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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

lunes, 27 de mayo de 2024

juan malebrán / tres poemas








antes de tensar la goma ​y ​calcular la distancia entre uno y el hundimiento de la piedra pensemos en un niño al descubrir la cadencia en el retroceso de las olas en la púa del erizo entre las algas del coral y en la soltura de dos hermanos que practican muay thai sobre un campo de margaritas pensemos en la porfía de quien promueve su propio tropiezo su propia zancadilla y en un parapentista que en la masa térmica ajusta con total pericia los binoculares en el cinto de su arnés pensemos en las golondrinas ensayando un vuelo errático en apariencia o en un cactus a punto de florecer sin inmutarse siquiera pensemos en quienes aseguran que la puntería es un asunto secundario cuando lo importante es la brisa apenas perceptible que interviene y desenfoca el blanco pensemos en ello o en algo parecido en un pescador por ejemplo en la lienza enrollada en su tarro y en toda la bruma del lago por delante


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por amor al aire o por el aire mismo pensemos el arrayán a orillas del estero y antes de resbalar digamos demasiada arcilla demasiado hielo demasiado estruendo habrá un exceso de ímpetu en quien parte linterna en mano ante lo poco que se distingue de los tablones en el puente del hacha tras la puerta de la estufa para secar el barro y pensemos en que mañana tal vez alguien clave su última estaca y los colores del macizo justifiquen este ascenso el instante en que todo enmudece y el aire se detiene como el respiro que desde su cuenca el ojo reclama

 
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porque la memoria es un músculo ​que ​tarde o temprano se desgarra nos detendremos aquí para protegernos de la ventisca y en favor de las fuerzas que nos faltan reposar la musculatura perdida también en la mirada porque no hay apuro en llegar a destino ni en agotarse por culpa de un cansancio innecesario nos tumbaremos aquí y en medio de la holgura por amor al aire o por el aire mismo esperaremos como quien espera el ronquido con el que anuncia su desborde el alud

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Juan Malebrán (Iquique, 1979)

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