jueves, 30 de abril de 2020

leonora vicuña / tres poemas













Damas cebollas
A Stella Díaz, poeta y amiga

*

Estas dulces cebollas calderanas
que hacen llorar a las damas talquinas
agonizan en sórdidas vitrinas
colgando como lánguidas campanas.

No saben que alto el sol en las ventanas
anuncia las fatales guillotinas
que suelen relucir en las cocinas
de las finas señoras casquivanas

También ellas colgadas algún día
del largo cordón de su pasado
aguardarán temblando el mediodía,

en que el diestro cuchillo de Dios Padre
desarme para siempre su tinglado:
¡Llorad entonces, solas y sin madre!

Santiago de Chile, 1983

~

Elvis Presley

*

Gardel del rock and roll y del gemido,
sudando ron en gotas escarlatas
bajo la noche plástica desatas
la sobredosis blanca del olvido.

El tango que renace en tu latido
volviendo al ring del blue y a las mulatas,
transforma sus polleras en fogatas
que giran embriagadas de sentido.

Ya no eres más el rey del firmamento
del escenario ardiente en las pantallas
donde viene a vivir por un momento

la dulce melodía que ahora callas
bajo una loza fría de cemento,
¡Gardel del Rock and Roll que me desmayas !

~

La hora del lobo

*

Es la hora del lobo.
La madre cierra suavemente las persianas.
Salen de sus oscuros escondites las polillas,
las baratas.
Puertas adentro la ciudad se recoge
en su desesperanza.
En el silencio total que nos inunda
un suspiro puede ser una amenaza.

Los lobos rondan las calles abandonadas.

De pronto: disparos y un grito a la distancia.
El corazón se agita.
Los ojos se dilatan.
Nadie se mueve.
Nadie dice nada.
Pero todos sabemos
en la tibia oscuridad de la casa
que alguien esta noche ha caído en una trampa.

***
Leonora Vicuña (Santiago de Chile, 1952)

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