hay lunas
que pintan de cal las noches,
noches en que el silencio
arde
mientras el viento
hace girar
cenizas en su rueda sin destino.
quedaría hacerse casa,
ordenar los escombros o cavar en las cenizas
la imposible madriguera
morder los labios
para probar el filo
de los propios dientes
o elegir la mansedumbre
de cerrar los ojos
y esperar
como un caballo en la noche tumbado
sobre la playa,
un caballo caído
con la pata quebrada.
Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942)
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