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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

sábado, 15 de abril de 2017

djuna barnes / ocaso de lo ilícito














Tú, con tus largas y vacías ubres
Y tu calma,
Tu ropa blanca manchada y tus
Fláccidos brazos.
Con dedos saciados arrastrándose
En tus palmas.

Tus rodillas muy separadas como
Pesadas esferas;
Con discos sobre tus ojos como
Cáscaras de lágrimas,
Y grandes lívidos aros de oro
Atrapados en tus orejas.

Tu pelo teñido cardado a mano
Alrededor de tu cabeza.
Labios, mucho tiempo alargados por sabias palabras
Nunca dichas.
Y en tu vivir todas las muecas
De los muertos.

Te vemos sentada al sol
Dormida;
Con los más dulces dones que tenías
Y no has conservado,
Nos afligimos de que los altares de
Tu vicio reposen profundos.

Tú, el polvo del ocaso de
Un amanecer húmedo de fuego;
Tú la gran madre de
La cría ilícita;
Mientras las otras se encogen en virtud
Tú has dado a luz.

Te veremos mirando al sol
Unos cuantos años más;
Con discos sobre tus ojos como
Cáscaras de lágrimas;
Y grandes lívidos aros de oro
Atrapados en tus orejas.

***

Djuna Barnes (Storm King Mountain, 1892-Nueva York, 1982) Poesía reunida 1911-1982. Barcelona: Igitur, 2004.
Versión de Osias Stulman y Rosa Lentini

/

Twilight of the Ilicit

YOU, with your long blank udders
And your calms,
Your spotted linen and your
Slack'ning arms.
With satiated fingers dragging
At your palms.

Your knees set far apart like
Heavy spheres;
With discs upon your eyes like
Husks of tears,
And great ghastly loops of gold
Snared in your ears.

Your dying hair hand-beaten
'Round your head.
Lips, long lengthened by wise words
Unsaid.
And in your living all grimaces
Of the dead.

One sees you sitting in the sun
Asleep;
With the sweeter gifts you had
And didn't keep,
One grieves that the altars of
Your vice lie deep.

You, the twilight powder of
A fire-wet dawn;
You, the massive mother of
Illicit spawn;
While the others shrink in virtue
You have borne.

We'll see you staring in the sun
A few more years,
With discs upon your eyes like
Husks of tears;
And great ghastly loops of gold

Snared in your ears.


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