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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

sábado, 4 de septiembre de 2021

margherita guidacci / dos poemas










Madame X

*

Yo no soy mi cuerpo.
Me es extranjero, enemigo.
Aún peor es el alma,
y ni en ella me reconozco.

Observo desde lejos
las torpes acrobacias de esta pareja,
con  frialdad, ironía -
con náusea, a veces.

Y mientras pienso que su ausencia
sería  más ventajosa que el dolor,
eso y algo más... Pero mientras  pienso,
¿quién y dónde soy?

~

La caracola

*

No te pertenezco, a pesar de que en la palma
de tu mano ahora reposo, caminante;
ni a la arena de la que me recogiste,
donde yacía largamente antes
de que a tus ojos se ofreciera mi forma admirable.
Yo, compañera de ágiles peces y algas,
cobré vida en el seno de las libres olas.
Y no el odio, ni el olvido, 
sino la amarga tempestad me separó de ellas.
Por eso se lamenta en mí la antigua patria y murmura
asiduamente y suspira mi alma marinera,
mientras mantienes en tu mano mi secreto,
y asombrado acercas tu oído extranjero.

***
Margherita Guidacci (Florencia, 1921 - Roma, 1992)
Versiones de Dolores Ramírez Almazán y Mercedes Arriaga Flórez

/

Madame X

*

Io non sono il mio corpo.
Mi è straniero, nemico.
Ancora peggio è l’anima,
e neppure con essa m’identifico.

Osservo da lontano
le rozze acrobazie di questa coppia,
con distacco, ironia –
con disgusto talvolta.

E intanto penso che la loro assenza
sarebbe più guadagno che dolore:
questa e altre cose... Ma mentre le penso,
io chi sono, e dove?

~

La conchiglia

*

Non a te appartengo, sebbene nel cavo
Della tua mano ora riposi, viandante;
Né alla sabbia di cui mi raccogliesti
E dove giacqui lungamente prima
Che al tuo sguardo si ofrisse la mia forma mirabile.
Io compagna d’agili pesci e d’alghe
Ebbi vita dal grembo delle libere  onde.
E non odio né oblio ma l’amara tempesta me ne divise.
Perciò si duole in me l’antica patria e rimormora
Assiduamente e ne sospira la mia anima marina.
Mentre tu reggi  il mio segreto sulla tua palma
E stupito vi pieghi il tuo orecchio straniero.

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