofreciste a crearme por segunda vez. Que me enseñaste a dar los primeros pasos. Que aprendí a decir las primeras palabras. Que sentí los primeros sufrimientos de la vida. Que experimenté los primeros placeres de la nueva vida. Que he aprendido a vivir como siempre soñé vivir. Que he aprendido a vivir bajo los innumerables cuidados y atenciones de mamá morfina. Que jamás podré renegar de mi pasado con mamá morfina. Que tanto me ha dado. Que me ha salvado del suicidio o de la locura que casi habían destruido mi salvavidas. Que hoy 22-XII-1970, que aún puedo gritarle a los demás y a mí mismo, a todo lo que es fuerza noble, que nada ni nadie me ha dado tanto como mi benefactora, protectora, mamá morfina. Que tú eres infinito amor, infinita bondad. Que yo solo te dejaré cuando esté maduro para la muerte amiga o cuando esté tan seguro de mis fuerzas para lograr estar en pie sin las potentes vitaminas de mamá morfina.

~

La sangre de mi bestia

*

Exprimo la sangre-médula de mi bestia-cerebro,
para destilar unos centímetros de néctar vital a mi ser.
Que el néctar se inyecta en la tinta cervical
del impulso-nervioso-todo-nada
de la pluma estilográfica de 200 liras.

Tenía 14 años cuando la carne de mi ser se volvió hueso caliente.
Tenía 14 años cuando la carne de mi gusano se volvió rojo-vivo.
Y se arqueó como hocico de caballo a trote,
en los rizos de labios que chupan el semen de la vida.
Tres cruces y un fraile sin barba, en la tierra que bebe la sangre de
Dios
amor para la situación creada
que las ondas vibrantes penetran en la oscuridad
y en la espesa densidad nebulosa de mis verdades.
Y el gran rechazo del sudario escarlata de la muerte.

Que lloro en un cuaderno encontrado en las cuevas del Pincio.

***
Eros Alesi (Ciampino, 1951-Roma, 1971)
Versiones de Hiram Barrios

/

Mamma Morfina

*

Cara, dolce, buona…

Cara, dolce, buona, umana, sociale mamma morfina. Che tu solo tu dolcissima mamma morfina mi hai voluto bene come volevo. Mi hai amato tutto. Io sono frutto del tuo sangue. Che tu solo ti sei riuscita a farmi il quantitativo di felicità indispensabile per sopravvivere. Che tu me hai dato una casa, un hotel, un ponte, un treno, un portone, io li ho accetatti, che tu mi hai dato tutto l’universo animico. Che tu mi hai dato un ruolo sociale, che richiede e che dà. Che io a 15 anni ho accetatto di vivere como essere umano «uomo» solo perché c’eri tu, che ti sei offerta a ricriarmi una seconda volta. Che tu mi hai insegnato a muovere i primi passi. Che ho imparato a dire la prima parole. Che ho provato le prime sofferenze della nuova vita. Che ho probato i primi piacere della nuova vita. Che ho imparato a vivire como sempre ho sognato di vivere. Che ho imparato a vivere sotto le innumerevoli cure, attenzioni di mamma morfina. Che non potrò mai rinnegare il mio passato con mamma morfina. Che mi hai dato tanto. Che mi ha salvato da un suicidio o una pazzia cha avevano quasi del tutto distrutto il mio salvagente. Che oggi 22-XII-1970 posso strillare ancora a me, agli altri, a tutto ciò che è forza nobile, che niente e nessuno mi ha dato quanto la mia benefatricce, adottatrice, mamma morfina. Che tu sei infinito amore infinita bontà. Che io ti lascerò soltanto quando sarò tanto sicuro delle mie forze per riuscire a stare in piedi senza le potente vitamine di mamma morfina.

~

Il sangue del mio bestia

*

Schiaccio il sangue-midollo del mio bestia-cervello,
per distillare qualche centimetro di nettare vitale al mio essere.
Che il nettare si inietta nell’inchiostro
cervico-nervoso-impulso-tutto-nulla
della penna stilografica da 200 lire.

Avevo 14 anni quando la carne del mio essere divenne osso caldo.
Avevo 14 anni quando la carne del mio verme divenne rosso-caldo.
E si incurvò come muso di cavallo trottante,
sui riccioli di labbra risucchianti il seme di vita.
Tre croci e un frate senza barba, sulla terra che beve il sangue di Dio
amore per la situazione nata
che le onde vibranti, squarciano le tenebre
e la spessa densità nebulosa delle mie verità.
E il grande rifiuto del sudario scarlatto della morte.

Che piango su di un quaderno trovato nelle grotte del Pincio.

martes, 19 de marzo de 2024

marion poschmann / dos poemas









Paisaje con demostración de la existencia de Dios 

*

nos sentamos frente a vasos de cristal, pieles desbordantes de arena y
en la estrecha jarcia de bufandas y cuellos de piel, forman
islas de calor en terrazas vacías y ventosas,
fagotes sobre sillas de jardín, dignatarios secretos
 
del primer invierno,
hongos caloríferos abren los paraguas, pero nosotros
no nos damos, el gas en sus tallos abrasa
como tazas llenas de agua de lluvia, en vano
 
comemos guantes congelados, birretes,
bloques de hielo estriados a grados bajo cero,
inflamos nubes esponjosas,
las hacemos volar,
 
un cielo opaco, insaciable, las engulle
con la cuchara rallo
cautelosamente el aire: los camareros
dan vueltas alrededor como sobre patines de cuchilla,
 
saco algunas monedas de plata del bolsillo,
cubro la mesa con lentejuelas brillantes
que se quedaron largo tiempo junto a un plato
de hojas mojadas
 

Descartar los árboles 

*

a nuestra espalda se multiplican los indicios:
picos de frío, puntos de congelación, comenieve-
casi irreconocibles vagan por alféizares
con paso seguro, audaces, indiscutibles,
lo que pensamos eterno lo mantienen árido
 
el aire turbio del tiempo, el jardín
fugaz, los días que penden de un hilo,
repartimos bolas de granizo según el peso,
niebla dependiendo de su espesor
 
el sol nos abandona por calles laterales
siempre sin contacto visual. brillantemente
nos apresuramos con la casa,
permanece absolutamente silenciosa
 
sólo la hierba se debilita sospechosa,
como si le brotase óxido. tentaciones, exóticos
y opulentos, condensadores de luz:
 
los árboles se muestran como indiferentes, ramas
que apuntan a las montañas, motores asfixiados, a la espalda
pierden los restos mortales, nosotros
no los retenemos

***
Marion Poschmann (Essen, 1969)
Versiones de Martín López-Vega

lunes, 18 de marzo de 2024

miguel a. hernández zambrano / de "restituir la lengua"













En el principio no había palabra alguna
solamente una memoria imposible
una mitología oscura para decirnos quién
dioses llegados para legislar el sueño ante la ignorancia de los padres
que celebran los nacimientos como abundante cosecha
            solo para ahogarlos con signos de terror y odio

entonces hubo magma suelo volcánico erupción
llamaradas para hablar

era tarde
un idioma hecho de leyes crecía en la tierra para bañarla de miedo

~

Desde entonces
escribimos para borrar
para pasar inadvertidos
para esconder

otras veces escribíamos para contener la ira y el insomnio
para que la rabia no nos rompiera el cuerpo
para que no nos enfermara con su saliva amarga

se hacía de noche
la cabeza se llenaba de sombras
un dolor rojizo se alojaba en los ojos
y era cada vez más difícil entender el peso de lo que decíamos

~

Ahora se levanta una voz desde un cuerpo recobrado
las nubes no logran opacar el brillo de su sonido
la voz habla
            es un conjuro para escapar a las antiguas prohibiciones de la lengua

los padres se esconden tras la puerta de sus habitaciones
vuelven a invocar al dios de la nueva lengua

hay miedo ante este ruido inesperado

nadie me dio una lengua para las maldiciones
tuve que ir hasta los pasillos más oscuros de la historia
hasta los huesos de la memoria y del llanto
padecer un silencio hecho de miedo y locura
humos de muerte que entraban por la palabra

nadie me dijo que podía haber fuego en el habla
que el deseo tenía un lugar en él
que mi cuerpo no había sido huérfano siempre

ahora este poema maldice el lenguaje
está dicho contra él
y no podrá vivir más allá de estas páginas

***
Miguel A. Hernández Zambrano (Maracaibo, 1983)

domingo, 17 de marzo de 2024

francisca aguirre / la boca










Esta boca no quiere decir nada.
Esta boca no acaba de entender
lo que esta boca dice cuando dice
lo que esta boca expulsa desde sitios
que llevan una vida muy distinta
al sonido que sale de esta boca.
Esta boca lo tiene muy difícil
se echaría a rezar si eso sirviera
pero Dios se ha escondido en su galaxia
y a esta boca le faltan logaritmos
ecuaciones que le expliquen algo.
Mejor dejar las cosas como están
mejor no abrir la boca.

Total nadie nos iba a contestar.

***
Francisca Aguirre (Alicante, 1930-Madrid, 2019)

sábado, 16 de marzo de 2024

mia couto / cuatro poemas










El Espejo

*

Ese que en mí envejece
Se asomó al espejo
para intentar mostrar que soy yo.

Los otros de mí,
fingiendo desconocer la imagen,
me dejaron a solas, perplejo,
con mi súbito reflejo.

La edad es esto: el peso de la luz
con el que nos vemos.

~

Espiral

*

En lo oculto del vientre,
el feto se explica como el Hombre:
en sí mismo enroscado
para caber en el que todavía va a ser.

Cuerpo ansiando ser barco,
agua soñando dormir,
regazo en sí mismo encontrado.

En la espiral del feto,
el ovillo del afecto
ensaya su primer infinito.

~

Promesa de una noche

*

cruzo las manos
sobre las montañas
un río se evapora

al fuego del gesto
que inflamo

la luna se eleva
en tu frente
mientras palpas la piedra
hasta ser flor

~

El Amor, Mi Amor

*

Nuestro amor es impuro
como impura es la luz y el agua
y todo cuanto nace
y vive más allá del tiempo.

Mis piernas son agua,
las tuyas son luz
y dan la vuelta al universo
cuando se enlazan
hasta volverse desierto y oscuridad.
Y yo sufro al abrazarte
después de abrazarte para no sufrir.

Y te toco
para que dejes de tener cuerpo
y mi cuerpo nace
cuando se extingue en el tuyo.

Y respiro en ti
para axfisiarme
y miro en tu claridad
para cegarme,
mi Sol vertido de Luna,
mi noche alboreada.

Tú me bebes
y yo me convierto en tu sed.

Mis labios muerden,
mis dientes besan,
mi piel te viste
y te quedas aún más desnuda.

Pudiera yo ser tú
y en tu nostalgia ser mi propia espera.

Pero yo me acuesto en tu lecho
cuando sólo quería dormir en ti.

Y te sueño
cuando ansiaba ser un sueño tuyo.

Y levito, vuelo de semiente,
para en mí mismo plantarte
menos que flor: simple perfume,
recuerdo de pétalo sin suelo donde caer.

Tus ojos inundando los míos
y mi vida, ya sin lecho,
va saltando márgenes
hasta todo ser mar.
Ese mar que sólo hay después del mar.

***
Mia Couto (Beira, 1955)
Versiones de Raquel Madrigal Martínez

/

O Espelho

*

Esse que em mim envelhece
assomou ao espelho
a tentar mostrar que sou eu.

Os outros de mim,
fingindo desconhecer a imagem,
deixaram-me a sós, perplexo,
com meu súbito reflexo.

A idade é isto: o peso da luz
com que nos vemos.

~

Espiral

*

No oculto do ventre,
o feto se explica como o Homem:
em si mesmo enrolado
para caber no que ainda vai ser.

Corpo ansiando ser barco,
água sonhando dormir,
colo em si mesmo encontrado.

Na espiral do feto,
o novelo do afeto
ensaia o seu primeiro infinito.

~

Promessa de uma noite

*

cruzo as mãos
sobre as montanhas
um rio esvai-se

ao fogo do gesto
que inflamo

a lua eleva-se
na tua fronte
enquanto tateias a pedra
até ser flor

~

O Amor, Meu Amor

*

Nosso amor é impuro
como impura é a luz e a água
e tudo quanto nasce
e vive além do tempo.

Minhas pernas são água,
as tuas são luz
e dão a volta ao universo
quando se enlaçam
até se tornarem deserto e escuro.
E eu sofro de te abraçar
depois de te abraçar para não sofrer.

E toco-te
para deixares de ter corpo
e o meu corpo nasce
quando se extingue no teu.

E respiro em ti
para me sufocar
e espreito em tua claridade
para me cegar,
meu Sol vertido em Lua,
minha noite alvorecida.

Tu me bebes
e eu me converto na tua sede.

Meus lábios mordem,
meus dentes beijam,
minha pele te veste
e ficas ainda mais despida.

Pudesse eu ser tu
e em tua saudade ser a minha própria espera.

Mas eu deito-me em teu leito
quando apenas queria dormir em ti.

E sonho-te
quando ansiava ser um sonho teu.

E levito, voo de semente,
para em mim mesmo te plantar
menos que flor: simples perfume,
lembrança de pétala sem chão onde tombar.

Teus olhos inundando os meus
e a minha vida, já sem leito,
vai galgando margens
até tudo ser mar.
Esse mar que só há depois do mar.

viernes, 15 de marzo de 2024

julia wong / tres poemas











Caja chica

*

I
Tengo la edad de mi madre
Ahora que ya no está / el espejo opaco es más opaco
Apenas refleja un puño de viento
Me enaltece / he crecido con su muerte
Por fin existo –pienso–
Me froto las manos / pero son las de ella
Aprieto sus dedos fracturados:
Son mis dedos con un aro de matrimonio ajeno
Es azul zafiro / azul balde de plástico donde me enjuagaba
Ahora que mi madre ha muerto
Tengo su edad y sus ojos
Cuento los centavos como ella lo hacía
Cuento los papeles de dinero chino para quemar
Y no encuentro fósforos / ni candela
Ella era el fuego

II
Me siento al borde de la cama
Así se sentaba mi madre cuando rezaba
«¿A quién le rezas? ¿Hablas con alguien?»
–Pregunté una alborada en que Lima estaba peleando contra Lima
En un amanecer bochornoso de Chepén destruyendo a Chepén–
«No sé» respondía
No sé si hay alguien arriba o abajo
Creo que todo está aquí en la tienda
Mi escritorio oxidado es el territorio del amor
«Mamá»
Le volví a preguntar
«¿Sabes qué es lujuria / qué es coger o enamorarse?»
Ella abre su monedero / así / al borde de la cama
Y cuenta una a una las monedas oxidadas
«Toma» me dice
«Tres son para ti / una para los pobres
Y cinco para que te vayas a Buenos Aires»
Se acomoda otra vez al borde
Y continúa rezando

III
Recuerdo los labios de mi mamá
Casi nunca se los pintó
Cuando joven sí / y el día del matrimonio
Mi padre la escogió entre las damas chinas de la colonia
Porque ella tenía un problema cutáneo
Las terribles marcas del acné / grano espasmódico
Recuerdo mucho a mi mamá y el jo lan tau
«Yo saltaba la soga desde mi casa al puente de Sullana» contaba
«Luego nos bañábamos en el río buscando desinflar
Nuestros estómagos
Las damas con granos en la cara sabían asesinar insectos»
Sus labios están oscuros ahora
Recuerdo mucho a mi mamá
Nuestras muertas nos unen más que nuestros vivos
Los vivos somos una colmena en guerra
Picamos / embestimos / nuestra saliva está envenenada
Tragamos del otro hasta indigestarnos
Escupimos a escondidas sobre el vecino feliz o sus mascotas
Los muertos nos vigilan solemnes y endulzados
Sus ojos son hortensias salvajes / de esas que nadie corta
Cosen en el aire las palabras no dichas y nos curan…

Los vivos –en cambio– tenemos un degolladero en ciernes
Hoy he recordado mucho a mi mamá
Aunque no he llorado
Las flores celestes en el jarrón de nieve parecen erguidas
Y aunque vivas / son buenas

~

Para Norah: quien vive en Holanda,
 
*

No sé qué hora es en Holanda, Norah….
si pienso en Holanda desde Berlín, me parece un pájaro lejano,
la gente habla como un relámpago, come pan mojado en leche
En Berlín hablamos cual ángel  jugando con mandarinas viejas
Escucha un acento orgulloso, prejuicios condimentados con ajo
En Berlín, no conozco a Nadie que hable holandés.
Me dicen que la noche es épica y  griega
Porque aparecen todos los centauros y cíclopes alados
Orpheu besa a un pandillero
Y los empleados sirios entonan alabanzas en los baños
Orpheu alemán vive en las esquinas más sucias
Mientras las ratas se convierten en motociclistas 
Apagan la luz 
Acarician sus propias barrigas y cuerpos grasosos.
 
Una mujer muerta (quizás es mi madre) canta,
donde está ella ahora aprendió a quererme
La que me trajo al mundo no comprendió mis movimientos
Tampoco habló de Holanda
esa mujer temía a los alemanes/
Mis poemas eran objetos extraños
Como manzanas  nórdicas… quizás
 Palabras que deseaba olvidar…
¿por qué mamá? le pregunté
¿qué hay en el cielo de Berlín que te incomoda?
En Holanda  tienen prejuicios contra el idioma de Berlín
El tiempo insatisfecho busca una góndola
No he limpiado mi nariz para ver el futuro
El cielo en Berlín escupe ráfagas de cromo
No es azul, ni gris, ni celeste, es  invernal
Es un cielo alemán
Escribo un poema para Norah que está en Holanda
Ella intenta deshacer la purpurina de los nombres 
Los trenes  le susurran el terror de un puente caìdo
Y Norah dormita  en el qué hacer de los molinos
Pero aquí en Berlín, no hay ninfas, ni ruedas de agua
Sólo ángeles enloquecidos nos invitan a llorar a sus espaldas
tocan instrumentos construidos con material de desecho
Entenderías Norah que Orpheu 
No es un traductor, ha perdido su patria y su barco.
Por eso  lloré tanto cuando oí lo que  decías
Reventó en el ojo izquierdo de la piedra
nadie comprendería tus sonidos
este es Berlín,  Norah donde Orpheu aprieta los labios 
y ejecuta sus venganzas.

~

Los caminos de Dios en Berlín
Poco tienen que ver con la noche en Damasco 
Con la llamarada olímpica que enaltece la concordia
El zapateo roto  baila sobre caminos de azafrán
Una falda roja, una niña herida
El tambor y el líquido ocular rompen las ventanas
Un cráneo disparado por niños ciegos
Bombardeo vespertino
Un sermón incomprensible cae de la montaña
los pasos húmedos
Pero allí vomita un muchacho sirio
abraza a  una manta violácea
similar a  la humildad de los arroces derramados
Los sonidos sordos
Y los huesos inmunes de los vigilantes
No hay belleza en esa caridad asustada
Dame  todo grita con cada bengala el Satán invocado
Entrégate a mis limbos, río, ecuaciones
Tú acaricias la cabeza enrulada del chico que pronuncia en alemán
Guten Rutsch
tus dedos viajan sobre estepas, las casas destruidas titilan en sus ojos ebrios
Gib mir deine Hand, deme una mano 
revienta algo muy sonoro en la pared. No es la guerra. Es placer:
Dos ancianos hacen el amor mientras una chica se desviste.

***
Julia Wong (Chepén, 1965-Lima, 2024)

jueves, 14 de marzo de 2024

rosario castellanos / dos poemas











Lo cotidiano

*

Para el amor no hay cielo, amor, sólo este día;
este cabello triste que se cae
cuando te estás peinando ante el espejo.
Esos túneles largos
que se atraviesan con jadeo y asfixia,
las paredes sin ojos,
el hueco que resuena
de alguna voz oculta y sin sentido.
Para el amor no hay tregua, amor. La noche
no se vuelve, de pronto, respirable.
Y cuando un astro rompe sus cadenas
y lo ves zigzaguear, loco, y perderse,
no por ello la ley suelta sus garfios.
El encuentro es a oscuras. En el beso se mezcla
el sabor de las lágrimas.
Y en el abrazo ciñes
el recuerdo de aquella orfandad, de aquella muerte.

~

El otro

*

¿Por qué decir nombres de dioses, astros
espumas de un océano invisible,
polen de los jardines más remotos?
Si nos duele la vida, si cada día llega
desgarrando la entraña, si cada noche cae
convulsa, asesinada.
Si nos duele el dolor en alguien, en un hombre
al que no conocemos, pero está
presente a todas horas y es la víctima
y el enemigo y el amor y todo
lo que nos falta para ser enteros.
Nunca digas que es tuya la tiniebla,
no te bebas de un sorbo la alegría.
Mira a tu alrededor: hay otro, siempre hay otro.
Lo que él respira es lo que a ti te asfixia,
lo que come es tu hambre.
Muere con la mitad más pura de tu muerte.

***
Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925-Tel-Aviv, 1974)

miércoles, 13 de marzo de 2024

pablo neruda / oda a la alcachofa










La alcachofa
de tierno corazón
se vistió de guerrero,
erecta, construyó
una pequeña cúpula,
se mantuvo
impermeable
bajo
sus escamas,
a su lado
los vegetales locos
se encresparon,
se hicieron
zarcillos, espadañas,
bulbos conmovedores,
en el subsuelo
durmió la zanahoria
de bigotes rojos,
la viña
resecó los sarmientos
por donde sube el vino,
la col
se dedicó
a probarse faldas,
el orégano
a perfumar el mundo,
y la dulce
alcachofa
allí en el huerto,
vestida de guerrero,
bruñida
como una granada,
orgullosa,
y un día
una con otra
en grandes cestos
de mimbre, caminó
por el mercado
a realizar su sueño:
la milicia.
En hileras
nunca fue tan marcial
como en la feria,
los hombres
entre las legumbres
con sus camisas blancas
eran
mariscales
de las alcachofas,
las filas apretadas,
las voces de comando,
y la detonación
de una caja que cae,
pero
entonces
viene
María
con su cesto,
escoge
una alcachofa,
no le teme,
la examina, la observa
contra la luz como si fuera un huevo,
la compra,
la confunde
en su bolsa
con un par de zapatos,
con un repollo y una
botella
de vinagre
hasta
que entrando a la cocina
la sumerge en la olla.
Así termina
en paz
esta carrera
del vegetal armado
que se llama alcachofa,
luego
escama por escama
desvestimos
la delicia
y comemos
la pacífica pasta
de su corazón verde.

***
Pablo Neruda (Parral, 1904-Santiago de Chile, 1973)

martes, 12 de marzo de 2024

karo castro / con alas de fuego hasta el exterminio













Quiero cantar 
Quiero cantar en todas partes
Quiero una cuna de plumas 
Quiero un pedazo de cielo entre las tablas
Quiero un enjambre de abejas en la boca 
Quiero mi cuerpo con olor a tierra y jazmín
Quiero que me salgan lenguas de humo por los pies
Quiero abrir mis codos
Quiero mis codos emplumados
Quiero cambiarlos por alas de alondras
al amanecer.

***
Karo Castro (Santiago de Chile, 1982)

lunes, 11 de marzo de 2024

ernesto cardenal / dos poemas










Barricada

*

Fue una tarea de todos.
Los que se fueron sin besar a su mamá
para que nos supiera que se iban.
El que besó por última vez a su novia.
Y la que dejó los brazos de él para abrazar un Fal.
El que besó a la abuelita que hacía las veces de madre
y dijo que ya volvía, cogió la gorra, y no volvió.
Los que estuvieron años en la montaña. Años
en la clandestinidad, en las ciudades más peligrosas que la montaña.
Los que servían de correos en los senderos sombríos del norte,
o choferes en Managua, choferes de guerrilleros cada anochecer.
Los que compraban armas en el extranjero tratando con gánsters.
Los que montaban mítines en el extranjero con banderas y gritos
o pisaban la alfombra de la sala de audiencias de un presidente.
Los que asaltaban cuarteles al grito de Patria Libre o Morir.
El muchacho vigilante en la esquina de la calle liberada
con un pañuelo rojinegro en el rostro.
Los niños acarreando adoquines,
arrancando los adoquines de las calles
—que fueron un negocio de Somoza—
y acarreando adoquines y adoquines
para las barricadas del pueblo.
Las que llevaban café a los muchachos que estaban en las barricadas.
Los que hicieron las tareas importantes,
y los que hacían las menos importantes:
Esto fue una tarea de todos.
La verdad es que todos pusimos adoquines en la gran barricada.
Fue una tarea de todos. Fue el pueblo unido.
Y lo hicimos.

~

Muchachos de La Prensa

*

Muchachos que salían a diario fotografiados en La Prensa acostados
con los ojos entrecerrados, los labios entreabiertos
como si se estuvieran riendo, como si estuvieran gozando.
Los de la horrenda lista.

O bien salían serios en sus fotitos de carnet, de pasaporte,
tal vez profundamente serios.
Muchachos que aumentaban a diario la lista del horror.

Uno fue a dar una vuelta por el barrio
y lo hallaron tirado en un predio montoso.
O salió para el trabajo, de su casa del barrio San Judas,
y no volvió más.
El que salió a comprar una Coca Cola a la esquina.
El que salió a ver a su novia y no volvió.
O sacado de su casa
y llevado en un jeep militar que se hundió en la noche.
Y después encontrado en la morgue,
o a un lado de la carretera en la Cuesta del Plomo,
o en un basurero.
Con los brazos quebrados,
los ojos sacados, la lengua cortada, los genitales arrancados.
O simplemente nunca aparecieron.
Los llevados por la patrulla del “Macho Negro” o de “Cara e’ León”
Los amontonados en la costa del lago detrás del Teatro Darío.

Lo único que quedó a las mamás de sus físicos,
la mirada brillantes, la sonrisa, planas, en un papel.
Cartulinas que las mamás mostraban como un tesoro en La Prensa.
(La imagen grabada en las entrañas: en esa cartulinita chiquita).
El del pelambre despeinado.
El de los ojos de venado asustado.
Este risueño, picaresco.
La muchacha de mirada melancólica.
Uno de perfil. O con la cabeza ladeada.
Pensativo uno. Otro con la camisa abierta.
Otro con bucles. O con el pelo en la cara. Con boina.
Otro borroso sonriendo debajo de sus bigotes.
Con la corbata de graduación.
La chavala sonriendo con el ceño fruncido.
La chavala en la foto que andaría su novio.
El muchacho en pose en la foto que le daría a su novia.

De veinte, de veintidós, de diciocho, de diecisiete, de quince años.
Los jóvenes matados por ser jóvenes. Porque
tener entre los quince y los veinticinco años en Nicaragua era ilegal.
Y pareció que Nicaragua iba a quedar sin jóvenes.
Y después del triunfo hasta me sorprendí a veces, de pronto,
ante un joven que en una concentración me saludaba
(yo preguntándole en mi interior: “¿Y vos cómo escapaste?”)
Se les temió por jóvenes.

Ustedes los agarrados por la guardia. Los “amados de los dioses”.
Los griegos dijeron que los amados de los dioses mueren jóvenes.

Será, pienso yo, porque los siempre quedaron jóvenes.
Los otros podrán envejecer mucho pero para ellos
aquellos estarán siempre jóvenes y frescos,
la frente tersa, el pelo negro.
La romana de pelo rubio que murió quedó siempre rubia en el recuerdo.

Pero ustedes, digo yo, no son los que no envejecieron
porque quedaron jóvenes (efímeramente) en el recuerdo
de los que también morirían.
Ustedes estarán jóvenes porque siempre habrá jóvenes en Nicaragua
y los jóvenes de Nicaragua serán ya todos revolucionarios, por
las muertes de ustedes que fueron tantos, los matados a diario.
Ellos serán ustedes otra vez, en vidas siempre renovadas,
nuevos, como nuevo es cada amanecer.

***
Ernesto Cardenal (Granada, 1925-Managua, 2020)

domingo, 10 de marzo de 2024

fernando van de wyngard / primus













en cuyo caso francamente no pudiera
llegar de un solo cuerpo / sino en facsímil ambulatorio
como si fulan persona estuviese de turno en ese cielo / en ese hostal
del que no cabe ni decirlo / inhumano por pariente

no seas anzuelo de la vida / pórtate
en defunción agregada –a lo más regio que en nosotros hubo
con antelación a todo proceder / como esquirla
o esquina extrema del redondel donde yacemos
y en que somos admirables / postreramente edilicios
regias margaritas de un día eterno que se desoreja
por la prisa de oírnos el contorno

una réplica bastará además –para que seamos de a pie
lozanos / mientras nos sacudimos el paisaje
cuya disimetría deviene siendo desaguadero para aquellos flujos
de fetos encabritados por un frío que haya en el oceánico nombre
que no los nombra 

uno iza su porte enraizado en la turbulencia que a su vez desata
(qué hacen hojas de muérdago en la juntura de tus labios oprimidos?)

***
Fernando van de Wyngard (Santiago de Chile, 1959)

sábado, 9 de marzo de 2024

tadeusz różewicz / dos poemas









La espina

*

no creo
no creo desde que abro los ojos
hasta cerrarlos

no creo desde una orilla
hasta la otra
de mi vida

no creo
con la misma profundidad
con que mi madre
creía

no creo
al comer pan
al beber agua
al amar un cuerpo

no creo
en sus templos
en sus curas en sus signos

no creo
al pasar por la calle de una ciudad
por el campo
bajo la lluvia en el aire
dentro del resplandor
de la anunciación

leo sus parábolas
rectas como la espiga del trigo
y evoco a un dios
que no sabía reír

pienso
en un dios
pequeño y sangrante
que yace
en los blancos lienzos de la infancia

pienso
en una espina que desgarra
nuestros ojos nuestras bocas
ahora
y en la hora de la muerte

~

Cuento sobre las viejas feas

*

me gustan las viejas
las viejas feas
malignas
ellas: sal de la tierra
no les da asco la basura
humana

son ellas que conocen el revés
de la medalla
del amor
de la fe

las viejas
vienen y van
mientras los dictadores
se hacen los graciosos
mostrando sus manos en sangre

las viejas feas se levantan
junto con el sol
compran carne frutas pan
lavan hacen la cocina
se quedan en las calles con brazos cruzados
y se callan

las viejas
son inmortales

Hamlet se agita dentro de su red
Fausto hace un juego vil y ridículo
Raskolnikov bate con su hacha
las viejas son
irrebatibles
sonríen levemente

muere el dios
las viejas se levantan sin hacerle caso
cada día
compran pan vino pescado
se muere la civilización
las viejas se levantan junto con el sol
abren las ventanas

tiran la basura
se muere el hombre
las viejas
lavan al difunto
entierran a sus muertos
siembran flores
sobre sus tumbas

me gustan las viejas
las viejas feas
malignas

creen en la vida eterna
ellas: sal de la tierra
corteza del árbol
mirando con sus ojos de humildes bestias

cobardía y heroísmo
grandeza y mezquindad
a todo le dan una dimensión

conforme a las exigencias del día
de su día cotidiano

sus hijos descubren América
perecen en las Termópilas
crucificados se desangran
conquistan el Cosmos

las viejas salen a las calles
junto con el sol compran leche
pan carne todavía falta pimienta
para el guiso
las viejas abren las ventanas

sólo los tontos se ríen
de las viejas
de las viejas feas
malignas

porque ellas son mujeres
hermosas
las buenas viejas hermosas

como huevos
secretos sin misterio
bolas rodando incansablemente

las viejas son
momias
como de gatos sagrados

pequeñas
todas arrugadas
y cada día más secas
manantiales frutas
o gordas
budas ensimismadas

cuando mueren
se les escapa
una pobre lágrima juntándose
con una sonrisa feliz
de jovenzuela

***
Tadeusz Różewicz (Radomsko, 1921-Breslavia, 2014)
Versiones de Krystyna Rodowska

viernes, 8 de marzo de 2024

mary o'donnell / edén











Alguien había plantado tiempo atrás manzanas de Bath
en el huerto Protestante de mi infancia.
El huerto de mi madre. Las avispas
devoraron aquel dulzor abandonado
que ella nunca veía cuando se marchaba,
sin ocuparse de nosotros que ganduleábamos
en las orquillas de árboles viejos, emperadores,
de vuelta a casa tras la guerra. 

Llegar allí era batallar con ortigas,
con zumbido de insectos, abejorros y ranas,
nuestros propios mitos de serpientes. Éramos tropas
en marcha, Aníbal cruzando los Alpes
con perros en lugar de elefantes. A veces
el temor nos paraba, hasta que alguien hacía de Alejandro,
simulando valor para mantener a las tropas con ánimo.

Ante nosotros
se extendía una India – manzanos, la pócima
de las pomas de piel cremosa y venas encendidas.
Todo cuanto queríamos, linternas con piel rubí:
esos mapas de los sentidos, un estallido
de antídoto en las lenguas,
aquel bello escozor. 

***
Mary O'Donnell (Monaghan, 1954)
Versión de Inés Praga-Terente

/

Eden

*

Someone long ago had planted Beauty of Bath
in the Protestant orchard of my childhood.
My mother’s orchard. Wasps
devoured that neglected sweetness
she never saw as she drove out,
forgetful of us as we lounged in the crotches
of old trees, emperors, home from war.

To get there was to do battle with nettles,
buzzing insects, cock-chafers and frogs,
our own myths of serpents. We were troops
on the march, Hannibal crossing the Alps
with dogs for elephants. Sometimes
fear set us back, until someone became an Alexander,
play-acting courage to keep the troops in the mood.

Ahead
lay an India – apple-trees, the potioned
poms, flesh creamy and flush-veined.
All we wanted, ruby-fleshed lanterns:
such maps of the senses, an antidotal
release on our tongues,
that beautiful sting.

jueves, 7 de marzo de 2024

diane di prima / de "cartas revolucionarias"









Carta revolucionaria #64

*

Para Camilla Hall


El holocausto
        se mueve
hacia sus propios
                        fines.

La rosa florecerá
en el estanque del loto.

La flor de loto florecerá
    en el rosedal.

En el jardín encerrado
            que es
el jardín de los espejos
un templo de bruma
            se levantará.

~

Carta revolucionaria #73

*

Poema de sueño sobre Reagan & Co.

Cuando somos pobres sucios
y ya no tenemos nuestras montañas como refugios
cuando somos conquistados
y no podemos ir a nuestros bosques para confortarnos
cuando tenemos hambre
y nuestros valles no lograrán sostenernos
entonces veremos a esos hombres
en su verdadera luz

~

Carta revolucionaria #77

*

Canción en la víspera de la guerra

El centro de mi corazón es la canción árabe.
Se teje alrededor de las cuerdas de mi corazón
No puedo desarraigarla.
Es la canción del Amado como Otro
El Otro como Dios, todo es Luz
y nunca dejamos de cantarla.

La raíz de mi cerebro
(el tallo y la médula)
es el Árbol de la Vida.
Es la historia que todos hemos estado contando
La historia del viaje y del regreso
Todo gira en torno a la Luz
y nunca dejamos de contarla.

No puedo arrancar este Árbol de mi cabeza
No puedo arrancar esta Canción de mi corazón
No puedo permitir que los dos guerreen en mis células.

Este es un poema en prosa y es didáctico

Recuerda los perfumes del Líbano, el lapislázuli de Persia
Las montañas, zigurats, escaleras de ascenso
La cabaña en el campo en la que entramos como Su cuerpo.

El tejido de nuestra visión es oscuro y claro
Ahriman / Ahura los dos lóbulos
del cerebro. O el yin y el yang.
Las pinturas del Turquestán hacen eco en las cuevas
del norte de China. Los ojos de los Maniqueos están tallados
en oráculos de hueso.
No puedo cortar la luz de mis ojos
ni la sombra tejida de las curvas de mi cerebro.

La danza del I Ching es la danza de la marea estelar
Matemáticas del Zend Avesta
Geometrías de Ife
Sólo hay un Sol y acaba de salir

El icono dorado de la Virgen Negra
se alza en la puerta de piedra de Tashkent.
Los valles floridos de Shambala
acechan nuestros sueños.
¿Qué esqueletos acechan allí?


¿Los ves?

Si hasta las plantas se avisan unas a otras
Si hasta las gambas de salmuera lloran la muerte de sus congéneres...

Mis ojos miran desde diez mil rostros árabes
Una cierva olfatea el cadáver agarrotado de su cría.

Sólo hay un Sol y está saliendo
Es demasiado fuerte en el desierto de nuestras mentes.

Protégenos del desierto de la codicia
El desierto del odio
Protégenos del desierto del chovinismo
Le désert désespèré
Desierto desesperado sin canción, sin imagen
Protégenos del desierto sin retorno

Que la canción árabe brotó de la cueva de la montaña
Esa plata finamente trabajada brilla al sol

                                    Amando, sí, amando, mujer, y
                                    cavando el uno en el otro
                                    miles de años,
                                    cavando las diferencias. . . .'

Que los hombres y mujeres vestidos de oro
pieles oscuras brillantes
bailen en las puertas de piedra :
        Shiprock, New Grange, Tashkent
Que la diosa vuelva a caminar por las llanuras africanas
        Los Orishas iluminan el aire

Sólo hay un Sol y está saliendo
Que los duraznos de Samarkanda florezcan en el Okanagan.

Repite:
No hay nada que hayamos sido que seremos
Ninguno de los mitos basta.

Leamos los mapas de los demás al pie del Árbol
Donde la corriente de la Canción se mueve en todas direcciones.

~

Carta revolucionaria #79

*

Uno de los trabajos de Cronedom
(Escrito en la víspera de la primera guerra del golfo)

Algunos de nosotros tenemos que hacer el luto
mientras el resto de ustedes
se organiza.

Algunos de nosotros tenemos que bailar
en el tiempo del duelo.

~

Carta revolucionaria #84

*

14 de febrero de 2001

alguien
pone una bandera
por el día de San Valentín, como si
el dominio del corazón
pudiese pertenecer
a esta nación de corazón roto

~

Carta revolucionaria #86

*

Poemas cortos sobre la guerra afgana

1.
pequeños huesos de
niños montañeses
en la nieve

2.
sacos de arroz reventados
la arpillera se agita con el viento
incluso la etiqueta EEUU se desvanece

3.
Lanzamos radiotransitores por los aires

¿podéis comerlos?
¿podrán ellos
manteneros en calor?

~

Carta revolucionaria #88

*

Apuntes hacia un poema de la revolución


Es mejor perder y ganar
que ganar y ser derrotado
                    Gertude Stein

1
¿Qué hemos esperado en toda honestidad?
Esa arquitectura fascista alardeando
         @ el cielo
convertido ahora en fluido
        tóxico
humo,    ceniza
el largo alcance de
                    la impermanencia
nos toca a todos    & nadie
puede acaparar las bolitas & esperar
que los otros jueguen

2.
Mientras hacemos el luto & despotricamos por años
a lo largo de nuestros 3000        cuántos
                                                    mueren de hambre
gracias a nuestra avaricia
                                nuestra unappeasable
hambre

3.
El agua se está levantando
El viento está estallando

va a despojar al último de
                                nuestras
baratas y torpes
ciudades

sólo la música
algo de la música
permanece

4.
la voz de mi hija
tiembla al teléfono
mientras ve
las torres arder

desde su nuevo apartamento
el que tiene vistas...

5.
Guerra del Golfo, 91, mi hijo
                            en la manifestación
se detiene
                            a comer

Bueno, tomamos
una estación de reclutamiento
me dice
mientras la policía
seguía a la multitud hasta el centro
un grupo de nosotros
nos separamos.

                    Asiento con la cabeza y
me muerdo la lengua. ¿Por qué hablar de
lo que ocurrió el año en que nació?

6.
Quería un paso hacia el noroeste
& ¡ya lo tienes, Magallanes!
Henry Hudson, A-mer-eee-go,
Da Gama,             ¿estáis orgullosos
                                        todos ustedes
nos tomó
sólo 500 años para derretir
el hielo polar

7.
¿Y es un suicidio cuando los pingüinos
se rinden?             Acuéstate

8.
Niños vendidos en África
en la India
leyes sobre trabajo infantil celebradas hace apenas
ochenta años,         ahora
niños de ocho años en burdeles muertos
ojos
                ¿quién inventó
este infierno?

9.
agujeros negros en nuestros corazones
zona cero
                nuestras mentes         manos
que no se             deja
                                         ir

10.
Dime otra vez cuántos conserjes
murieron en las Torres
                                        cuántos
                    sandwicheros
limpiadores de inodoros
                    familias recibirán esos
dos millones por víctima
                    en ayudas?

11.
perdimos Montségur
perdimos Praga, los alemanes
levantamientos campesinos         perdieron
Andalucía                 (dos veces)
la Comuna de París

perdimos @ Haymarket
            perdió
Paul Robeson             España
incluso perdió         Dashiell Hammett

perdió San Francisco         bastante
recientemente

12.
Chuck en calzoncillos
regando su jardín

abatido a tiros en el amanecer de Mill Valley

13.
nos refugiamos
enclaves que hablan
(de nuevo)         en susurros

como lo hacían
cuando llegué por primera vez
a estas ciudades

14.
no se lamenten
no se organicen

hagan huelga y muévanse

***
Diane di Prima (Brooklyn, 1934-San Francisco, 2020) Revolutionary Letters. Londres: Silver Press, 2021.
Versiones de Nicolás López-Pérez
Fotografía de Daniel Entin