miércoles, 28 de febrero de 2018

verónica jiménez / de catábasis













¿Cómo debería ser una persona
que vigila un horno?

Enciendo un cigarrillo
miro el tiempo convertirse en ceniza.

Soy la vieja cocinera de La strada
aprieto la mandíbula al aspirar
…………..nadie ve
…………..cómo se vuelve piedra
el corazón cercado por el humo.

Ella alimentaba muchedumbres
siempre había demasiada hambre.

El vacío tras capas de piel y de sudor
se disgregaba y se reunía una y otra vez.

Buscaba palabras: demasiado, innumerable.

Los superlativos
eran las formas abstractas de su herida.

~~~

Hago cortes en la carne.
Por cada hendidura del cuchillo
ofrezco una reparación:
ajo, cebolla, especias,
buenas intenciones para el paladar.

Estoy adobando una fracción del día
rodeada por la sordera del calor.

Hago cortes en una parte tangible de la realidad:
un trozo de costilla extraída de una bandeja,
la parte de un todo, un hueco en el fantasma
que aún pasta receloso en la pradera.

Abro el horno y meto la única
porción de certeza de la que dispongo.

Cocinar obedece al deseo de atestiguar.

~~~

Una cocina
una casa
una civilización
humo y ceniza.

Busco el paraíso
busco la verdad
paraíso y verdad

pero todo es salado y viscoso
…………..como cebo de cerdo

Amo el silencio
el silencio y el ruido
y el sonido de las olas.

Esto es aquello de lo que soy capaz:
un festín.

Porque la lengua es un extraño músculo
que ha consumado hechos gloriosos.

***
Verónica Jiménez (Santiago de Chile, 1964) Catábasis. Santiago de Chile: Cuadro de Tiza Ediciones, 2017.

martes, 27 de febrero de 2018

enrique gómez-correa / cuatro poemas













El espectro de René Magritte

*

Cuando él descubrió la huella inefable de la luciérnaga
Había a su alrededor seres extraños identificables con la furia
Seres a cuyo paso el sonido guardaba silencio
Que os invitaban al fondo del mar al fondo del cielo
A la tormenta de los objetos.

Y tú René Magritte paseabas con tu espectro a cuestas
Con tu mundo desconocido forjado en la fragua del deseo
En el anillo de la imaginación
Que en tu dado era el dedo del fantasma.

Te reconocías en el ángel
A cuyo golpe de rayo era el árbol despiadado
Te reconocías en el árbol
A cuya mirada era la más perfecta estatua de carne y hueso
Eras entonces la tortura de la ventana frente al infinito.

Fuego del vendaval que parte de la cabeza a los pies
Fuego para llorar fuego para reír
Fuego próximo a lo que eres tú con tu ojo de fuego
Fuego nostálgico.

Tanta vida inútil
Tanto espejo sacrificado a instancias del círculo mágico
Tanto corazón al borde del abismo
Por qué la vida -la tantas veces recordada vida- ha de ser inútil?

Y tú lo sabes René Magritte
Lo sabes en el relámpago lo sabes en tu amor
Lo sabes en la más pervertida de las nubes.

Andas y desandas el camino que ya no es él mismo
A tu habitación llegan objetos conocidos y desconocidos
Y tú los invitas a cenar
Tú conversas tú les das la palabra
Tú les das el alcohol tú eres enigmático como ellos.

Pero yo vuelto hacia mí
Temblando en la página en que te escribo
Con mi vestón que he olvidado con displicencia te digo
Pasad espectro de carne y hueso
Pasad.

~~~

Yo entro en gavilán y salgo en fénix

*

En la noche destapo la botella y soy un pájaro
Que interroga a su alma
Entonces la ola sube
Y por un instante el aire no es más que dos ascuas.

Sentada a mi lado fascinante
Siguiendo la luz
De lo que es a lo posible
Ella corta la nebulosa en mitades
Que a la vez son dos enormes plumas.

Ella ama el misterio y le canta a la dureza
Sabe que el terror le zumba en el oído
Y hacer de dos días una noche
Es tan fácil como transformarse
En ornitorrinco.

Tú eres el fantasma que ama la pureza y cantas
A las bailarinas
Un muro os responde con un "sí"
Más bello que un cuerpo sembrado de dientes
Tú te llenas los bolsillos
Y te dispones al goce.

Ahora eres el ojo que crece
Y que el mar arroja después del naufragio
Imaginad que ese ojo
Esté amenazado por la dentadura de un bull-dog
Entonces yo no sería más que esa llama
Que mis antepasados portugueses
Buscaban en el agua
O en el aire y aún en el fuego
Y después se perdieron
En las ciudades heladas del sueño
Para despertarse a doce pulgadas de mi alma.

Ahí te buscas y te golpeas la frente
Miras el cielo
Y las nubes son el musgo
Propicio a una bandada de estorninos.

Has atravesado las bóvedas del tiempo
Te has mezclado al relámpago
Has jurado venderle tu alma a la noche
Ya que eres el ala llameante de los malditos
Ya que conocéis los encantos y delicias de la noche
Ya que habéis llorado antes que el origen de las lágrimas
Disparad todos vuestros revólveres sobra el cielo y el hastío
Porque aún así
Alma eres un poco menos que yo.

~~~

Imagen en la ventana

*

Dicen que la gota de agua llama al vaso
Como la hoja al búho
Dicen también
Que la ventana pone en evidencia el infinito
Que el ser vive gracias a una eterna metamorfosis
Pero yo paso del blanco al negro
Por la sal que me golpea el árbol del cerebro
Por el desgaste de mi sombra

La flor alcanza al ojo
El muro es quitado al condenado a muerte
Las orejas al demonio
El amor al mar
Todo eso sale del pecho sangrante
Y nos va precipitando a la nube
A la canción que sale de los labios de una mujer
Distante muchos años luz
Con amor o sin amor
Yo rompo un poema que he escrito esta mañana
Yo la miro de reojo yo pienso en su nervadura
Despisto al guardia que me perseguía dos horas más tarde.

La mujer se sienta en la ventana
Una mujer que es a la vez cinco pájaros cautivos
Pero ella ya no es ella y sin embargo yo soy el muro
Su cabeza está pegada a uno de mis costados.

Yo no pido sino que sostengas la mirada
Al mismo tiempo que la respiración
Abrid bien los ojos señores
Yo estoy detrás del árbol.

~~~

El prometeo desencadenado

*

Una mosca de manicomio
Insiste en atravesarlo el rostro
Le habla con la lentitud
Del que muere en cada una de sus palabras
Y al abrirle los labios
Es entonces la más perfecta violencia.

Nosotros sacudíamos en el aire las manos
En las sombras
En el amor negro
Más negro que el amor
Y cultivado por un terrible escalofrío.

Yo amaba desollarle el pensamiento
Amaba las mujeres obscenas
Las que se desnudan ante un auditorio
Y me hablaban tiernamente del mar
Que a todos nos enfurece
Que son más bellas cuanto más desnudas
Y con mayor número de dientes.

Yo hablaba a los amigos
De un mundo repudiable
De mi odio a los cojos
Que impiden el paso en las veredas
De mujeres Que todavía confiaban en el poder de los sueños
Del hambre que nos devora el corazón
Y nos hace reír en plena noche.

Las mujeres del Oeste se parecían a las del Este
Golpeaban la luz en mi frente
Que todo lo deshace
Y nosotros éramos la cabeza del corazón
La cabeza de un mundo podrido
De un mundo más odiable
Que todos los perros de una gran familia Y siendo de esta manera
Yo caería fulminado por la más apetecible de las mujeres
En la más incierta de las noches.

***
Enrique Gómez-Correa (Talca, 1915-Santiago de Chile, 1995)

lunes, 26 de febrero de 2018

alicia salinas / la pesadilla argentina










Será por la fragilidad con que se vive
lejos del cobijo de ilusiones simples
o por el entresueño que provocaron
los golpes secos de la madera del toldo
sobre el pequeño muro. Vino la imagen
de un junco, firme en la fronda del estero,
rudo y pertinaz
entre los aires fuertes de la pampa.

Palo con cabo capaz de doblarse
sin romperse en ramitas dispersas
resiste los embates,
las purulentas pestes azotándolo todo
en estos tiempos vacíos de sostén,
tan abundantes en ráfagas de viento.

Mientras me revuelven las almohadas
como a una marioneta la tormenta,
no soy la que genera el movimiento
sino una cruz invertida de deseos
truncos, apenas una hoja levantada
por las exhalaciones de los remolinos,
cubierta por las sábanas de una memoria
negra, las manos atrás y los ojos
mirando el suelo. Yo no sé si alguna vez
toqué los juncos del camino
pero los entreví desde lejos en un viaje
y ahora quisiera parecerme a ellos:
altivos, serenos, seguros en la luz
abrasadora y en la noche cerrada
del campo argentino.

***
Alicia Salinas (Rosario, 1976)

domingo, 25 de febrero de 2018

carlos alberto trujillo / dos poemas













De estelares, animadores y noticiarios de fantasía que acontecen en tevé

*

Nazional esta tele, según cuentan;
militares los rostros que aparecen;
caros animadores nos ofrecen
un hermoso país que al mundo inventan.

Llueven deportes, shows y teletones,
Matas, Vodanovices, Don Franciscos,
ciegos a la cultura, siempre ariscos,
vendiendo circo y farsa por cajones.

Con programas recontra-replagiados
embólsanse fastuosos honorarios
mientras Chile completo está embargado.

Las obras detenidas, los salarios,
dos, tres y cuatro meses olvidados,
pero nunca se ve en los noticiarios.

~~~

Donde se trata del vilipendiado asunto de la municipalización de la enseñanza

*

El profe mil miserias ha sufrido,
de soplones la escuela se ha llenado,
triste es vivir mu-ni-ci-pa-li-za-do,
en obrero del PEMya convertido.

Triste es vivir sin pan y a puro caldo
y masticar el agua de la sopa;
y triste que se vuele en una copa
el tan publicitado aguinaldo.

Han los jefes, de pronto, establecido
cerrar la boca y apagar los focos
y hablar puras huevadas sin sentido.

Jefes que aún no se limpian ni los mocos
olvidan lo que son y lo que han sido,
Liceo municipal: Casa de locos.

***
Carlos Alberto Trujillo (Castro, 1950)

Fotografía: memoriachilena.cl

sábado, 24 de febrero de 2018

joan margarit / tres poemas










No tires las cartas de amor

*

Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
—esta flecha de sombra—
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
Un frío ruido de ciudad
en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.

~~~

Principios y finales

*

Una vez fui una chica con futuro.
Leía en latín a Horacio y a Virgilio
y recitaba a Keats completo de memoria.
Al entrar en sus cuevas, los adultos
me capturaron: comencé a parir
hijos de un hombre necio y vanidoso.
Ahora cuando puedo lleno el vaso
y lloro al recordar algún verso de Keats.
Una mujer ignora, cuando es joven,
que no hay lugar alguno
donde poder quedarse para siempre.
Y no comprende porque nunca llega
aquel o aquella donde hallar descanso.
Las muchachas lo ignoran: los principios
no se parecen nunca a los finales.

~~~

Al lector

*

Tuyas serán las mujeres que amé
y que nunca he perdido, pese al viento
cruel de los años, y tuyo el enigma
de la isla del tesoro.
Tus ojos serán míos un instante
y, a cambio de dejarte oír en los cristales
la lluvia que ahora escucho, y hacerte cómplice
de mi futuro, que tú podrás conocer,
impedirás que muera y, una tarde,
me dejarás ser tú en otra lluvia.

***
Joan Margarit i Consarnau (Sanahuja, 1938)

/

No llencis les cartes d'amor

*

Elles no t’abandonaran.
Passarà el temps, s’esborrarà el desig
—aquesta fletxa d’ombra—
i els rostres sensuals, intel·ligents, bellíssims,
s’ocultaran en un mirall dins teu.
Cauran els anys i avorriràs els llibres.
Davallaràs encara,
i perdràs, fins i tot, la poesia.
El soroll fred de la ciutat als vidres
anirà esdevenint l’única música,
i les cartes d’amor que hauràs guardat,
la teva última literatura.

~~~

Principis i finals

*

Un temps, vaig ser una noia de futur.
Podia llegir Horaci i Virgili en llatí,
recitar de memòria tot Keats.
Però, entrant en les coves dels adults,
em van caçar i vaig començar a parir
els fills d’un home estúpid i cregut.
Ara m’empleno el vas sempre que puc
i ploro si recordo un vers de Keats.
Una no sap, de jove, que cap lloc
no és el lloc on podrà restar per sempre.
També s’estranya quan no arriba mai
aquell o aquella en qui trobar descans.
Una ignora, de jove, que els principis
no tenen res a veure amb els finals.

~~~

Al lector

*

Teves seran les dones que he estimat
i que mai no he perdut, malgrat el vent
cruel dels anys, i teu serà l’enigma
de l’illa del tresor.
Els teus ulls seran meus per un instant
i, a canvi de deixar-te escoltar als vidres
la pluja que ara escolto, i fer-te còmplice
del meu demà, que tu podràs conèixer,
no permetràs que mori i, algun vespre,
em deixaràs ser tu en una altra pluja.

viernes, 23 de febrero de 2018

gary snyder / lo que deberías saber para ser un poeta











todo lo que puedas saber sobre animales como personas.
los nombres de árboles y flores y yuyos.
los nombres de las estrellas y el movimiento de los planetas
y la luna.

tus propios seis sentidos,

con una mente elegante y alerta.

al menos un tipo de magia tradicional:
adivinación, astrología, el libro de las mutaciones, el tarot;
sueños.

los demonios ilusorios y los brillantes dioses ilusorios;
besar el culo del diablo y comer mierda;
cogerte su pija puntiaguda y caliente,
cogerte a la bruja,
y a todos los ángeles celestiales
y las vírgenes perfumadas y doradas-

y después amar lo humano: esposas maridos y amigos.

juegos de chicos, libros de historietas, chicles-globo,
lo extraño de la televisión y la publicidad.

trabajar mucho, secas horas de trabajo gris,

tragado y aceptado
y al final soportado y amado. agotamiento,
hambre, descanso.

la libertad salvaje de la danza, éxtasis
la iluminación silenciosa y solitaria, énstasis

peligro real. apuestas y el borde de la muerte.

***
Gary Synder (San Francisco, 1930)
Versión de Griselda García

/

What You Should Know to be a Poet

*

all you can know about animals as persons.
the names of trees and flowers and weeds.
the names of stars and the movements of planets
and the moon.

your own six senses,
with a watchful elegant mind.

at least one kind of traditional magic:
divination, astrology, the book of changes, the tarot;

dreams.
the illusory demons and the illusory shining gods.
kiss the ass of the devil and eat shit;
fuck his horny barbed cock,
fuck the hag,
and all the celestial angels
and maidens perfum’d and golden-

& then love the human: wives husbands and friends

children’s games, comic books, bubble-gum,
the weirdness of television and advertising.

work long, dry hours of dull work
swallowed and accepted
and lived with and finally lovd. exhaustion,
hunger, rest.

the wild freedom of the dance, extasy
silent solitary illumination, entasy
real danger. gambles and the edge of death.

jueves, 22 de febrero de 2018

mario benedetti / dos poemas










La vuelta de Mambrú

*

Cuando Mambrú se fue a la guerra
llevaba una almohadilla y un tirabuzón
la almohadilla para descansar después de las batallas
y el tirabuzón para descorchar las efímeras victorias

también llevaba un paraguas contra venablos, aguaceros y palabrotas
un anillo de oro para la suerte y contra los orzuelos
y un llavero con la llave de su más íntimo desván.

como a menudo le resultaba insoportable la ausencia de la señora de Mambrú
llevaba un ejemplar del “Cantar de los Cantares”
y a fin de sobrellevar los veranillos de San Juan, un abanico persa y otro griego

llevaba una receta de sangría para sobornar al cándido enemigo
y para el caso de que este no fuera sobornable
llevaba un arcabuz y un verduguillo.

asimismo unas botas de potro que rara vez usaba
ya que siempre le había gustado caminar descalzo
y un calidoscopio artesanal
debido probablemente a que Marei, Edison y Lumiere no habían nacido para inventar el cine.

llevaba por último, un escudo de arpillera porque los de hierro pesaban mucho
y dos o tres principios fundamentales mezclados con la capa bajo el morrión.

nunca se supo como le fue a Mambrú en la guerra
ni cuantas semanas o siglos se demoró en ellas.

lo cierto es que no volvió para la Pascua ni para Navidad
por el contrario, transcurrieron centenares de Pascuas y Navidades
sin que volviera o enviara noticias

nadie se acordaba de él ni de su perra
nadie cantaba ya la canción que en su tiempo era un hit

y sin embargo, fue en medio de esa amnesia
que regresó en un vuelo regular de Iberia
exactamente el miércoles pasado
tan rozagante que nadie osó atribuirle más de un siglo y medio
tan lozano que parecía el bisnieto de Mambrú
por supuesto ante retorno tan insólito
hubo una conferencia de prensa en el abarrotado salón Vip

todos querían conocer
las novedades que traía
Mambrú después de tanta guerra

cuántas heridas
cuántos grilletes
cuántos casus belis
cuántos pillajes
y zafarranchos de combate

cuántas invasiones
cuántas ergástulas
cuántas amnistías
cuántas emboscadas
y recompensas indebidas

cuántas cicatrices
cuánta melancolía
cuántos cabestrillos
cuántas hazañas
y rendiciones incondicionales

cuánto orgullo
cuántas lecciones
cuántos laureles
cuántas medallas y cruces y chafalonía

ante el asedio de micrófonos
que diecinueve hombres de prensa
blandían como cachiporras
Mambrú
oprimido pero afable
solo alcanzó a decir
señores no sé de qué me están hablando

traje una brisa con arpegios
una paciencia que es un río
una memoria de cristal
un ruiseñor, dos ruiseñoras

traje una flecha de arco iris
y un túnel pródigo de ecos
tres rayos tímidos y una
sonata para grillo y piano
traje un lorito tartamudo
y una canilla que no tose

traje un teléfono del sueño
y un aparejo para náufragos
traje éste traje y otro más
y un faro que baja los párpados
traje un limón contra la muerte
y muchas ganas de vivir.

fue entonces que nació la calma
y hubo un silencio transparente

un necio adujo que las pilas
se hallaban húmedas de llanto
y que por eso los micrófonos
estaban sordos y perplejos.

poquito a poco aquel asedio
se fue estrechando en un abrazo

y Mambrú viejo y joven y único
sintió por fin que estaba en casa.

~~~

Beber ouzo en Atenas

*

beber ouzo
esa extraña sensación que provoca alegrías y desorientaciones varias
es algo indispensable para amar a atenea ya que sólo así se la puede imaginar surgiendo de la frente de un dios recién hachado

beber ouzo en atenas
permite ver casi todo en duplicado
y por lo menos distinguir dos partenones
uno el que todavía luce mutilado en la acrópolis
y otro el que lord elgin se llevó bien embalado a londres
en mil ochocientos dos

beber ouzo en atenas
es por ejemplo encaminarse hacia el odeón y desembocar sin embargo en el pireo
o descubrir que el suicidio de demóstenes es la prolongación del suicidio de sócrates

beber ouzo en atenas
es hallar la salida del laberinto sin recurrir al enamorado hilo de ariadna
o masticar pasas de corinto creyendo que son ciruelas de california

beber ouzo en atenas
es creer que el camarero es menelao y pasarle el brazo sobre los hombros para consolarlo por el rapto de helena
y es también soñar con un bajorrelieve votivo que muestre a ascleptio entrando en epidauro y a papandreu saliendo de la otan

***
Mario Benedetti (Paso de los Toros, 1920-Montevideo, 2009) Yesterday y mañana. Madrid: Visor, 1988.

miércoles, 21 de febrero de 2018

gustavo ossorio / ¿qué es lo cierto?













¿Qué es lo cierto?
La voz es un temor que devora.
La voz existe sin signos, sin fuego, como un desfiladero
natural en el seno del abismo.
En los días y en las noches, las horas nos engranan
como un mecanismo enigmático, como si lo inefable
resplandeciese y un escudo cubriera de estupor nuestro viaje.

Descubro que hay un mundo lleno de aguas aparentes
Que yo miro desde lejos, porque no sé romper el hilo
confuso.
Miro desde lejos porque hay mucha vida reposada, muchas
caras que denuncian las sordas campanas
Y ya no puedo soñar, porque creo:
Ni puedo esperar, porque levanto un sello, sólo uno
y cuento mis días ordenados en el arca.
Mis ojos son una marea animada por la turbación;
Mis ojos asidos a un calor que va quemando sus memorias
Desandando todos los duelos para quedar en extraña permanencia.

Pero grito, ardo, cubro de lágrimas mi desnudez sombría;
Y no hay mano que toque mi cabello ni quién conozca el
país en que desbordo mis cantos,
Ni pie que tiemble al contacto de la tierra.

Era el tiempo en que todas las puertas permanecían
selladas
Y se podía ir y venir por el aire sin que un estertor
nos transfigurara en carne macerada:
Con una alegría rebosante y un sueño fijo o presentido,
yo huía sin saberlo;
Huía de un aceite que seguía mi rastro como diestro
perro nocturno, contaminando el vacío,
Y seguido a su vez por fieras avezadas en el mal.

Mi quimera entraba y salía del tiempo, estaba en su
lugar natural,
Se nutría de hechos comunes, de años prohibidos, de
sales duras, sordas.
Y mi alegría se consumía adentro del reloj detenido en
un breve espacio negro que enseña la perseverancia.
En adelante, me dije, yo mismo seré el círculo y el
árbol,
Yo mismo entraré en el silencioso nombre de las cosas.
¡Yo mismo! He aquí que hallo un cuerpo lacerado, que
sólo sabe temblar,
Un cuerpo polvoriento que cuelga de la sombra, fiel a
su unidad con la piedra de su origen.

¿Qué toca mi mano cuando tu mano toca el límite?
Ciego estoy, y nada me calma.
Oigo que un mar que me ama crece y crece, y será él
quien arrebate mi última tabla, sin saberlo.
Ciego estoy, y quiero ver la destrucción;
Quiero ver como se mezclan las semillas de estos hombres
que pasan sin rozarme.
Quiero ver la palidez de mis muertos, sus sienes sin
horas, sus caras fugitivas, permanentes, tristes,
Hacinadas en el corazón como una ruina que arde para siempre.

Vivo de un labrado antaño, de un detenido azar, de lo
que he dejado olvidado en los rincones.
Vivo debajo de las torres que mi memoria alza, conducido
por signos nefastos.
Gozo de un prefecto aire que hace castos mis dedos;
pero delante de mí se despeña la casa.
Hay una sima en que la resurrección debe tener su ventana,
la llama su prodigio y la muerte su manto perdido.

***
Gustavo Ossorio (Santiago de Chile, 1911-1949) Obra Completa. Santiago de Chile: Beuvedráis, 2009.

martes, 20 de febrero de 2018

allen ginsberg / sutra del girasol










Yo caminé sobre los bancos del muelle de las bananas enlatadas y me senté bajo la
…..enorme sombra de una locomotora Southern Pacific¹ para mirar el ocaso
…..sobre los cerros de casas rodantes y llorar
Jack Kerouac se sentó a mi lado en un roto poste de hierro oxidado, compañero,
…..tuvimos los mismos pensamientos del alma, desierto y triste y ojitriste ,
…..rodeado por las gruñonas raíces de las raíces de acero de los árboles
…..de la maquinaria.
Sobre el río el agua aceitosa reflejaba el cielo rojo, el sol se hundió en la cumbre
…..de los últimos picos de Frisco², no había peces en esa corriente, no había
…..ermitaños en esos montes, sólo nosotros, con los ojos reumáticos
…..y pasando la pea como viejos holgazanes en la ribera, cansados y astutos.
Mira el Girasol, dijo él, había una sombra gris opaco grande como un hombre sentada
…..seca sobre un montón de aserrín antiguo-
-Me apresuré encantado- era mi primer girasol, memorias de Blake- mis visiones-
…..Harlem
e Infiernos de los ríos del Este, puentes rechinando los Grasientos Sandwiches
…..de Joe coches de bebés muertos , negros cauchos sin pedales olvidados
…..y sin cubierta, el poema de la lengua de tierra del río, condones & potes,
…………………………………………………………………………………..cuchillos
…..de acero, nada inoxidable, sólo el húmedo estiércol y los artefactos filosos
…..como una hojilla yéndose hacia el pasado-
y el Girasol gris se balanceaba contra el ocaso, crepitante desierto y polvoriento
…..con el tizne y el smog y el humo de las envejecidas locomotoras en su ojo-
corola de ofuscadores ganchos presionados hacia abajo y rotos como una corona
…..estropeada a golpes, semillas caídas desde su cara, boca de soleado aire
…..próximamente desdentada, los rayos del sol obliteraban sobre su peluda
…..cabeza como una seca telaraña hecha de alambres,
como brazos las hojas se pegaban fuera del tronco, gestos desde las raíces de aserrín,
…..rotas piezas de yeso caídas desde los negros brotes, una mosca muerta en
…..su oído,
¡Qué vieja aporreada Impía cosa eras, mi Girasol Oh mi alma, te amé entonces!
La mugre no era mugre de hombre sino la muerte y locomotoras humanas,
Todo ese vestido de polvo, ese velo de oscurecida piel de ferrocarril, ese humo por
…..mejilla, esa ojera de negra miseria, esa tiznada mano o falo o protuberancia
…..de artificial peor-que-el-sucio –industrial-moderno- toda esa civilización

…..manchando tu loca corona dorada-
y aquellos ofuscados pensamientos de muerte y ojos y extremos polvorientos
…..y carentes de amor marchitas raíces abajo, en el montón de arena y aserrín
…..que tenía por hogar recibos de dólares de goma, piel de maquinaria, los
…..intestinos y las tripas del carro que gime que tose, las vacías solitarias latas
…..con sus oxidadas lastimosas lenguas, qué más puedo nombrar,
las humeantes
…..cenizas de un habano los coños de carretillas y los lechosos senos de los
…..carros gastados culos fuera de sillas & esfínteres de dinamos- todo esto
enredado en tus raíces momificadas- y tú allí erguido ante mí en el ocaso, ¡toda
…..tu gloria en tu forma!
¡Una perfecta belleza de girasol! ¡una perfecta excelente adorable existencia de
…..girasol! ¡un dulce ojo hacia la nueva sofisticada luna, despertada viva y
…..excitada sujetando en el ocaso la brisa mensual del amanecer!
¿Cuántas moscas zumbaron alrededor de ti inocentes de tu mugre, mientras tú
…..maldecías los cielos del ferrocarril y tu alma de flor?
¡Pobre flor muerta! ¿cuándo olvidaste que eras una flor? ¿cuándo miraste tu piel
…..y decidiste que eras una impotente sucia vieja locomotora? ¿el fantasma de
…..una locomotora? ¿el espectro y la sombra de una loca y alguna vez poderosa
…..locomotora Americana?
¡Nunca fuiste una locomotora, Girasol, eras un girasol!
¡Y tú Locomotora, tú eres una locomotora, no me olvides!
Entonces yo arranqué el esquelético grueso girasol y la adherí a mi costado como un
…..cetro,
y envié mi sermón a mi alma , y al alma de Jack también, y a la de cualquiera que
…..escuche,
–…No somos nuestra mugrienta piel, no somos nuestras temerosas desiertas
…..polvorientas locomotoras carentes de imágenes, por dentro todos nosotros
…..somos hermosos girasoles dorados, estamos benditos por nuestra propia
…..semilla & nuestros dorados peludos desnudos consumados cuerpos
creciendo
…..dentro de locos negros formales girasoles en el ocaso, espiados por nuestros
…..ojos bajo la sombra de la loca visión de las locomotoras de la orilla del río
…..del ocaso del montañoso Frisco de las latas de estaño de la noche de la
sentada

***
Allen Ginsberg (Newark, 1926-Nueva York, 1997) Poesía Beat. Buenos Aires: Buenos Aires Poetry, 2017.
Versión de Alberto Quero

/

Sunflower Sutra

I walked on the banks of the tincan banana dock and sat down under the huge shade of a Southern Pacific locomotive to look at the sunset over the box house hills and cry.
Jack Kerouac sat beside me on a busted rusty iron pole, companion, we thought the same thoughts of the soul, bleak and blue and sad-eyed, surrounded by the gnarled steel roots of trees of machinery.
The oily water on the river mirrored the red sky, sun sank on top of final Frisco peaks, no fish in that stream, no hermit in those mounts, just ourselves rheumy-eyed and hung-over like old bums on the riverbank, tired and wily.
Look at the Sunflower, he said, there was a dead gray shadow against the sky, big as a man, sitting dry on top of a pile of ancient sawdust—
—I rushed up enchanted—it was my first sunflower, memories of Blake—my visions—Harlem
and Hells of the Eastern rivers, bridges clanking Joes Greasy Sandwiches, dead baby carriages, black treadless tires forgotten and unretreaded, the poem of the riverbank, condoms & pots, steel knives, nothing stainless, only the dank muck and the razor-sharp artifacts passing into the past—
and the gray Sunflower poised against the sunset, crackly bleak and dusty with the smut and smog and smoke of olden locomotives in its eye—
corolla of bleary spikes pushed down and broken like a battered crown, seeds fallen out of its face, soon-to-be-toothless mouth of sunny air, sunrays obliterated on its hairy head like a dried wire spiderweb,
leaves stuck out like arms out of the stem, gestures from the sawdust root, broke pieces of plaster fallen out of the black twigs, a dead fly in its ear,
Unholy battered old thing you were, my sunflower O my soul, I loved you then!
The grime was no man’s grime but death and human locomotives,
all that dress of dust, that veil of darkened railroad skin, that smog of cheek, that eyelid of black mis’ry, that sooty hand or phallus or protuberance of artificial worse-than-dirt—industrial—modern—all that civilization spotting your crazy golden crown—
and those blear thoughts of death and dusty loveless eyes and ends and withered roots below, in the home-pile of sand and sawdust, rubber dollar bills, skin of machinery, the guts and innards of the weeping coughing car, the empty lonely tincans with their rusty tongues alack, what more could I name, the smoked ashes of some cock cigar, the cunts of wheelbarrows and the milky breasts of cars, wornout asses out of chairs & sphincters of dynamos—all these
entangled in your mummied roots—and you there standing before me in the sunset, all your glory in your form!
A perfect beauty of a sunflower! a perfect excellent lovely sunflower existence! a sweet natural eye to the new hip moon, woke up alive and excited grasping in the sunset shadow sunrise golden monthly breeze!
How many flies buzzed round you innocent of your grime, while you cursed the heavens of the railroad and your flower soul?
Poor dead flower? when did you forget you were a flower? when did you look at your skin and decide you were an impotent dirty old locomotive? the ghost of a locomotive? the specter and shade of a once powerful mad American locomotive?
You were never no locomotive, Sunflower, you were a sunflower!   
And you Locomotive, you are a locomotive, forget me not!
So I grabbed up the skeleton thick sunflower and stuck it at my side like a scepter,
and deliver my sermon to my soul, and Jack’s soul too, and anyone who’ll listen,

—We’re not our skin of grime, we’re not dread bleak dusty imageless locomotives, we’re golden sunflowers inside, blessed by our own seed & hairy naked accomplishment-bodies growing into mad black formal sunflowers in the sunset, spied on by our own eyes under the shadow of the mad locomotive riverbank sunset Frisco hilly tincan evening sitdown vision.

lunes, 19 de febrero de 2018

josé ángel cuevas / de canciones oficiales










Desgraciados países

*

Ustedes, los países que no han pasado por una Ocupación Militar indefinida
no saben Nada /viven como niños
oh se sufre, se sufre, las ciudades empequeñecen
sin vida pública/ irremediablemente

no van cantando los muertos bajo las montañas/ nubes
de una urbe vacía
el ulular terrible de las noches bajo un estado militar
por qué soportar tanto/ por qué tener que soportar tanto
todo va bien mañana mejor dice Karl Olivera el publicista corrupto/ pero no/ no:

Es la mayor cantidad de sufrimiento organizado
y no informado que puede soportar una ciudad
las familias se encierran en sí mimas
familias completas huyen por los cerros

uno trata de conectarse a otras radios/ otros continentes
para saber qué esta pasando aquí

Dios podría ayudar mucho/ pero mucho en las Zonas sometidas
                                          a la División Control Ciudadano y Comunicaciones

Nadie quiere ahora que le digan la palabra dictadura
que le refrieguen el dedo acusándolo de
auschwitz o puchuncaví/ llorando
en una casa de putas mirando la luna
que amanezca/ aclare/ y se levante la restricción sobre personas
animales y cosas

gente desquiciada que adora el silencio/ la muerte
de las calle vacías
es una escena ignominiosa
uno pide por los que enfrentan la muerte/ sabe que está
siendo seguido/ sabe que llevaron a José Muñoz llamado héctor
hacia un cerro y que no ha vuelto nunca más

los países que no han caído bajo una Ocupación Militar indefinida
no saben/ el pobre habitante mira la cordillera/ ve la televisión/ escucha
matanzas lejanas
los no-ciudadanos vagan hablan despacio/ al cabo de largos meses/ años
no tienen nacionalidad ni derechos ni nombre de pila tienen/
después son degollados/ los escupen a la cara/

Es lo peor que puede pasarle a una patria/ una forma de morirse
y si llegara a terminar alguna vez/ el hombre se saca
del cuerpo la tenaza/ pero queda perplejo/
los países quedan heridos
pasan largo tiempo sin recuperar el habla
deben aplicarse electroshock/ someterse al olvido/ beber
beber/ hablar de otra cosa/ los países tratan de reordenarse reciclarse

las víctimas no pueden hacerlo por ellas mismas/ se les aparecen
noches/ autos que sacan a sus padres/ se los llevan

lloran las víctimas cuando vuelven esas sombras
sentadas a los pies de la cama
se quedan mirando al vacío sin fondo del país real/ país irreal
que ha caído/ bajo el peso de una Ocupación Militar/ indefinida
                                                                                       sin plazos
                                                                                           sólo metas
~~~

La casa de los Gonzaga

*

Los Bolcheviques de la casa de los Gonzaga
se hicieron bolcheviques/ por moda
por la polarización del año 70
por la fuerza de las canciones revolucionarias

después, envejecieron del golpe
se pusieron terriblemente alcohólicos

los milicos iban y venían por su casa
la casa de los bolcheviques
y abusaban los pateaban
los golpeaban a cada rato

Ellos pintaron las murallas blancas
colgaron maceteros
y plantas
para sentirse distintos

La casa de los Gonzaga siempre estuvo bien informada

La casa de los Gonzaga se llenó de niños
Todos se dedicaron a beber
a escuchar tanto

El Quilapayún pasó al olvido
Pasó al olvido la Violeta

Los Gonzaga han celebrado al fin de los 17 años
como cualquier familia
como cualquier familia chilena
pero ya dejaron de ser bolcheviques, ahora
sólo son los Gonzaga

~~~

Los vencidos van

*

Los vencidos salen/ los vencidos
van a saltar/ correr/ demoler
el miércoles de cenizas de Chile
estallan las estrellas solidarias y los fondos
de pensiones los huesos de los trabajadores
los vencidos piensan/ lloran/ dentro de sí
envejecen/ se encorvan sin chistar

se trata de un inconsciente poderoso
el de los vencidos de la clase chilena

Ah, las grandes Maniobras Nacionales
la historia del engaño/ sectores completos
de sociedad patriarcal.
Ahí van por los caminos/ drogados
bebidos/  con su sombrero al viento,
los rotitos.

~~~

Liquidación del Yo

*

              Joder, estoy cansado de esta fantasía
                                   Ir a casa y acostarme...
                                             Jack Kerouac

Yo soy el que soy
un pobre tipo de Chile
padre de tres hijos y una
mujer errática

no bebo/ no fumo/ no tengo qué decir
después de dar por terminada
la Ocupación F.F./ años/ años/ años.

no creo absolutamente en nada
sólo en un dios cualquiera

El aire huele a pobreza
no sé qué será de mí
después de la larga temporada

He conseguido trabajo

pero mi casa está vacía, mi mujer
todo el santo día/ dice incoherencias
su padre muerto/ canciones olvidadas

un olor a viento recorre las personas
alguien vuelve de los cerros/ etc.

cuando todo tenía sentido
yo esperaba micro/ subía unos montes.

Yo/ es nadie
podría sucumbir aquí mismo, ya
hice lo que se debe hacer

tuve hijos fui feliz
fui infeliz
viví al tres y al cuatro

no me interesa bailar
no creo en el alcohol
ni en el cigarrillo

Sólo creo en mí mismo.

aquí dentro está el universo
resuenan épocas/ gritos
por las calles en silencio.

sólo creo en mis propios
zapatos cafés/ subiendo
la escalera de todos los días.

~~~

El precio de las cosas

*

La van a pagar todos
Pero Todos

La señora que golpeó a unos niños por la espalda,
y salió a buscar personas que murieron después
en forma trágica
Los hombres gordos que recababan información
el barbudo del Peugeot 403 sentado en una esquina,
también el guitarrista eléctrico traidor.

                                                                 Todos/ todos.
Ya las pagó Mario que andaba en el camión,
Erik que dio nombres,

Y las pagó L. Barrientos, que robó en una casa
rociado con bencina.
Y yo mismo, que estuve un año encerrado por beber
en el espacio público.
Todos y cada uno tendrá que pagarla caro,
en esta vida.
O en la otra.

~~~

Carta a Carlos de Rokha

*

Sé que Carlos de Rokha está allí entre la inmensa multitud
de 200 mil obreros desarmados, mujeres y niños
Tú, hecho mierda, como un tipo de otra esfera
con superiores y locos, en el escenario del rock pesado.
¿A quién se le puede ocurrir, lentes Soviet, rapado,
mucho pisco y dulce chileno?
Te vi allí, las nubes bordeaban tu cabeza.
Vi a Rolando Cárdenas sentado en una isla
con sus gatos saliendo del Bar.
Cada uno cargaba una ciudad en sus espaldas.

~~~

Poema suelto

*

Ha llegado a mis pies un país
como un parque cubierto de Edificios del pasado.
El barullo de una ciudad infernal acá en mi mente.
La familia se fue a otros lugares
estoy acostado/ y pienso.
Salgo del departamento marginal
voy a comprar pantalones de cotelé
subo a un maldito avión inmóvil sobre esta pieza derrumbada.
Abajo una vez más el mundo
la casa de putas/ allá en la esquina.

Sigo por esta calle/ Soy un pobre tipo.

Después volví a Buenos Aires/ lloré por mi patria
mis tíos, el drama de tangos tristes.

El avión aterrizó junto a mi cama.
Se hizo noche en Chile.

Expulsado de mi cargo público/ caigo en la pobreza
ninguna mujer quiere nada conmigo. Bien.
Recorro la ciudad /pido trabajo
el amigo Gómez me presta plata/ me invita a comer
y a beber.

Pasa el día/ cierro los ojos
veo el mar
y el campo chileno al atardecer
Siempre parado en la ventana.
Sigo vivo.

~~~

Paz-Froimovich

*

Si este barrio llegara a ser Todo Paz-Froimovich
no ver nunca más una casa de tejas rojas y balcones
jamás una ventana con flores
y cortina corrida
Oh, si esta ciudad llegara a ser Paz-Froimovich
con sus masas informes de concreto como una cárcel seca
Si todo el país fuera un inmenso Paz-Froimovich/ y campos
sin árboles ni ríos
sino infinitas moles/ fierros cuadrados
nichos chicos.
Oh, Paz/ Paz-Froimovich

***
José Ángel Cuevas (Santiago de Chile, 1944) Canciones Oficiales. Santiago de Chile: Ediciones UDP, 2008.

Fotografía: memoriachilena.cl

domingo, 18 de febrero de 2018

peter handke / canción de infancia



Cuando el niño era niño
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente
y que este charco fuera el mar.

Cuando el niño era niño
no sabía que era niño,
para él todo estaba animado
y todas las almas eran una.

Cuando el niño era niño
no tenía opinión sobre nada,
no tenía costumbre alguna,
frecuentemente se sentaba en cuclillas,
corría de repente,
tenía un remolino en el cabello
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.

Cuando el niño era niño
era el tiempo de las siguientes preguntas:
¿Por qué yo soy yo y no soy tú?
¿Por qué estoy aquí y por qué no allá?
¿Cuándo empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿No es la vida bajo el sol un mero sueño?
Lo que veo y oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo frente al mundo?
¿Existe realmente el mal
y gente que es mala de verdad?
¿Cómo puede ser que yo, el que soy,
no fuera antes de existir;
y que un día yo, el que soy,
no sea más quien soy?

Cuando el niño era niño
no podía tragar las espinacas, los porotos,
el arroz con leche y la coliflor salteada.
Ahora lo come todo y no por obligación.

Cuando el niño era niño
despertó una vez en una cama extraña
y ahora lo hace una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas
y ahora sólo afortunadas.
Imaginaba claramente un paraíso
y puede ahora apenas intuirlo.
Nada podía pensar de la nada
y ahora ante a ella se estremece .

Cuando el niño era niño
jugaba con entusiasmo,
pero ahora lo siente así en las cosas como antes
sólo cuando esas cosas son su trabajo.

Cuando el niño era niño,
una manzana y un pan le bastaban de alimento
y todavía es así.

Cuando el niño era niño,
las moras le caían en la mano como sólo caen las moras
y así es todavía,
las nueces frescas le ponían áspera la lengua
y así es todavía,
en cada montaña
tenía el deseo de la montaña más alta
y en cada ciudad
el deseo de una ciudad aún mayor
y así es todavía,
en la copa de un árbol agarraba emocionado las cerezas
como aún lo sigue haciendo,
tenía miedo de cualquier extraño
y aún lo tiene todavía,
esperaba la primera nieve
y así la espera todavía.

Cuando el niño era niño
tiraba un palo como lanza contra el árbol
y ella hoy tiembla todavía.

***
Peter Handke (Griffen, 1942)
Versión de Juan Carlos Villavicencio

/

Lied Vom Kindsein

*

Als das Kind Kind war,
ging es mit hängenden Armen,
wollte der Bach sei ein Fluß,
der Fluß sei ein Strom,
und diese Pfütze das Meer.

Als das Kind Kind war,
wußte es nicht, daß es Kind war,
alles war ihm beseelt,
und alle Seelen waren eins.

Als das Kind Kind war,
hatte es von nichts eine Meinung,
hatte keine Gewohnheit,
saß oft im Schneidersitz,
lief aus dem Stand,
hatte einen Wirbel im Haar
und machte kein Gesicht beim fotografieren.

Als das Kind Kind war,
war es die Zeit der folgenden Fragen:
Warum bin ich ich und warum nicht du?
Warum bin ich hier und warum nicht dort?
Wann begann die Zeit und wo endet der Raum?
Ist das Leben unter der Sonne nicht bloß ein Traum?
Ist was ich sehe und höre und rieche
nicht bloß der Schein einer Welt vor der Welt?
Gibt es tatsächlich das Böse und Leute,
die wirklich die Bösen sind?
Wie kann es sein, daß ich, der ich bin,
bevor ich wurde, nicht war,
und daß einmal ich, der ich bin,
nicht mehr der ich bin, sein werde?

Als das Kind Kind war,
würgte es am Spinat, an den Erbsen, am Milchreis,
und am gedünsteten Blumenkohl.
und ißt jetzt das alles und nicht nur zur Not.

Als das Kind Kind war,
erwachte es einmal in einem fremden Bett
und jetzt immer wieder,
erschienen ihm viele Menschen schön
und jetzt nur noch im Glücksfall,
stellte es sich klar ein Paradies vor
und kann es jetzt höchstens ahnen,
konnte es sich Nichts nicht denken
und schaudert heute davor.

Als das Kind Kind war,
spielte es mit Begeisterung
und jetzt, so ganz bei der Sache wie damals, nur noch,
wenn diese Sache seine Arbeit ist.

Als das Kind Kind war,
genügten ihm als Nahrung Apfel, Brot,
und so ist es immer noch.

Als das Kind Kind war,
fielen ihm die Beeren wie nur Beeren in die Hand
und jetzt immer noch,
machten ihm die frischen Walnüsse eine rauhe Zunge
und jetzt immer noch,
hatte es auf jedem Berg
die Sehnsucht nach dem immer höheren Berg,
und in jeder Stadt
die Sehnsucht nach der noch größeren Stadt,
und das ist immer noch so,
griff im Wipfel eines Baums nach dem Kirschen
in einem Hochgefühl wie auch heute noch,
eine Scheu vor jedem Fremden
und hat sie immer noch,
wartete es auf den ersten Schnee,
und wartet so immer noch.

Als das Kind Kind war,
warf es einen Stock als Lanze gegen den Baum,

und sie zittert da heute noch.

sábado, 17 de febrero de 2018

oliverio girondo / dos poemas











Ante el sabor inmóvil

*

Todos los intermedios pudresienes de espera de esqueleto de lluvia sin persona
cuando no neutros lapsus micropulpos engendros del sotedio
pueden antes que cóncavos ausentes en seminal yacencia
ser otros flujos ácidos del diurno sueño insomne
otros sorbos de páramo
tan viles vivas bilis de nonadas carcomas diametrales
aunque el sabor no cambie
y Ofelia pura costa sea un pescado reflejo de rocío de esclerosada túnica sin lastre
un fósil loto amóvil entre remansos muslos puros juncos de espasmo
un maxilar de luna sobre un canto rodado
tierno espectro fluctuante del novilunio arcaico dromedario
lejos ya de su neuro dubitabundo exnovio psiquisauce
aunque el sabor no cambie
y cualquier lacio cuajo invista nuevos huecos ante los ídem lodos expartos bostezantes
peste con veste huéspedes del macrobarro grávido de muerte
y hueros logros de horas lagrimales
aunque el sabor no cambie
y el menos yo del uno en el total por nada
beato saldo de excoito amodorrado malentetando el asco
explore los estratos de su ámbito si sino
cada vez menos cráter
aunque el sabor no cambie
cada vez más burbúja de algánima no náyade
más amplio menos tránsfuga
tras sus estancas sienes de mercurio
o en las finales radas de lo obsceno de marismas de pelvis bajo el agua
con su no llanto arena y sus mínimas muertes navegables
aunque el sabor no cambie
y sólo erecto espeso mascaduda insaciado en progresiva resta
ante el incierto ubicuo muy quizás equis deífico se malciña la angustia interrogante
aunque el sabor no cambie.

~~~

Rebelión de vocablos

*

De pronto, sin motivo:
graznido, palaciego,
cejijunto, microbio,
padrenuestro, dicterio;
seguidos de: incoloro,
bisiesto, tegumento,
ecuestre, Marco Polo,
patizambo, complejo;
en pos de: somormujo,
padrillo, reincidente,
herbívoro, profuso,
ambidiestro, relieve;
rodeado de: Afrodita,
núbil, huevo, ocarina,
incruento, rechupete,
diametral, pelo fuente,
en medio de: pañales,
Flavio Lacio, penates,
toronjil, nigromante,
semibreve, sevicia;
entre: cuervo, cornisa,
imberbe, garabato,
parásito, almenado,
tarambana, equilátero;
en torno de: nefando,
hierofante, guayabo,
esperpento, cofrade,
espiral, mendicante;
mientras llegan: incólume,
falaz, ritmo, pegote,
cliptodonte, resabio,
fuego fatuo, archivado;
y se acercan: macabra,
cornamusa, heresiarca,
sabandija, señuelo,
artilugio, epiceno;
en el mismo momento
que castálico, envase,
llama sexo, estertóreo,
zodiacal, disparate;
junto a sierpe… ¡no quiero!
Me resisto. Me niego.
Los que sigan viniendo
han de quedarse adentro.

***
Oliverio Girondo (Buenos Aires, 1891-1967) Persuasión de los días-En la masmédula. Buenos Aires: Losada, 1998.

viernes, 16 de febrero de 2018

roberto ibáñez ricouz / último bombazo




Las explosiones lo resuelven todo
algún desajuste en las moléculas del aire
el paso del tiempo: de sur a norte
las estelas de humo que van nadando en el cielo.
Las explosiones pueden resolverlo todo
las monedas a la baja, las abejas que dejaron
de producir miel o cera para prender los ánimos.

Las explosiones sirven para todo: para perder dedos
o metafóricamente hablando, claro, perder la cabeza.

Los basureros desaparecen lentamente
y la ciudad va mutando formas para combatir fuego enemigo.
La ilusión del todos a salvo va estrechándose cada vez más
con recomendación de rejas, alambres de púas, cercos eléctricos:
las hojas secas que caen al parque podrían contener serias infecciones
transmisiones o pulsares, ondas eléctricas, energía eólica,
solar amarillo que se extingue: cualquier voltio, una chispa
y todo estalla pues las explosiones sirven para todo.

Gran excusa para tenderse en la cama
si cuatro niños pierden un ojo, ¿cuán lejos estamos de aquello?
Puede que llegue el día de mirarse al espejo y decir con asombro:
¡Vaya! Me falta un ojo, ¿dónde habrá quedado?
Y este brazo del demonio, ¿dónde se quebró?
Las piernas incompletas, la piel volcánica, ¿cuándo ocurrió todo esto?
Será, acaso, algún mal interior que me anda por las tripas.

No falta mucho, los relojes avanzan implacables.
Ninguna velocidad los reduce ahora, excepto el afilado inicio de
una mecha, ya sabes,
las explosiones lo solucionan todo,
alguna estadística funeraria o corbata mal atada
cruzada por un solo extremo o desatendiendo la seda
alguna tela más económica.
Entonces estalla y todo puede volver a ser como un día de este a oeste,
el sol elevándose tras la cordillera yendo a la desaparición marítima
la armonía de las cosas naturales: las casas gigantes a un lado
y las casas casas al otro: de costa a altura todo desplazamiento,
prestar servicios higiénicos, vaciar basureros, vaciarse los dedos
observar bien antes de vaciar cualquier recipiente
la comida fría puede transportar alucinógenos terribles
horas de poco equilibrio, hojas verdes y cogollos.
El muchacho de quince años puede hacerte estallar
o devorarte los dedos. ¡¿Cómo has de tomar la escoba?!

Mejor es quedarse tendido en la cama
-piensas- cerrar todo vínculo, dejar aquello de los paseos
-piensas- la situaciones delicadas no hacen más que estallar,
de un lado u otro podrían caerte cinco dedos en la nuca,
de un lado u otro no importa tanto: en algún momento alguien te toca
la espalda diciéndote “oye, qué bella bomba llevas a cuestas”,
“oye, qué bello momento, podríamos perpetuarlo”
y la cara no te la saca nadie cuando te das vuelta
y sabes que la única explosión sucede en términos lejanos:
cuando has perdido dos dedos no te das cuenta hasta que amaneces
bello, bello día, en un hospital público de cualquier lugar, en cualquier televisor.

***
Roberto Ibáñez Ricouz (Neuquén, 1993)

jueves, 15 de febrero de 2018

cecilia pavón / a mi familia (pink punk)










El año pasado éramos una familia.
A todos nos iba bien, nos queríamos y llegábamos a hacer
cosas realmente extrañas. Nos tirábamos en la alfombra y
escuchábamos música sin hablar
música nueva, lo más nuevo, lo más emocionante.
La música le daba sentido a la vida.
El año pasado yo me sentía amada por ustedes, cuando
llegaba el viernes o el sábado a la noche sabía que iba a
entrar en una zona de alegría y plenitud.
Todo lo que decíamos me entusiasmaba. Realmente nos
escuchábamos los unos a los otros, pero nadie hablaba de
sus problemas, ni contaba cuentos que leyó, ni películas,
ni sueños, ni deseos.
Además, todo entre nosotros era ligero y sensual, cuando
bailábamos en círculo, los seis solos, en ese departamento
de Retiro. Algunas veces estábamos en trance. Sí, qué
raro suena decirlo, pero era un verdadero trance.
Recuerdo una noche de febrero en que se desató Un
temporal, mientras íbamos en el auto de G., G. P. y yo.
Todo era tan dramático y vital.
Estacionamos el auto en la calle Córdoba y cruzamos
corriendo. Entramos a la casa de A, empapados y nos
sacamos la ropa. Fue raro, no se sabe cómo empezó, nos
quedamos desnudos en la oscuridad.
¡Qué forma más extraña de relacionarse los cuerpos los
unos con los otros!
Ahí en la alfombra de A., casi como niños.
Riéndonos al principio, un poco de los nervios. Después a
alguien se le ocurrió buscar un pepino en la heladera, y
en una especie de ceremonia, nos penetramos.
Qué raro que fue eso.También la orgía seca que hicimos en
el Tigre.
Sólo de caricias. Creo que ese día nos amamos realmente.
En esa cama, con las plantas afuera y los insectos
ensordecedores.
Ese día igual que el otro, el agua estuvo presente.
Salimos de la casa para volver a la Capital y había crecido
tanto el río que no se veía ningún camino y y teníamos
que avanzar con el agua hasta las rodillas.
Cuando volví a mi casa esa noche, no lamenté que
tuviésemos que separarnos,
sentía que estábamos unidos por un lazo de color
inextinguible.
Ese día estuve en éxtasis.

***
Cecilia Pavón (Mendoza, 1973)

miércoles, 14 de febrero de 2018

jorge teillier / cuatro poemas



Despedida

*

Me despido de mi mano
que pudo mostrar el paso del rayo
o la quietud de las piedras
bajo las nieves de antaño.

Para que vuelvan a ser bosques y arenas
me despido del papel blanco y de la tinta azul
de donde surgían los ríos perezosos,
cerdos en las calles, molinos vacíos.

Me despido de los amigos
en quienes más he confiado:
los conejos y las polillas,
las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solía hablarme en voz baja.

Me despido de las Virtudes y de las Gracias del planeta:
Los fracasados, las cajas de música,
los murciélagos que al atardecer se deshojan
de los bosques de casas de madera.

Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino,
y para los cuales todos los días
no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.

Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquiera tarde de esas que se llenan
de humaredas de hojas quemándose en las acequias.
Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.

Me despido de la memoria
y me despido de la nostalgia
-la sal y el agua
de mis días sin objeto -

y me despido de estos poemas:
palabras, palabras -un poco de aire
movido por los labios- palabras
para ocultar quizás lo único verdadero:
que respiramos y dejamos de respirar.

~~~

Días de ocio en la ciudad que fue

*

Nadie me entiende sino el Gato Pedro
Le daré una botas para que llegue a la Ciudad que Fue
Y deje de dormir frente a la chimenea que en el Molino encienden en pleno verano
En el Sur Profundo tendrá que cazar ratones
Y vivir con colores propios
Mientras yo voy al cementerio
Del brazo de la hija del capitán del Puerto
Donde hace cuarenta años que no pasa ninguna nave
El tontito del pueblo me pregunta si yo soy poeta
Y yo le recito "Asteroides" de Pedro Antonio González
Todos creen que yo lo escribí
Y firmo autógrafos para los hijos de los parroquianos
Ya no hay barcos
Ya no hay trenes
Los diarios de la Capital llegan al día siguiente de su aparición
Le regalé al Cura Párroco
"La Mente Drogada. Cómo Librarse de las Dependencias"
De los doctores Hudgson y Miller
Mientras un niño echa anilina a la pila del agua bendita
Que Nuestro Señor me libre del trabajo
Sólo quiero que se abran para mí las puertas de marfil del ocio
Y yo quiero que esto no sea un poema
Sino una página en blanco.

~~~

Bajo un viejo techo

*

Esta noche duermo bajo un viejo techo,
los ratones corren sobre él, como hace mucho tiempo,
y el niño que hay en mí renace en mi sueño,
aspira de nuevo el olor de los muebles de roble,
y mira lleno de miedo hacia la ventana,
pues sabe que ninguna estrella resucita.

Esa noche oí caer las nueces desde el nogal,
escuché los consejos del reloj de péndulo,
supe que el viento vuelca una copa del cielo,
que las sombras se extienden
y la tierra las bebe sin amarlas,
pero el árbol de mi sueño sólo daba hojas verdes
que maduraban en la mañana con el canto del gallo.

Esta noche duermo bajo un viejo techo,
los ratones corren sobre él, como hace mucho tiempo,
pero sé que no hay mañanas y no hay cantos de gallos,
abro los ojos, para no ver reseco el árbol de mis sueños,
y bajo él, la muerte que me tiende la mano.

~~~

La portadora

*

Y si te amo, es porque veo en ti la Portadora,
la que, sin saberlo, trae la blanca estrella de la mañana,
el anuncio del viaje
a través de días y días trenzados como las hebras de la lluvia
cuya cabellera, como la tuya, me sigue.
Pues bien sé yo que el cuerpo no es sino una palabra más,
más allá del fatigado aliento nocturno que se mezcla,
          la rama de canelo que
          los sueños agitan tras cada muerte ,
          que nos une
pues bien sé yo que tú y yo no somos sino una palabra más
que terminará de pronunciarse
tras dispensarse una a otra
como los ciegos entre ellos se dispensan el vino, ese sol
que brilla para quienes nunca verán.

Y nuestros días son palabras pronunciadas por otros,
palabras que esconden palabras más grandes.
Por eso te digo tras las pálidas máscaras de estas palabras
y antes de callar para mostrar mi verdadero rostro:
"Toma mi mano. Piensa que estamos entre la multitud aturdida
          y satisfecha ante las puertas infernales,
y que ante esas puertas, por un momento, llenos de compasión,
          aprisionamos amor en nuestras manos
y tal vez nos será dispensado
conservar el recuerdo de una sola palabra amada
y el recuerdo de ese gesto,
lo único nuestro".

***
Jorge Teillier (Lautaro, 1935-Viña del Mar, 1996) Los dominios perdidos. Santiago de Chile: FCE, 2004.

martes, 13 de febrero de 2018

tilo nurmi / (adelanto) del mapa de los suspiros













Belfast

*

en días como estos
me sangra la memoria

y expulso
por las grietas de mi cuerpo
al tiempo y al olvido 

~~~

Barcelona

*

el sabor de la mañana
se concentra en los frutos de gaudí
y más tarde los colores se van de fiesta:

el amarillo y el rojo se besan
debajo de una estrella solitaria
rodeada por una multitud azul

tan azul como las despedidas

despedidas nocturnas
de abrazos postergados
que       se          e   x   t   i   e   n   d   e   n
hacia esas esquinas
donde flamean las banderas 

~~~

Estambul

*

camino por calles sin nombre
y las tiendas se visten de luz

el viento se estrella en mi cara
y los escaparates se hacen trizas

las niñas bajan de un árbol,
los fieles lavan sus pies

la lluvia nos trae limones,
telares se lleva la brisa

mil lámparas bailan de noche
y los gatos preguntan por ti

un perro se muerde la cola,
los viejos se mueren de risa

~~~

Reikiavik

*

lo bello, lo inminente, lo absoluto:

la piedra que florece

un enigma resuelto

el silencio de una estrella a punto de morir 

~~~

Burdeos

*

mis pasos se elevan
por sobre las puertas
de la ciudad

y mis ojos

suspiran como niños

que salen a jugar
después de ir
a la escuela 


***
Tilo Nurmi (Santiago de Chile, 1979)

/
"El mapa de los suspiros", de pronta publicación en Santiago de Chile.

lunes, 12 de febrero de 2018

bob kaufman / misiones profanas










Quiero que me entierren en un cráter anónimo en la luna.

Quiero construir minigolfs en todas las estrellas.

Quiero probar que la Atlántida fue un sitio de veraneo para el hombre  de las cavernas.

Quiero probar que la ciudad de Los Angeles es una broma que nos gastaron los seres superiores de un planeta simpático.

Quiero denunciar al Cielo, un sanatorio exclusivo, repleto de ricos psicópatas que creen poder volar.

Quiero demostrar que la Biblia se publicó en una revista romana para niños.

Quiero probar que el sol nació cuando Dios se quedó dormido con un  cigarro encendido, exhausto tras una dura noche como juez.

Quiero probar de una vez por todas que no estoy loco.

***
Bob Kaufman (Nueva Orleans, 1925-San Francisco, 1986) Poesía Beat. Buenos Aires: Buenos Aires Poetry, 2017.
Versión de Odeen Rocha

/

Unholy Missions

I want to be buried in an anonymous crater inside the moon.

I want to build miniature golf courses on all the stars.

I want to prove that Atlantis was a summer resort for cave men.

I want to prove that Los Angeles is a practical joke played on us by superior beings on a humorous planet.

I want to expose Heaven as an exclusive sanitarium filled with rich psychopaths who think they can fly.

I want to show that the Bible was serialized in a Roman children’s magazine.

I want to prove that the sun was born when God fell asleep with a lit cigarette, tired after a hard night of judging.


I want to prove once and for all that I am not crazy.

domingo, 11 de febrero de 2018

sylvia plath / tres poemas













Una aparición

*

La sonrisa de las heladeras me aniquila
¡Corrientes tan azules en las venas de mi amada!
Escucho el ronronear de su enorme corazón.

De su boca salen como besos
los símbolos de conjunción y porcentaje
En su cabeza es lunes: la moral

se lava, se plancha y se entrega.
¿Y yo quién soy para entender estas contradicciones?
yo uso puños blancos y me inclino.

¿Entonces esto es el amor, esta materia roja
saliendo de la aguja de acero que vuela así de ciega?
Va a hacer tapados y vestiditos

para abrigar a una dinastía.
Cómo se abre y se cierra su cuerpo.
¡Un reloj suizo, con rubíes en las bisagras!

¡Oh, corazón, tanto desorden!
las estrellas se encienden como cifras terribles,
los párpados de ella recitan el abecedario.

~~~

Cruzando el agua

*

Lago negro, bote negro, dos personas recortadas en papel negro.
¿Adónde van los árboles negros que beben aquí?
Sus sombras deben cubrir Canadá.

Entre las flores acuáticas se filtra algo de luz
Sus hojas no quieren apurarnos:
son redondas, planas y están llenas de avisos oscuros.

Del remo se sacuden mundos fríos.
El espíritu de la negrura está en nosotros, en los peces.
Un tronco levanta una mano pálida para decir adiós.

Las estrellas se abren entre los lirios.
¿No te encandilan sirenas tan inexpresivas?
Este es el silencio de las almas absortas.

~~~

Canción de amor de la chica loca

*

Cierro los ojos y el mundo entero se muere,
los abro y nace todo otra vez.
(Creo que te inventé en mi cabeza).

Las estrellas, de rojo y azul, salen a bailar un vals
y entra la negrura al galope porque sí:
cierro los ojos y el mundo entero se muere.

Soñé que me hechizabas y me llevabas a la cama
que me cantabas y me besabas como un demente
(creo que te inventé en mi cabeza).
Dios se cae del cielo, se consume el fuego del infierno:
Huyen serafines y hombres de Satanás:
Cierro los ojos y el mundo entero se muere.

Me imaginé que ibas a volver como dijiste,
pero envejezco y me olvido de tu nombre.
(Creo que te inventé en mi cabeza).

Debí haber amado a un Thunderbird, no a vos,
por lo menos vuelven rugiendo en primavera.
Cierro los ojos y el mundo entero se muere.

(Creo que te inventé en mi cabeza).

***
Sylvia Plath (Boston, 1932-Londres, 1963)
Versiones de Sandra Toro

/

An Appeareance

*

The smile of iceboxes annihilates me.
Such blue currents in the veins of my loved one!
I hear her great heart purr.

From her lips ampersands and percent signs
Exit like kisses.
It is Monday in her mind: morals

Launder and present themselves.
What am I to make of these contradictions?
I wear white cuffs, I bow.

Is this love then, this red material
Issuing from the steele needle that flies so blindingly?
It will make little dresses and coats,

It will cover a dynasty.
How her body opens and shuts-
A Swiss watch, jeweled in the hinges!

O heart, such disorganization!
The stars are flashing like terrible numerals.
ABC, her eyelids say.

~~~

Crossing the Water

*

Black lake, black boat, two black, cut-paper people.
Where do the black trees go that drink here?
Their shadows must cover Canada.

A little light is filtering from the water flowers.
Their leaves do not wish us to hurry:
They are round and flat and full of dark advice.

Cold worlds shake from the oar.
The spirit of blackness is in us, it is in the fishes.
A snag is lifting a valedictory, pale hand;

Stars open among the lilies.
Are you not blinded by such expressionless sirens?

This is the silence of astounded souls.

~~~

Mad Girl's Love Song

*

"I shut my eyes and all the world drops dead;
I lift my lids and all is born again.
(I think I made you up inside my head.)

The stars go waltzing out in blue and red,
And arbitrary blackness gallops in:
I shut my eyes and all the world drops dead.

I dreamed that you bewitched me into bed
And sung me moon-struck, kissed me quite insane.
(I think I made you up inside my head.)

God topples from the sky, hell's fires fade:
Exit seraphim and Satan's men:
I shut my eyes and all the world drops dead.

I fancied you'd return the way you said,
But I grow old and I forget your name.
(I think I made you up inside my head.)

I should have loved a thunderbird instead;
At least when spring comes they roar back again.
I shut my eyes and all the world drops dead.

(I think I made you up inside my head.)"

sábado, 10 de febrero de 2018

jorge cáceres / de rené o la mecánica celeste



¿Por qué hacer el juego de la gran esfinge?

*

Sobre un trineo que los pájaros acarrean
Desde hace tanto tiempo sobre las puertas de ónix
Cuando durante tantos años por vosotros rebaños
                                                                   [multicolores
Yo escuchaba el rumor de la loba en la punta del bosque
Un collage de Braulio Arenas torcía mi vida totalmente
Por vosotros ese collage esconde la letra la palabra
Tras lo que nada impide ese brillo bien recortado
En el marco donde los árboles se alargan
Sobre cojines desguarnecidos la nieve forma un muro
Un paraje encantador para los que se despiden
Para mí solamente si nada es tan negro como el hierro
O como un carbón en la nariz de la jirafa
El viento del desierto se enrolla en las chimeneas
Es más absurdo que todos los simples del techo
Que todos los locos del pasamanos a medio comer
Que todo gesto contrario a un juego fetichista
Un juego de cristal de roca
Y la exactitud de un latido sin fin
Junto a viejos cortaplumas de lana
Que no son más un arma para el encaje de la costa
Donde ellos se enterraban por doquier.

~~~

Monumento a los pájaros

*

I
Ventosa de las golfas
Que han caminado hacia el bosque
Y aletean al primer estado del abanico
En un carruaje de hojas silenciosas
Y palomas mensajeras
Ellas emigran hacia Repúblicas de copa alta
Hacia hemisferios sin salida
Sus ojos son los primeros cómplices
De sus manos
Al más libre sollozo.

II
Ellas se alargan ellas sueñan
Desconocidas a la sombra de dos alas
Sus gestos son persistentes
Sus linternas son de hojas de Tormenta
Traen el primer soplo del otoño
Y un aire de doble tempestad
Se eleva de sus pies.

III
Plumajes al alcance de un toque de sonrisa
Jardines impenetrables
Donde un primer sonrojo se levanta
De un fruto de una hoja
De un golfo solar.


IV
Los pájaros buscan un aire igual
El día semejante la noche sin fin
O la más loca proeza de nieve
Picotean junto a redes tendidas
Sobre el campo de la loba
Cambian los paraísos.

V
La huella de un armiño en las vitrinas heladas
Un grito desposeído y el gesto de la cuerda que danza
Nube o guijarro al fondo de los deltas
Sobre dos cuerdas boreales.

~~~

Larga vida

*

Una hoguera y el topo en el follaje que se debate
Un quitasol de coral que se desprende y quema
Y la mendiga que yo maldigo es ella misma
Tan sólo más libre
Cerca de un cerezo que se balancea en la hierba
Junto a nosotros bajo la hora de este techo
Una larga línea negra sobre los lagos de ágata
Atraviesa un circuito de cristal
Como una nadadora
En el recinto que deja en paz ahora mismo
Y por fin es sólo reír de un azar sin pies sin cabeza
De una cariátide con cabeza de perro
Bajo el mismo techo donde el piso es un arado.

Cuando yo besaré tus labios de carbón
Para eso tú soplas el agua de esta copa
Una gota en tempestad
Que suena como un arma en la hora que pasa
Como una mancha de envidia en el marco del techo
Un desconocido que juega con palabras
En el mismo punto blanco que yo he visto girar
Entre dos charcos de abanico
Sobre una pista negra.

Se diluye ahora para nosotros el misterio de la costa
Me maravillo de este muro de granito sobre el faro
Y un puente de jardines anida la nueva calle que ríe
Para quienes el amor es más absurdo que jamás
Para mí si yo sueño sobre un imán desconocido
Sobre tu cabeza que juega con las rocas de mar
Entre la niebla de agosto
Yo la aprisiono yo la amo en un tiempo entredicho
Para que no sea la única
Que represa la hora inútil.

~~~

Ver para creer

*

                                                                       A Titus Forray

La luz es sino una playa que tú desconoces una estrella
Pues niegas todo aquello que yo amo
Y lo que respeto es para ti la actividad solar
Yo he escrito sobre el desierto tus pasos
Y las huellas que dibuja tu sonrisa tu manera de andar de
                                                                                       [reír
Las manos todas semejantes
Los ojos que engañan a los pájaros
Y la rosa epitelial que envuelve tu garganta de dicha.
El cielo es para nosotros esta tarde
La perfección que ya no tiene seriedad
O bien este pájaro de energías en gris
Que represa al sol
Que bebe al sol
Este sol más puro que jamás
Sol de libélulas.
El viento ya tampoco se enreda en el cielo
Sus pasos cambian las estrellas sobre el musgo
Devuelven el ritmo inicial
La realidad
El aire puro
Conduce toda primavera desconocida
Y su mano encanta los frutos de sol.

***
Jorge Cáceres (Santiago de Chile, 1923-1949) René o la mecánica celeste. Santiago de Chile: Pequeño Dios Editores, 2014.

viernes, 9 de febrero de 2018

benjamín villalobos baranda / las noches que son mis noches (extracto)









1

los militares que bailan con mi hermana
gritarán de alegría cuando una de sus balas
llegue a mi corazón
porque me habrán visto
oh pecador
putear a las estatuas de chile
que me descueran y me miran feo
porque saben que si estuvieran vivas
yo les escupiría en la cara
para ver como esa parte de mí
cae por sus bigotes
entra por su lengua
y sale por el ano con sus pulmones en mis manos

yo que sólo enfrenté la derrota de mis noches
no sabría si reírme
o llorar mi muerte
si quedarme en silencio
o pagarle a estas putas
para que se rían conmigo
y todo esto sea más triste

porque de pura pena
volviendo a mi casa
bailé con todas las que encontraba
y las descubría en su juego de ser militares
con sus caras rojas
tetas grandes
y ropita de camuflaje
para que no se les notara la vergüenza

esa ropita yo se las sacaría
-A los militares para que los maten más rápido y
-A ellas para amarlas aunque sean militares

yo les silbo a todas                                                    esperáme tal como lo hiciste

borracho y con rock and roll                                     en medio de la fiesta

montado en la bici                                                    bajo los mismos focos que te
                                                                                  alumbraron por primera vez


cantando puteadas                                                    que ya vuelvo a buscarte

les silbo a todas                                                        para siempre


2

la ciudad desaparece cuando aparecen los recuerdos
y podemos inventarlos
para que nunca sean nuestros
y si no los inventamos
te los compro
o te los cambio
o te los vendo
porque soy la industria
yo pecador
de este país sin industrias

yo cambio amor por palabras
aunque salga perdiendo
porque soy la industria, mi amor,
y siempre salgo perdiendo

a ti no te comprará nadie que no sea yo
porque yo soy la industria de tu corazón
y estas palabras no las comprará nadie sólo tú
porque son para la primera que me quiso un poco

entonces échele el rush a sus labios
péinese su chasquilla
deje de mirarme así
Y póngase ese short cortito que tanto me gusta
ese por el que se le asoman los labios de la vagina, échele
ruch a esos también, wachita rica, que tengo ganas de rom-
perle esas prendas minúsculas a mordiscos y hacerla recagar
en la baquedano que es la plaza más grande del mundo vien-
do como las estrellas se mueven van y vienen de nosotros
mientras regamos el pasto con el jugo que emerge de tu sexo
a raíz de mi sexo en tu sexo que es el sabor nuestro capaz de
alimentar la tierra

                    y los pacos a un costado nos ven con envidia
                    y la gente cruza las calles amaestrada con el semáforo
                    Y los pazos de zebra / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / rojo
/ / / / / / / / / / / / / / / / / / / /  amarillo / / / / / / / / / / / / / / / / / / /
/ / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / / verde

se hacen los que no nos miran por la vergüenza de querer
sumarse a esta fiesta que es la orgía del mestizaje con cariño
ellos que prefieren celebrar en sus casas a los muertos que
nadie sabe con exactitud qué fue lo que hicieron por este
país que ya pocos honores se merece salvo el de celebrarnos
a nosotros los vivos con el amor de nuestros cuerpos en las
plazas que debieron ser nuestras

3

la ciudad habla por sí sola
la destrucción siempre puede ser un error
el sol sale cuando quiere
y nadie se quiere ir
se despiden para siempre
se quedan olvidados
alguien sigue bailando
y yo que no tengo ni para la sopaipa por la chucha
ni para un cariñito
ni para unas palabritas de amor
no se puede ser feliz sin ser pura
Y una de esas se acostará conmigo
y cuando sea mía por un rato
veremos si la propiedad cumple con la promesa de la alegría

pero la noche pasa los recuerdos
pasan and here comes the sun tra la la la
y parece que ninguna me gusta tanto
o yo ya no le gusto a ninguna
y no sé que es peor

todos nos tapamos la cara con las manos
las estatuas de chile me descueran

ya no está esa que me hacía reír

ya no hay nadie esperando por mí

***
Benjamín Villalobos Baranda (Santiago de Chile, 1991) Halo: 19 poetas chilenos nacidos en los 90 (Hernández Montecinos, Héctor (comp.)) Santiago de Chile: J. C. Saez Editor, 2014.