miércoles, 15 de julio de 2020

fernando escobar páez / cuatro poemas


MI TERROR
Es duro el trabajo de la pesadilla.
LEOPOLDO MARÍA PANERO

Cuando los antiguos griegos sufrían de pesadillas
recurrentes viajaban al templo de Epidauro donde los
sacerdotes del culto interpretaban los horrores nocturnos
para luego curar a los peregrinos mediante plantas
alucinógenas previamente bendecidas por el semi dios
Asclepio.
I
Pero ya no soy pagano ni drogadicto para merecer la
sanación. Me volví católico apostólico romano y abstemio
que se masturba con pesadilla en mano. Mi terror tiene
forma de mujer fea como Hefesto y frígida como Artemisa.
En las noches degüella a mi ganado y me ofrece fresas
negras, sudor de arimapso, ambrosia defecada y besos
de prostituta amazónica que nunca me da, pues prefiere
recordarme que nunca fui más que su pegaso sin alas ni
falo.
Ω
Mi terapeuta me pidió que intente masturbarme como la
gente normal: pensando en mujeres bonitas y adorables,
pero no puedo; mi verga tiene tanto miedo a la noche que
solo entre verrugas y derrotas puede besar a La Triple
Diosa.

~

MOMENTO DE JALAR LA CADENA

El amor es el lugar del excremento.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Admirarte mientras defecas fue mi perdición. Soy Acteón
y tu mierda congelada es la jauría sagrada que se
alimenta de mi rostro.
Son punzantes los cristales que se forman en tu ano. Tal
vez por eso me enamoré de ti: armas filosas escondidas
dentro de un trasero frágil, culo de gata, más peligroso
que las propias garras.
Pero pese a la coprofilia que me habita desde que te
conocí, ha llegado el momento de jalar la cadena.

~

DOS PÁJAROS VIOLENTOS (BREVE RE ESCRITURA DE LOS
CANTOS DE MALDOLOR)

Un arcángel bajado del cielo y mensajero del Señor
nos mandó que nos transformáramos en una única araña.
ISIDORE DUCASSE

Poco importan los inconfesables vicios del águila o el
sangriento rugido del pelícano en mis tímpanos, si el cielo
solo conoce dos pájaros violentos: Jesús y El Marabú; aves
deformes y sin sombra que llevan la venganza tatuada en
sus picos. Siembran espirales de guano y furia en el
viento para humillar al plumaje rosa de sus víctimas, y
desflorar el túmulo donde yacen las últimas nubes.

~

EL DESAFÍO DE LA BESTIA

Apreciemos sin vértigo, la extensión de mi inocencia.
Jean Arthur Rimbaud

Maniquí sagrado que colecciona condones pero que de
noche viene a retozar en mis ruinas, ¡en tus escamas
conocí la abyección!, por eso transmutaré Tu Nombre —
antaño sacro— en vomitorium de esta pústula volcánica
que fue mi piel.
Con la bendición de El Perro desperdicié semen sobre la
tundra que llevas atada en el rostro, pero HOY, Una Bestia
Más Sabia proclama: ¡No más! ¡Cose con tinta sus
agujeros! ¡Deja que Otro se anule entre sus senos
tísicos!... BUSCA EL MAR. ¡Solo en la vastedad podrás
limpiar La Marca!
Acepto el desafío de La Bestia
y desnudo como una piedra
te dejo morir.

***
Fernando Escobar Páez (Quito, 1982)

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