Este pan tiene el sabor de un recuerdo,
comido en esta pobre fonda,
donde está más abandonado y atestado el puerto.
Y disfruto de la amargura de la cerveza,
sentado a medio camino del retorno,
frente a los montes nublados y al faro.
Mi alma, que ha vencido su pena,
con ojos nuevos en el antiguo atardecer
mira a un piloto con su esposa encinta;
y un barco, cuya vieja madera
brilla al sol, y con la chimenea
tan larga como los dos mástiles, es un dibujo
infantil, que he hecho hace veinte años.
¡Y quién me iba a decir que mi vida
sería tan bella, con tantos dulces afanes,
y tanta apartada dicha!
Umberto Saba (Trieste, 1883-Gorizia, 1957)
Versión de Carlos Vitale
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Dopo la tristezza
*
Questo pane ha il sapore d’un ricordo,
mangiato in questa povera osteria,
dov’è più abbandonato e ingombro il porto.
E della birra mi godo l’amaro,
seduto del ritorno a mezza via,
in faccia ai monti annuvolati e al faro.
L’anima mia che una sua pena ha vinta,
con occhi nuovi nell’antica sera
guarda una pilota con la moglie incinta;
e un bastimento, di che il vecchio legno
luccica al sole, e con la ciminiera
lunga quanto i due alberi, è un disegno
fanciullesco, che ho fatto or son vent’anni.
E chi mi avrebbe detto la mia vita
così bella, con tanti dolci affanni,
e tanta beatitudine romita!
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