Asurbanipal tratando
de hablar nushu
mientras mira un grabado
de Enkheduanna
Cuando caminé después del Saqueo Universal
mi cuerpo me pareció un par de zapatos femeninos
también las palabras Mi voz era apenas
una pequeña pisada un sonido lejano y me dije
si tengo robarle el placer de ser mito a la muerte
tengo que advertir que vengo de entre el fue y el será
porque no hay nada mejor que hablar solo
Conviene cantar Conviene mirarse como un sueño
y dejarse llevar fuera de este comienzo
que parece una bienvenida al olvido
Entonces me repito los nombres son exilios
son simples murmullos sumerios
[Y soy yo] una grieta en el barro fuera de este mundo
Soy yo y no otro el que caminará desnudo
[comiendo tierra] mientras vomite soles y murallas
Soy yo la herida abierta [del Saqueo Universal]
Enkidú le habla de sus sueños
a Gilgamesh
Yo había descubierto el bosque de Amoxcalli
un peldaño más arriba de la cama del cielo
arrastrando la madrugada de los ojos y con un continente en mi espalda
En el camino los salones estaban
repletos de damas de alcurnia
pero yo no buscaba diversión entre las aves de rapiña
Fue más verme como el aire que como escritorio
donde se acostara el corazón y la venganza
lo que me llevó a darle de comer a la sepultura
Estaba en busca del tiempo esa fragata perdida
en tierra después de esa lluvia bíblica
del Saqueo Universal Yo sabía el verdadero nombre
de mi angustia Yo estaba detrás de Humbaba
Gilgamesh y su visión de la
Modernidad
Nací [abriéndome paso] con los oídos anclados a una silla de ruedas [entre los dedos] y ya no pude caminar al pasado y toparme a los niños del paladar pegados a las calles y las madres dando a luz a hombres en gramos que pesaban sus emociones en la balanza de la angustia Así nací conectado a una máquina que me daba a respirar las alucinaciones de una ciudad y otra que descargaba impulsos [clavados como un puñal] en letras que se agitaban a la velocidad de los átomos y una a una también vi esas mismas letras enfermarse con otro mal distinto al mío porque las palabras empezaron a palidecer cuando un sol deshojado no cabía en mi boca ni tampoco los días acumulados en mi garganta podían salir y apenas si se tartamudeaba la ilusión de la inmortalidad Así empezó este insomnio histórico [a la página en blanco] porque en las noches bebo uno a uno los pergaminos cargados de demasiada cafeína para que no me dejen dormir ni soñar Lo admito lo mío es un cuerpo demasiado jodido para enviar de vuelta al vientre de sus madres a todos aquellos que parieron la vida en un golpe para ver si esta vez si se les desarrolla por completo el seso
Los libros en un museo y
Gilgamesh los ve desde
la vitrina
[Ahora lo digo:] mi boca es la irreverencia
de una ciudad que existió en la mala poesía
y a la que se le fueron cayendo los dientes
La lengua hecha una tablilla de barro
adoquinó caminos y levantó montañas
adornadas de diosas con la cara de María Félix
Es curioso que [el fin de] dos ríos empotrados
en la panza sean inmensos intestinos
por donde transiten largos caminos
de mierda poética
con la muleta de [la historia] bastarda
Es curioso que haya aprendido a amarrarme
las tripas con alambre de púas
y [sea un museo] que camine cojeando por las calles
Éufrates y Tigris en la noche latinoamericana
[donde los vivos posan] en pleno centro de Caracas
[para los muertos] y no piense en otra cosa sino en mostrar mi gran abdomen cocido
donde tengo amarrado a Ur a Uruk a Nínive
para que nadie se las lleve como se llevaron a Irak
***
Nérvinson Machado (Caracas, 1976)
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