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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

sábado, 26 de abril de 2025

karol wojtyła / dos poemas













El obrero de la fábrica de autos

*

Los nuevos modelos salen de mis manos.
Zumban ya en las calles lejanas.
Yo no controlo su acelerador en la autopista
lisa: es cosa de la policía.
Han robado mi voz; ahora hablan los motores.
Mi alma está abierta. Quiero saber
contra quién combato, para qué vivo.
Pensamientos más fuertes que palabras.
No tienen respuesta.

Esto no lo preguntes en voz alta.
Sólo tienes que llegar al trabajo
como siempre a las seis de la mañana.
¿Qué te hace pensar que en la balanza
del mundo es el hombre quien vence?

~

El obrero de la fábrica de armas

*

Yo no influyo en el destino del mundo,
ni soy yo quien declara la guerra,
no sé si estoy contigo o contra ti,
no peco.
Y es justamente ese mi tormento:
que no influyo ni peco.
Sólo fabrico minúsculos tornillos
y preparo fragmentos de hecatombe
sin comprender el todo,
ignorante del destino del hombre…
Podría participar en otro empeño.
¿Sin pequeños fragmentos de hecatombe?
Otro destino en el cual yo mismo,
como todo hombre
sería causa única y sagrada que nadie
destruiría con hechos o palabras.
No es un buen mundo el que yo creo,
pero no soy yo quien lo vuelve perverso.
¿Eso basta?

***
Karol Wojtyła (Wadowice, 1920-Ciudad del Vaticano, 2005)
Versiones de Jozéf Łobodowski

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