In memoriam Carmen Berenguer
Exacto, eran voces edulcoradas
y roncas de tanto fumar puchos:
cantos versallescos de novelas tristes.
Así, mirar atrás es ver esas vidas
ya escombros, deslizándose como aluviones
hacia otras vidas dentro de otras vidas
Solo tenemos una vida que se fragmenta
y se compone de episodios variopinto:
llantos, glorias, fluidos, errores y personas.
Ante todo, encuentros futuros sobre el gusto
y el disgusto, el mejor material para tejer
amistades a prueba de acero e invierno
a prueba de coral y julepe o quizás
de mutualismos mal entendidos, a prueba
de noche. Encuentros hechos de neón
y otras yerbas que la crónica roja se lleva.
Nadie dice Santiago otra vez
ni Prosit ni Venezia ni Plaza Baquedano.
La palabra queda en la punta de la lengua
en flor: sale, se abre, se marchita y muere.
Santiago Punk, de vieja salud y lejano.
La noche es de los maniquíes, sonríen
cuando nos ven pasar, exhaustos, furtivos
una alegoría de alguien que se apaga
después de arder, impregnado de bencina.
No nos quedan formas, viene el amanecer
y hemos llegado tarde, demasiado temprano
cuando el sol explotó en mil esquirlas
el día en que escapamos a la pálida
En el fin del mundo elevamos volantín con hilo curado
Nicolás López-Pérez (Rancagua, 1990)
Fotografía por Fer Olivares

No hay comentarios.:
Publicar un comentario