Enigma Luna
*
Olvidaste
el toro y el grito
la pared blanca y fría
la cabeza decepada cóncava
viento sangre herido.
Olvidaste
la lámpara en el techo amarillo
río de sombra corrido
caballo erizado en la tabla
en la habitación.
Olvidaste
el hoyo donde Sangre y ojos
enterraste
Olvidaste y alienado en los salones
te quedaste oliendo orquídeas inodoras
zapatitos de papá huecos
réplicas estéticas a la metralla
de los aviones.
¿Cansado? ¿Inútil? ¿Delincuente? ¿Vacío?
¿Quién te podrá juzgar?
Yo sólo sé rasgar enigma
contra razones de la tierra
ojos que sorpresa me clava
en la luna de la tarde que yerra.
Presencia de transparencia
en la fuerza que así me arde
en la luna de noche blanca
me baño fantasma árbol.
Sombra en la sombra luna
enigma junto a la ventana.
Olvidaste
pero no conmigo
olvidaste la lámpara amarillenta abrigo
y las cuatro paredes frías.
Olvidaste
pero no conmigo.
~
Amor Silencio
*
Amor silencio amargo rozándome la muerte
grito partido de cristal sobre el pecho
isla desierta en mitad de las capitales del norte
grilletes ajustados en el río en que me acuesto.
Distancia colmada remanso de una espera
puente de aventura del dos a la unidad
amor brillo rayando la llave del deseo
minuto adormecido al lado de la eternidad.
Amor tiempo suspendido, oh lánguido recelo,
en el llanto de mi canto eres la presencia fuerte
estambre estremecido disimulado anhelo
amor milagro gesto incandescente porte.
Amor ojos perdidos rayando dibujos
en amplio movimiento el espacio circular
amor segundo breve, lanceta, tiempo eterno
en el rápido castigo de la luna a goteando.
~
Espejo Ciego
*
Yo leo mi destino en los periódicos.
Yo veo los Signos del Domingo en los cuernos del Carnero
y creo
en el regazo en el que me lleva algún planeta
a jugar en el firmamento.
Osiris, o sol de la noche, o estrella de la tierra
la vida es esa
que se esculpe en el alma del poeta,
en bulto redondo,
en cuerpo entero...
y las manos ciegas
son sólo para saber más despacio.
Mi cintura dolorida
adiós supremo sin beso
me hincha el pecho de hambre
gime silencio el deseo.
Me exprime frutas los brazos
se beben vino de marzo
largos bellos cabellos
con el viento en el regazo
alborear de un secreto
boca que la fruta pide
mar de oro generoso
donde mi barco se pierde.
~
Aquí Estoy
*
Aquí estoy, en el cruce de los caminos
en el sitio donde las miradas se doblan de terror...
Cuando mi voz dijo no y la voluntad y el espejo
había acuerdo y sueño y flores para abrir.
Cuando mis manos escurrían de ternura
había libertad y mis pies descalzos
recortaban en sombra la única lisura.
Qué bonito lo que yo soñé, qué paz y qué misterio
qué gran fuerza sin lágrimas en el mar...
Ahora estoy dolorida, se me han muerto los cabellos
En los dedos que pedían cayó una agonía,
las cuerdas ya cortadas volvieron a llamarme.
La noche que me seque yo quisiera sorber
toda la ausencia directa del poseer y del tener,
huida en el bosque escondida en la retama
morder aquella tierra fecunda en la que me sé.
Sin lucha, navegando, un barco blanco y mío
sin timonero ni ruta marcándome el destino
singlando bajo la luna, bebiendo el sol de los días
tan sólo y la gran mirada de Dios,
acostado junto a mí.
Así correr, ser libre, crear y tener placer
sólo aquel placer igual al que ya soy
una lira, un canto, una armonía al fin
serena, bella, dulce y sin violencia loca.
Edad de una rosa recogida por la mañana
vibrando en el calor los pétalos abriéndose
sorpresa vegetal de la vida que se inflama
con el tallo cortado y sin poder sonreír.
Quien libre me dejase dormir en mi planta
este acuerdo supremo de los miembros del amor,
sin traición, sin corte, y sólo aquel manso
sorber de la tierra la savia para poder florecer.
Ay, mar en que me baño y que libre me dejas
espejismo de mi ritmo, partida al más allá
mi dulce sólo saber brazos, piernas, senos, besos,
y toda la maravilla de ser sin nadie más.
Salette Tavares (Maputo, 1922-Lisboa, 1994)
Versiones de Raquel Madrigal Martínez
/
Enigma Lua
*
Esqueceste
o touro e o grito
a parede branca e fria
a cabeça decepada enfunada
vento sangue ferido.
Esqueceste
a lâmpada no teto amarelo
rio de sombra corrido
cavalo eriçado na tábua
no quarto.
Esqueceste
a cova onde Sangue e olhos
enterraste
Esqueceste e alienado nos salões
Ficaste cheirando orquídeas inodoras
sapatinhos de papa ocos
réplicas estéticas à metralha
dos aviões.
Cansado? Inútil? Delinquente? Vazio?
Quem te poderá julgar?
Eu só sei rasgar enigma
contra razões da terra
olhos que espanto me crava
na lua da tarde que erra.
Presença de transparência
na força que assim me arde
na lua de noite branca
me banho fantasma árvore.
Sombra na sombra lua
enigma junto à janela.
Esqueceste
mas não comigo
esqueceste a lâmpada amarelado abrigo
e as quatro paredes frias.
Esqueceste
mas não comigo.
~
Amor Silêncio
*
Amor silêncio amargo a roçar-me a morte
grito partido do vidro sobre o peito
ilha deserta no meio das capitais do norte
grilhetas ajustadas no rio em que me deito.
Distância cumulada remanso duma espera
ponte de aventura do dois à unidade
amor brilho raiando a chave do desejo
minuto adormecido ao pé da eternidade.
Amor tempo suspenso, ó lânguido receio,
no pranto do meu canto és a presença forte
estame estremecido dissimulado anseio
amor milagre gesto incandescente porte.
Amor olhos perdidos a riscar desenhos
em largo movimento o espaço circular
amor segundo breve, lanceta, tempo eterno
no rápido castigo da lua a gotejar.
~
Espelho Cego
*
Eu leio o meu destino nos jornais.
Eu vejo os Signos do Domingo nos chifres do Carneiro
e creio
no regaço em que me leva algum planeta
a jogar no firmamento.
Osíres, ou sol da noite, ou estrela da terra
a vida é essa
que se esculpe na alma do poeta,
em ronde bosse,
em corpo inteiro...
e as mãos cegas
são só para saber mais devagar.
Minha cintura dorida
adeus supremo sem beijo
enche-me o peito de fome
geme silêncio o desejo.
Espreme-me frutas os braços
bebem-se vinho de março
grandes belos cabelos
com o vento no regaço
Alvorecer de um segredo
boca que a fruta pede
mar de ouro generoso
onde o meu barco se perde.
~
Aqui Estou
*
Aqui estou, no encontro dos caminhos
no sítio onde os olhares se dobram de terror...
Quando a minha voz disse não e a vontade e o espelho
havia acordo e sonho e flores para abrir.
Quando as minhas mãos escorriam de ternura
havia liberdade e os meus pés descalços
recortavam em sombra a única lisura.
Que lindo o que eu sonhei, que paz e que mistério
que grande força sem lágrimas no mar. . .
Agora estou dorida, morreram-me os cabelos
nos dedos que pediam caiu uma agonia,
as cordas já cortadas tornaram a me ligar.
Na noite que me seque eu quisera sorver
toda a ausência direta do possuir e do ter,
fugida na floresta escondida na giesta
morder aquela terra fecunda em que me sei.
Sem luta, a navegar, um barco branco e meu
sem timoneiro nem rota marcando-me o destino
singrando sob a lua, bebendo o sol dos dias
tão só e o grande olhar de Deus,
deitado ao pé de mim.
Assim correr, ser livre, criar e ter prazer
aquele só prazer igual ao que já sou
uma lira, um canto, uma harmonia enfim
serena, bela, doce e sem violência louca.
Idade duma rosa colhida na manhã
vibrando no calor as pétalas a abrir
surpresa vegetal da vida que se inflama
com o caule cortado e sem poder sorrir.
Quem livre me deixasse dormir na minha planta
este acordo supremo dos membros do amor,
sem traição, sem corte, e só aquele manso
sorver da terra a seiva para poder florir.
Ai, mar em que me banho e que livre me deixas
miragem do meu ritmo, partida para além
meu doce só saber braços, pernas, seios, beijos,
e toda a maravilha de ser sem mais ninguém.