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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

sábado, 19 de abril de 2025

barbara korun / dos poemas










La cara

*

La cara: el cutis suave, moreno, graso. Infinitamente cambiante,
cada momento es la expresión de una emoción clara y fuerte,
pero siempre diferente. Vestida de color blanco sucio, amarillo,
de un pantalón ocre. Un ángel de Giotto. Tambalea. Por las escaleras
hacia arriba. Después, la agarro de la mano: tiene una piel
sorprendentemente suave, la palma de la mano blanda, caliente.
Su cuerpo está doblado en una silla, capa por capa, los pechos, la barriga,
los muslos, un cuerpo suave y ligero. Habla desde la profundidad de su ser,
como un animal, con una voz que sale del diafragma como una carcajada
de alerta de un gato. Apenas entiendo y distingo las palabras. La voz
se está cayendo, en cascadas de color rojo oscuro, de una profundidad
hacia la otra aún más honda, una grieta sin fondo.

~

Dos

*
 
dos se van desvistiendo
se sacan la ropa
se descalzan
se quitan las alhajas y el reloj
se desvisten hasta la piel desnuda

se siguen desvistiendo
con manos acariciantes
se quitan la profesión el nombre
las costumbres cotidianas
con besos pacientes
se quitan sus amores
pasados sus expectativas
con mordiscos profundos
sus años su deseo
con la boca se quitan
uno al otro el género

se quitan la niñez
(eso es lo que más tarda)
la madre el padre
se lavan apretando
frotando
el cuerpo contra el cuerpo
para que suelte el jugo

van llegando a lo oscuro
lo nunca nombrado
y le van poniendo nombres
y a la vez se los olvidan
cuando se inflaman

se siguen desvistiendo
a través del llanto la risa
los gemidos los gritos
hasta lo innombrable
corporal
allende el Nacimiento

desnudos están

***
Barbara Korun (Ljubliana, 1963)
Versiones de Juan Pablo Fajdiga

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