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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

jueves, 15 de octubre de 2020

sara teasdale / llegará una suave lluvia













Llegará una suave lluvia y el olor de la tierra,
y golondrinas dando vueltas con sus relucientes sonidos;

y ranas en los estanques cantando por la noche,
y ciruelos silvestres de trémulo blanco.

Los petirrojos vestirán su emplumado fuego
silbando sus caprichos sobre una pequeña alambrada;

y nadie sabrá de la guerra,
nadie se preocupará al fin cuando haya concluido.

A nadie le importaría, ni a un pájaro ni a un árbol,
si la humanidad pereció completamente;

y la Primavera misma, cuando despierte al amanecer,
apenas se daría cuenta que nos hemos ido.

*** 
Sara Teasdale (San Luis, 1884-Nueva York, 1933)
Versión de Juan Carlos Villavicencio

/

There will come soft Rain

*

There will come soft rain and the smell of the ground,
And swallows circling with their shimmering sound;

And frogs in the pools singing at night,
And wild plum trees in tremulous white;

Robins will wear their feathery fire,
Whistling their whims on a low fence-wire;

And not one will know of the war, not one
Will care at last when it is done.

Not one would mind, neither bird nor tree,
If mankind perished utterly;

And Spring herself, when she woke at dawn
Would scarcely know that we were gone.

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