domingo, 19 de abril de 2020

josé miguel ibáñez langlois / seis poemas













Oficio

*

Soy cura
y qué
otros buscan perlas en el fondo del mar
o instalan ojos y oídos humanos en la estratosfera
yo trabajo en éste y en el otro mundo
yo tengo el poder de expulsar demonios de las computadoras
yo transformo leprosos en arcángeles
y mujeres de Lot en estatuas de sal
yo me visto como ni los mismos reyes para celebrar la Misa
yo hablo todas las lenguas de Pentecostés y algunas otras nuevas
yo soy la mano de Dios que borra los pecados más increíbles
yo soy el espejo de Dios que camina por la historia sagrada
otros tocan la flauta a las serpientes artificiales
yo resucito muertos
soy cura
y qué.

~

Fe

*

Si me dejaras
si un poco de Tu mano me dejaras
yo no creería ni en mi propia sombra
yo me convertiría en mi propia sombra
llena de teorías luminosas sobre sí misma
y el sol y bla la lá si me dejaras
yo me creería el sistema solar en persona
creado por mí mismo de la nada
en un acto de rara inteligencia
y contaría mi historia por bares y jardines públicos
y hasta los niños me sabrían idiota
si un poco de Tu mano me dejaras.

~

Proscritos

*

Terroristas del mundo, alucinados,
drogadictos, pilotos de la muerte,
pervertidos de la profunda noche:
habéis equivocado los caminos.
En Dios está el terror y la violencia
y la gloria y el sexo y la ignominia.
En Dios está la ciencia y la locura
y el fruto prohibido y el horror.
Venid, adoradores, al peligro
y a los vértigos de su santo rostro.

~

Palabras

*

Qué son estas palabras
cuando un hombre se salva o se condena.
Qué son todos los libros de este mundo
a las puertas del cielo y del infierno.
Que Dios me deje ciego
si alguna vez me olvido de su Iglesia
por escribir palabras.

~

Ad Missam

*

Con un Lienzo me cubro la cabeza, con polvo
y ceniza, con la profunda noche. La luna
se eleva en las montañas del valle de Josafat.
Una blanca Mortaja me ciñe ahora el cuerpo
mientras San Juan enciende los cirios. El infierno
vela en la faz de Dios el sudor de su sangre.
Las antorchas judías se acercan en la noche.
El Cíngulo en mis lomos: por los eternos siglos
empujan de esta soga los hijos de Israel.
En mi cuello la Estola. Estoy triste hasta la muerte.
Padre, si puede ser que este cáliz se aparte
sin que rueden los mundos en tus manos. Por fin
viene el Manto sagrado. Yo caigo de rodillas.
Jesús el miserable está en manos del cielo
con su oscuro terror. La misa ha comenzado.

~

Relevo

*

El comunismo nos hacía mártires en las catacumbas
el neoliberalismo nos entierra en nosotros mismos
entierra viva a la Iglesia dentro de sus iglesias
dentro de sus hermosos cánticos funerarios
y cuando la Santa Madre quiere salir a la vía pública
debe hacerlo en la forma de esas viejas limosneras
que mendigan a la salida de las iglesias
que pordiosean a la salida de sí mismas
cuando veáis esas viejas ciegas de amor a Dios
sabed que son la Santa Madre Iglesia
en la forma que ella toma a la salida de misa
a la salida de sí misma en la ciudad neoliberal.

***
José Miguel Ibáñez Langlois (Santiago de Chile, 1936)

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