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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

miércoles, 28 de febrero de 2018

verónica jiménez / de catábasis













¿Cómo debería ser una persona
que vigila un horno?

Enciendo un cigarrillo
miro el tiempo convertirse en ceniza.

Soy la vieja cocinera de La strada
aprieto la mandíbula al aspirar
…………..nadie ve
…………..cómo se vuelve piedra
el corazón cercado por el humo.

Ella alimentaba muchedumbres
siempre había demasiada hambre.

El vacío tras capas de piel y de sudor
se disgregaba y se reunía una y otra vez.

Buscaba palabras: demasiado, innumerable.

Los superlativos
eran las formas abstractas de su herida.

~~~

Hago cortes en la carne.
Por cada hendidura del cuchillo
ofrezco una reparación:
ajo, cebolla, especias,
buenas intenciones para el paladar.

Estoy adobando una fracción del día
rodeada por la sordera del calor.

Hago cortes en una parte tangible de la realidad:
un trozo de costilla extraída de una bandeja,
la parte de un todo, un hueco en el fantasma
que aún pasta receloso en la pradera.

Abro el horno y meto la única
porción de certeza de la que dispongo.

Cocinar obedece al deseo de atestiguar.

~~~

Una cocina
una casa
una civilización
humo y ceniza.

Busco el paraíso
busco la verdad
paraíso y verdad

pero todo es salado y viscoso
…………..como cebo de cerdo

Amo el silencio
el silencio y el ruido
y el sonido de las olas.

Esto es aquello de lo que soy capaz:
un festín.

Porque la lengua es un extraño músculo
que ha consumado hechos gloriosos.

***
Verónica Jiménez (Santiago de Chile, 1964) Catábasis. Santiago de Chile: Cuadro de Tiza Ediciones, 2017.

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