lunes, 31 de mayo de 2021

oswaldo chanove / dos poemas










Un sol diminuto

*

La sonrisa es un instrumento (tecnológicamente)
    avanzado
Es indicio de civilización
Es un instrumento violentísimo
(Uno puede sonreír y sonreír)
(Y ser un villano)
(Dice el sweet príncipe)
La sonrisa es perceptible (desde la distancia)
En tiempos de los cazadores (y recolectores)
Era urgente
Los (demás) primates (solamente) hacen ruidos
(Con labios y dientes)
Pero eso es efectivo (únicamente) en distancias
     (demasiado) cortas

~

Escalera al cielo

*

El alma inmortal es (extremadamente) apetecida
Por los antropófagos
En un sentido laborioso los poetas son
   caníbales (también)
Pero los amantes son los hambrientos
Por que los amantes lamen las pieles
Los poetas prefieren el simple hálito
  (como ignición)
Porque la energía del astro rey ha fluido
   (de un eslabón a otro)
(El tejido viviente ha sido pergeñado por el
    fitoplancton flotante)
Y cada salto es un drama (imprescindible)
Para los malditos fines del verbo

***
Oswaldo Chanove (Arequipa, 1953)

domingo, 30 de mayo de 2021

marzanna bogumiła kielar / dos poemas













Las palabras del poema serán como el agua
que se condensa en nubes, cae como lluvia, como nieve,
sube como rocío.
Llegará entonces a las aguas subterráneas que alimentan el árbol de la sangre.
Se irá esparciendo sobre las hojas del aliso gris y le ayudará a persistir.
Basta con que las palabras del poema sean como el agua reflejando en sí misma todo lo que existe.
Todo lo que se marcha para despertarse
dentro de algo más vasto.
La niebla entonces no será demasiado densa,
será posible divisar el contorno de otra tierra. El fondo del cielo será profundo y puro,
sin escollos ni bajíos, llevará hasta la orilla.
Que un leve oleaje golpee a los poemas,
las luces y las sombras jueguen en el fondo y nuestros cuerpos hechos de sol,
naden en la bahía, bajo el fino escamaje de los destellos.
Finalmente, las aguas recogidas en ríos regresarán de nuevo a los mares
de los que salimos.
Un día se evaporaron de ellos. Dejaron sal.  

~

Somos únicamente sangre del lenguaje cuyas arterias
nos han absorbido – componemos sus tejidos, garras,
hábitos.

Levantamos su ciudad cerca del agua, en un litoral angosto.
El cielo de invierno está con nosotros.

Con nosotros se alimenta el elemento de lenguaje, deja fisuras por donde
regresa la luz cuando nos abrimos paso por entre el limo y restos óseos
de los años pretéritos.

Nos rodea en la hierba de la infancia.
Conduce fuera del vestíbulo del cuerpo, dice: no hay
otro yo aparte.

Las palabras, como hemoglobina, forman enlaces reversibles con el oxígeno.

Lenguaje -suelo ornamental- se van acumulado capas del habla.

Hormiguean voces en su humus, pelan la vida
hasta el hueso.

Aunque todo tiene un nombre: Es,
él nos pasa el pedernal de las palabras, chispas, palabras por separado para “el sueño”
y para “la muerte”.

Él nos levanta los túmulos fúnebres,
a los que susurra la nieve.

***
Marzanna Bogumiła Kielar (Goldap, 1963)
Versiones de Ada Trzeciakowska

/

Słowa wiersza będą jak woda,
co zagęszcza się w chmury, opada jako deszcz, jako śnieg,
podnosi się jako rosa.
Wtedy dotrze do wód gruntowych, zasilających drzewo krwi.
Będzie rozpryskiwać się na liściach szarej olchy, pomoże jej trwać.
Wystarczy, że słowa wiersza będą jak woda odbijająca w sobie wszystko, co jest.
Wszystko, co odchodzi, ażeby się przebudzić
w czymś większym.
Wtedy mgła nie będzie zbyt gęsta,
pozwoli uchwycić zarysy innego lądu. Dno nieba będzie czyste, głębokie,
bez raf i płycizn, poprowadzi pod brzeg.
Niech będzie przy wierszach trochę przyboju,
gra światła i cienia na dnie, nasze ciała zrobione ze słońca,
kiedy pływamy w zatoce, pod drobną łuską lśnień.
W końcu wody zebrane w rzeki wrócą z powrotem do mórz,
z których wyszliśmy.
Kiedyś z nich wyparowały, pozostawiając sól

~

Jesteśmy jedynie krwią języka, który nas wchłonął
w swoje arterie – budujemy mu tkanki, szpony,
nawyki.

Wznosimy jego miasto nad wodą, w wąskim pasie stałego lądu.
Niebo zimowe jest z nami.

Karmi się nami żywioł języka, zostawia szczeliny, którymi wraca
światło, kiedy brniemy przez namuliska, przez kostne szczątki
przeszłych lat.
´
Okrąża nas, w trawie dzieciństwa.
Wyprowadza nas z sieni ciała, mówi: nie ma
odrębnej jaźni.

Słowa, jak hemoglobina, tworzą odwracalne połączenia z tlenem.

Język — wzorzysty grunt — odkładają się warstwy mowy.
Mrowią się głosy w jego czarnoziemie, obierają życie
do kości.

Choć wszystko ma jedno imię: Jest,
on daje nam krzemienie słów, parę iskier, osobne słowa na „sen”
i na „śmierć”.

On sypie nam grzebalne kopce,
do których szepce śnieg

sábado, 29 de mayo de 2021

vilborg dagbjartsdóttir / sueño












Soñé que me encontraba en un arenal o un promontorio. Había un camino desde la punta del arenal que seguía la costa y en lo alto se veía un cinturón de rocas. (Jamás había visto ni en sueños ni despierta un paisaje más desolado.) Caminé hacia el norte a lo largo de la lengua de arena, con el mar a un lado y el acantilado al otro. Vi algo lejos a una persona que venía hacia mí. Al acercarse vi que era un hombre fornido, con una zamarra gris y un sombrero oscuro con un ala baja que le tapaba media cara.

La senda era tan estrecha que nos rozamos al cruzarnos y en ese momento tuve la intuición repentina de quién era. Lo llamé entonces, porque me pareció que tenía muchas cosas que decirle.

Se detuvo rápidamente, volvió la cabeza, y bajo el sombrero vi brillar sus ojos ardientes de deseo.

Se me ocurrió entonces que hasta el mismo Odín sólo piensa en una cosa cuando se trata de mujeres. Y yo creí que era poeta... logré espantar el sueño y despertar... con el alma llena de rabia.

***
Vilborg Dagbjartsdóttir (Seyðisfjörður, 1930)
Versión de José Antonio Fernández Rom

/

Draumur

*

Mér þótti ég stödd á eyri eða nesi. Lá vegur af eyraroddanum austanverðu á ströndinni en efra tóku við klettabelti. (Aldrei hef ég hvorki í svefni né vöku séð útyflislegra landslag.) Gekk ég sem leið lá norður tangann með hafið á aðra hönd en hamravegginn á hina. Sá ég þá hvar maður kom á móti mér í nokkurri fjarlægð. Þegar hann nálgaðist sá ég að þetta var karlmaður, mikill vexti, klæddur stuttum, gráum stakki með dökkan hatt, slútti annað barðið svo það huldi nær hálft andlitið.

Svo þröngt var á einstiginu að ég straukst við hann þegar við mættumst og um leið laust því í hug mér sem eldingu hver hann var. Kallaði ég þá til hans, því ég þóttist eiga við hann margt vantalað.

Hann snögg stansaði, vatt til höfðinu, og undan hattbarðinu glitti í auga logandi af girnd.

Rann þá upp fyrir mér að jafnvel Óðinn sjálfur á ekki nema eitt erindi við konur. Og ég sem hélt ég væri skáld – mér tókst að hrista af mér svefninn og komst yfir í vöku – í sál minni brann reiðin.

(Ljóð, 1981)

viernes, 28 de mayo de 2021

julia kristeva / un mal, una palabra, una carta









¿Qué comprende él de mí? ¿Qué comprendo yo de él? ¿Todo, como se tiene tendencia a creer en los momentos de las apoteosis de nuestra fusión, tan completa como inexpresable? ¿O nada, como pienso yo, cómo puede decir él al primer descalabro que viene a zarandear nuestros vulnerables palacios de espejos...?

Vértigo de identidad, vértigo de palabras: el amor es, a escala individual, esa súbita revolución, ese cataclismo irremediable del que no se habla mas que después. En el momento no se habla de. Se tiene simplemente la impresión de hablar al fin, por primera vez, de verdad. Pero ¿es realmente para decir algo? No necesariamente. Si no ¿qué exactamente? Hasta la carta de amor, esa tentativa inocentemente perversa de calmar o relanzar el juego, está demasiado inmersa en el fuego inmediato como para no hablar mas que de "mí" y de "ti", o incluso de un "nosotros" salido de la alquimia de las identificaciones, pero no de lo que sucede realmente entre el uno y el otro.

No es de este estado de crisis, de abatimiento, de locura que puede romper todas las barreras de la razón, como puede, semejante a la dinámica del organismo vivo en pleno crecimiento, transformar un error en renovación, remodelar, rehacer, resucitar un cuerpo, una mentalidad, una vida. O incluso dos.

Sin embargo, si se admite, contrariamente a nuestras jóvenes enamoradas incrédulas, que, a pesar de lo inconmensurable del afecto y del sentimiento puesto en juego por los protagonistas, se puede hablar de un amor, del Amor, hay que admitir también que, por muy vivificante que sea, el amor siempre nos quema. Hablar de él, aunque sea después, no es posible más que a partir de esta quemadura.

***
Julia Kristeva (Sliven, 1941) Historias de amor. Ciudad de México: Siglo XXI Editores, 2009.
Versión de Araceli Ramos Martín

jueves, 27 de mayo de 2021

jorie graham / el modo en que las cosas funcionan












es recibiendo
o dejando ir.
Ésta es la forma más sencilla
de la corriente: azul
moviéndose a través del azul;
azul a través del púrpura;
los objetos de deseo
abriéndose hacia ellos mismos
sin nosotros; los objetos de fe.
El modo en que las cosas funcionan
es por superación de obstáculos,
debilitamiento o aumento
de la resistencia y beneficiándose
de algo.
El modo en que las cosas funcionan
es que finalmente creemos
que están ahí,
comunes y capaces
de representarse a sí mismas.
Rueda, flujo cinético,
agua que asciende y cae,
lingotes, palancas y llaves,
creo en vosotros,
cerrojo de cilindro, polea,
torno de mano y
grúa levantad vuestra pequeña cabeza -
creo en vosotros -
vuestra cabeza es el horizonte para
mi mano. Creo
para siempre en los ganchos.
El modo en que las cosas funcionan
es que finalmente
algo agarran.

***
Jorie Graham (Nueva York, 1950)
Versión de Jonio González

/

The way things work

is by admitting
or opening away.
This is the simplest form
of current: Blue
moving through blue;
blue through purple;
the objects of desire
opening upon themselves
without us; the objects of faith.
The way things work
is by solution,
resistance lessened or
increased and taken
advantage of.
The way things work
is that we finally believe
they are there,
common and able
o illustrate themselves.
Wheel, kinetic flow,
rising and falling water,
ingots, levers and keys,
I believe in you,
cylinder lock, pully,
lifting tackle and
crane lift your small head–
I believe in you–
your head is the horizon to
my hand. I believe
forever in the hooks.
The way things work
is that eventually
something catches.

miércoles, 26 de mayo de 2021

ludvík kundera / mi esposa











estira su columna vertebral
entre sorbos del único café de su día
profiere unas palabras tranquilizadoras

He trabajado como loco esta mañana
y ella dijo algunas frases sensatas
sin ningún sobresalto

¿Cómo sabe que estoy desesperado?

Lo sabe

***
Ludvík Kundera (Brno, 1920-Boskovice, 2010)
Versión de Nicolás López-Pérez

/

Moje žena

*

si narovnává páteř
a mezi doušky jediné denní kávy
pronáší konejšivá slova

Pracoval jsem dnes od rána jako magor
a pronesl jen pár střízlivých vět
bez jediného vyšinutí

Jak může vědět že si zoufám?

Ví to

martes, 25 de mayo de 2021

miguel serrano / de "la flor inexistente"













La primera flor

*

Junto a la casa había un jardín. Mis primeros compañeros de juego fueron las raíces, las hojas, y esos espíritus de la naturaleza que hablan a los niños.

Un día, del interior de una flor asomó una mano y me hizo señas para que me aproximase. Un niño no se asusta de eso; no me extrañó, pues, ver la mano. En cambio, me preocupó que la invitación fuese para entrar en la flor. Poco después, la flor se deshojó. Quise recoger sus pétalos y reconstruirla; pero me fue imposible. Pensé entonces en armar una flor de papel pintándola de colores vivos. Muchos días pasé en mi trabajo, hasta que la flor estuvo terminada. La llevé al jardín y la puse en el lugar donde apareciera la mano. Si la flor hubiese estado bien hecha, la mano volvería a asomar. Pero la mano no vino, no retornó más. Mi flor no podía compararse con las del jardín, pintadas por el buen Dios.

En aquel momento dejé de ser niño y no pude seguir conversando con las plantas, las raíces, los espíritus, ni con las manos que aparecen y desaparecen en los jardines. Había entrado en competencia con la naturaleza y con el buen Dios; había contraído, sin saberlo, el compromiso mortal de crear una flor.

~

Los gigantes de la luna

*

Para comenzar, se nos explicó la historia de todas las cosas. El Mundo estuvo una vez habitado por gigantes. Fueron ellos los que crearon las civilizaciones de la Tierra, en conexión directa con los astros. Entonces, en el cielo no había sol, porque la Luna estaba cerca e interfería en su brillar. Los gigantes eran, así, Gigantes de la Luna. Eran hombre y mujer. Se hallaban en paz. La mujer reposaba en el costado de su compañero, apoyando la cabeza sobre su corazón. Los gigantes sólo tenían un ojo, pudiendo contemplar los lejanos seres de otros mundos. Con el poder de su mente y voluntad, fijaban el curso de los astros. Sobre lo que hoy es el inmenso Océano Pacífico, se extendía un Continente en el que las olas golpeaban desde el otro lado de las estribaciones andinas. El centro de aquel mundo era la hoy solitaria isla de Rapa-Nui. Tihuanacu, puerto de mar, habría sido construido por los colonizadores gigantes. Mas, un día, el ojo de los Gigantes de la Luna se nubló. Su poder no sostuvo más a los astros en el firmamento y la Luna cayó sobre el continente indooceánico, sumergiendo sus templos y sus glorias. Rapa-Nui, Tihuanacu, el Tíbet, son los restos sobrevivientes que avizoran el pasado. Surgieron la nueva luna y el nuevo sol.

Los gigantes se ocultaron dentro de las montañas: en los Andes, en los Himalayas. Y allí viven, en cavernas, a la espera de otra luna y otro sol. Ellos guardan la sabiduría suprema, la única que podrá transfigurar la Tierra, hoy habitada por una raza disminuida. 

El Maestro nos explicaba que la catástrofe también pudo ser a causa de una guerra que sumergiera a los mundos, alcanzando hasta los astros. Porque se han encontrado, nos decía, aborígenes monstruosos en nuestra América, hombres con pies de avestruz, con huesos blandos, con cuernos, con cola, sin rodillas, con los talones hacia adelante, con dos brazos derechos y con dos cabezas, productos, según él, de una radiación maligna. Incluso la raza empobrecida de los hombres actuales sería un efecto de la catástrofe. Algunos gigantes sobrevivientes, que no alcanzaron a refugiarse en las cavernas secretas, construidas en previsión de la tragedia, deambularon por un tiempo sobre la tierra. Se les vio por última vez en la Patagonia y en Grecia. La caída de la luna les había partido en dos, sacándoles la mujer del costado y dejándoles ahí una herida como de lanza. Comenzaron entonces a buscar a la mujer por el mundo, a la vez que disminuían de estatura y, donde no la hallaron, se hicieron sodomitas, como los gigantes del Ecuador, de quienes nos cuenta la leyenda que fueron destruidos por el fuego del cielo.

Toda la historia conocida -decía el Maestro- es una pobre historia. Los incas se apoderaron de imágenes ajenas. Son muy recientes. Tal vez procedan de India o de China, y se instalan en los restos de las ciudades ciclópeas de la Atlántida, construidas por los Gigantes de la Luna, El hombre Inca, o Inga, lo toman de la tierra a que arriban. Los caminos llamados del Inca son anteriores a ellos. Sin embargo, el Inca también recuerda, pues trae de su lejano mundo otra memoria viva del pasado. El Inca de sangre real poseía un lenguaje secreto, transmitido de padre noble a hijo noble. El bastardo Atahualpa, noble sólo a medias, hace matar a todos aquellos que, siendo de pura sangre real, poseían el lenguaje secreto; tragedia semejante a la que se cumple en la isla de Rapa-Nui cuando se sacan de ella a todos los nobles y sabios, que quizás conocieran la escritura de las ""tablillas parlantes", para llevarlos como esclavos a las minas de oro del Perú. Es posible que el lenguaje secreto fuese el sánscrito arcaico o alguna forma antiquísima del chino. En Eten, en Perú, y en Aten, en Bolivia, hay pueblos aborígenes que hablan un idioma comprendido por los chinos.

La escritura llegó a ser prohibida como cosa del demonio. Lo es también la literatura, nos aseguraba el Maestro. Quien escribe, se condena, pierde la vida y su tiempo al destruir el verbo palpitante y creador, el logos espermatikos. Los gigantes no escribieron; sólo proferían voces mágicas y trazaban signos vibratorios que actuaban en las regiones intraatómicas del Universo, pudiendo cambiar hasta el curso de los astros. Estos signos se conservan aún en las cavernas de la época glacial como diseños rupestres, y fueron dejados allí por la raza misionera del Magdaleniense, que desapareció con el hundimiento de la Atlántida. El maestro nos revelaba que algunos de esos signos estaban en su poder y que nos los entregaría a medida que demostrásemos ser personas dignas de confianza. 

El lenguaje incaico de colores y lanas era como el juego simbólico de los Porotos Pallares, algo que no ofende a los dioses, por ser rito puro y juego destinado en verdad al viento.

Los Incas transportaron el sistema de castas a América. Es más, crearon una raza artificial, la de los "orejones", parecida a las pinturas de los Budas de Oriente. Trajeron también a estas zonas el culto del oro, que no simboliza a la luna, sino al sol. En la escondida ciudad de Machu Picchu, languidecieron por siglos las Vírgenes del Sol. 

Pero en Tihuanacu hubo un poder supremo que los Incas ignoraron. Fue el poder del vuelo. Los Gigantes de la Luna podían volar. En los inmensos bloques de piedra de Tihuanacu se les representa con alas y cetros. Tal vez ellos vinieron de otros mundos del firmamento y allá retornaron. Sus rostros son de hombres o de grifos.

En la India, hubo una vez un gigante de muchos brazos, a quien se recuerda con el nombre de Siva. Estaba ahí con anterioridad a la llegada de los arios. En América, el gigante se llamó, a veces, Con Ticci Viracocha, y era de color blanco. Quizás fue el rey de la Atlántida. Los Gigantes de la Luna eran blancos.

~

Veo a los gigantes

*

Un amanecer les vi. Fue una visión estática y violenta, como si se abriera una ventana en el espacio aún oscuro o me naciera un nuevo ojo. Contemplé la gran mole de los Andes y, dentro de ella, dos gigantes prisioneros de la roca. Las cabelleras les caían sobre los hombros y los bordes de sus siluetas se enmarcaban con vetas de oro. Uno, extendía hacia lo alto sus brazos implorantes; el otro, se inclinaba hacia la tierra. 

Pienso así que los montes pueden ser el cuerpo petrificado de los gigantes, que sólo un nuevo cataclismo liberará.

~

La gran ceremonia

*

Llegó así el momento de mi iniciación. Hasta entonces se me había aceptado en el Círculo como a un aspirante, pudiendo contemplar un tanto como desde afuera lo que aquí se ha descrito. 

Aquel día se me entregó una túnica semejante a la que lucen las figuras de piedra de Tihuanacu. Como siempre, entré en el Círculo rozando la mano del que estaba a mi lado. En ocasiones anteriores, también participaba en las festividades y hablaba como náufrago, como testigo o como buscador, pero de manera inconexa, por así decirlo, dejando que las frases vinieran como en un juego y cambiando de un personaje a otro con bastante superficialidad, aun cuando, en varias ocasiones, el personaje se apoderaba de nosotros y hasta seguíamos con él por semanas, buscando la Ciudad de los Césares en las calles diurnas. 

Ahora, sin embargo, pareciendo todo igual, algo había cambiado fundamentalmente: la prueba iba a ser definitiva, nos jugaríamos el derecho a seguir en el Círculo, a escuchar al Maestro, a tener un maestro, a rozar la mano de un amigo, a tener un amigo, a pertenecer a esta Orden sin tiempo y a seguir en la búsqueda de la Ciudad, pudiendo entrar en ella un día. 

Es decir, en la Ceremonia yo debía estar dolorosamente alerta, adentrarme en el alma y el ser de un personaje, dejarme utilizar por él, "morir para que Él viviera". Todo sería igual, pero distinto.

¿Cuál iba a ser mi personaje? Nunca se sabía. Quizás solamente el Maestro lo conociera con anticipación. Pero tal vez ni él lo supiera. Sólo podíamos esperar, hasta que llegase nuestro turno, hasta que el Maestro nos lo indicara. 

Mientras tanto, otros hablaban; comenzaba la danza y el canto. Y era lo mismo que si fuera yo quien hablaba a través de todos ellos. Como si en el Círculo no hubiese nadie más que yo. 

Escuchémosles, escuchémonos.

~

Premonición de los hielos

*

Sobre un témpano a la deriva navega una flor roja. Es un copihue, una campánula de sangre. A medida que desciende hacia el sur, siempre más al sur, como llevado por una corriente invisible, su color cambia, transformándose en un copihue blanco. Manos invisibles bajo el agua gobiernan el témpano que va siendo devastado. Así llega a la morada de los hielos eternos, a una región perdida, a un Oasis de aguas templadas donde la flor se deposita suavemente al pie de un manzano que alguien plantó junto a un remo y a un antiguo navío abandonado. La flor se petrifica, se hace eterna, celebrando el día inmóvil de una congregación de jóvenes inmortales.

~             ~             ~

Tuve muchos altos y bajos, días buenos y malos, fluctuando entre el desaliento y una alegría inexplicable que me hacía proferir voces sin sentido. Entonces, me echaba a la espalda un saco andino, y partía a recorrer las montañas de mi patria, siguiendo un rumbo trizado en los sueños. 

Porque en esos días soñé mucho, raros sueños. A veces, me encontraba en la Ciudad, caminaba por sus calles solitarias. Sus casas estaban vacías. El viento cimbraba los olmos, las hayas, los alerces. Me detenía en una plaza a mirar las fuentes herrumbrosas, ventanas a medio abrir, portalones carcomidos. Una voz me decía: «Apresúrate, no sea que cuando tú llegues, Él haya partido...». 

En una ocasión, me vi en el centro del cráter de un volcán apagado, donde surgía un riachuelo. La visión del agua me produjo gran felicidad, porque la Voz también me explicó: «La verdadera agua es la que mana del centro del cráter de un volcán». 

Otra vez me pareció divisar la Ciudad. Estaba en medio de los montes y era de piedra, con grandes bloques tallados, semejando perfiles de dioses y de héroes. Se encontraba en un punto de las altas cumbres andinas. Las montañas ocultaban rostros bajo sus nieves, esculturas vivas. Y alguien me decía: «Todo esto queda mucho más al sur, en los extremos del mundo». 

Vi entonces una playa solitaria y allí unos pájaros de pecho rojo. El horizonte se encendió, mientras una flota de témpanos como veleros, galeones, caballos marinos, empezó a moverse. Todo acompañado por un gran silencio y un clima de transparencia veloz. 

Una noche, junto a mi lecho, apareció la sombra de un gigante con pieles, que me contempló con una fijeza no exenta de ironía. «Tú llegarás -me dijo-. Tú vendrás hasta aquí...». 

Desperté con una sensación de temor. En el cielo del amanecer brillaba el lucero del alba. 

Comprendí que mi búsqueda debía extenderse hacia los extremos del mundo, más al sur, siempre más al sur, hasta alcanzar a esos Oasis de aguas templadas que existen en el Polo y adonde con seguridad llega el Caleuche, navegando por debajo del escudo de los hielos eternos. Quizás allí estuviese la Ciudad... 

En mi peregrinaje hacia los hielos me guio un perro. Escuchaba su aullido entre los icebergs. Mi perro se perdió en las nieves, tal vez cruzara las grandes barreras. Tal vez aullara desde el Oasis, desde la Ciudad. Pero no tuve el valor de seguirlo; porque aún no estaba preparado. Aún no había encontrado a la Reina...

***
Miguel Serrano (Santiago de Chile, 1917-2009) La flor inexistente. Santiago: Be-uve-dráis, 2004.

lunes, 24 de mayo de 2021

fernanda de castro / cuatro poemas













Orgullo

*

Nada quiero de la vida ambicionada
por cuantos me rodean en esta vida
Ni riqueza, ni gloria desmedida
Me preguntan qué tengo: estoy cansada.
Vencida con la cabeza levantada,
orgullo sin límites de vencida.
Yo soy bien criada, la bien nacida,
la que dio todo y nunca pidió nada.
Nada espero de la vida ni de la muerte.
Doblada por el peso de un alma fuerte,
voy callando angustias y cansancios,
¡pero qué largos, a veces, son los días
y cómo pesan dos manos vacías
y qué desiertos caben en mis brazos!

~

Este dolor que me hace bien

*

Las cosas hablan conmigo
un lenguaje secreto
que es mío, de nadie más.
¿Quién siente este olor antiguo,
el olor de la maleta negra,
que era tuya, mamá?

Este olor de más allá de la vida
y de indecible tristeza,
del tiempo muerto, olvidado...
Tan desteñida y desgastada
aquella cinta escocesa
que adornaba tu vestido.

Habla conmigo y conversa,
en el lenguaje que yo entiendo,
tu viejo cajón,
la vida en él diseminada
llega a la cama donde me extiendo
en un perfume de violeta.

Veo tus joyas falsas
que usabas todos los días,
de principio a fin de año,
y aún oigo tus valses,
mamá, y las melodías
que cantabas al piano.

Veo blancos, escotados,
tus zapatos de baile,
un broche en forma de lira,
falda de volantes engomados
y sobre el vestido un chal,
un chal de Cachemira.

¿Cuántas vueltas dio en la vida
este álbum de retratos,
de terciopelo color tila?
Gente otrora conocida,
¿quién le dio tantos malos tratos?
¿Serán todos de la familia?

Ay, voy a cerrar en el cajón
el recuerdo doloroso
de tus lazos de satén,
de tus ramos de violeta,
del abanico de seda rosa
con varillas de marfil.

Las cosas hablan conmigo
en un lenguaje secreto,
que es mío, de nadie más.
Quiero olvidar, no puedo.
Voy a guardar en la maleta negra
este dolor que me hace bien.

~

Distancia

*

¡No te vayas tan lejos!
Ven a sentarte
Aquí en la chaise-longue, a mi lado...
Tengo el deseo loco de contarte
Esta nostalgia que no tenía fin.

No te vayas tan lejos;
Quiero ver
Si aún sabes mirarme como antes,
Y si en tus manos acariciantes,
Aún existe el perfume que me gusta.

¡No te vayas tan lejos!
Tengo miedo
Del silencio pesado de esta sala...
¡Cómo solloza el viento en la arboleda!
Y tu voz, amor, ¡cómo se calla!

¡No te vayas tan lejos!
Antiguamente,
Era siempre demasiado el corto espacio
Que había entre los dos...
Ahora, un bochorno,
Vacilas y después,
Con un gesto de tedio y de cansancio,
Crees inconveniente
Mi abrazo.

¡No te vayas tan lejos!
Quédate. ¡Aún es tan temprano!
El viento continúa fustigando
Las ramas sufridoras de la arboleda,
Y yo me pongo a pensar
¡Y tengo miedo!

¡No te vayas tan lejos!
En la sombra impenetrada,
¡Como se agita y se debate el viento!...
Flota en las viejas ruinas del convento

Que allende se avista,
El alma melancólica de un monje
Que la vida lanzó a aquella cima...

Cielo sumido, negro, pesimista,
¡Y tú siempre más lejos!...

~

Urgente

*

Urgente es construir serenamente
sea lo que sea, chabola o catedral,
es trabajar la piedra, el barro, la cal,
es regresar a las fuentes, al manantial.

Es no dejar perderse una simiente,
es arrancar las ortigas del jardín,
es hacer de una rosa el rosal
sin perder tiempo. Ahora. Ya. Es urgente.

Urgente es respetar al Amigo, al Hermano,
es perdonar, si alguien pide perdón,
es repartir el trigo del granero.

Urgente es respirar con alegría,
oír cantar a la tórtola, la alondra,
y plantar en el piñal un pino más.

***
Fernanda de Castro (Lisboa, 1900-1994)
Versiones de Raquel Madrigal Martínez

/

Orgulho

*

Nada quero da vida ambicionada
por quantos me rodeiam nesta vida
Nem riqueza, nem glória desmedida
Perguntam-me o que tenho: estou cansada.
Vencida de cabeça levantada,
orgulho sem limites de vencida.
Eu sou bem criada, a bem nascida,
a que deu tudo e nunca pediu nada.
Nada espero da vida nem da morte.
Vergada ao peso de uma alma forte,
cá vou calando angústias e cansaços,
mas que longos, às vezes, são os dias
e como pesam duas mãos vazias
e que desertos cabem nos meus braços!

(en E Eu, Saudosa, Saudosa)

~

Esta dor que me faz bem

*

As coisas falam comigo
uma linguagem secreta
que é minha, de mais ninguém.
Quem sente este cheiro antigo,
o cheiro da mala preta,
que era tua, minha mãe?

Este cheiro de além-vida
e de indizível tristeza,
do tempo morto, esquecido...
Tão desbotada e puída
aquela fita escocesa
que enfeitava o teu vestido.

Fala comigo e conversa,
na linguagem que eu entendo,
a tua velha gaveta,
a vida nela dispersa
chega à cama onde me estendo
num perfume de violeta.

Vejo as tuas joias falsas
que usavas todos os dias,
do princípio ao fim do ano,
e ainda oiço as tuas valsas,
minha mãe, e as melodias
que cantavas ao piano.

Vejo brancos, decotados,
os teus sapatos de baile,
um broche em forma de lira,
saia aos folhos engomados
e sobre o vestido um xaile,
um xaile de Caxemira.

Quantas voltas deu na vida
este álbum de retratos,
de veludo cor de tília?
Gente outrora conhecida,
quem lhe deu tantos maus tratos?
Serão todos da família?

Ai, vou fechar na gaveta
a lembrança dolorosa
dos teus laços de cetim,
dos teus ramos de violeta,
do leque de seda rosa
com varetas de marfim.

As coisas falam comigo
numa linguagem secreta,
que é minha, de mais ninguém.
Quero esquecer, não consigo.
Vou guardar na mala preta
esta dor que me faz bem.

(en E Eu, Saudosa, Saudosa)

~

Distância

*

Não vás para tão longe!
Vem sentar-te
Aqui na chaise-longue, ao pé de mim...
Tenho o desejo doido de contar-te
Estas saudades que não tinham fim.

Não vás para tão longe;
Quero ver
Se ainda sabes olhar-me como d'antes,
E se nas tuas mãos acariciantes,
Inda existe o perfume de que eu gosto.

Não vás para tão longe!
Tenho medo
Do silêncio pesado d'esta sala...
Como soluça o vento no arvoredo!
E a tua voz, amor, como se cala!

Não vás para tão longe!
Antigamente,
Era sempre demais o curto espaço
Que havia entre nós dois...
Agora, um embaraço,
Hesitas e depois,
Com um gesto de tédio e de cansaço,
Achas inconveniente
O meu abraço.

Não vás para tão longe!
Fica. Inda é tão cedo!
O vento continua a fustigar
Os ramos sofredores do arvoredo,
E eu ponho-me a pensar
E tenho medo!

Não vás para tão longe!
Na sombra impenetrada,
Como se agita e se debate o vento!...
Paira nas velhas ruínas do convento

Que além se avista,
A alma melancólica d'um monge
Que a vida arremessou àquela crista...

Céu apagado, negro, pessimista,
E tu sempre mais longe!...

(en Antemanhã)

~

Urgente

*

Urgente é construir serenamente
seja o que for, choupana ou catedral,
é trabalhar a pedra, o barro, a cal,
é regressar às fontes, à nascente.

É não deixar perder-se uma semente,
é arrancar as urtigas do quintal,
é fazer duma rosa o roseiral,
sem perder tempo. Agora. Já. É urgente.

Urgente é respeitar o Amigo, o Irmão,
é perdoar, se alguém pede perdão,
é repartir o trigo do celeiro.

Urgente é respirar com alegria,
ouvir cantar a rola, a cotovia,
e plantar no pinhal mais um pinheiro.

(en Poesia II, 1969)

domingo, 23 de mayo de 2021

andrés ajens / tres poemas











poema / libro.

         la poesía anarrataria -nueva no vela aparte- anoticia en poesía; "escritura" e impremura de "lectura". la narrataria narra raudamente el sucedido (tarda) como si afuera lloviera estrellas, o la autoimpresión grafoscilaria. se es anarra- cuando se es cifra y vice versa (la página blanca acciona lapalanca empalada en el aclimatado (polvoluntarioso aguayo). ahí no hay hermeneia que valga. por eso, por su propio inconmentable peso, la poesía, anarrataria y/o no, aún en sus requiebres y disyunciones, es (palabra) ob-scène. si hay demasiada rosa en la prosa, franco decir orbeceltino, y aún habríamos de recalar la demasía del demasiado, comar del comodín intraduciente, la épica -íntima: tipo el cid, "furioso" o la araucana-, a salvo campana (lettera aperta), no repica más. anarrataria amoraleja: aleja el poema embajada, monta el suceso, desbroza la cosa, la roza no incinera trama.

~

RUIN A S DE PACHAKAMAQ 

guaqueando en lo
agenciador del mundo
en ruinas – unpoemaleyéndose
mucho
después de su grafía

el oráculo resuena
imperioso, hoy, en inglés
meridianamente incomprensible
do not throw toilet paper on the floor 
sobre todo en ruinas

en lo esencial (que no hay), guaca
y poema operan
económicamente, don
por don, aumento de valor,
viejonuevos sacrificios, viejonuevas colecturas

el espaciotiempo de la guaca, pero (que
dicho sea de paso
puede ser el y aun lo guaca, dado
quechuaymara en wak’a –
generosidad no predetermina)
y del poema que no hay
se  estira y/o se estrecha

allende su facturación en ruinas,
allende su artefacer
en sacrifacto asterisco, ahora
que chipara en esta paz
de una sola línea,
poema y guaca desmárcanse
en tácita entreurdidura – jirón
de aguayo hollando, hallándose
sin hallarse del todo, impagable
pago cinerario, vecino,
don de ande (aquende el don,
doña, guaca, ande).

(Callao, 2007)

~

Otro de otro [1]

*

                                                         I

Charles Horman, escritor y cineasta norteamericano asesinado en Chile
a días del Golpe y cuya historia inspiraría la película Missing, dejara
un puñado de inéditos poemas de paso por Santiago — algunos de ellos
hechos públicos por familiares y amigos en los últimos años. Se trata

de escrituras con un marcado aire referencial, que incluyen más de una
premonitoria huella con respecto a su muerte. (Hace solo unas semanas,
el juez que investiga el caso desde hace más de una década emitiera un
fallo de primera instancia que, cabe lamentar, no tiene pies ni cabeza [2]).

En otra ocasión nos hemos referido a “Bajando en micro por Providencia”
(On the bus down Providencia), donde hay nutridas remisiones a marchas
de Patria y Libertad –en Providencia, precisamente– así como a marchas
de la Unidad Popular en el centro. La agitación de la hora es nítida, al punto

que en un para nada ingenuo anticipador pasaje el poema (se) pregunta:
“¿Cuántos morirán en Chile cuando / comience la Marcha de los Muertos?
¿Y adónde tal marcha conducirá? (And where will the march lead?)”. Poco
después, en alusión a las fuerzas políticas que por esos tiempos apelaban

a armar al pueblo (careciendo de armas, pero), el poema confidencia: “De
secretos lleno vino esta mañana / Pablo, su bigote erizado como bayoneta
y sus axilas cargadas de metrallas metafísicas [metaphysical machine guns].
Quien fuera ese “Pablo” de bigote alzado [moustache bristling] es cosa que

ha de permanecer abierta, aunque uno de los candidatos favoritos fuera
su amigo Pablo de la Barra, cineasta con estudios dramáticos en Berkeley
y que, habiendo sido detenido tras el Golpe y luego exiliado a fines del 73,
mora hoy en Caracas. Con el apoyo de De la Barra en Chile Films, Horman

y Joyce, su compañera, trabajaran en una cinta animada “para niños de todas
las edades” (The Sunshine Grabber), alegoría de las relaciones entre Estados
Unidos y Latinoamérica en los páramos de la fría guerra. De la Barra, para el
11 se aprestara a filmar las últimas escenas de Queridos compañeros, ficción

acerca de la historia generacional del MIR (su hermano Alejandro, cientista
político y militante del MIR, habrá sido crudamente asesinado por agentes
de la DINA a fines de 1974 a pasos de la plaza Pedro de Valdivia, y su padre,
el dramaturgo y Premio Nacional Pedro de la Barra, moriría en el exilio el 77).

Sin asco, a fines de septiembre del 73, cuando Joyce buscaba a su marido,
se le acercó un militar en retiro quien le dijo que amigos de Nueva York
le habían pedido que hiciera todo lo posible por ayudarla en la búsqueda;
se trataba del general Camilo Valenzuela, uno de los principales instigadores

del asesinato del general Schneider, junto a la CIA. Valenzuela le dijo a Joyce
puras mentiras (que Horman había huido al sur de Chile) y al agregado militar
norteamericano le confidenció que Horman trabajaba para “un conocido ex-
tremista comunista” (sic), Pablo de la Barra. He aquí el bigote de la época:

                                                         II

En julio de 1973, poco antes de viajar a Nueva York a visitar a sus padres
y amigos (durante el verano boreal, en agosto), Charles Horman escribiera
otro singular y por momentos intraducible poema, en que articula la visión
de estar siendo registrado e interrogado por “ellos”, tales anónimos agentes.

Aunque el motivo de la redada entrevista parece fantástico a primera vista
(el hablante y su amigo David estarían siendo investigados por, literalmente,
“guardar cerebros” [holding brains], esto es, tener mollera alias inteligencia),
lo menos que puede decirse es que a dos meses de ser arrestado en su casa

de Vicuña Mackenna nº 4126 la tarde del 17 de septiembre del 73, Charles
Horman se sentía ya perseguido. ¿A qué, a quiénes temía? El poema se llama
Brain Bust at David’s. ¿Cómo traducir? Pongamos por caso: “Cerebral redada
en casa de David”. Comienza: “Por estos días te pueden dar diez años o más

si tienes mollera. / Con apenas medio kilo te toman ya por un dealer.
Solíamos hablar de ello:  / ¿qué haríamos si alguna día vinieran? [what
we would do, if they ever came]”. Como si tener cabeza o cacumen fuera
delito análogo a la posesión de droga dura. Como si “tener” inteligencia

sacara de sus casillas a los servicios de inteligencia. Como si la búsqueda
de “información” a parte alguna condujera: “Le pusieron luz en los ojos…
Tenían unas preguntas que hacerle. / ¿Qué da 2 x 2?, le emparrillaran.
¿Quién es el presidente? / Dónde queda China? / ¿Cuál resultado fuera?

David los miraba y entre parpadeos respondiera: ! ! ! / Lo golpearon sin
mucho entusiasmo por un rato. No lo ficharon, pero [They didn’t book him]”.
El poema, reiteramos, viene fechado: (Santiago, July). ¿Quién fuera David?
Y, sobre todo, ¿qué alegorizaran ahí tal persecución y tal mollera [brains]?

                                                       III

Tal como viene consignado en el libro The Execution of Charles Horman. An
American Sacrifice (Nueva York, 1978), en los meses previos al Golpe
Charles Horman sospechara que su correspondencia estaba siendo abierta.
¿Simple angustia íntima? ¿Simple paranoia de poeta? Entre mayo y junio

del 73, el jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, el almirante Patricio
Carvajal —consumado golpista—, ordenó una investigación de inteligencia
sobre “los extremistas extranjeros” que trabajaban en Chile Films; el jefe
del Departamento II (inteligencia) del EMDN era a la fecha otro marino, el

mismo que el 9 de septiembre fue con el almirante Huidobro a convencer
a Pinochet, etcétera (todo esto lo cuenta el propio Carvajal en sus apuradas
memorias: Téngase presente, Santiago, 1993, p. 182). Como el inspector “G”
en la Carta robada de Poe, el juez que lleva la causa en Chile jamás advirtiera

la carta pública del almirante, que retoma por demás otra lanzada en privado
en 1983, en el Instituto de Ciencia Política de la U. de Chile. Suma para la
raya: a diferencia de los militares, los marinos no pueden sino documentar
sus crímenes (Merino, como aquí puede olerse, hizo aun firmar al reverso).
 
                                                       IV

¿Quién fuera David, el amigo, en tal “Cerebral redada”?, preguntáramos.
Richard Fagen, de la U. de Stanford y profesor invitado de la FLACSO en
Santiago, quien dejó Chile en ¡julio! de 1973, poco antes contratara como
traductores a Charles Horman y a David Hathaway (este último, también

estudiante norteamericano detenido tras el Golpe, pero que lograra salir
del Estadio Nacional el 26 de septiembre). En carta abierta al presidente
de la Comisión de Relaciones Internacionales del senado norteamericano,
el 8 de octubre de 1973, Fagen no solo testimonia sobre cómo funcionarios

de la embajada de EEUU en Santiago hablaban pestes de los jóvenes gringos
que simpatizaban con la Unidad Popular sino  cómo un funcionario de carrera
le confidenciara que la embajada estaba copada por agentes de inteligencia
aun en los puestos más inverosímiles.  En otra ocasión, Fagen recordaría que

un agente de la embajada lo invitó derechamente en 1973 a convertirse
en informante de la CIA, en relación a sus estudiantes y a los amigos de estos,
pues —adujo— la “Agencia” había penetrado a todos los partidos menos
al MIR en Chile. Raya para la raya: a diferencia de El misterio de Marie Rogêt

en el que Poe pretende haber resuelto un crimen “real” con su par “ficticio”
(en ambos el criminal es un “Naval officer”), aquí además la CIA metió la cola.
Si decimos que habrá sido el odio a la poesía el que ejecutó a Horman, acaso
no lo creerías. Desayúnate, caro lector, lectora cara: la misma CIA, en archivos

que puedes leer en su sitio web, prescribe que sus agentes no escriban poesía [3].
Poesía, lo imposible viniendo a la inscripción (Celan): no lo que tú te imaginas.


[1] Una versión preliminar, titulada “El otro poema de Charles Horman”, fue publicada en www.eldesconcierto.cl el 20 de febrero de 2015.

[2] Lamentablemente, reiteramos, el dictamen de primera instancia del juez Jorge Zepeda flaquea en tres cruciales puntos.

Afirma, por una parte, que “la decisión de dar muerte a Charles Horman Lazar se dispone por el Departamento II [inteligencia] del Estado Mayor de la Defensa Nacional” (p. 164), encabezado a la sazón por el capitán de navío Ariel González Cornejo, uno de los inculpados en la querella presentada por Joyce Horman — pero que, inexplicablemente, el juez lo deja libre de polvo y paja (no lo encausa ni siquiera como encubridor o cómplice).  Por otra parte, le imputa la parte “operativa” del crimen al futuro subjefe de la DINA, el entonces mayor de Ejército Pedro Espinoza Bravo (que actualmente tiene condenas por más de 100 años, en Punta Peuco), sin lograr acreditar su presencia en el supuesto “lugar del crimen”, el Estadio Nacional, sin embargo; ninguno de los miles detenidos que pasaron por el Estadio ha testimoniado (y en el proceso se recogieron decenas de tales testimonios) haber visto u oído hablar de Espinoza Bravo (en cambio sí de Jorge Espinoza Ulloa, coronel de ejército a cargo del Estadio). El juez le termina dando crédito en total —algo apresuradamente por decir lo menos— a la versión de un testigo anónimo recogida en un archivo desclasificado por el Departamento de Estado en 1999 (p. 210): el de un militar retirado que en marzo de 1987 se acercó a la embajada norteamericana en Santiago para declarar, a cambio de una visa a los EEUU y de algo de dinero, que el asesino de Horman había sido Espinoza Bravo, versión que los mismos agentes de inteligencia norteamericanos en esa ocasión cuestionaron. La versión del testigo anónimo (su nombre en el archivo permanece hasta hoy tachado) no deja de ser una pieza interesante, pero a ratos francamente inverosímil. Además está llena de contradicciones, como cuando indica que Horman fue detenido en una inspección de rutina, pero, un poco más adelante, asegura que fue detenido gracias a información de inteligencia suministrada por el entonces (1987) director de la CNI, el general Hugo Salas Wenzel, quien para la época se encontraba en plena cacería de la plana mayor del FPMR (y dos meses después acometería la llamada Matanza de Corpus Christi). En tercer lugar, el juez realiza una amalgama apresurada entre el crimen de Horman y el de Frank Teruggi, el otro estudiante norteamericano asesinado tras el Golpe: ambos crímenes se los atribuye al mismo autor, argumentando que el “actuar” de Teruggi también giraba en torno a Chile Films. Pero Teruggi jamás tuvo nada que ver con Chile Films y Joyce Horman declaró que, aunque ambos colaboraron con la revista FIN (al igual que David Hathaway, Steve Volk y otros), su esposo ni siquiera llegó a conocer a Teruggi. La siguiente cita del fallo muestra lo forzado de la amalgama: “Pero Octavio Espinoza Bravo [sic], esto es, el General Nicanor Díaz Estrada, debía ser detenido todo el personal de extranjeros [sic]. A la vez, el actuar de la segunda víctima, el ciudadano de los EE.UU. Krank [sic] Teruggi Bombatch, al igual que el ofendido Charles Horman Lazar, gira también en torno a Chile Films” (p. 203). Si los crímenes de Horman y de Teruggi corresponden a una misma “mano” es algo que aún está por establecerse (de Teruggi se sabe hoy que existían informes del FBI de 1972 que lo calificaban de “subversivo”, y que probablemente fueron transmitidos al servicio de inteligencia de la Armada chilena ya antes del Golpe; de Horman no se ha encontrado —o no se ha hecho publico— nada parecido).

Tal vez el juez Zepeda, que en otras ocasiones ha sido duramente criticado en investigaciones de violaciones a los derechos humanos incluso por la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, no habrá dejado de hacer esta vez su mejor esfuerzo. Pero. Su dictamen así como la “reconstitución de los hechos” difícilmente dejará conforme a los familiares de Charles Horman y a la sociedad chilena en general. De hecho, tras el fallo, junto con alegrarse de que luego de 14 años de investigación la justicia chilena se estuviera “moviendo”, Joyce Horman ha declarado tan escueta como discretamente: “Hay lagunas aún en la investigación que, sabemos, tienen que ser resueltas [that we know need to be filled]”. Por su parte, Peter Kornbluh, miembro de la Charles Horman Truth Foundation, y que con anterioridad se había mostrado escéptico con respecto a las pruebas existentes para inculpar a Espinoza Bravo como para establecer el rol de la inteligencia norteamericana en el crimen, planteó: “Hay justicia legal y hay veredicto histórico. A las familias de las víctimas les hubiera gustado más conclusividad en ambos fines [would have wanted more closure on both ends]”. (Ambos en Fox New, 30.01.2015).

[3] La ideología de la CIA siempre habrá sido la de (una metafísica de) la “información”, lo más lejano a una escritura poética. Por caso, Sherman Kent, un histórico gurú de la CIA en materia de intelligence analysis, establece una oposición simple entre matemáticos y poetas, condenando a estos últimos por su ambigüedad, diseminación y —al cabo— descontrol del sentido: “Huelga decir que mis esfuerzos por estandarizar el vocabulario de palabras evaluativas no cumplió con la aprobación universal. Mis principales adversarios [principal adversaries] eran aquellos a los que me he referido como poetas” (Cf. Sh. Kent, “The Aesthetic Opposition”, 1964, in Collected Essays, 1994).

***
Andrés Ajens (Concepción, 1961)

sábado, 22 de mayo de 2021

ingeborg bachmann / dos poemas








El tiempo postergado

*

Se vienen días más duros.
El tiempo postergado 
se irá por el horizonte.
Pronto deberás atarte los zapatos
y traer a los perros de regreso
a las granjas pantanosas.
Ya que las tripas de los peces
se han enfriado con el viento.
La luz de los altramuces arde mezquina.
Tu mirada escurre en la niebla:
el tiempo postergado
se irá por el horizonte.

Allí, tu amada se hunde en la arena
sube por su pelo suelto al viento
la interrumpe
le ordena callarse
descubre que ella es mortal
y está dispuesta a dejarte
después de cada abrazo.

No mires atrás.
Átate los zapatos.
Trae a los perros de regreso.
Arroja los pescados al mar.
¡Apaga los altramuces!

Se vienen días más duros.

~

Explícame, amor

*

Tu sombrero se levante discreto, saluda, levita en el viento,
tu cabeza descubierta enamora a las nubes,
tu corazón tiene que hacer en otro lado,
tu boca se adueña de nuevas lenguas,
las brizas en la tierra crecen,
el verano abre y cierra las flores estrella* con un soplo,
cegado por los copos, levantas la cara
ríes y lloras y te hundes en ti
¿qué más ha de pasarte? 

¡Explícame, amor!

El pavo real, con solemne asombro, hace la rueda,
la paloma levanta su collar de plumas,
y el aire, rebosante de arrullos, se levanta,
grita el azulón, la tierra toda
se sirve de la miel silvestre, también en el sereno parque
los parterres se rodean de polvo dorado.

El pez se sonroja, se adelanta a la bandada
y se sumerge entre grutas en los lechos de coral.
El escorpión baila tímido con la música de la arena plateada.
El escarabajo huele lo más glorioso desde lejos;
¡si yo tuviera su sentido común, también sentiría
que las alas debajo de sus conchas brillan,
y tomaría el camino hacia el árbol de frutillas más lejano! 

¡Explícame, amor!

El agua sabe hablar,
la ola toma a la ola de la mano,
en la viña el racimo se hincha, salta y cae.
¡Qué confiado sale el caracol de casa!

¡Una piedra sabe cómo conmover a otra!

Explícame, amor, lo que no puedo explicar:
¿acaso debería en este tiempo breve y espantoso
solo tener que lidiar con pensamientos y solo yo
no conoceré ni haré nada con amor?
¿Debe uno pensar? ¿No le echarán de menos?

Dices: otro espíritu cuenta con él…
No me expliques nada. Veo a la salamandra
pasar por cada uno de los fuegos.
Ningún escalofrío la persigue y nada le hace daño.

* N. del T. En sentido estricto, las “flores estrella” hacen referencia a las ipheiones. Por motivo de ritmo del poema, la descripción exacta hace perder el ritmo al verso y su precisión se queda en el encabalgamiento de la lectura. La ipheion crece en Sudamérica, en específico, Perú y Argentina. 

***
Ingeborg Bachmann (Klagenfurt, 1926-Roma, 1973)
Versiones de Nicolás López-Pérez

/

Die gestundete Zeit

*

Es kommen härtere Tage.
Die auf Widerruf gestundete Zeit
wird sichtbar am Horizont.
Bald mußt du den Schuh schnüren
und die Hunde zurückjagen in die Marschhöfe.
Denn die Eingeweide der Fische
sind kalt geworden im Wind.
Ärmlich brennt das Licht der Lupinen.
Dein Blick spurt im Nebel:
die auf Widerruf gestundete Zeit
wird sichtbar am Horizont.

Drüben versinkt dir die Geliebte im Sand,
er steigt um ihr wehendes Haar,
er fällt ihr ins Wort,
er befiehlt ihr zu schweigen,
er findet sie sterblich
und willig dem Abschied
nach jeder Umarmung.

Sieh dich nicht um.
Schnür deinen Schuh.
Jag die Hunde zurück.
Wirf die Fische ins Meer.
Lösch die Lupinen!

Es kommen härtere Tage.

~

Erklär mir, Liebe

*

Dein Hut lüftet sich leis, grüßt, schwebt im Wind,
dein unbedeckter Kopf hat’s Wolken angetan,
dein Herz hat anderswo zu tun,
dein Mund verleibt sich neue Sprachen ein,
das Zittergras im Land nimmt überhand,
Sternblumen bläst der Sommer an und aus,
von Flocken blind erhebst du dein Gesicht,
du lachst und weinst und gehst an dir zugrund,
was soll dir noch geschehen –

Erklär mir, Liebe!

Der Pfau, in feierlichem Staunen, schlägt sein Rad,
die Taube schlägt den Federkragen hoch,
vom Gurren überfüllt, dehnt sich die Luft,
der Entrich schreit, vom wilden Honig nimmt
das ganze Land, auch im gesetzten Park
hat jedes Beet ein goldner Staub umsäumt.

Der Fisch errötet, überholt den Schwarm
und stürzt durch Grotten ins Korallenbett.
Zur Silbersandmusik tanzt scheu der Skorpion.
Der Käfer riecht die Herrlichste von weit;
hätt ich nur seinen Sinn, ich fühlte auch,
daß Flügel unter ihrem Panzer schimmern,
und nähm den Weg zum fernen Erdbeerstrauch!

Erklär mir, Liebe!

Wasser weiß zu reden,
die Welle nimmt die Welle an der Hand,
im Weinberg schwillt die Traube, springt und fällt.
So arglos tritt die Schnecke aus dem Haus!

Ein Stein weiß einen andern zu erweichen!

Erklär mir, Liebe, was ich nicht erklären kann:
sollt ich die kurze schauerliche Zeit
nur mit Gedanken Umgang haben und allein
nichts Liebes kennen und nichts Liebes tun?
Muß einer denken? Wird er nicht vermißt?

Du sagst: es zählt ein andrer Geist auf ihn ...
Erklär mir nichts. Ich seh den Salamander
durch jedes Feuer gehen.
Kein Schauer jagt ihn, und es schmerzt ihn nichts.

viernes, 21 de mayo de 2021

nicolás lópez-pérez / iquique significa lugar de sueños

Qué hacer salvo mirar atrás.
Recordar. O soñar, tal vez.
¿Cuál es la diferencia?
El pedazo de película es otro.
Corre vídeo. Manos de niño.
Sonrisa cándida. Tienes una noticia.
Has sido escogido para leer.
Un poema sobre el 21 de mayo.
En frente de la clase. De memoria.

Qué hacer salvo mirar atrás.
El niño tomó las palabras de otro.
Las inscribió en su cerebro.
Bien. A este tiempo nada quedó.
El poema era un canto a los gallardos.
Los fratricidas más fratricidas. 
Mar adentro. Dos barcos.
Cañones. Boom. Cañonazos. 
La Esmeralda y el Huáscar. 
Uno se hundió. El otro, flotó.

Qué hacer salvo mirar atrás.
El poema decía Arturo Prat saltó.
De un barco hundiéndose. 
Por la patria. Qué pena.
Para matar o morir. Cómo todos. 
Murió a los 31. A los pies de Iquique. 
Cayó en la cubierta del Huáscar.
Y nada acabó allí. No cesó la ira.
Grau tomó los enseres del caído.
Y los envió a la viuda. Lo lamentó.

Qué hacer salvo mirar atrás. 
Un par de versos con clichés.
Cada año vuelve el heroísmo añejo.
¿Y preocuparnos por las vidas que continúan?
A las glorias navales, un minuto de ficción.
Para que otro heroísmo sea posible. 

Qué hacer salvo mirar atrás. 
A todos los héroes. Y buscar opciones.
La resistencia y una nueva vida para ellos.
Ese niño memorizó en vano.
Jamás pensó en otro heroísmo.
Quizás eso pudo hacer la diferencia. 
Para ser quien deseaba ser.
Su propio héroe imaginario.
Un hombre sin vergüenza.
Los héroes como Prat ya no existen.
Ni los griegos. Ni los rebeldes.
Qué suerte. Ya no vale matar.
Ni morir por un estandarte.

Qué hacer salvo mirar atrás. 
El niño y el poema ya evaporado.
Recitó el niño. Sin nerviosismo.
Cantó, cantó al heroísmo marcial.
Y al orgullo de ser valiente.
¿Cómo esa valentía no quedó en él?
A Prat le habría gustado vivir.
Y no elogiar su violencia.
Y que el niño distinga.
Entre la razón y la fuerza.

Qué hacer salvo mirar atrás. 
La historia no cambia.
Se interpreta. Se entiende.
La historia nos cambia.
Nos madura un poco.
Sin botarnos del árbol.
Sin dejarnos partir de cero.

Qué hacer salvo mirar atrás. 
Escoger el afecto. 
Y ofrecer una disculpa.
Para soñar otro 21 de mayo.

***
Nicolás López-Pérez (Rancagua, 1990) Inédito.

jueves, 20 de mayo de 2021

xel-ha lópez méndez / tres poemas











Tsunami

*

Nos hemos imaginado la altura de la ola
pero lo que golpea
es la distancia arrastrándose fuera de sí misma
pero lo que golpea
es sentirnos seguros detrás de la frontera


no hay frontera

no
hay
frontera.
No hay para el desastre
no hay para el colapso.


El agua se filtra

derrumba tus muros.
No hay frontera
segura
para ti.

~

Abro un diario que se llama la verdad


y me pregunto cuándo dejaré de estar triste por los otros

 
en el encabezado
una mujer ha muerto
a la vuelta de esta calle concurrida
en esa casa
en todos los tiempos
 
un hombre ha muerto, o mata o se ha matado
y se incendian las ciudades y los campos
y se siembra, por allá, sobre cenizas
un nuevo fruto
entre la tierra removida
aún sobre el calor
de las plantas quemadas
e igual nace
algo
que llega al mercado
y hierve sobre la olla
en lo más profundo de un edificio Viejo
 
¿por qué estas papas están sucias?
habrá preguntado el niño al verdulero
porque estaban enterradas
habrá sido la respuesta.
 
Sobre una mesa como esta
se sentará una familia como esa
se encenderá la radio
como un fósforo amplio
llenando el espacio.
 
El encabezado dirá que una mujer ha muerto
que alguien mata, ha muerto, o se han matado tantos cuerpos
que nadie recordará si en la nota se ha mencionado un nombre
 
se levantarán los platos
se lavarán con unas gotas de cloro las cazuelas
se tirará la comida que ha sobrado
si ha sobrado acaso algo
si alguien
no ha tenido hoy tanta hambre.
 
~
 
Lunes


Me despierto tarde
y siento que la mañana es ya un día perdido
 
tú vas con tu bici
entre las máquinas locas de la gente
como si mover el cuerpo ofendiera las ciudades
yo cierro los ojos
casi escuchando lo que quieres
pero no llueve
y el fin de semana está muy lejos
como el bosque
 
mi única certeza es este cuarto
pensar cómo se aísla el mundo al cerrar la ventana
el ruido pulcro de una hora que avanza
muy lento
 
me acompañan la demasiada luz que estas persianas no cubren
y el hambre y lo vacío
de esta línea vertical del mediodía.
 
La casa está tirada
pero a mí me duele todo
me cubro del frío con las cobijas
mientras espero que el mundo de los otros sea el nuestro:
un domingo infinito de aire
 
o que algo bello pase
como mirarte conmigo entrar a casa.

***
Xel-Ha López Méndez (Guadalajara, 1991)

miércoles, 19 de mayo de 2021

cayo cæctus / felices los cuatro













También el amor
es un intercambio económico
cuya última ambición
es la maximización del beneficio

Al reducir los costos
aceptando la fungibilidad
del recurso amoroso
convertimos en oportunidad
lo que antes en dilema:

                                        si me parte el corazón
                                        puedo regalar un pedacito
                                        a cada nena

Los enemigos del reguetón objetan
—el poliamor es lo mismo
otro invento del Capitalismo
una treta

                                        "Luchar contra el amor romántico
                                        no significa consumir cuerpos ni reproducir
                                        la lógica de la desechabilidad.

                                        Eso es propio del Capitalismo.

                                        Dinamitar el amor romántico y sus estereotipos
                                        significa cuidado mutuo y relaciones
                                        sexoafectivas horizontales".

Que se despeje la bruma
la verdadera palabra de Maluma
es solución a un bien escaso.

                                        pasar el rato
                                        aceptar el trato
                                        agrandar el cuarto
                                        hacerlo otro rato.

***
Cayo Cæctus (Santiago de Chile, 1984) El cuerpo es devil. Santiago: La Calaquita, 2019.

martes, 18 de mayo de 2021

mary oliver / dos poemas









Poema de la mañana

*

Cada mañana
el mundo vuelve a crearse.
Bajo los rayos
 
naranjas del sol
las amontonadas
cenizas de la noche
otra vez se transforman en hojas
 
y regresan a lo alto de sus ramas —
y las lagunas parecen
telas negras
con islas pintadas
 
hechas de flores de verano.
Si tu naturaleza
es ser feliz
vas a nadar a lo largo de suaves senderos
 
horas y horas, y tu imaginación
iluminará cada lugar.
Y si tu espíritu
lleva en su interior
 
la espina
más pesada que el plomo —
si todo lo que podés hacer
es arrastrarte por el camino —
 
hay todavía un lugar adentro tuyo
una bestia gritando que el mundo
es exactamente lo que quería ser—
 
cada laguna con sus lirios encendidos
es una plegaria, escuchada y respondida
generosamente
cada mañana
 
te hayas atrevido, o no
a ser feliz
te hayas atrevido, o no
a rezar.

~

El viaje

*
 
Un día por fin supiste
lo que tenías que hacer,
y empezaste
a pesar de las voces
y los malos consejos
a tu alrededor —
a pesar de que toda la casa
empezó a temblar y sentiste
aquel antiguo tirón
en los tobillos.
“¡Arreglá mi vida!”
gritaba cada una de las voces.
Pero no te detuviste.
Sabías lo que tenías que hacer
aunque el viento hurgara
con sus dedos rígidos
en tus cimientos —
aunque su melancolía
fuera terrible.
Ya era bastante tarde
una noche salvaje
y el camino estaba lleno de ramas
caídas, y de piedras.
Pero de a poco
mientras dejabas atrás las voces
las estrellas empezaron a arder
a través de la tela de las nubes 
y una nueva voz apareció
y lentamente
la reconociste como propia
y te hizo compañía
mientras caminabas con pasos largos
más y más adentro
del mundo
decidida a hacer
lo único que podías hacer —
decidida a salvar
la única vida que podías.

***
Mary Oliver (Maple Heights, 1935-Hobe Sound, 2019)
Versiones de Natalia Leiderman y Patricio Foglia

/

Morning Poem

*

Every morning
the world
is created.
Under the orange

sticks of the sun
the heaped
ashes of the night
turn into leaves again

and fasten themselves to the high branches–
and the ponds appear
like black cloth
on which are painted islands

of summer lilies.
If it is your nature
to be happy
you will swim away along the soft trails

for hours, your imagination
alighting everywhere.
And if your spirit
carries within it

the thorn
that is heavier than lead–
if it’s all you can do
to keep on trudging–

there is still
somewhere deep within you
a beast shouting that the earth
is exactly what it wanted–

each pond with its blazing lilies
is a prayer heard and answered
lavishly,
every morning,

whether or not
you have ever dared to be happy,
whether or not
you have ever dared to pray.

~

The Journey

*

One day you finally knew
what you had to do, and began,
though the voices around you
kept shouting
their bad advice --
though the whole house
began to tremble
and you felt the old tug
at your ankles.
"Mend my life!"
each voice cried.
But you didn't stop.
You knew what you had to do,
though the wind pried
with its stiff fingers
at the very foundations,
though their melancholy
was terrible.
It was already late
enough, and a wild night,
and the road full of fallen
branches and stones.
But little by little,
as you left their voice behind,
the stars began to burn
through the sheets of clouds,
and there was a new voice
which you slowly
recognized as your own,
that kept you company
as you strode deeper and deeper
into the world,
determined to do
the only thing you could do --
determined to save
the only life that you could save.