Buscaron por toda la casa, por toda la tierra,
pero nadie la encontraba.
Ella estaba en el tejado detrás de la chimenea.
Miraba las estrellas y cantaba.
¡Estaba tan feliz y sosegada!
Miraba las estrellas y cantaba.
¡Dios mío, estaba loca!
Hay que llevársela.
¡Era tan feliz!
Miraba las estrellas y cantaba…
Me hablas de alas,
de volar…
Pero ¿no ves que yo no soy nada,
que no soy ni ángel ni persona,
ni ave ni ingenio,
que mi definición es completamente otra?
Yo no soy más que el mismo suelo…
Mi vida es poética:
planea entre la vaga mentira y la realidad.
El amor me sucede
como las hojas a los árboles.
Y tan singularmente
que ya ni siquiera sé si es natural que un árbol tenga hojas.
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