miércoles, 30 de noviembre de 2022

pablo neruda / el hombre invisible








Yo me río,
me sonrío
de los viejos poetas,
yo adoro toda
la poesía escrita,
todo el rocío,
luna, diamante, gota
de plata sumergida,
que fue mi antiguo hermano,
agregando a la rosa, pero
me sonrío,
siempre dicen "yo,"
a cada paso
les sucede algo,
es siempre "yo,"
por las calles
sólo ellos andan
o la dulce que aman,
nadie más,
no pasan pescadores,
ni libreros,
no pasan albañiles,
nadie se cae
de un andamio,
nadie sufre,
nadie ama,
sólo mi pobre hermano,
el poeta,
a él le pasan
todas las cosas
y a su dulce querida,
nadie vive
sino él solo,
nadie llora de hambre
o de ira,
nadie sufre en sus versos
porque no puede
pagar el alquiler,
a nadie en poesía
echan a la calle
con camas y con sillas
y en las fábricas
tampoco pasa nada,
no pasa nada,
se hacen paraguas, copas,
armas, locomotoras,
se extraen minerales
rascando el infierno,
hay huelgas,
vienen soldados,
disparan,
disparan contra el pueblo,
es decir,
contra la poesía,
y mi hermano
el poeta
estaba enamorado,
o sufría
porque sus sentimientos
son marinos,
ama los puertos
remotos, por sus nombres,
y escribe sobre océanos
que no conoce,
junto a la vida, repleta
como el maíz de granos,
él pasa sin saber
desgranarla,
él sube y baja
sin tocar la tierra,
o a veces
se siente profundísimo
y tenebroso
él es tan grande
que no cabe en sí mismo,
se enreda y desenreda,
se declara maldito,
lleva con gran dificultad la cruz
de las tinieblas,
piensa que es diferente
a todo el mundo,
todos los días come pan
pero no ha visto nunca
un panadero
ni ha entrado a un sindicato
de panificadores,
y así mi pobre hermano
se hace oscuro,
se tuerce y se retuerce
y se halla
interesante,
interesante,
ésta es la palabra,
yo no soy superior
a mi hermano
pero sonrío,
porque voy por las calles
y sólo yo no existo,
la vida corre
como todos los ríos,
yo soy el único
invisible,
no hay misteriosas sombras,
no hay tinieblas,
todo el mundo me habla,
me quieren contar cosas,
me hablan de sus parientes,
de sus miserias
y de sus alegrías,
todos pasan y todos
me dicen algo,
y cuántas cosas hacen!
cortan maderas,
suben hilos eléctricos,
amasan hasta tarde en la noche
el pan de cada día,
con una lanza de hierro
perforan las entrañas
de la tierra
y convierten el hierro
en cerraduras,
suben al cielo y llevan,
cartas, sollozos, besos,
en cada puerta
hay alguien,
nace alguno,
o me espera la que amo,
y yo paso y las cosas
mi piden que las cante,
yo no tengo tiempo,
debo pensar en todo,
debo volver a la casa,
pasar al Partido,
qué puedo hacer,
todo me pide
que hable,
todo me pide
que cante y cante siempre,
todo está lleno
de sueños y sonidos,
la vida es una caja
llena de cantos, se abre
y vuela y viene
una bandada
de pájaros
que quieren contarme algo
descansando en mis hombros,
la vida es una lucha
como un río que avanza
y los hombres
quieren decirme,
decirte,
por qué luchan,
si mueren,
por qué mueren,
y yo paso y no tengo
tiempo para tantas vidas,
yo quiero
que todos vivan
en mi vida
y cante en mi canto,
yo no tengo importancia,
no tengo tiempo,
para mis asuntos,
de noche y de día
debo anotar lo que pasa,
y no olvidar a nadie.
Es verdad que de pronto
me fatigo
y miro las estrellas,
me tiendo en el pasto, pasa
un insecto color de violín,
pongo el brazo
sobre un pequeño seno
o bajo la cintura
de la dulce que amo,
y miro el terciopelo duro
de la noche que tiembla
con sus constelaciones congeladas,
entonces
siento subir a mi alma
la ola de los misterios,
la infancia,
el llanto en los rincones,
la adolescencia triste,
y mi sueño,
y duermo
como un manzano,
me quedo dormido
de inmediato
con las estrellas o sin las estrellas,
con mi amor o sin ella,
y cuando me levanto
se fue la noche,
la calle ha despertado antes que yo,
a su trabajo
van las muchachas pobres,
los pescadores vuelven
del océano,
los mineros
van con zapatos nuevos
entrando en la mina,
todo vive,
todos pasan,
andan apresurados,
y yo tengo apenas tiempo
para vestirme,
yo tengo que correr:
ninguno puede
pasar sin que yo sepa
adónde va, qué cosa
le ha sucedido.
No puedo sin la vida vivir,
sin el hombre ser hombre
y corro y veo y oigo
y canto,
las estrellas no tienen
nada que ver conmigo,
la soledad no tiene
flor ni fruto.
Dadme para mi vida
todas las vidas,
dadme todo el dolor
de todo el mundo,
yo voy a transformarlo
en esperanza. Dadme
Todas las alegrías,
aun las más secretas,
porque si así no fuera,
cómo van a saberse?
Yo tengo que cantarlas,
dadme las luchas
de cada día
porque ellas son mi canto,
y así andaremos juntos,
codo a codo,
todos los hombres,
mi canto los reúne:
el canto del hombre invisible
que canta con todos los hombres.

***
Pablo Neruda (Parral, 1904-Santiago de Chile, 1973)

martes, 29 de noviembre de 2022

luis palés matos / yo soy un amplio personaje














Yo soy un amplio personaje:
albino lienzo de un paisaje
que el Todo unta en mi interior,
y cuya suavidad de raso,
chupa en la llaga del ocaso
el vino rancio del dolor.

Rabí Jeschona (mi maestro)
me dijo el santo “Padre Nuestro”,
pero también de él aprendí,
tocado de un amor profundo,
llorar a veces para el mundo
y reír siempre para mí.

Yo vivo una filosofía
toda contraste, anomalía,
pero que es muy original…
Yo fui beato mosaísta;
me consagré maniqueísta;
y caté el virus racional.

Bostezo frío escepticismo,
y tengo orgullo de mí mismo
porque me siento universal;
y encuentro que este vano orgullo,
empieza en chispa de cocuyo,
y acaba en lumbre de fanal.

Oculto cien remotas vidas
en mis cien lenguas, escondidas,
cual las de mítico dragón,
y cuando mueven su teclado,
yo permanezco ensimismado
sufriendo tanta confusión.

Entonces me imagino enorme…
Mas ¡ay! la falta de armonía
me empuja, unánime, a creer,
que es una enormidad deforme
la escandalosa algarabía
que canta dentro de mi ser.

Rijo la sonda de mi Ojo,
mezcla egoísmo, fiebre, antojo,
en mi honda personalidad,
y de mí mismo al extraerla,
sale borracha de una perla
de enbeodante claridad.

Perla divina, perla fina:
zarco suspiro de neblina,
lleno de Psiquis y ebria de
esencia vagamente antigua:
sándalo y ámbar… Gota ambigua
de caridad, ensueño y fe.

Entraño muchas cosas raras:
borrosamente, surgen caras
en mi simbólico Telar…
Dejo la magia de la Aguja,
y mi Ego, fosco, se arrebuja
en su vesania singular:

ora un entierro que negrea
por la calleja de una aldea,
bajo silencio de ataúd,
donde despliega la levita
una tiniebla de bendita
y filosófica actitud.

Ora un convento solitario,
dulce de miel de evangeliario
y tístico de soledad,
donde una pálida novicia,
suda el labio al caricia
de su ambagiosa enfermedad.

Un petimetre vulgarote…
ora un sublime don QUIJOTE,
niño en su estupidez pueril;
ora un don SANCHO, gordo y viejo,
en cuya panza arde el reflejo
de oro clásico y sutil.

Un sacerdote grave, austero;
que (ultra-humano pebetero)
gotea fragancias de perdón:
“De los pecados yo te libro”…
y entreabre, como un libro,
la inmensidad del corazón.

Un caballero muy galante,
dice bien y lleva un guante,
y luce flor en el ojal…
Tenorio audaz de mil amores,
que en la promesa de las flores
apaga el brillo del puñal.

Vergeles rubios y tranquilos,
enmelenados por los hilos
del jeroglífico estelar,
en donde cunde la apoteosis
láctea en insomnio y en coloris,
de anemia crónica y lunar.

Pasa el desfile de visiones,
ceremoniado de emociones
que erupta, opíparo, mi “yo”…
Se desconotorna la emotiva
virginidad de perspectiva…
y, el HOmbre en mí, resucitó…

Y otra vez hombre, rudo y feo
pira voraz en su deseo
de reventar contra el nivel
estoico y fijo de la vida…
La viad que es una bebida
de agua de azúcar y de hiel.

Yo anhelo el choque formidable
de lo invisible y lo palpable,
en el cannubio sepulcral:
quiero estrellar mi pobre nao,
y dinfundirme, como un vaho
dentro del Alma Universal.

Yo soy un amplio personaje:
albino lienzo de un paisaje
que el Todo unta en mi interior,
y cuya suavidad de raso,
chupa en la llaga del ocaso
el vino rancio del dolor.

Bostezo frío escepticismo,
y tengo orgullo de mí mismo
porque me siento universal;
y encuentro que este vano orgullo,
empieza en chispa de cocuyo,
y acaba en lumbre de fanal.

***
Luis Palés Matos (Guayama, 1898-San Juan, 1959)

lunes, 28 de noviembre de 2022

irene mesolella / dos poemas













Sensación de bienestar

*

¿Qué es esta sensación
que ahora pruebo sobre mi piel?
La felicidad es un algo enorme
que a veces
no logro en verdad imaginar.
Es una paz con el mundo
un cruce de miradas
fuera del metro.
Es aroma a limpio
a inocencia
que me acompaña todo el camino a casa.
Una sonrisa que aparece
al final de un largo día.
No pido algo más.

~

Hay un tiempo

*

Nací en octubre,
flor del otoño
las hojas rojizas caían
por el poco equilibrio de su peso ligero
desvanecido por el tiempo
sobre esas ramas secas
bastó una ráfaga de viento.
Hay un tiempo para permanecer
fuertes
Hay un tiempo para dejarse
andar
Hay un tiempo para intentarlo
Hay un un tiempo para quedarse
donde estamos.
Desearía solo estar quieta
huir del dinamismo del tiempo
ojalá mirarlo pasar por la ventana de un tren
junto a los paisajes verdes o desérticos
mirarlo fluir como a veces veo pasar mi vida.
En el instante preciso en que me detengo a pensar
la hoja ya ha caído.

***
Irene Mesolella (Prato, 1985) En: Elio Pecora (ed.) Antologia da I poeti contemporanei. Roma: Pagine, 2013, pp. 163-66.
Versiones de Nicolás López-Pérez

/

Sensazione di benessere

*

Che cos’è questa sensazione
che adesso provo sulla mia pelle?
La felicità è qualcosa di enorme
che a volte
non riesco proprio a immaginare.
È una pace col mondo
un incrocio di sguardi
fuori dalla metropolitana.
È profumo di pulito
di innocenza
che mi accompagna fin sotto casa.
Un sorriso che compare
alla fine di una lunga giornata.
Non chiedo altro. 

~

C’è un tempo

*

Sono nata a Ottobre,
Fiore d’autunno
le foglie rossicce cadevano
per il poco equilibrio del loro leggero peso
affievolito dal tempo
sui quei secchi rami
bastava una folata di vento.
C’è un tempo per rimanere
forti
C’è un tempo per lasciarsi
andare
C’è un tempo per provare
C’è un tempo per rimanere
dove siamo.
Desidererei solo star ferma
sfuggire alla dinamicità del tempo
magari guardarlo scorrere fuori dal finestrino di un treno
insieme ai paesaggi verdi o desertici,
guardarlo scorrere come a volte guardo scorrere la mia vita.
Nell’istante preciso in cui mi fermo a riflettere
la foglia è già caduta. 

domingo, 27 de noviembre de 2022

bruno montané krebs / tres poemas













Cerbatana

*

Por largo tiempo repites la misma canción
y la lluvia parece ausentarse como su dorada tela
como un artefacto de temperatura transparente
Bajo el primer árbol del bosque
vuelves a soplar sobre la misma pluma
con la que jugaste pensando en ropas de colores
tendidas en los patios traseros
En una ciudad cualquiera hay palmeras
agitadas por vientos que atravesaron valles
lejos siempre lejos de la mirada y los juegos
de los monos

~

Tú serás la estrella que mira

*

Tú serás la voz o la joya
que en la arena aparece,
serás la calma de la pierna
muerta en el bosque.
Y en el centro del acto y del sonido
parecerás una vida de raras hazañas,
con cuerpos y cerebros
que quieren a otros cuerpos,
y desiertos y playas y gargantas
que nada hará desaparecer.

~

Las bellas palabras

*

La palabra es hoguera en los palacios
y tienda de campaña en los jardines.
La palabra, tallo de luz,
muela podrida.
Y tú sientes que la sintaxis
es una factoría oculta en el fondo
del pantano, mugido que no para,
silencio que la envuelve.
La palabra es la voz de los resucitados
que no han muerto, es el juego que se aleja
invisible, pero no sin antes danzar
con sus cortinas flameantes
frente a tu rostro con cerebro
que es donde vive la palabra
antes de desaparecer.

***
Bruno Montané Krebs (Valparaíso, 1957) El futuro. Poesía reunida 1979-2016. Barcelona: Candaya, 2018.

sábado, 26 de noviembre de 2022

carmen leonor ferro / de "la caja"













Mi hermana había pedido que al morir
le pusieran un traje

que había comprado hacía tiempo en un mercado de Venecia
una prenda hecha de retazos zurcidos en seda oscura

lo usaba en ocasiones especiales

cuando empezó a intuir que moriría
pidió el vestido

imaginó con detalles cómo debía ser la escena
de un acontecimiento que sabía inapelable

aquel día en la iglesia
aguardaba la caja

la cubría un camisón azul tierra
de tela almidonada con botones

alguien al parecer
lo eligió sin sospechas

entre la ropa apilada
en el armario




Apenas me atrevo
a entreabrir
el cofre
donde conservaba sus fotos



allí he guardado documentos
el pasaporte italiano
papeles de familia




Coloco la cajita frente a mi cama
camino hacia la puerta
repito un ejercicio de indiferencia voluntaria

la rondo
una mancha indefensa
sugerida en el paisaje del cuarto

retengo el impulso de escarbar




Mi madre no reza
también ha perdido las blasfemias
exhala un vaho incierto
que va y viene




Huye de esa penumbra
pienso
después me las veo con la mía
la cortejo
la ausculto
de reojo

***
Carmen Leonor Ferro (Caracas, 1962). Inéditos. Selección de Gladys Mendía.

viernes, 25 de noviembre de 2022

héctor hernández montecinos / de "debajo de la lengua"













Una fiesta y ni un nombre

*

Los países envejecen más rápido que la gente
se vienen abajo con tanto peso y con tan poco
las estaciones del año y del metro
ya no dicen nada a nadie
como las canciones, los pájaros, los sueños.
Las fiestas terminaron hace rato
y solo los fantasmas siguen hablando
de los láser y las luces ultravioletas
drogados como caballos dentro de un shopping
hace millones de años.

El pasado es para los infelices
que andan por los mismos lugares
buscando nuevos horizontes, como el amor,
idénticos a sí mismos.
Y sí, las ciudades se deprimen
aunque parezca lo contrario
y se comienza a hablar del fin del mundo
cuando uno quiere robarse algo.

Doy vueltas en lo mismo
el piso está lleno de palabras que se me caen
como dientes en un sueño supersticioso
pero esto es una fiesta, me digo
debo salir del baño de una buena vez
y pedirle disculpas al chico y no.
La música ya no es bella –nunca lo fue–
ni él ni yo y da lo mismo
el mundo no está bien.

Contra la pared todos parecemos importantes
aunque sea unos segundos
y bajamos la mirada vestidos con la ropa
que se deshace donde se pone el sol
pero es otra cosa.
La gente finalmente baila
porque fue feliz en otros lugares
y se imagina desde los ojos del que se mueve mejor.
El piso es lo que me conmueve
un cielo construido a patadas
que somos para los vecinos de abajo.

Puede ser el alcohol o las drogas
no estoy ni seguro de si estoy vivo o muerto
o si imagino un avión rumbo a Mar del Plata
pero no he pensado en la poesía esta noche
esa familia quebradiza y entusiasmada
que habla con los volcanes e inhala poemas resecos.
La fe se gana y se pierde
como kilos del alma –odio esa palabra–
con un poco más o menos de emoción
y finalmente de eso se trata todo esto:
solo el arte es felicidad.

~

Complejo del exceso

*

Mi cuerpo se inclina al escribir
con tantas palabras en el inconsciente.

Hola lengua
hola mano
yo veo su descomposición
en las letras de mi nombre.
Más allá de esos escombros yacen
unos borrachos en calzoncillos
con el deseo de ser dioses
cuando el espíritu es del tamaño
de esta habitación.

Tuve huellas y líneas del destino
en mi espalda
–secreciones, carroña–
y gotas de luz en mi boca.
Un hombre me preguntó
por el veneno verbal
y examinaba el movimiento de mi corazón
como tocado por un ángel de la guerra.
Yo me dejaba lamer. Era mi lugar.
No me resistía
porque esa es la vocación
cuando uno es un muchacho
arruinando el paisaje.

Yo como él
muchas veces soñé estar hecho de ceniza
parado junto a la carretera
pidiendo un aventón
como si fuera un trocito de Dios
pero el día es cruel
aunque depende su duración
de la forma en que el fuego convierte el hielo
en una noche que no puede cerrar sus ojos.

Amanecerá y estaré muerto
por el festín o la circunstancia
confundiendo palabras y volando en círculos
alrededor de la R
una patria distinta
después de matar a mis padres.
Escribir es profanar.
El cuerpo
es mi única posesión
y todo lo que aquí puedo tocar
resulta ajeno
pues lo propio y la palabra “propio”
se han extraviado
en el bosque de la representación.

~

Hijo mío no regreses nunca a casa

*

Hijo, no regreses nunca a Chile
tu patria ya no es tu patria
tus amigos no te saludarán.
Solo polvo y ceniza es nuestra casa
y tu ropa se la llevaron los vientos del sur.
Sácate de la cabeza la idea del regreso
nada es como nunca
y nunca es peor
y peor y peor y peor.
Tus libros los saquearon
quienes alguna vez te leyeron
pero ya no
no creas eso de que
todo océano vuelve a ser desierto
y toda montaña regresa a la profundidad.
Con quienes te acostaste hoy te niegan
y a quienes diste tus poemas
los han arrojado a la basura
y dicen que es estiércol.
No regreses nunca a Chile
porque estamos desapareciendo
la muerte se murió
y el poder lo tienen los buitres
y las hienas.
Viaja por países
báñate en los mares que existen
y bebe de los ríos dulces
escóndete del sol en cada árbol
sigue el camino de las nubes
y llora debajo de la lluvia:
sueña todo lo que no puedo soñar yo.
Hijo mío, tu país te odia
porque tú lo odiaste primero
maldijiste a la vanidad
y al fascismo
se los dijiste en la cara
y no apretaste los dientes
como tantas veces te lo dije.
Tus heridas fueron más profundas que las mías
y tu tristeza más grande que tú.
No pienses en regresar
es en vano
querrán escupirte y en la calle te insultarán
seguirán haciendo sus fiestas
para burlarse de todo lo que tenga que ver contigo
y se mofarán de cada una de tus palabras.
Ya no hay vestigios de ti
ni fotografías viejas
los vasos donde bebiste cerveza
los han quebrado en nuestras ventanas
y todo lo que rompiste
me lo han venido a cobrar.
Los que eran tus más cercanos ayer
han sido quienes más se ensañaron
para que no dijera nada sobre ellos.
Por eso te digo, hijo mío
no quieras regresar a Chile
sobre todo por una última razón:

Chile
eres
tú.

~

Contrarretrato

*

Hasta los diecinueve fui un demonio solo para mí
y un dios del tiempo muerto con los otros
solo porque hui de toda necesidad
que es el origen del odio y del poema
también del deseo y el capital
todo esto se lo robé a la muerte
que significaba mi vida hasta ese momento
Yo perdono al mundo
aunque el mundo no haga nada para que yo lo perdone
una vez en medio de una lejana noche me dijo
–ándate a tu casa pendejo
tu madre se convierte en fantasma
y los fantasmas no valen la pena

Creo que mis amigos muertos se me parecen de improviso
porque han dejado la casa de su espíritu
y vagan por las noches sin necesidad de llaves ni drogas
ya no tienen problemas con la intuición
ni con los vecinos
es triste no saber dónde escriben
o cuál será el destino de lo que desaparece
sin embargo todo sea mejor
que arrastrar en vida una sombra

Como quisiera que todos los hombres fueran mis primos
y vivir con ellos lo que no se hace con otras personas
para que los años acompañen a la nostalgia
que produce cruzar el océano
o dormir solo en otra ciudad

De mí casi no queda nada
salvo una pena que es más grande que yo
y que ha derrumbado casi todo
menos a la imaginación que es la loca de la casa
y la casa es la propia naturaleza
Aún soy contemporáneo de las flores de mi biblioteca
que sueñan con árboles sagrados
en el más profundo bosque del sur de mi cerebro

Mi abuela mi madre
y de otras mujeres de mi vida
he aprendido la oscuridad y la firmeza
que ofrece el peligro convertido en pasado
sus manos estrujaron la soledad
que es sentirse como se siente
Todo corazón hecho a golpes tiene una voz más dulce
que las frías amanecidas que lo vieron desangrarse
Yo soy todas las personas que conozco
de esas nadie soy yo
río lloro me pierdo en el mar de dudas con ellas
que es lo mismo que decir conmigo

Hasta los diecinueve fui un demonio solo para mí
esa será mi eternidad

~

Declamar

*

Ni mujer ni hombre
me siento doblegado a la ternura de ella
y a la virilidad de él
en medio de ambos escribo
enamorado de la complicidad y el camarada
con el cual bajo la noche
tintineamos los huesos junto a los pájaros
que ponen trampas al deseo y la hendidura

En este sentido el Amor va más allá de lo físico
pero más acá del placer
y quizá sea una sola cosa con la amistad y el arte
es decir el amor a veces calienta
en especial cuando comienza o se sabe que va a terminar
ya no sé cuánto confío en él
porque exige propiedad capitalista
y el mercado lo ha convertido
en un corazón pintado de rosa
la Amistad es mejor
nadie se da cuenta cómo llega a excitarse
con ciertos gestos o palabras
en una playa una fiesta o una fría sala
además todo queda como un pacto de amigos
y la idea es no hacerse mayor problema
por último
en el Arte
uno puede ser un monstruo
y siempre habrá alguien que le gustó lo que escribes
y quiere quedarse contigo

La poesía tiene su público
y los que se lamentan son cobardes
o están deslumbrados con el éxito
todos escribimos desde la necesidad y el hecho de estar solos
y cuando alguien se calienta con eso
se rompe el círculo vicioso y al frote

Nada más exquisito hay que después de una lectura
se acerque un chico a hablar cualquier cosa de la poesía
y terminar con él en el horizonte de la habitación
donde fueron escritos esos poemas que tanto le gustaron
al amanecer se irá y uno podrá dormir un rato
pero al despertar los ojos se llenarán de lágrimas
pues en ellas están todas las ganas
de irse con ese muchacho
pero nunca es así

Un poema dura una sola noche
nada más
un libro puede ayudar para que él
no olvide tu nombre
porque casi siempre regresan a su visceral matriz
a desentenderse del oficio de la literatura
y todo lo que ha significado
el culo blanco que es el libro mismo
el beso de los testículos
y la Vía Láctea

Las palabras suelen quitarle muerte a las cosas
a la vida misma
y nada tiene que ver con la propiedad
pues no son de nadie pero tampoco son mías
así como el río o las nubes
entran en el mar o a la noche
uno quisiera morirse dentro de alguien
siguiendo las señales del camino
que apuran o reducen la velocidad
para perderse en lo profundo de una piel
más suave que una pluma
que lleva donde uno no sabe
que también puede irse

Escribir
entonces
es más que unas íntimas preguntas
o un montón de pajas mentales
tiene que ver con convertirlo a uno en primo de sus lectores
y hermano con el que de ellos te acuestas
la poesía invierte los papeles
y perder significa perderse con alguien
emocionado y dispuesto
a amarlo solo una noche y que te olvide al día siguiente
aunque los cuerpos se quedan en uno
y al escribir todo se aleja
con las ganas no cumplidas de que los poemas
entren en la boca y no vuelvan a salir

~

Super Ghost

*

Viendo las altas frecuencias de un espectro
que estrangula sus cuerdas vocales
en el frío abrupto e inerte de una noche
que ha reventado la temperatura
para que el amanecer no llegue.
La naturaleza fantasmal
de esa primera palabra solo es
un pre resplandor, un eco
una brisa dormida.

Vibran sus estrías
con cada uno de los latidos de sus pulmones
y la transparencia alfilerada
de su expresión en posición fetal.
Circula su desaparición fotográfica
masticando la espuma que brota desvelada
letra a letra de una finalidad que era un principio.

Hay que aprender a hablar la lengua muerta de Dios
solo así nos libraremos de los fantasmas
que no se cansan de la pirotecnia
de las moscas columpiándose
en los párpados de algún cadáver
o de sus caricaturas sonámbulas en la TV.

Es así como debe morir el miedo
con la cabeza llena de cohetes
y luciendo un caleidoscopio en el ombligo
como trampa para las sombras
del metabolismo mohoso
para que ni un crujido en la oscuridad
desboque a la atmósfera de su terciopelo de color.

El pasado llegará sin anunciarse
sin esos pedazos desangrándose de otro mundo
riéndose de las primaveras del abismo
llegará descolgado a Cochabamba
atravesando con su flecha de tiempo
a cuantos alucinados quieran
excitarse con las tetas de la realidad.

~

Monos en una jaula abierta

*

¿Sabes si habrá vida en otros perros?
le pregunta una pulga a otra.
No te pido que me respondas
la ciencia no ha demostrada nada
ciertamente todo es teoría
la democracia, Dios y la muerte.
Sombras se pasean entre estos seres vivos
heredaron un esqueleto muy pequeño
mi querido sabelotodo, demasiado pequeño
pues a nadie le importó la ley
que dice que el mundo
está hecho a la medida de su propia destrucción.

Te miro en el espejo del baño
hablas solo porque tú no estás ahí
no hay teoría que dure cien años
a menos que nadie crea en ella.
No tomas desayuno
no tienes tiempo
camino al laboratorio recuerdas qué fecha es
un cumpleaños ¿no?
puede que sí y puede que no
¿una fecha histórica en Quito?
buscas en la laguna de tu mente
miras allí si hay alguien
esperando algún regalo o con una sonrisa estúpida.
Nada de eso, mi querido sabelotodo
te esperan los monos con las cabezas abiertas
las ratas que hacen fotosíntesis con sus hormonas
y las fórmulas mágicas de la relatividad.

Te sientas
intentas recordar
pero la sala huele a toxinas
a nervaduras y sangre
¿te gusta oír tus juguetitos de cristal? ¿no?
llega la noche y estás solo
lástima me das.

La ciencia no es más que tambaleo
querido sabelotodo
miedo y puro miedo
para amanecerte ahí
sin saber porqué
un cerdo tiene un orgasmo de media hora
ni menos la razón de que los judíos
no se los coman.

Millones de hombres
no saben ni siquiera
quiénes eran sus padres
y aun así sus células nerviosas
creen que ciertas ratas marsupiales
evolucionaron hasta convertirse
en Plotino, Whitman o Cristo.

Será mejor que a casa no regreses
de aquí ya no eres dueño de nada
tu hijo mayor acaba de caer del segundo piso
y la bebé convulsiona.
¡Basta, sabelotodo!

La psiquiatría no es lo tuyo.

~

La huida de los bárbaros

*

Alguna vez soñé con ustedes
en esas noches sin poder dormir
un país los veía recorriendo
conmigo a cuestas
en una silla de ruedas espiritual
bailando alrededor de cualquier accidente
para celebrar que la geografía
es una figura literaria pero al revés.

Éramos una caravana
tan hermosamente solitaria y triste
pero no nos descarriábamos del delirio
que significaban nuestras risas en fila
escuchándose sobre las aburridas olas
que repiten las mismas letras
hace millones de años.

Los muchachos estos
se hastiaron de los colores de sus patrias
y comenzaron a caminar sin rumbo fijo
de un día para otro
las familias se encogieron de brazos
viéndolos salir de sus casas
como hipnotizados por una noche
que no imaginaban.

Desde todas las ciudades
se iban sumando
agrandábamos nuestra pena
y no nos soltábamos de las manos
porque así era nuestro pacto:
la sangre que nos une será el gozo
de la buena voluntad
más allá de los géneros
los nombres y los espejos.

Todos sus órganos son ojos
con que mirar lo que sucede
y las películas que han visto
les parecerán parpadeos de la historia.

Mientras avanzábamos
yo pensaba en esas hordas de bárbaros
que cientos de años atrás arrasaron
con el más grande imperio
ahora un grupo de muchachos camina
siguiendo las exhalaciones de la noche
y es dulcemente más terrible.

Entrábamos a los hediondos bares
y allí realizábamos ceremonias y alianzas
para no dejar de avanzar
pasábamos a los terminales a reírnos de los que creen
que se van o llegan a alguna parte
en las carreteras escribíamos los nombres
de las estrellas y constelaciones como la B 612
y en los puertos nos gustaba besarnos
con el perfume de la piel.

Las cordilleras saltábamos
con un solo pie
al igual que las ciudades incendiadas
por los que inventaron las cifras de la vergüenza
el mar bebíamos con vino
el pan era exquisito con tierra
las furiosamente hermosas noches
estaban llenas de signos y proyección.

Cantábamos al ritmo de nuestras lenguas
cada vez que se nos aparecía una incógnita en el camino
vaticinaba yo que si hubiese estado despierto
este sueño sería un poema
escribíamos todo lo que podíamos imaginar juntos
y nos olvidábamos de la antigua vida
de los golpes que inflamaron nuestros corazones
de lo exuberante que puede resultar la vanidad
del recuerdo de una mentira idéntica a la infancia.

Ese era el momento de las invocaciones
con las cuales los parques se llenaban
de luces en el cielo y cánticos
de los hospitales salían despavoridos
los que conocían los augurios que venían con nosotros
los buses repletos de carreteras se arrojaban al mar
y la vida humana parecía alguien más
en este último viaje.

A las universidades iban los besos
y los países de Latinoamérica
eran más que los planetas
su noche estaba más adelante que la luna
inclinada hacia las contradicciones
de todo lo que es pero no debe ser.

Estos muchachos
se arrancaban las cicatrices mutuamente
y a las discotecas iban a curar a los leprosos
esos que se escondían en lo oscuro
y que jamás recibieron una palabra de amor.

Nadie nos detuvo
y no llegamos a ningún imperio
muchas veces nos extraviamos
y volvimos a andar por los mismos caminos
pedregosos, áridos, difíciles
pero aun así
si estos muchachos volvieran a buscarme
en alguno de los siglos venideros
yo sería el primero en salir a la calle
y decir vamos
vámonos con nuestras penas a cuestas
porque si de algo se trata la literatura
es hacer de la vida un paraíso
un paraíso en llamas.

~

La madre del poema

*

Ustedes saben mejor que yo
ustedes saben mejor que todos esos
que viven en el miedo y la vanidad
que los poemas son los peores hijos que una podría tener
a mitad de la noche nos sacan de la cama al oírlos
salir de la habitación por las ventanas como ladrones
de algo que ni siquiera saben
nos tienen preocupadas hasta el atardecer
cuando regresan hambrientos y sucios
pero impregnados de la ternura y el coraje
que es la vida misma
nos desvelamos por ellos
para que crezcan y lleguen a ser más felices que una
nosotras a nadie le interesamos
ni nuestra entrega ni el sacrificio
estamos siempre solas y no nos entienden
se burlan y dicen cosas a nuestras espaldas
pero incluso así
ese hijo descarriado
es el que nos llena de orgullo
porque gracias a él salimos de nuestras aburridas casas
le damos emoción a la rutinaria vida que significa este tiempo
y podemos decirle a todos en sus estupefactas caras:
–ese poema que va ahí yo lo crié
–ese poema que va ahí es el fruto de todos mis esfuerzos.

Ustedes saben mejor que yo
que la poesía está más viva que todos esos
que dicen tonterías para verse más inteligentes
sin saber que una vida anónima al escribirse es universal
y es el triunfo a un destino lleno de acumulación y fracaso
a nosotras la poesía nos ha dado una razón
para no abandonar la batalla y estar juntas
y esto sí que es vanguardia
dejar de limpiar el inodoro por escribir un poema
y esto sí que es antipoesía
dejar de hacer un plato de porotos por escribir un poema
y esto sí que es anticapitalista
dejar de ir al supermercado por escribir un poema
y esto sí que es acción de arte
dejar de hacerse mierda las manos lavando ropa
por escribir un poema
y esto sí que es una poética
dejar de hacer lo que estábamos obligadas
dejar de hacer lo que otros quieren que hagamos.

Ustedes saben mejor que yo
que la valentía es real cuando significa
renunciar a todo excepto al amor
la poesía es ese hijo
que al final nunca regresará
y así debe ser
pues quiere decir que nunca se irá de nuestro lado
o si vuelve quizá no se le reconozca
porque otro es su rostro y otro es su dolor
otras son sus esperanzas y palabras
cuando todo haya pasado
y nada haya sucedido.

***
Héctor Hernández Montecinos (Santiago de Chile, 1979). Debajo de la lengua. Edición definitiva. Santiago de Chile/Madrid: RIL Editores, 2022.

jueves, 24 de noviembre de 2022

sonia sanoja / cuatro poemas













Moviéndome dichosa de transparencia,
me veo arremansada en aguas sin cauce.

La piel y el aire, al confundirse,
dibujan ágiles horizontes.

La forma ya no me contiene.

Un designio ovillado
comienza a destejerse, a prodigarse
en sosegada abundancia de figuras.

Sostenida por un equilibrio de raíces,
me balanceo sin extravíos.

Voy acunada por la forma que,
desplegada en un solo trazo,
muestra su exuberancia.

El pie danzante se afinca en la tierra que ahora despunta.

~


Vivir en desajuste. Lo aprendimos cuando niños en la soledad de los juegos cuyas reglas inventábamos: fábulas todavía mudas. En noches cuando lo oscuro era una clave de misterio, me invadía el pavor y las cosas se me venían encima. No bastaba cerrar los ojos porque otras formas —nacidas del adentro— se me aparecían. Me anegaba en una presencia infinita y anuladora donde nos acunábamos, ovillándonos.
Aprendimos a sentirnos desamparados y frágiles.
Durante esas noches, durante esos días, yo esperaba temerosa y anhelante que el pavor regresara, persuadida de que había algo más. Otras imágenes se destacaban sobrevolando la gran presencia negadora.
Así comenzamos a pescar en aquel mar tenebroso, en el reverso de los días, en el anverso de las noches. Acaso de allí nació en mí la Danza. De sentirme paralizada por la fuerza que me impulsaba a la nada. El cuerpo, luego, recobrando poco a poco su independencia, se ponía a flotar, a moverse en su propia vida. Todas sus evoluciones que yo contemplaba sin poder intervenir, se me volvían certidumbre.

Tales fueron mis primeras lecciones de Danza.

~

El cuerpo como posibilidad de pensamiento:
Más que el solo cuerpo pensante:
El cuerpo que se vuelve pensamiento y sale de sí mismo,
se expande.

~

Veo el rostro que el espejo me devuelve.
Mi rostro, el verdadero, nunca lo veré.
Veo mis ojos mirando: pierden espontaneidad cuando los miro.
Mis manos que conozco por haberlas visto de real manera,
se vuelven planas imágenes reflejadas.
Igual, mi cuerpo entero que yo palpo, que imagino y no logro
visualizar.

Fragmentada, me miro en una sola perspectiva.

Apenas sé de mí misma.

***
Sonia Sanoja (Caracas, 1932-2017)

miércoles, 23 de noviembre de 2022

luis garcía montero / tres poemas









Habitaciones separadas

*

Está solo. Para seguir camino
se muestra despegado de las cosas.
No lleva provisiones.

Cuando pasan los días
y al final de la tarde piensa en lo sucedido,
tan sólo le conmueve
ese acierto imprevisto
del que pudo vivir la propia vida
en el seguro azar de su conciencia,
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.

Una vez dijo amor.
Se poblaron sus labios de ceniza.

Dijo también mañana
con los ojos negados al presente
y sólo tuvo sombras que apretar en la mano,
fantasmas como saldo,
un camino de nubes.

Soledad, libertad,
dos palabras que suelen apoyarse
en los hombros heridos del viajero.

De todo se hace cargo, de nada se convence.
Sus huellas tienen hoy la quemadura
de los sueños vacíos.

No quiere renunciar. Para seguir camino
acepta que la vida se refugie
en una habitación que no es la suya.
La luz se queda siempre detrás de una ventana.
Al otro lado de la puerta
suele escuchar los pasos de la noche.

Sabe que le resulta necesario
aprender a vivir en otra edad,
en otro amor,
en otro tiempo.

Tiempo de habitaciones separadas.

~

Nocturno

*
                                                                 A Ángel González

Aplauden los semáforos más libres de la noche,
mientras corren cien motos y los frenos del coche
trabajan sin enfado. Es la noche más plena.
Ninguna cosa viva merece su condena.
Corazones y lobos. De pronto se ilumina
en su sillín con prisas la línea femenina
de un muslo. Las aceras, sin discreción ninguna,
persiguen ese muslo más blanco que la luna.
Pasan mil diez parejas derechas a la cama
para pagar el plazo de la primera llama
y firmar en las sábanas los consorcios más bellos.
Ellas van apoyadas en los hombros de ellos.
Una federación de extraños personajes,
minifaldas de cuero, chaquetas con herrajes
y el hablador sonámbulo que va consigo mismo,
la sombra solitaria volviendo del abismo.
Luces almacenadas, que brotan de los bares,
como hiedras contratan las perpendiculares
fachadas de cristal. Hay letreros que guiñan,
altavoces histéricos y cuerpos que se apiñan.
El día es impensable, no tiene voz ni voto
mientras tiemble en la calle el faro de una moto,
la carcajada blanca, los besos, la melena
que el viento negro mueve, esparce y desordena.
Yo voy pensando en ti, buscando las palabras.
Llego a tu casa, llamo, te pido que me abras.
La ciudad de las cuatro tiene pasos de alcohólica
Desde el balcón la veo y como tú, bucólica
geometría perfecta, se desnuda conmigo.
Agradezco su vida, me acerco, te lo digo,
y abrazados seguimos cuando un alba rayada
se desploma en la espalda violeta de Granada.

~

Recuerda que tú existes tan sólo en este libro...

*

Recuerda que tú existes tan sólo en este libro,
agradece tu vida a mis fantasmas,
a la pasión que pongo en cada verso
por recordar el aire que respiras,
la ropa que te pones y me quitas,
los taxis en que viajas cada noche,
sirena y corazón de los taxistas,
las copas que compartes por los bares
con las gentes que viven en sus barras.
Recuerda que yo espero al otro lado
de los tranvías cuando llegas tarde,
que, centinela incómodo, el teléfono
se convierte en un huésped sin noticias,
que hay un rumor vacío de ascensores
querellándose solos, convocando
mientras suben o bajan tu nostalgia.
Recuerda que mi reino son las dudas
de esta ciudad con prisa solamente,
y que la libertad, cisne terrible,
no es el ave nocturna de los sueños,
sí la complicidad, su mantenerse
herida por el sable que nos hace
sabemos personajes literarios,
mentiras de verdad, verdades de mentira.

Recuerda que yo existo porque existe este libro,
que puedo suicidarnos con romper una página

***
Luis García Montero (Granada, 1958)

martes, 22 de noviembre de 2022

antun branko šimić / dos poemas













El cuerpo y nosotros

*

Por mis venas corre el veneno que bebí
de voluptuosos placeres, en noches de borrachera.
Y el veneno corroe. El cuerpo se pudre. Habito mi propio cadáver.

Y el cuerpo me repugna. ¿Cómo podría uno
deslindarse de su cuerpo, quedar limpio de él?
El cuerpo es una carga, un intruso, podredumbre pura.
Con gusto dejaría el mío en cualquier parte
y huiría de él, volaría por siempre en libertad.

De este modo vivo con él, en él. Inseparable.
¿Oh quién me mantiene unido a este extraño?
El cuerpo: su peso me religa a la tierra
y entero me arrastrará a ella, sin descarte.

Junto a la cama una joven mujer sonriéndome.
¿Cómo podría llegar hasta ella solo, sin cuerpo?
No puedo desde él. No tengo permitido tocarla.
Mi roce, como el roce de la muerte, esparce destrucción por doquier.

En sueños nos separamos. Pese a todo me desprendí, estoy flotando
y quiero volar, dar vueltas por el aire –

Y me despierto: estoy tendido en mi propio cadáver.

~

La muerte y yo

*

La muerte no está fuera de mí.

Ella está dentro mío desde el principio:

conmigo crece a cada instante

Un día yo me detengo

mas ella no deja de crecer en mí aunque no llega a traspasarme del todo

sino que alcanza hasta mi extremo. Mi final es su verdadero comienzo:

cuando sigue reinando sola

***
Antun Branko Šimić (Drinovci, 1898-Zagreb, 1925)
Versiones de Pablo Sarr

/

Tijelo i mi

*

Kroz moje žile te
e otrov što ga popih
u nasladama, u noćima pjanim.
I otrov truje. Tijelo trune. Ja živim u lešu.

I tijelo mi se gadi. Može li se kako
odijeliti od tijela, biti
ist od tijela?
Tijelo je teret, tuđin, trulost.
Ja bih ga rado ostavio negdje
i utekao od njeg, odletio zauvijek u slobodu.

Ovako živim s njim, u njemu. Nerazdjeljiv.
O tko me spoji s ovim tuđinom u jedno?
Tijelo: težina drži me za zemlju
i odvu
i
e me u nju svega, bez ostatka.

Uz krevet mi se mlada žena smije.
Kako bih došo do nje sâm, bez tijela?
Ne mogu iz njeg. Ne smijem je da taknem.
Moj dodir, kao dodir smrti, sije svud rasulo.

U snu se razdvojimo. Ipak sam se otkinuo, lebdim
i ho
u da poletim, da prhnem –

I probudim se: ležim u svom lešu.

~

Smrt i ja

*

Smrt nije izvan mene.

Ona je u meni od najprvog početka: sa mnom raste u svakom času

Jednog dana ja zastanem a ona raste dalje u meni dok me cijelog ne proraste i stigne na rub mene.

Moj svršetak njen je pravi početak: kad kraljuje dalje sama

lunes, 21 de noviembre de 2022

franco arminio / de "postales de los muertos"








Afuera había un lindo día. No quería morir con todo ese sol allá fuera. Siempre he pensado morir de noche, a la hora que ladran los perros. Y, en cambio, he muerto a mediodía, mientras en la televisión comenzaba un programa de cocina. 

~

Se dice que la hora más común en que se muere es antes del amanecer. Yo, por años, me despertaba a las cuatro de la mañana y esperaba en pie que viniese ese feo momento. Me ponía a leer o miraba la televisión. Alguna vez salía a la calle. He muerto a las siete de la tarde y no ha sido una cosa tan especial. Esa imprecisa incomodidad de estar en el mundo se ha terminado de repente.

~

He caído de los andamios. En la mañana tenía sueño. Me había terminado el café. Harán procesos, absolverán o inculparán. Yo estoy convencido que si la lata de café hubiese estado llena, hoy todavía estaría vivo.

~

Solo mi madre creía aún en mi recuperación. Me hervía la leche cada mañana. Iba a comprarme el diario. He muerto cuando ella no estaba: había ido donde el Padre Pio a rezar por mí.

~

Yo paseaba, comía poco, buscaba no enojarme con ninguno. No ha servido de nada.

~

Yo tenía once años y jugaba a colgarme. El portón me cayó encima. Una hoja de fierro soldado me rompió la cara.

~

Ninguno me había explicado nada. He tenido que hacer todo solo: estar quieto y callado, enfriarme, empezar a descomponerme.

~

En el manicomio alrededor de las cinco de la mañana. Mi vecino decía: no mueras, no mueras, mañana viene a verte tu hija, no mueras, espera que te viene a ver, espera.

~

Era hermosa, tenía un lindo pololo. La enfermedad ha sido larga, parecía que estaba por mejorarme y luego estaba de nuevo mal. Él esperaba meses para poder darme un beso.

~

En ciertos casos, el mío por ejemplo, la muerte es la guinda de la torta.

~

Yo estaba en Zúrich. En el manifesto escribieron que yo había subido a la casa del Padre. La verdad es que me tiré del quinto piso.

~

El día de Pasquetta. Y también el día siguiente. Sí, porque cuando se comienza a morir no se termina.

~

Siempre he tenido los ojos llenos de lágrimas. Me llamaba Elvira y ahora no sé donde han acabado todas las lágrimas que he llorado, todas perdidas, ni siquiera una se ha salvado. Espero que solo cuando alguno de ustedes llore, en medio de sus lágrimas estén también las mías. Nosotros no somos eternos, pero los llantos son iguales y son iguales los dolores. Cambian solo los nombres. Yo era Elvira.

~

Yo buscaba esa cosa que todos llaman amor y que ninguno sabe cómo dar. El amor es esa cosa que si la quieres verdaderamente, te será siempre negada. Y entonces mi tumor empezó cuando entendí que el amor nunca vendría. Se ennegrecían, se amotinaban, cada célula a la vez, como si no hubiese prisa, como si la muerte me quisiese dar el tiempo para convencerme que ella es la única solución.

~

Yo que morí
ahora soy padre y soy madre
e hijo y hermana
y soy hoja y hormiga y gusano
y soy el negro de la nada.
Cada muerto es savia para las ramas,
es el motivo por el que reímos
es la semilla del llanto y del placer.
Cada muerto es la razón
por la que nos abrazamos,
es el tomarse y dejarse
es la huida y el rezo
es el amanecer y el hueso, es el viento
y su soplo.

~

Somos siempre los mismos, somos una docena de personas que desde milenios y milenios nacen y mueren.

***
Franco Arminio (Bisaccia, 1960) Cartoline dai morti. 2007-2017. Milán: nottetempo, 2017.
Versiones de Nicolás López-Pérez
Fotografía de Mario Dondero

/

Fuori era una bella giornata. Non volevo morire con tutto quel sole fuori. Ho sempre pensato di morire di notte, nell'ora in cui abbaiano i cani. E invece sono morta a mezzogiorno, mentre alla televisione cominicava un programma di cucina.

~

Si dice che l'ora più frequente in cui si muore è prima dell'alba. Io per anni mi sono svegliato alle quattro del mattino e ho aspettato in piedi che passasse l'ora brutta. Mi mettevo a leggere o guardavo la televisione. Qualche volta uscivo in strada. Sono morto alle sette di sera e non è stata una cosa così speciale. Quel vago fastidio di essere al mondo è finito all'improvviso.

~

Sono caduto dall'impalcatura. Avevo sonno la mattina. Mi era finito il caffè. Faranno processi, assolveranno o incolperanno. Io sono convinto che se il barattolo del caffè fosse stato pieno oggi sarei ancora vivo.

~

Solo mia madre ci credeva ancora alla mia guarigione. Mi bolliva il latte ogni mattina. Mi andava a comprare il giornale. Sono morto quando lei non c'era: era andata a pregare per me da Padre Pio.

~

Io passeggiavo, mangiavo poco, cercavo di non arrabbiarmi con nessuno. Non è servito a niente.

~

Io avevo undici anni e giocavo ad appendermi. Il cancello mi è caduto addosso. Una foglia di ferro battuto mi ha rotto la faccia.

~

Nessuno mi aveva spiegato niente. Ho dovuto fare tutto da solo: rimanere fermo e muto, raffreddarmi, iniziare a decompormi.

~

Nel manicomio verso le cinque del mattino. Il mio vicino mi diceva: non morire, non morire, domani viene a trovarti tua figlia, non morire, aspetta che ti viene a vedere, aspetta.

~

Ero bella, avevo un bel fidanzato. La malattia è stata lunga, sembrava che stavo per guarire e poi stavo di nuovo male. Lui aspettava mesi per potermi dare un bacio.

~

In certi casi, il mio per esempio, la morte è la ciliegina sulla torta.

~

Io stavo a Zurigo. Sul manifesto hanno scritto che sono salita alla casa del Padre. La verità è che mi sono buttata dal quinto piano.

~

Il giorno di Pasquetta. E anche il giorno dopo. Sí, perché quando si comincia a morire non si finisce più.

~

Ho sempre avuto gli occhi pieni di lacrime. Mi chiamavo Elvira e ora non so dove sono finite tutte le lacrime che ho pianto, tutte perdute, nemmeno una lacrima si è salvata. Io spero solo che quando qualcuno di voi piange in mezzo alle sue lacrime ci siano anche le mie. Noi non siamo eterni, ma i pianti sono uguali e sono uguali i dolori. Cambiano solo i nomi. Io ero Elvira.

~

Io cercavo quella cosa che tutti chiamano amore e che nessuno sa dare. L'amore è quella cosa che se la vuoi veramente ti sarà sempre negata. E allora il mio tumore è iniziato quando ho capito che l'amore non sarebbe mai arrivato. Si è annerita, si è ammutinata una cellula alla volta, come se non ci fosse fretta, come se la morte mi volesse dare il tempo per convicermi che è lei l'unica soluzione.

~

Io che sono morto
ora sono padre e sono madre
e figlio e sorella
e sono foglia e formica e verme
e sono il nero del niente.
Ogni morto è linfa per i rami,
è il motivo per cui ridiamo,
è il seme del piangere e del piacere.
Ogni morto è il motivo
per cui ci abbracciamo,
è il prendersi e lasciare,
è il fuggire e il pregare,
è l'alba e l'osso, è il vento
e il suo girare.

~

Siamo sempre gli stessi, siamo una decina di persone che da millenni e millenni nascono e muoiono.

domingo, 20 de noviembre de 2022

ana luísa amaral / cuatro poemas










Oda a la diferencia

*

Felizmente.
Somos todos diferentes. Tenemos todos
nuestro espacio propio de cositas
propias, como narices y manías,
bocas, sueños, ojos que ven cielos
en daltonismos propios. Felizmente.
Si no el mundo sería una pompa enorme
de jabón y todos nosotros ahí dentro
burbujeando, todos iguales en soplo:
pequeñas explosiones de cráteras iguales.
Así y felizmente somos todos
diferentes. Si no la terapia
en grupo sería un éxito y lo que es cierto
es que somos más felices explorando
solitarios nuestro propio espacio
de manías, de traumas, de uñas de los pies
invaloradas por nuestra cultura
(que allá en Oriente el pie es caso serio,
motivo sensual y exploratorio).
Empieza por ahí: el mundo dividido por atávicos ritmos
– y otras cosas menores como guerras
o hambre (Note Bien: la criatura
es escéptica y tiene un gusto pésimo,
pero vea
-se otros textos que redimen
en serio lo que aquí dice. Cf. por ex.
lo que quiera, pero deje a la criatura
regalarse por pensarse – pobrecita –
incómoda y sonora). Prueba evidente
de que somos diferentes, felizmente.
Empieza por ahí: en el mundo dividido – y sigue en razas y
raíces. Nosotros somos portugueses,
tan felices, con tanta historia detrás
y tantas hazañas, tantas cositas propias
de delicia: el mar que nos generó,
y todo lo demás, son pompas pequeñitas
de jabón certificando la diferencia
con nuestro hermano de al lado, ese infeliz
olor de recalques de tradiciones y lenguas,
paella y calamares. Tiene boca como
nosotros: no canta el fado. Tiene piernas como
nosotros: no baila el vira. Se contenta
– pobrecito – con flamencos llorados
y falanges doloridas. Somos todos
diferentes, felizmente (Note Bien:
[si su paciencia todavía no
huyó despavorida – es sin de,
pero ella insiste em respetar
el ritmo –]: esto que la criatura
repite y reafirma, de cuando en cuando,
no debe ser tomado con ligereza
como signo senil [¡aliteró!],
sino como tentativa suicida
de ofrecer unidad a lo que no lo tiene,
moralizar el texto poco a poco,
darle una idea igual, ser un mote
formal contrabalanceando la tal
prueba evidente. Que de diferencias
estamos todos llenos y esto
se pretendía una oda y no lo fue).
Felizmente.

~

Músicas

*

Me disculpo de los otros con el sueño de mi hija.
Y me acuesto a su lado,
la cabeza compartiendo almohada.
Los sonidos de los otros ahí fuera en sinfonía
son violines agudos bien tocados.
Soy yo la que me deshago de sus sonidos
y me trabajo en otros sonidos.
Bartók en relación al resto.
Mi hija dormida.
Súbitamente la sueño no en desencuentro como yo
De las cosas y de los sonidos, orgulloso
y dolorido Bartók.
Pero nunca como ellos,
bien tocada
por violines ciertos

~

En Creta, con el dinosaurio

*


Nunca he estado allí,
Pero me gustaría.

También sentarme a la mesa de café
relajada (mesa y yo)
y tener frente a mí
al dinosaurio.

Pata trazada sobre la roca,
aquella donde Teseo
no descubriera entrada de caverna.
Conversaríamos los dos, yo
en la silla, él
altamente herbívoro y escamoso,
ojo suave y muy social.

            Después, ¡el hilo!

Que Ariadne había traído, poco solemne
y debajo del brazo.
Un hilo de seda o plomada o acero.
Y el dinosaurio,
de poco habituado (aun así)
a un tiempo tan nuestro,
preguntaría para qué era aquello.

"Para guiar a Teseo", era
la respuesta de Ariadne. Y después,
guiñando el ojo, todavía más suave
que el del monstruo escamado,
"O para confundirlo"

            Convendrá referir en este momento
            que Teseo: entretenido en el palacio
            estudiando laberintos con el rey,
            ignorante de todo.

En la roca, llena de algas suaves
de terciopelo,
abriría el dinosaurio en gesto amplio
las patas delanteras, aprobando
la idea.

Estábamos bien, los tres,
beborroteando tranquilos el café
servido por meteco
- perfumado.
Mientras en el palacio, el laberinto se hinchaba
y Teseo, ansioso por agradar al Rey,
quemaba, de frenético, nobles pestañas
griegas.

En el aire minoico, exhalaba
el perfume a naranjas,
y, entre varios cafés y tragos de retsina,
el dinosaurio masticaba tranquilo
cuatro quilos (a la vez) de
ciruelas secas y dulces
mandarinas,
narrando la noble paz
que había sucedido al caos:
no sabía si estrellas en cósmico viaje
de lluvia de brillantes,
o si glaciar pavoroso
reconcertando el ritmo de la Tierra,
o si sólo su tamaño – inmenso
y deshumano -
dando lugar al mito.

En laberinto
de muchos millones de años,
había llegado allí. Sin saber cómo.
"Y como el hilo que yo traigo
aquí, para Teseo", Ariadne
diría, "El de acero, seda, o plomada,
que conduce o confunde, conforme
la ocasión."

     ¡La traición!

Derivaría Ariadne, entonces,
hablando de Teseo: de la traición que,
creía ella,
le llevaría a abandonar
-allí en Naxos
y del compás incierto de lo que fuera
anterior a la traición.

Poseidón por las aguas relucía,
el destino de Minos y de Cnosos
todavía por marcar;
sólo el monstruo sabía como dioses y hombres:
comunes en odiar.

Sabía, pero callaba. Que silencio:
la virtud mayor
de saurio que se precie.
Y la conversación seria tan tranquila, tan amena,
que olvidaba Ariadne derivaciones
de mito,
juntándose a la retsina.

"Un brindis", propondría el dinosaurio,
en gesto social.
"Un brindis", repetiríamos nosotros (princesa
y yo).

Y el hilo de encaje fino volaría
cual pájaro prehistórico,
hasta el mar Egeo.

Pata tapando la boca de franjas
inocentes,
se limpiaría entonces el Dinosaurio los dientes...

            (Y del palacio ya salió Teseo.
            Mapa y espada en la mano.
            Pero sin el hilo.)

~

Mal pienso, luego existo

*

Pienso que sí, que el verso
deseado es el que más resiste
al vendaval de la letra, que
el dolor más contiguo a todo
al que se insiste y vive
en el bolsillo del poeta.

Pienso que sí, que al meter
la mano en el bolsillo, sacando de él
el dolor en vez de caramelo,
canica de mil colores
o minúsculo
fósforo quebrado,

ese dirá también: Pienso que sí.
Que las cosas se repiten
infinitas en círculo de luna,
que mi dolor, no siendo
igual al tuyo, está contiguo
al bolsillo igual.

Así existo. Porque pienso
mal, ya que pensar que sí
en negación
es forma de negar
inevitable cuenta de hospital
tras enfermedad larga en habitación
a flores.

[Y aun así, a veces,
Bien en el fondo
del bolsillo:
cristalizado mundo.
Minúscula canica
de colores.]

***
Ana Luísa Amaral (Lisboa, 1956-Oporto, 2022)
Versiones de Raquel Madrigal Martínez

/

Ode à diferença

*

Felizmente.
Somos todos diferentes. Temos todos
o nosso espaço próprio de coisinhas
próprias, como narizes e manias,
bocas, sonhos, olhos que vêem céus
em daltonismos próprios. Felizmente.
Se não o mundo era uma bola enorme
de sabão e nós todos lá dentro
a borbulhar, todos iguais em sopro:
pequenas explosões de crateras iguais.
Assim e felizmente somos todos
diferentes. Se não a terapia
em grupo era um sucesso e o que é certo
é sermos mais felizes a explorar
solitários o nosso próprio espaço
de manias, de traumas, de unhas dos pés
invaloradas pela nossa cultura
(que lá no Oriente o pé é o caso sério,
motivo sensual e explorativo).
Começa por aí: o mundo dividido por atávicos ritmos
– e outras coisas somenos como guerras
ou fomes (Note Bem: a criatura
é céptica e tem um gosto péssimo,
mas veja
-se outros textos que redimem
em sério o que aqui diz. Cf. por ex.
o que quiser, mas deixe a criatura
regalar-se por se pensar– coitada –
incómoda e sonora). Prova evidente
de que somos diferentes, felizmente.
Começa por aí: no mundo dividido – e continua em raças e
raízes. Nós somos portugueses,
tão felizes, com tanta história atrás
e tantos feitos, tantas coisinhas próprias
de delícia: o mar que nos gerou,
e o resto tudo, são bolas pequeninas
de sabão a atestar da diferença
do nosso irmão do lado, esse infeliz
cheio de recalques de tradições e línguas,
paella e calamares. Tem boca como
nós: não canta o fado. Tem pernas como
nós: não dança o vira. Contenta-se
– coitado – com flamencos chorados
e falanges doridas. Somos todos
diferentes, felizmente (Note Bem:
[se a sua paciência ainda não
fugiu despavorida – é sem dê,
mas ela insiste em respeitar
o ritmo –]: isto que a criatura
repete e reafirma, quando em quando,
não deve ser tomado em ligeireza
como sinal senil [aliterou!],
mas como tentativa suicida
de oferecer unidade ao que o não tem,
moralizar o texto a pouco e pouco,
dar-lhe uma ideia igual, ser um mote
formal a contrabalançar a tal
prova evidente. Que de diferenças
estamos todos cheios e isto
pretendia-se uma ode e não foi).
Felizmente.

~

Músicas

*

Desculpo-me dos outros com o sono da minha filha.
E deito-me a seu lado,
a cabeça em partilha de almofada.
Os sons dos outros lá fora em sinfonia
são violinos agudos bem tocados.
Eu é que me desfaço dos sons deles
e me trabalho noutros sons.
Bartók em relação ao resto.
A minha filha adormecida.
Subitamente sonho-a não em desencontro como eu
das coisas e dos sons, orgulhoso
e dorido Bartók.
Mas nunca como eles,
bem tocada
por violinos certos.

~

Em Creta, com o dinossauro

*

Nunca lá estive,
mas gostava.

Também de me sentar a mesa de café
descontraída (mesa e eu)
e ter à minha frente
o dinossauro.

Pata traçada sobre a rocha,
aquela onde Teseu
não descobrira entrada de caverna.
Conversaríamos os dois, eu
na cadeira, ele
altamente herbívoro e escamoso,
olho macio e muito social.

                Depois, o fio!

Que Ariadne traria, pouco solene
e debaixo do braço.
Um fio de seda ou prumo ou aço.
E o dinossauro,
de pouco habituado (ainda assim)
a um tempo tão nosso,
perguntaria para que era aquilo.

"Para guiar Teseu", era
a resposta de Ariadne. E depois,
piscando o olho, ainda mais macio
que o do monstro escamado,
"Ou para o confundir"

            Convirá referir neste momento
            que Teseu: entretido no palácio
            a estudar labirintos com o rei,
            ignorante de tudo.

Na rocha, cheia de algas macias
de veludo,
abriria o dinossauro em gesto largo
as patas dianteiras, aprovando
a ideia.

Estávamos bem, os três,
beberricando calmos o café
servido por meteco
- bem cheiroso.
Enquanto no palácio, o labirinto inchava
e Teseu, ansioso por agradar ao Rei,
queimava, de frenético, nobres pestanas
gregas.

No ar minóico, rescendia
o perfume a laranjas,
e, entre vários cafés e golos de retsina,
o dinossauro mastigava calmo
quatro quilos (à vez) de
ameixas secas e doces
tangerinas,
narrando a nobre paz
que se seguira ao caos:
não sabia se estrelas em cósmica viagem
de chuva de brilhantes,
se glaciar medonho
reconcertando o ritmo da Terra,
se só o seu tamanho – imenso
e desumano -
a dar lugar ao mito.

Em labirinto
de muitos milhões de anos,
tinha chegado ali. Sem saber como.
"E como o fio que eu trago
aqui, para Teseu", Ariadne
diria, "O de aço, seda, ou prumo,
que conduz ou confunde, conforme
ocasião."

    A traição!

Derivaria Ariadne, então,
falando de Teseu: da traição que,
julgava ela,
o levaria a abandoná
-la em Naxos
e do compasso incerto do que fora
anterior à traição.

Poseidon pelas águas reluzia,
o destino de Minos e de Cnossos
ainda por marcar;
só o monstro sabia como deuses e homens:
comuns a odiar.

Sabia, mas calava. Que silêncio:
a virtude maior
de sáurio que se preza.
E a conversa seria tão calma, tão amena,
que esquecia Ariadne derivações
de mito,
juntando-se à retsina.

"Um brinde", proporia o dinossauro,
em gesto social.
"Um brinde", repetiríamos nós (princesa
e eu).

E o fio de renda fina voaria
qual pássaro pré-histórico,
até ao mar Egeu.

Pata a tapar a boca de franjas
inocentes,
palitaria então o Dinossauro os dentes...

(E do palácio já saiu Teseu.
Mapa e espada na mão.
Mas sem o fio.)

~

Mal penso, logo existo

*

Penso que sim, que o verso
desejado é o que mais resiste
ao vendaval da letra, que
a dor mais rente a tudo
a que se insiste e vive
no bolso do poeta.

Penso que sim, que ao pôr
a mão no bolso, de lá tirando
a dor em vez de rebuçado,
berlinde de mil cores
ou minúsculo
fósforo quebrado,

esse dirá também: Penso que sim.
Que as coisas se repetem
infinitas em círculo de lua,
que a minha dor, não sendo
igual à tua, é rente
a bolso igual.

Assim existo. Porque penso
mal, já que pensar que sim
em negação
é forma de negar
inevitável conta de hospital
após doença longa em quarto
a flores.

[E todavia, às vezes,
bem no fundo
do bolso:
cristalizado mundo.
Minúsculo berlinde
a cores.]