Anuncio

El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

miércoles, 13 de julio de 2022

giancarlo cavallo / rosario (26 cuentas negras)










la primera oración no tiene nombre
ni siquiera palabras entre las olas
pero está llamando a un dios que no responde;
la segunda oración tiene los ojos hermosos
grandes como la tierra que ha dejado
calientes como el sol ahora apagado;
la tercera oración tiene el vientre hinchado
dará a luz solo hijos muertos
largo será el calvario de la eternidad;
la cuarta oración ya ha terminado
antes de ser apretada entre los dedos
como si tuviese prisa por pasar;
la quinta oración sabe a sal
pero no conoce ni las velas ni las cuerdas
ni marineros que puedan salvarla;
la sexta oración era mentirosa
juraba sus veinte años y era apenas
apenas poco más que una niña;
la séptima oración nada pide
terminó por creer en el destino
que un día le predijese un chamán;
la octava oración está fingiendo
todavía estar viva y besar
al hombre que la espera en la orilla;
la novena oración habla bajo
no quisiera despertar a su niño
que duerme mecido por la luna;
la décima oración es muy triste
siente que el mundo la ha olvidado
y que terminará sepultada entre desechos;
la undécima oración es casi un grito
un grito sordo y mudo que ha perdido
el camino ahogado de la garganta;
la duodécima oración tiene piernas fuertes
que atravesaron bosques y traiciones
y que ahora no saben caminar sobre las aguas;
la décimo tercera oración maldice
a aquellos que la empujaron a migrar
despiadados señores de la guerra y del mal;
la décimo cuarta oración se queda a oscuras
porque ya no logra abrir los ojos
ha sido demasiado el horror a ver;
la décimo quinta oración pide perdón
por todo el mal que pensaba hacer
por todo el bien que creía robar;
la décimo sexta oración quiere huir
pero no tiene la fuerza para nadar
porque lleva demasiado sin respirar;
la décimo séptima oración está riendo
como le pasa a quien ha vencido al terror
y no observa más sus reacciones;
la décimo octava oración todavía espera
un día tener una vida mejor
o al menos morir en santa paz;
la décimo novena oración es un poco confusa
tartamudea, balbucea, confunde las palabras
como si tuviese arena en la cabeza;
la vigésima oración era rebelde
no quería como marido a un tirano
nunca antes bajó primero la mirada;
la vigésimo primera oración era distraída
tal vez perseguía un sueño o un deseo
o nunca quiso haber estado allí;
la vigésimo segunda oración no amaba
estar a merced de la suerte
ser una semilla de manzana escupida en la calle;
la vigésimo tercera oración habría querido
ser al menos la primera de la fila
pero en verdad era demasiado pobre y hambrienta;
la vigésimo cuarta oración no cree en dios
pero tiene demasiado miedo de los curas y parientes
para confesarlo a los cuatro vientos sin temor;
la vigésimo quinta oración pensó por un momento
ser la última que habría dicho
basta que ahora ha terminado el sacrificio aquí;
la vigésimo sexta no se ilusiona
no, no se ilusiona ni por un instante:
se nace mujer y nunca más se escapa

la moneda tiene dos caras
                                            y tú la cruz.

***
Giancarlo Cavallo (Salerno, 1955) 26. tribute to the twenty-six dead women. Baronissi/Salerno: Multimedia Edizioni, 2020.
Versión de Nicolás López-Pérez

/

Rosario
(26 grani neri)

*

la prima preghiera non ha nome
e neppure parole tra le onde
ma sta chiamando un dio che non risponde;
la seconda preghiera ha gli occhi belli
grandi come la terra che ha lasciato
caldi come quel sole adesso spento;
la terza preghiera ha il ventre gonfio
partorirà soltanto figli morti
lungo il calvario dell’eternità;
la quarta preghiera è già finita
prima d’essere stretta tra le dita
quasi che avesse fretta di passare;
la quinta preghiera sa di sale
ma non conosce vele né cordame
né marinai che possano salvarla;
la sesta preghiera era bugiarda
giurava i suoi vent’anni ed era appena
appena poco più di una bambina;
la settima preghiera nulla chiede
ha finito per credere al destino
che le predisse un giorno uno sciamano;
l’ottava preghiera sta fingendo
d’essere ancora viva e di baciare
l’uomo che l’aspetta in riva al mare;
la nona preghiera parla piano
non vorrebbe svegliare il suo bambino
che dorme dondolato dalla luna;
la decima preghiera è molto triste
sente che il mondo l’ha dimenticata
e finirà sepolta tra i rifiuti;
l’undicesima preghiera è quasi un urlo
un urlo sordo e muto che ha smarrito
la strada soffocata della gola;
la dodicesima preghiera ha gambe forti
che attraversarono foreste e tradimenti
e ora non sanno camminare sulle acque;
la tredicesima preghiera maledice
quelli che l’hanno spinta ad emigrare
spietati signori della guerra e del male;
la quattordicesima preghiera resta al buio
perché non riesce più ad aprire gli occhi
troppo è stato l’orrore da vedere;
la quindicesima preghiera chiede perdono
per tutto il male che pensava di fare
per tutto il bene che credeva di rubare;
la sedicesima preghiera vuol fuggire
ma non ha più la forza per nuotare
perché da troppo le manca il respiro;
la diciassettesima preghiera sta ridendo
come succede a chi è vinto dal terrore
e non controlla più le sue reazioni;
la diciottesima preghiera ancora spera
d’avere un giorno una vita migliore
o almeno di morire in santa pace;
la diciannovesima preghiera è un po’ confusa
balbetta biascica confonde le parole
come se avesse sabbia nella testa;
la ventesima preghiera era ribelle
non voleva un tiranno per marito
non calava per prima mai lo sguardo;
la ventunesima preghiera era distratta
forse inseguiva un sogno o un desiderio
o non avrebbe mai voluto essere là;
la ventiduesima preghiera non amava
rimanere in balia della fortuna
seme di mela sputato sulla strada;
la ventitreesima preghiera avrebbe voluto
essere almeno la prima della fila
ma era davvero troppo povera e affamata;
la ventiquattresima preghiera non crede in dio
ma ha troppa paura dei preti e dei parenti
per confessarlo senza timore ai quattro venti;
la venticinquesima preghiera pensò per un momento
d’essere l’ultima quella che avrebbe detto
adesso basta ora finisce qui il sacrificio;
la ventiseiesima preghiera non si illuse
no, non si illuse nemmeno per un momento:
se nasci donna non avrai mai scampo

la moneta ha due teste
                                            e tu la croce.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario