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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

sábado, 6 de noviembre de 2021

ana santos payán / tres poemas









Así la noche 

*

que la belleza se concentre
en un tarro de miel cristalizada
     y las monedas sean campanas de Navidad
     tañendo por adelantado en nuestra cabeza

que no imagines el color de las palabras
     porque la noche empezó a devorar
     las líneas

     discontinuas

     de la carretera


que el amarillo sea gris
que el rojo sea gris
que el verde sea gris
que el gris sea blanco
y el blanco no exista
exista

no exista

exista

y que tu y yo
durmamos

abrazados a un árbol de té

~

Temblor

*

En orden inverso,
deshago nudos,
oprimo la transparencia 
de los versos.

Me enfrento al origen,
al temblor primero,
al barro.

Mujer de barro
que se diluye
en la lluvia.

Me enfrento 
al abismo lingüístico
a la razón del papel.

Mujer de papel
que se desgarra
en las pantallas.

En orden inverso,
amputo los cuadernos,
someto la anarquía
del caos.

Tiemblo. 

~

Notas para una carta que nunca llegaré a escribir

*

La nieve escribo en la nieve del atardecer en la fría estancia escribo el desagradable roce del cabello sobre la cicatriz la piel doble la piel y entre piel y piel ese cosquilleo ese cuerpo que se escapa y la sangre congelada no fluir esa sangre atrapada en los labios escribo en la piedra en mis lágrimas escribo con los ojos con la voz de Melissa Horn escribo y la pantalla se vuelve inútil oscura ciega no hay teclas para deshacer el nudo no hay teclas para nombrar la nieve el tumor la infección la insumisión el vacío escribo sin querer decir y una sonrisa cruza la estancia fría atardecer nieve escribo la nieve.

***
Ana Santos Payán (Guadalajara, 1972-Almería, 2014)

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