miércoles, 19 de julio de 2017

humberto díaz casanueva / descenso













Para descargar mi gema requiero tantas lontananzas,
rostros aún no alabados, zodiaco de felices signos,
el poco de agua fría que hay bajo todo desvelo,
el sopor del sueño no es tal, qué sublime ejercicio.

Benditas sean las punzadas que por toda el alma
circulan sus largos fuegos hasta sus cuernos cantores,
mi mirada consume el oro que la tiniebla retiene,
en el canto, mi frente deposito en mi lengua.

Una mujer para que su estatua caiga de mis manos,
su sien será una poma bajo este ardiente clima,
labios que refresquen ojos por las quemaduras del sueño,
por ella iré inmolando estas apariencias de vida.

Pero el que está desvelando mi lagar sin descanso
pisa tantas uvas negras hasta rebosar mi destino,
el pensamiento sin salir hasta los bordes de la noche,
me apacigua en lo profundo, mas todo sigue colmándose.

***
Humberto Díaz-Casanueva (Santiago de Chile, 1906-1992) Vigilia por dentro. Requiem. Los penitenciales. Santiago de Chile: Universitaria, 1998.

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