Cuerpo mío abandonado a los dientes del lobo
Perdóname por el maltrato
Por la herida
Por haberme dejado pisar por los cerdos
Sé que sufrías (me lo dicen tus cicatrices)
Sé que a veces me llamabas a la cordura
Con tu lamento de dolor
Cuerpo mío tirado a la basura
A carne de gusanos voraces
A caricias de perros lujuriosos
Al regocijo de los escanciadores de belleza
A los sepultureros del amor
Perdóname por haberme condenado
A la errancia y al vacío
Perdóname por haberme dejado arrastrar
Por un río de piedras
Y matarte
Virginia Benavides (Lima, 1976)
Fuente, revista El Malhechor Exhausto
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