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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

viernes, 15 de septiembre de 2023

jorge fondebrider / infatuación













De vivir en París, podría decir 
que el paso de los barcos por el Sena 
constituye el ritmo circadiano que le es propio a esa ciudad, 
y en Roma, en motoneta, 
el ritmo está marcado por los pinos y campanas,
en Nápoles serían traghetti o  aliscafi que surcan el Tirreno y van a Capri, 
en Praga son los puentes.
Pero escribo en Buenos Aires, que es snob, 
y hablar aquí del ritmo circadiano que impone el colectivo. 
suena tan falso como quien dice potlatch 
sin haber leído a Marcel Mauss. Misterio
que se infla con misterio, 
infatuación, miseria del misterio.

Para todo hay siempre público.

***
Jorge Fondebrider (Buenos Aires, 1956)

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