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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

miércoles, 18 de diciembre de 2024

erica jong / el fin del mundo









                            "Te escribo desde el fin del mundo"
                                                            Henri Michaux

Aquí, en el fin del mundo,
las flores sangran
como si fueran corazones;
los corazones exudan una oscuridad
parecida a la tinta china
donde los poetas mojan sus plumas
y escriben.

"Aquí, en el fin del mundo",
escriben,
sin saber lo que significa.
"Aquí, donde el cielo mama leche negra,
donde las chimeneas alimentan el cielo,
donde los árboles tiemblan aterrorizados
y la gente llega a parecérseles..."

Aquí, en el fin del mundo,
los poetas sangran.
Se supone que sangrar y escribir 
son la misma cosa;
se supone que cantar y sangrar 
son la misma cosa.

¡Escríbenos una carta!
¡Envíanos un paquete de comida!
Confórtanos con proverbios o fruta azucarada,
háblanos de un Dios.
Distráenos con teorías del arte
que nadie puede probar.

Aquí, en el fin del mundo,
tenemos las cabezas vacías,
y el viento las atraviesa
como fantasmas
en una casa encantada.

***
Erica Jong (Nueva York, 1942)
Versión de Susana Constante

/

The End of the World

*

Here, at the end of the world,
the flowers bleed
as if they were hearts,
the hearts ooze a darkness
like india ink,
& poets dip their pens in
& they write.

"Here, at the end of the world,"
they write,
not knowing what it means.
"Here, where the sky nurses on black milk,
where the smokestack feed the sky,
where the trees tremble in terror
& people come to resemble them. . . . "

Here, at the end of the world,
the poets are bleeding.
Writing & bleeding
are thought to be the same;
singing & bleeding
are thought to be the same.

Write us a letter!
Send us a parcel of food!
Comfort us with proverbs or candied fruit,
with talk of one God.
Distract us with theories of art
no one can prove.

Here at the end of the world
our heads are empty,
& the wind walks through them
like ghosts
through a haunted house.

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