mediateca de poesía personal-universal del ayer y del mañana desde MMXVII/
sábado, 4 de julio de 2020
roxana crisólogo correa / de "ludy d"
yo quería conocer el mundo
~
yo era una niña
mi primer poema retumbaba
en las orejas de mis vecinos
como un vendedor callejero
todo lo que nos sirve
se extiende sobre la lengua amplia
y puntiaguda de la tarde
si hubiera habido agua para lavar
la melena sedosa del sol
la urdimbre de orfebrería que el deseo
acantonó en plazas de una existencia
inmóvil
ah muslos de las dunas deshojadas
atravesar el denso tapiz de la neblina
que las palmeras impregnan
de una incomprensible laboriosidad
que aqueja
volarle los sesos a la luna
es verdad
no había agua para regar un jardín
el desierto era aquella humanidad
y el polvo
que mi madre empuja con la escoba
~
en el cuarto de al lado se lavan los platos
en el patio trasero rebota una pelota de voces
desconocidos niños
que una mujer de rato en rato
ordena ir al colegio
¿y si la infección o la indiferencia avanzan tanto
que no les queda otra que extirpármela de raíz?
cómo será encontrarse una mañana
de un momento a otro vacía
¿algún sonido se desprenderá
alguna terca llave inglesa entornillará?
¿y qué del ejército de hormigas que no dudo
llegará atraído por los despojos de comida?
¿alguna vieja olla roncará su queja de capas y capas
de negrura histórica?
me habían anticipado que me vaya acostumbrando
a estos dolores
que de plano va a ser muy difícil
que de vez en cuando me va a arrinconar
a patadas
una políticamente incorrecta desesperanza
con su hoz y martillo de dientes
y un saludo a la bandera
sin forma
~
puedo dibujarlo
la arena entre los dedos señala el aire de tumulto
que la saliva del polvo convierte en palabras
aún el mar hiede al basural que los pelícanos arrastran
en su infancia de plumas negras
y mi cuerpo huele al alcohol
de la limpieza del cuerpo
puedo ver mis movimientos prolongarse
al cuello diáfano del conductor
el calor dopado en la carretera
que los pocos árboles afirman
en el rostro apurado de la gente
en gruesas chompas de piel
sólo anoche éramos más de treinta
los que esperábamos de la mano
de un sampedro
el verdadero color de los vidrios
la legítima colonia del cuerpo
el idioma que nunca cesa de estallar
ah viento en estas túnicas de blanco
revienta el pedal bajo esta bota charolada
tan solo nieve en el cerebro y casi olvido
la llave que me pueda guardar
¿qué más deseo que el polvo? digo yo
el hilo ajado sin sentido que cruzo
empantanada y sin remedio
la madeja apurada en los labios gruesos
de este arenal que bendigo
~
hay días que no tolero más ruido que el de las construcciones
y el café no endulza no hay nada que endulce este café
y quisiera ser la virgen que adorna el vello crepuscular
de un acolchonado cuadro
llamarme rosa rosita
tener el cabello largo y los pies pequeñitos y rosados
como los de una conocida muñeca
y llevarle a los muchachos de la construcción
tapers limpios de comida
papas sancochadas con pollo
mi buena sazón que venderé
y revenderé
con sendos cerros de arroz
lechuga agria y ají
de algo me servirá ser acomedida o liviana
sudar
atados de ropa limpia y una toalla
por si la transpiración
y luego pensar en los acabados del edificio
como terminaré yo
muros sellados y cielos falsos en placa de yeso
donde terminaré yo
soldaduras anclajes fijaciones de plástico
dónde anclaré
me desfondaré
y terminaré yo
y nada de prevención y mantenimiento
de martillos taladros patologías y formas
que hincan sus cabezas de movedizas serpientes
y me invitan a rodar
sentirme en la erosión de esta tierra de doble piso
sin fondo
y empapelan el ruido de un enceguecido tránsito
de aves guaneras como el dolor
de alguna primera vez
***
Roxana Crisólogo Correa (Lima, 1966)
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