lunes, 14 de marzo de 2022

julia wong / cuatro poemas










Leche como lejía

*

Sangro leche como un río de lejía limpiando una casa
llena de plantas caníbales
El verano se escapa por las venas de mi hija
Ya lejana ella
Camina de la mano de sus monstruos lácteos
venidos de un firmamento
Del cual no tengo el password
Es otro código, refunfuño después de varios intentos
Otro es el mundo de pelucas y cambios alquímicos
Mis órganos reproductores
Le pertenecen al presidente de Estados Unidos
Y mi cuenta de banco en rojo aún más.
Yo nací en la mano cerrada de un cristo de yeso
Mi cuerpo era su guerra
Y allí se dibujaban los mapas como venas enraizadas
Mi hija viste de blanco como una novia cruel
Y orina en las mesas grasientas de los duendes recién confesados
El protocolo del abismo trae tulipanes en la boca
por fin entiendo que debo volver a la cueva
Donde las glándulas mamarias se reconstruyen
Puedo garantizarte hija, que, aunque se seque el mar
Mi teta apenas nutriente seguirá aquí silente y capicúa
Aunque la producción agrícola se haya convertido en papel higiénico.

~

Agua intranquila

*

Escribo un poema sobre la rebeldía del agua /me mojo las ingles y la entre pierna pero no seco mi sed/ Solo se me ocurre la palabra desierto y rasco mis talones.

Escribo un poema sobre el agua que moja mis dedos de rojo, ¿cuando se volvió roja , cuándo?

Escribo un poema sobre la lluvia y el nombre de una ciudad quebrada que no conozco pero me fascina que este mojada/

Escribo un poema sobre un hombre metiendo su mano bajo mi falda en plena primavera alemana, cuando suele llover mucho en el sur del país.

Escribo un poema sobre la lluvia marrón de Macau, el viento se lleva un florero.

Mi padre dice, déjalo, déjalo que se rompa. No importa que se caiga, no trates de  agarrarlo, el viento es más fuerte que tú, el agua nos sepultará.

Escribo un poema sobre las manos callosas de mi padre, tocando mi frente mientras duermo

¿Qué quieres papá?, -le pregunto.

No hay agua dice, incluso después de la tormenta  / arrastra sus pies y su bastón. Dame un vaso con agua. En Macau llueve en los jardines.

El  tiene miedo que nos muramos de sed

Siempre le he temido al desierto /dice

Escribo un poema sobre el agua que chorrea de las calaminas viejas.

La tierra enlodada  encaramándose hasta mis labios secos.

Porque el agua se ha enardecido con todo/ empieza a  introducirse bajo los cuadernos amarillos de los niños a la hora de la siesta.

Los caños revientan/

La noche sufre y parece olvidar la felicidad de sus átomos graves/

Agua agua agua/

El agua parece crecer como sábana, camión, ambulancia, helicóptero, sudor de  fierro, ácido de verano eterno que nos domina, óxido del amor que corroe la falange rupestre.

Gota a gota se moja el colchón donde la perra rabiosa mordió a su cría/

Y mojamos nuestros venenos en la trampa de la nube onerosa que domina la vigilia.

~

Bye Bye Hong Kong

*

Acabo de volver de Hong Kong
No hablo, ni más, ni menos chino que cuando me fui
He engordado un poco,
Mientras rezaba en los cementerios y recordaba tu nombre
Los fantasmas comían los pasteles que nos gustaban
Los mismos fideos
El chuk de arroz
Entiendo algunas palabras que antes no tenían significado para mi.
Ahora tengo pena por los pájaros que se van y no vuelven
Ahora se que si el tifón se lleva una maceta del balcón
Nadie comprará otra.
He comido por ti y por mí
Las galletas de huevo
Y la sopa de tofu
También he consumido comida occidental
Ahora abundan las panaderías estilo europeo
Y establecimientos de comida árabe y turca
Antes solo nos sentábamos los dos en el mercado rojo
me contabas historias que no entendía, aun con gran esfuerzo
Ahora tampoco las entiendo…
Pero Tu tienes ahora otro sentido
Tu querías que yo comiera todas esas cosas ofrecidas
En los altares
Productos a base de arroz y yema de huevo.
Me pedías que olvidara occidente
En mi enorme estómago he tratado de combinar el alimento
de occidente
Más tus bolas de pescado
Pero ninguna palabra nueva en chino ha salido de mis labios
he sentido tu falta
He sentido tu falta en cada paso por las verdulerías viejas
Y los rincones sucios
Que sucios somos los chinos ¡!!

Antes decía que tú eras el chino
Y que yo había sido criada por personas aseadas
Pero ahora creo que los dos estamos sucios
Como el aire de China, la polución y la masacre ambiental
Como sus escaleras escondidas en los altos edificios de tsimtsatsui
Todos somos un poco ese animal nocturno
Que se escapa en la noche peninsular
A husmear en las ofrendas para muertos,
busca un beso y un abrazo a escondidas
Todos somos ese papel
Que será quemado en las fogatas
Con el que nos limpiamos el colorete seco de la boca
Damos un beso
Y desaparecemos entre fantasmas moleculares.

~

Imperio

*

Están marchando sobre la ciudad o mi cuerpo
Hoy da lo mismo
Su caballería ha destruido gran parte de los jardines
Con bolas de acero me revientan
Sobre mis pupilas, ejército japonés ha convertido
Mi humilde casa en un palacio
Yo cago afuera de la puerta
Ya no me dejan entrar y admirar el atardecer en mis balcones
Se han adueñado de cada palabra
Las han enterrado en ollas de barro
Y vertido sangre de ganado y gallinazos

La verdad es una telaraña codiciosa
Cuando el alga sabor pájaro de polvo
Sea engullida por los maestros del placer, o del dolor….
Hoy da lo mismo
Veré mi número arcaico impreso en mi antebrazo
Me he disfrazado de alemana, japonesa, rusa
Y profesora de literatura
Pero sólo advierto que soy el deseo enfermo
De poder o de sentir
Hoy también da lo mismo.

***
Julia Wong (Chepén, 1965)

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