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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

domingo, 25 de agosto de 2024

anja vammelvuo / dos poemas













El cuarto de las ideas

*

Del piso de arriba 
donde el montón de zapatitos retorcidos te hizo gritar de pena, 
bajaste para acá y casi no puedes respirar. 
Aquí apenas basta tu lengua materna. 
Y aunque hablases cuántos idiomas, bien, claramente, 
como los habla el hombre al nacer, 
apenas comprenderías el nuevo significado de tus palabras. 
Aquí las palabras han sido comidas tantas veces 
con cada pasta declarada eterna. 
Todas las paredes cubiertas de retratos: Nació, llegó, se fue... 
Denso el vacío, sofocante. 
Todo el cuarto cargado de ideas, valores, penas, diálogos. 
Ya no cabe duda, 
éste es el cuarto más impresionante de la casa. 
En el horno del piso bajo, los ocho hombres que trataron de escapar 
no la pasaron peor que estas pobres ideas 
por las que el sabio y el pobre cambiaron su pobre ropa su pan y su amor.
Ideas que se hicieron idioma y valor  
cuando se escondió el dinero reunido en el mundo 
que quedaba atrás, inocente, 
en Europa.

~

Himmelfahrtstrasse

*

Se puede abandonar todo lo terrenal.
Dejar las cosas, los utensilios
y los lentes —claridad eterna por allá.
Y quien tenía un bastón, podía dejarlo
y con ello, todo;
quien aquí, en lugar de una pierna, un brazo o la cabeza
tenía una prótesis, un idealismo o una fe,
alegremente deja todo el peso sobrante
caminando por el camino grande hacia el limbo.

Les espera un baño, un fuego purificador.
Del muñón sale una pierna, el brazo y la cabeza
suben por una nueva luz a un nuevo entendimiento, una nueva libertad.
El camino lleva al cielo.
"El camino de la ascensión"
hacia la paz lleva a los más cansados.

Otava, Helsinki, 1964

***
Anja Vammelvuo (Hausjärvi, 1921-Tuusula, 1988)
Versiones de Matti Rossi

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