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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

martes, 9 de agosto de 2022

danilo kiš / biografía









Ese Eduard Kohn fue un borracho prodigioso.
Usaba gafas de prismas relucientes y a través de ellas
miraba el mundo como a través de un arco iris.

I

Siendo niño tenía que orinar
después de los otros en la escuela, porque estaba circuncidado.
Una vez se enamoró de la hija de un panadero y fue un poco feliz.
Cuando ella se enteró de que estaba circuncidado, ni se le ocurrió que podían compartir el lecho.
Desde entonces él se aficionó a gastarse el sueldo en violinistas de zardas e intercambiar besos con gitanas.
Y así, en busca de consuelo se fue encariñando con Deliria, y ella lo envolvió en un sincero abrazo.

II

El viento dispersó sus cenizas a través de la estrecha chimenea del crematorio, cada vez más alto,
rumbo al arco iris.

***
Danilo Kiš (Subótica, 1935-París, 1989)
Versión de Jonio González desde la traducción al inglés (desde el serbio) de John K. Cox.

/

Biography

*

That Eduard Kohn was a prodigious drunk.
He wore eyeglasses of glistening prisms and watched
the world through them as if through a rainbow.

1

Even as a child he had to urinate
after the others at school, for he was circumcised.
Once he loved a baker’s daughter and was a little happy.
When she learned he was circumcised, she didn’t think
she could share his bed.
From then on he loved slipping his wages to csárdás-fiddlers
and trading kisses with Gypsies.
And then, seeking comfort, he grew fond of Deliria, and she
wrapped him up in her sincere embrace.

2

The wind scattered his ashes through the narrow smokestack
at the crematorium, higher and higher,
all the way to the rainbow.

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