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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

domingo, 8 de mayo de 2022

etel adnan / cinco poemas










La mañana después
de mi muerte
nos sentaremos en cafés
pero no estaré
allí
no estaré

~

Conozco flores que son compañías fúnebres
hacen ponzoñas y venenos
y comen paredes de piedra abandonadas

Conozco flores que brillan más fuerte
que el sol
su eclipse significa el fin de
los tiempos

pero amo las flores por su traición
sus cuerpos frágiles
adornan las avenidas de mi imaginación

sin su presencia
mi mente sería una tumba
sin marcar
 
~

Conocimos una gran tormenta en el mar
miramos atrás
a los acantilados
la arena se hundía
los pájaros negros se
iban
la tormenta comió amigos y enemigos
por igual
el agua transformó en sal
mis heridas
 
~

Las flores terminan en patrones congelados
jardines artificiales cubren
los pisos
nos levantamos cerca de la medianoche
buscamos con poderosas luces
los arbustos más pequeños de los
prados
Un arroyo corre desesperado 
al océano

~

Una mariposa viene a morir
entre dos piedras
a los pies de la Montaña
la montaña arrojó sombras
sobre ella
para cubrir el secreto de
la muerte

***
Etel Adnan (Beirut, 1925-París, 2021) The Spring Flowers Own & The Manifestations of the Voyage. Nueva York: The Post-Apollo Press, 1990.
Versiones de Nicolás López-Pérez

/

The morning after
my death
we will sit in cafés
but I will not
be there
I will not be

~

I know flowers to be funeral companions
they make poisons and venoms
and eat abandoned stone walls
 
I know flowers shine stronger
than the sun
their eclipse means the end of
times
 
but I love flowers for their treachery
their fragile bodies
grace my imagination’s avenues
 
without their presence
my mind would be an unmarked
grave.
 
~
 
We met a great storm at sea
looked back at the
rocking cliffs
the sand was going under
black birds were
leaving
the storm ate friends and foes
alike
water turned into salt for
my wounds.
 
~
 
Flowers end in frozen patterns
artificial gardens cover
the floors
we get up close to midnight
search with powerful lights
the tiniest shrubs on the
meadows
A stream desperately is running to
the ocean

~

A butterfly came to die
between two stones
at the foot of the Mountain
the mountain shed shadows
over it
to cover the secret of
death.

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