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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

martes, 16 de enero de 2024

washington delgado / los poetas










Disecan flores en sus gabinetes
o cuentan pelos
o enumeran los nombres de mujeres
que amaron o quisieron amar
o hubieran amado de haberlo querido.

Se asoman a sus ventanas,
contemplan el mundo y se sonríen
porque la soledad es confortable
o lloran porque es melancólica
o maldicen porque si no
¿qué sentido tendrían sus vidas?

A menudo se emborrachan
con tabaco y aguardiente
y placeres sexuales y otros placeres
igualmente nerviosos o simplemente
con el aire de la primavera,
pero si alguien los pincha
revientan miserablemente
y entonces su melancolía es incurable.

A veces abren sus puertas,
salen a la calle, conversan con sus vecinos,
comprenden algunas verdades,
sufren y esperan
como todo el mundo,
y escriben unas líneas,
un libro o muchos libros
que el mundo recuerda
días, meses, años o siglos.

***
Washington Delgado (Cusco, 1927-Lima, 2003)

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