jueves, 15 de febrero de 2018

cecilia pavón / a mi familia (pink punk)










El año pasado éramos una familia.
A todos nos iba bien, nos queríamos y llegábamos a hacer
cosas realmente extrañas. Nos tirábamos en la alfombra y
escuchábamos música sin hablar
música nueva, lo más nuevo, lo más emocionante.
La música le daba sentido a la vida.
El año pasado yo me sentía amada por ustedes, cuando
llegaba el viernes o el sábado a la noche sabía que iba a
entrar en una zona de alegría y plenitud.
Todo lo que decíamos me entusiasmaba. Realmente nos
escuchábamos los unos a los otros, pero nadie hablaba de
sus problemas, ni contaba cuentos que leyó, ni películas,
ni sueños, ni deseos.
Además, todo entre nosotros era ligero y sensual, cuando
bailábamos en círculo, los seis solos, en ese departamento
de Retiro. Algunas veces estábamos en trance. Sí, qué
raro suena decirlo, pero era un verdadero trance.
Recuerdo una noche de febrero en que se desató Un
temporal, mientras íbamos en el auto de G., G. P. y yo.
Todo era tan dramático y vital.
Estacionamos el auto en la calle Córdoba y cruzamos
corriendo. Entramos a la casa de A, empapados y nos
sacamos la ropa. Fue raro, no se sabe cómo empezó, nos
quedamos desnudos en la oscuridad.
¡Qué forma más extraña de relacionarse los cuerpos los
unos con los otros!
Ahí en la alfombra de A., casi como niños.
Riéndonos al principio, un poco de los nervios. Después a
alguien se le ocurrió buscar un pepino en la heladera, y
en una especie de ceremonia, nos penetramos.
Qué raro que fue eso.También la orgía seca que hicimos en
el Tigre.
Sólo de caricias. Creo que ese día nos amamos realmente.
En esa cama, con las plantas afuera y los insectos
ensordecedores.
Ese día igual que el otro, el agua estuvo presente.
Salimos de la casa para volver a la Capital y había crecido
tanto el río que no se veía ningún camino y y teníamos
que avanzar con el agua hasta las rodillas.
Cuando volví a mi casa esa noche, no lamenté que
tuviésemos que separarnos,
sentía que estábamos unidos por un lazo de color
inextinguible.
Ese día estuve en éxtasis.

***
Cecilia Pavón (Mendoza, 1973)

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