domingo, 14 de octubre de 2018

sylvia plath / medusa










Guardas tu espantosa cabeza de bola de dios,
cristales de misericordia,
lejos de ese mirador con piedras que tapan la boca,
los ojos cercados por palillos blancos,
oídos que escuchan las incoherencias del mar,

tus títeres
lanzan sus células bestiales a la sombra de mi barcaza
empujando como lémures,
estigma rojo en el centro mismo,
cabalgando la desgarrada marea al lugar de partida más cercano,

arrastrando su pelo de Jesús.
¿Escapé? Me pregunto.
Mi mente va hacia ti,
viejo ombligo repleto de percebes, cable atlántico,
manteniéndose, pareciera, en estado de milagrosa reparación.

En todo caso, siempre estás allí,
respiración trémula al final de mi línea,
curva de agua que mana
hasta mi buscador de agua,
deslumbrante y agradecida,
conmovedora y absorbente.

Yo no te llamé.
No te llamé para nada.
Así y todo, así y todo, viniste echando humo
por el mar, gorda y roja, una placenta

que paraliza a los amantes complacidos.
Luz de cobra
que sofoca el aliento de las membranas de sangre
de las fucsias. Yo no podía respirar
muerta y sin un peso,

sobreexpuesta, como una radiografía.
¿Quién te crees que eres?
¿Una hostia? ¿La virgen María?
No probaré ni un bocado de tu cuerpo.
Botella en la que vivo.

Vaticano siniestro.
Estoy harta de la sal caliente.
Verdes como eunucos, tus deseos
chiflan por mis pecados.
¡Fuera, fuera, tentáculo de anguila!

No hay nada entre nosotras.

                                               16 de octubre, 1962


***
Sylvia Plath (Boston, 1932-Londres, 1963)
Versión de Silvia Camerotto

/

Medusa

*

Off that landspit of stony mouth-plugs,
Eyes rolled by white sticks,
Ears cupping the sea's incoherences,
You house your unnerving head-God-ball,
Lens of mercies,

Your stooges
Plying their wild cells in my keel's shadow,
Pushing by like hearts,
Red stigmata at the very center,
Riding the rip tide to the nearest point of departure,

Dragging their Jesus hair.
Did I escape, I wonder?
My mind winds to you
Old barnacled umbilicus, Atlantic cable,
Keeping itself, it seems, in a state of miraculous repair.

In any case, you are always there,
Tremulous breath at the end of my line,
Curve of water upleaping
To my water rod, dazzling and grateful,
Touching and sucking.

I didn't call you.
I didn't call you at all.
Nevertheless, nevertheless
You steamed to me over the sea,
Fat and red, a placenta

Paralysing the kicking lovers.
Cobra light
Squeezing the breath from blood bells
Of the fuscia. I could draw no breath,
Dead and moneyless,

Overexposed, like an X-ray.
Who do you think you are?
A Communion wafer? Blubbery Mary?
I shall take no bite of your body,
Bottle in which I live,

Ghastly Vatican.
I am sick to death of hot salt.
Green as eunuchs, your wishes
Hiss at my sins.
Off, off, eely tentacle!

There is nothing between us.

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