sábado, 21 de diciembre de 2024

ariano suassuna / cinco poemas













La infancia

*

Sin ley ni Rey, me vi arrojado
bien niño a un Planalto pedregoso.
Tambaleando, ciego, al Sol del Acaso,
vi el mundo rugir. Tigre maldoso.

El cantar del Sertón, Rifle apuntado,
venía a trillar su Cuerpo furioso.
Era el Canto demente, sofocado,
rugido en los Caminos sin reposo.

Y vino el Sueño: ¡y fue despedazado!
Y vino la Sangre: ¡el marco iluminado,
la lucha extraviada y a mi grey!
¡Todo apuntaba al Sol! Me quedé debajo,
en la Cárcel en la que estuve y en la que me hallo,
Soñando y cantando, ¡sin ley ni Rey!

~

La mujer y el reino

*

Con tema del Barroco brasileño

¡Oh! ¡Granada del pomar, hierba esmeralda
ojos de oro y azul, mi Alazán!
¡Aria en forma de Sol, fruto de plata
mi suelo, mi anillo, Cielo de la mañana!

¡Oh mi sueño, mi sangre, don, valentía,
Agua de las piedras, rosa y belvedere!
¡Mi lámpara encendida del Espejismo,
Mi mito y mi poder - mi Mujer!

Se dice que todo pasa y el Tiempo duro
todo desmorona: ¡la Sangre ha de morir!
Pero cuando la luz me dice que ese Oro puro

se acaba por finar y corromper,
Mi sangre hierve contra la vana Razón
E impulsa su amor en la oscuridad!

~

Aquí vivía un rey

*

Aquí vivía un rey cuando yo era niño
Llevaba oro y marrón en su jubón,
Piedra de la Suerte sobre mi Destino,
Latía junto al mío, su corazón.

Para mí, su cantar era Divino,
Cuando al son de la guitarra y del bordón,
Cantaba con voz ronca, el Desatino,
La Sangre, la risa y las muertes del Sertón.

Pero mataron a mi padre. Desde ese día
Yo me vi, como ciego sin mi guía
Que se fue hacia el Sol, transfigurado.

Su efigie me quema. Yo soy la presa.
Él, la brasa que impele al Fuego encendida
Espada de Oro en pasto ensangrentado.

~

El mundo del sertón

*

Ante mí, las tramas amarillas
del mundo, Onza marrón e intrépida.
En el campo rojo, el Asma azul de la vida
a la cruz del Azul, el Mal se desmantela.

Pero la Plata sin sol de estas monedas
perturba la Cruz y las Rosas mal perdidas;
y la Marca negra izquierda inolvidable
corta la Plata de las hojas y hebillas.

Y mientras el Fuego clama la Piedra rígida,
que hasta el final, seré desnortado,
que hasta en el Pardo el ciego desespera,

el Caballo marrón, en la cornisa,
intenta alzarse, con las alas, a lo Sagrado,
ladrando entre las Esfinges y la Pantera.

~

La carretera

*

En el reloj del Cielo, el Sol puntero
Sangra la Cabra en el extraño cielo plomizo.
La Piedra lasca el Mundo impiadoso,
La llama de la Escopeta hiere el Acero.

En el carrascal del sol, azul brasero,
Resplandece el Girasol rojo y fogoso.
¿Cómo morir en la sombra de mi Asiento?
¿Cómo enfrentar las flechas de ese Arquero?

Ahí fuera, el incendio: la violeta lámpara
de las Macambiras rojas y auri-pardos
Ángeles-diablos y Tronos-van quemando.

¡Sopla el viento – el Sertón incendiario!
¡Andan monstruos sombríos por la Carretera
y, por la Carretera, entre esos Monstruos, ando!

***
Ariano Suassuna (João Pessoa, 1927-Recife, 2014)
Versiones de Raquel Madrigal Martínez

/

A infância

*

Sem lei nem Rei, me vi arremessado
bem menino a um Planalto pedregoso.
Cambaleando, cego, ao Sol do Acaso,
vi o mundo rugir. Tigre maldoso.

O cantar do Sertão, Rifle apontado,
vinha malhar seu Corpo furioso.
Era o Canto demente, sufocado,
rugido nos Caminhos sem repouso.

E veio o Sonho: e foi despedaçado!
E veio o Sangue: o marco iluminado,
a luta extraviada e a minha grei!

Tudo apontava o Sol! Fiquei embaixo,
na Cadeia que estive e em que me acho,
a Sonhar e a cantar, sem lei nem Rei!

~

A mulher e o reino

*

Com tema do Barroco brasileiro

Ó! Romã do pomar, relva esmeralda
olhos de ouro e azul, minha Alazã!
Ária em forma de Sol, fruto de prata
meu chão, meu anel, Céu da manhã!

Ó meu sono, meu sangue, dom, coragem,
Água das pedras, rosa e belvedere!
Meu candeeiro aceso da Miragem,
Meu mito e meu poder - minha Mulher!

Diz-se que tudo passa e o Tempo duro
tudo esfarela: o Sangue há de morrer!
Mas quando a luz me diz que esse Ouro puro

se acaba por finar e corromper,
Meu sangue ferve contra a vã Razão
E pulsa seu amor na escuridão!

~

Aqui morava um rei

*

Aqui morava um rei quando eu menino
Vestia ouro e castanho no gibão,
Pedra da Sorte sobre meu Destino,
Pulsava junto ao meu, seu coração.

Para mim, o seu cantar era Divino,
Quando ao som da viola e do bordão,
Cantava com voz rouca, o Desatino,
O Sangue, o riso e as mortes do Sertão.

Mas mataram meu pai. Desde esse dia
Eu me vi, como cego sem meu guia
Que se foi para o Sol, transfigurado.

Sua efígie me queima. Eu sou a presa.
Ele, a brasa que impele ao Fogo acesa
Espada de Ouro em pasto ensanguentado.

~

O mundo do sertão

*

Diante de mim, as malhas amarelas
do mundo, Onça castanha e destemida.
No campo rubro, a Asma azul da vida
à cruz do Azul, o Mal se desmantela.

Mas a Prata sem sol destas moedas
perturba a Cruz e as Rosas mal perdidas;
e a Marca negra esquerda inesquecida
corta a Prata das folhas e fivelas.

E enquanto o Fogo clama a Pedra rija,
que até o fim, serei desnorteado,
que até no Pardo o cego desespera,

o Cavalo castanho, na cornija,
tenha alçar-se, nas asas, ao Sagrado,
ladrando entre as Esfinges e a Pantera.

~

A estrada

*

No relógio do Céu, o Sol ponteiro
Sangra a Cabra no estranho céu chumboso.
A Pedra lasca o Mundo impiedoso,
A chama da Espingarda fere o Aceiro.

No carrascal do sol, azul braseiro,
Refulge o Girassol rubro e fogoso.
Como morrer na sombra do meu Pouso?
Como enfrentar as flechas desse Arqueiro?

Lá fora, o incêndio: o roxo lampadário
das Macambiras rubras e auri-pardos
Anjos-diabos e Tronos-vai queimando.

Sopra o vento – o Sertão incendiário!
Andam monstros sombrios pela Estrada
e, pela Estrada, entre esses Monstros, ando!

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