lunes, 24 de febrero de 2020

tilsa otta / cuatro poemas










La poesía es la gran aguafiestas

La invitada sentada en la esquina callada

Observando a todos, la que no se halla, se aburre rápido, piensa que estaría mejor en casa

La que roba vasos de otras manos y siempre pide cigarros,

La primera que baila y luego llora,

La que roba besos a chicos y chicas, la que no logra articular palabras ni caminar derecho, la que pierde el sentido

A quien botan a patadas y regresa

Contenta, ya más animada

La última en irse, cuando la fiesta ya ha terminado

La primera en llegar cuando la fiesta ha terminado

La copa rota, el suelo mojado, el vómito en el sofá de cuero, la quemadura de cigarrillo en mantel y brazos, la aventura de una noche, la resaca, el chupetón, el arrepentimiento, el nuevo amor, la pastilla del día siguiente, tus tres hijos, el departamento comprado a plazos, la búsqueda del éxito, la deuda con el banco, el auto de segunda, la estabilidad, la confianza que dan los años, la crisis de los cuarenta, el fin del amor, la vejez tranquila, tu entierro.

La poesía es todas las fiestas.

~

Me hizo el amor aplastándome contra la pared hasta convertirme en un super poster de una chica desnuda con el que inmediatamente se masturbó. El amor duele pero el sexo no debería. Totalmente ausente. No debería. De pronto partí y los dejé a todos solos. ¿Debo pedir perdón? ¿Quién está con ustedes? Los nervios producto de la ingesta desmedida de sustancias rosas condicionaron mi experimentación. Dije lo que sentía realmente pero estaba tan ebria que ya no lo recuerdo. Nunca más lo recordé. Ya no lo sé, no sé lo que siento. Eso me deprimió por un tiempo, por un tiempo muerto, muerto de risa,  eso me deprimió por un tiempo muerto de risa. Era un amor ausente. Recuerdo sin embargo que me besaste sin consideración alguna por mis vidas pasadas, ya que yo amaba a una joven desaparecida. Me quería de la misma forma y se transformaba. Quise ganarme su corazón y compré la lotería pensando que todo se puede comprar si en lugar de dinero tienes un boleto de ida. Me marché sintiendo que merecía el amor de los dioses y lo tenía, lo llevaba puesto en el verano de repuesto. Conté unos chistes que en realidad eran mi vida y alguien comentó que la existencia es una prenda de cuero que se pega al cuerpo y cuando bailas te hace transpirar, pero es cool y no pasa de moda. Porque alguien siempre hablará de la vida y confesará que la tiene, que la tiene, que la tiene. Que es suya porque es tuya porque es nuestra. Y no podemos dejarla, y no podremos dejarla. Profetizo y enfatizo y en medio de tus ojos soplo un ligero vaho que te quita la virginidad. Ya no eres un niño ni una niña, tampoco has muerto. Debes salir por algo de comer hasta que descubras que siempre estuvo dentro de ti y probarás tu esencia, no podrás parar y luego estarás indigesta. Realidad. ¿Qué me quieres decir con eso? ¿ese es tu argumento? ¿tú y cuántos más? ¿tú? ¿y? ¿cuántos más? ¿has oído cantar a un grillo al anochecer? ¿tú y cuántos más? Es una ilusión tu infancia, tú apareciste cuando yo te conocí y ya. Tú apareciste cuando yo te conocí y ya eras grande, por eso me enamoré de ti, porque eras nuevo, recién salido del horno y olías a centeno, a centésimas de segundo, a milímetros de mi boca y me quemaste la lengua cuando te di el primer beso de tu carrera. Ahora un tatuaje temporal en el lóbulo frontal redirecciona mi pasión.

Desperté en una oscuridad nueva, distinguí un deseo fugaz y le pedí una estrella. Comprobé que mentirme era romántico por temporadas, decía palabras dulces y luego cucharitas y luego un platito. Decía que si me amaras yo podría escribir tu nombre en el cielo para que brillara como el sol, pero no se ocultaría. Tu nombre nunca se ocultaría y sólo eso lo diferenciaría del sol.

~

Un poema largo

Odio la violencia
Así sea hermosa y moderna
Le temo a la ciencia
Cuando hace realidad mis peores sueños
Observo mi cuerpo mutante
Atractivo al instante
Perecible y perenne
Pero vuelvo al momento
En que me digo al espejo
Con el acento neutro
De ninguna parte Que sólo el futuro
Perdura
Ahora
En estos tiempos
Cuando apago el despertador
Y lo oigo
Eso es todo lo que odio
También es poco a lo que temo
No podría ser un poema largo
Nada podría serlo

~

Me gusta pensar que cuando las parejas enamoradas dicen que se amarán por siempre
Realmente su amor dura para siempre
Aun cuando se hayan separado
Se odien en algún momento
Se olviden eventualmente
Se extrañen un día
Quieran regresar y no puedan
Encontrar su amor porque está
Criogenizado en un compartimento especial que todos tenemos en nuestros corazones donde se conserva para siempre en perfectas condiciones pero fuera de nuestro alcance Lo cual es mejor si pensamos
En todo lo que hemos destruido
Como especie


***
Tilsa Otta (Lima, 1982)

Fotografía de Timo Berger

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