Nuestra madre leía fantasmas completos a la
noche
Intrigadas por sus pies enterrados a los lobos
de Saturno buscamos el significado de
abismo:
1. m. Profundidad grande, imponente y peligrosa,
como la de los mares, la de un tajo, la de una sima…
2. m. Realidad inmaterial inmensa, insondable o
incomprensible
3. m. Diferencia inmensa
4. m. p. us. infierno (lugar de castigo eterno)
–El problema esencial –dijiste– es que la
muerte sea una planicie habitada por
fantasmas completos que se significan entre
sí
Nuestra madre recitaba pasajes del libro de
los abismos ansiando un sencillo acontecer: la
magia. Un evento clásico del interior
Mientras tanto, me pedías en sueños que
arrojara tu cadáver a los establos porque un
caballo jamás pisaría a un muerto
[Lo maduro es proyecto de descomposición]
▼
Antes del libro de los abismos no existía la
verdad
Ahora la verdad existe y es un monstruo
incomprensible
En Raguna dijeron que la voluntad de hacer
daño era algo oculto en la naturaleza, por eso
el libro de los abismos tenía pasajes como:
1. Serás espanto y gloria en la sangre, en la arena, en
la cal, en el espíritu gorrión que surca las narices de
los volcanes cuando duermen. El cuerpo de tu
hermana será el Edén y tú la víbora celeste. No
crearás: no matarás. Respetarás el templo. El
asesinato es sólo privilegio de los dioses
2. Alumbrarás tu sombra para que sea clara como la
fruta que cuelga de las ramas del árbol del
conocimiento. Torturarás la oscuridad de tu cuerpo
contra las superficies de las cosas hasta que chille
como una gaviota destripada por el sol. Despreciarás
la suavidad de las patas de los conejos. Pero no
matarás: el asesinato es sólo privilegio de los dioses
3. A pesar del mandato divino matarás, víbora
celeste, grito del paisaje, criatura rastrera de Raguna.
Serás el anverso que constituya el eje de este libro
sobre la peste de tu signo en el agua; el abismo del
abismo en la sombra y de la primavera en tus
párpados mojados de lunes. Los fantasmas completos
te atravesarán como a todas las cosas que existen
después de ser observadas. Matarás: pero te dolerá
para siempre porque el asesinato sin culpa es sólo
privilegio de los dioses
▼
Yo quería parecerme a ese muerto que no
pisarían los caballos salvajes de tu frente
(ellos danzan el miedo esquivando tus restos
futuros)
Yo quería incorporarte en mí como una
calavera brillante e impronunciable que
encerrara el Gran Poema de tu Sangre
Jugábamos para señalar las diferencias entre
tu nombre y mi nombre en medio de las
verdades más bárbaras
Besabas mi silueta sobre las rocas y decías
que sabía a aluminio como los relámpagos
mostrando el sonido de la blancura del
invierno
Así tronaba tu interior cavando hacia el
futuro una tumba parecida a un incendio bajo
el agua
Abrazaste fantasmas completos tan lejanos a
mi silencio que me golpeé en la boca para
escupir los versos que nos unían sobre las
frágiles raíces familiares
Y así conocí tu sangre a través de mi
sangre:
Te vi en mis aguas derramándote sobre las
piedras donde mamá, mucho después, querría
destrozarme
Tu sangre era el río que limpiaba los pies de
los jadeantes; una agitación al fondo de los
rostros que se han ido y que vendrán para
continuar la olorosa historia de la cólera
Tu sangre era eso: el sentimiento de la fuerza
y de la nada conmoviendo los espíritus de los
cóndores cayendo en picada contra el mar:
carroña de Dios
Ahora es un campo de amapolas latiendo
corazones de ternera podrida en tu nombre
de epopeya eléctrica. Sus aortas se abren y
dan salida a abejas enrabecidas que hicieron
de la muerte de Dios un panal
Tu sangre corre como toda el agua quemada
que los caballos esquivan
Florece en los panales porque tu sangre es mi
sangre y toda la sangre que sonríe desnuda
zumbando el corazón de las Furias de mamá
Escurre la miel de tu tumba florecida [el
producto del crimen] pero estás aquí,
caliente, en mi nido de fantasmas completos,
porque tus aguas saben a un lenguaje que no
sé morir
“Ahora te regalo el Gran Poema de tu
Sangre”, dijo la muerte de Dios
abotonándose la camisa mientras te
derramabas adentro de mis aguas
Y comenzaste:
–La humanidad surge del miedo
Te odio y me odias, pero porque sufrimos podremos
tocarnos
–La bondad surge del miedo
Me odias y te odio, pero porque tememos podremos
perdonarnos
Ese es el origen de la sangre
Nada de esto estaba escrito en el libro de los
abismos, así que le aumentamos un capítulo
Mónica Ojeda (Guayaquil, 1988)
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