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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

domingo, 21 de mayo de 2017

william carlos williams / el ogro













Dulce niña,
pequeña chica de piernas bien formadas
tú no puedes ni rozar los pensamientos
que maquino en torno y bajo y sobre ti.
Y es mejor así porque de lo contrario
te reducirían a cenizas.
Tus pétalos se encresparían un tanto.

Todo esto está fuera de tu alcance, sin duda,
a pesar de lo cual acusas el roce
de las finas agujas de los pinos;
los contornos tentativos de tu cuerpo entero
me lo muestran;
lo mismo ocurre con el miedo que me tienes,
con tu timidez;
igual que el carrito con la pequeña muñeca
que empujas...
Y además tu madre ha empezado
a recogerte el pelo en un moño.
Estas son mis disculpas.

***

William Carlos Williams (Rutherford, 1883-1963). Antología bilingüe. Madrid: Alianza, 2009.
Versión de Juan Miguel López Merino

/

The Ogre

Sweet child,
little girl with well-shaped legs
you cannot touch the thoughts
I put over and under and around you.
This is fortunate for they would
burn you to an ash otherwise.
Your petals would be quite curled up.

This is all beyond you—no doubt,
yet you do feel the brushings
of the fine needles;
the tentative lines of your whole body
prove it to me;
so does your fear of me,
your shyness;
likewise the toy baby cart
that you are pushing—
and besides, mother has begun
to dress your hair in a knot.

These are my excuses.

***
Fotografía: pasaporte del poeta, 1921.

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