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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

sábado, 16 de noviembre de 2024

wislawa szymborska / sobre los que persiguen y los perseguidos











El mundo está hecho de piedras.
Así que vivir una vida es apedrear.
La tierra nombrada con una palabra foránea.
El cielo apoyado en un aliento ajeno.
Las ventanas de la calle —ojos de roca—
se quedaron ciegas a los días y a las noches.
La calle —barranco de granito—
agita el duro retumbar de los pasos.
Ellos, empotrados en cerradas filas,
avanzan y sus blancas pupilas
murieron hace tiempo lejos de aquí.
Apuntan, y sus pupilas blancas
murieron para apuntar mejor.
La ley no prevé pupilas vivas en cuerpos con vida.

Cargaba a sus espaldas el peso de la muerte
el hermano con el rostro hundido en el cuello del abrigo.
Comprendió enseguida la oscuridad de la puerta,
el benévolo silencio de la escalera de caracol.
Vivió alerta: un terrón del espacio,
un fragmento de la barandilla, el aliento de la pared.
Había a veces un pedazo de cristal,
junto a él contaba los disparos pendientes.
O envolvía en un hilo de luz,
me pesa cada brasa hueca.
El tiempo estaba hecho de piedra,
pero lo que estaba en el fuego era la ciudad.

1947

***
Wislawa Szymborska (Prowent, 1923-Cracovia, 2012)
Versión de Abel Murcia y Katarzyna Moloniewicz

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