lunes, 22 de junio de 2020

josefina plá / el polvo enamorado













…………………………..I

… Aquí estuve. Aquí estoy. Fue un tiempo del cual jamás
hubo memoria,
—porque la tuya con la mía son una—
Pero yo sé que estuve, y mi estatura
ahora es perímetro de huertos.
Yo estuve y sé que estoy. Yo bato el inaudible tambor
…..de un antiguo latido
en el ladrillo del patio, en la corteza del árbol cejijunto,
en la gotera ciega como el beso;
en la danza del polvo
que en la raya del sol sonámbulo enloquece.

Yo estuve y yo regreso. Por siempre enamorado.
como el viento de lengua lastimada
aprendo nuevamente el dócil canto de la primer cigarra,
el crepitar de la minúscula tijera de la hormiga
o debajo la lengua del más tibio cordero
suscito la voz blanda de la primera súplica.
Yo estoy y sé que estuve. Yo inauguro
hoy el canto olvidado en la reseca gárgola,
y en tus labios el pozo de tu primer olvido.

…………………………..II

Hoy lo aprendí. Vivir es olvidarlo todo,
y morir aceptar que todos nos olviden,
para que nadie muerda con angustia los frutos
ni se desmaye de dolor al ver volar un pájaro.
Recordar es dejar colarse en nuestro pecho la mano
…que reclama
el préstamo primero,
y el que recuerda ya no puede
soñar que bebe toda el agua que su sed necesita;
ya no puede tener su muerte pequeña por entero.

…………………………..III

Inmemorial jornada donde los soles funden su río
…interminable,
donde los ríos cuelgan sus aortas como efímeros cometas,
y los árboles siempre prisioneros
dan vuelta a tierra y cielo, al otro lado azul de todo viaje.
Inmemorial periplo donde aurora y ocaso sangran un solo
…parto
y la arena murmura al final su miseria pequeña
con la lengua infinita de la espiga.
…Jornada
madurándose en rayos como la nube; abriéndose
cual la granada de oro de las noches.
…………………………………………………Inmemorial vigilia.

…………………………..IV

Donde pones tu pie, yo estuve, estoy. Te apoyas en mi
…pecho y te sostengo.
Me alzas en tus manos al cortar el primer crisantemo,
cuando tus sienes mojas yo te lavo para tu diaria muerte.
Mis dedos abren en tus manos las puertas y saben el
…número exacto de tus pasos;
mis pies suben a veces por tu espalda el tobogán del calofrío.
Duermo la siesta sobre las colinas
cobardes de tus rótulas
y en la feral quebrada de tus ingles acecha mi desvelo.

…………………………..V

Arriba. Arriba. Arriba. El sueño era un engaño,
la hamaca un espejismo
y el descanso una estafa. Levántate, camina, porque son
….muchas las jornadas,
y viático tramposo el puñado de tierra que brindaron a
….tu hambre.
Levántate e ingresa en el coro sin noche y sin descanso,
y pide a Dios por un trébol de cuatro hojas, una
….semilla curativa;
por una sombra acogedora,
y hasta por una piedra que refugie a un gusano
o sueñe en el montón que atesoran los muertos.
Pide por una lluvia benéfica, un racimo
a punto madurado, un trago fresco.

…………………………..VI

(Pero te son acaso consultados tus deseos?…
¿Alguien escribe con letras de piedad tu memorial de
….súplicas?…
¿Pidieras tú en lugar de la violeta el cacto,
el puñal mejor que el cáliz,
en vez del agua fresca el sorbo de veneno?)

…………………………..VII

Tal vez pidan por ti la flecha, el ala, la hélice.
Acaso la corteza de taciturna máscara.
Tal vez la mariposa funámbula del aire.
Tal vez te espere el mar, la vela, el témpano;
aleta aguda, anémona quemante,
fluorescente medusa, barroca caracola,
laberinto moreno de las algas,
flanco vertiginoso de torpedo asesino.
Ay, todo menos eso: seguir siendo
polvo, por siempre preso, en la trampa mineral implacable.
Cadena. Exilio. Cárcel. Extrañación. Castigo.

…………………………..VIII

Levántate. Camina. Y no te quejes.
Tú que hablaste de amor. Porque el amor es esto:
un descanso imposible, un más allá en perpetuo reto,
….un viaje nuevo
tras de cada jornada insufíciente.
(¿Qué vida nuestra vida, si todo lo engendrase todo, menos
….el hambre de otras vidas?)
Levántate. Camina. Porque esto es el amor que te secaba
las carnes como seca el sol los herbazales en enero.
Esto el amor. Seguir tu forma inacabada,
sonámbula por todos los corredores de la muerte.

…………………………..IX

Entre tanto, levántate. Camina.
No llores el amor que estuvo en tus mejillas claras, que
….corrió por los mapas celestes de tu sangre,
porque ese amor te citará al regreso.
El ha de levantar tu polvo de noche entre los muertos
—hijo de nuestra oscura llamarada—
para darle otra vez una sed del tamaño del cielo.
(Ojos de uva al mediodía,
manos como estrellas abiertas a tientas en lo oscuro,
pasos midiendo bosques de olvidadizas hojas).
Levántate. Camina. Mundo de encendidas abejas, tu pulso
perdió voz y mirada. Es sólo amor, tan sólo
amor. Amor tan sólo.

…………………………..X

Mira bien el otoño manojo de rotos tulipanes
matadero de soles. Porque en él volverán a quemarse como
….polillas tus deseos.
Mira bien los plantíos, donde septiembre alza verdes
….vapores tiernos;
porque ellos levantarán el índice de tus tapiados pasos.
Y no llores en demasía la tarde que se te va cargada de
….preguntas,
como fruto de fuego con la vedada almendra;
porque hasta la última de ellas te será contestada
Y aunque tú no lo quieras ha de llenar un día
el largo y ancho de tu muerte
la verdad que ha de darte su nombre de una vez para siempre.

…………………………..XI

Otro sorbo de amor. Y la nostalgia crece,
la nostalgia que anuncia la claridad lejana.
Ah. Cómo cuesta, polvo,
dejar este amor duro, esta hambre de los huesos,
esta sed de cintura,
y cambiarlos un día
por la paz sin dolor, sin angustia, sin sueños, sin recuerdo.

***
Josefina Plá (Isla de Lobos, Canarias, 1903-Asunción, 1999)

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