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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

miércoles, 14 de junio de 2023

josé fanha / abril













Había una luna de plata y sangre
en cada mano.

Era Abril.

Había un viento
que empujaba nuestra mirada
y un momento de agua clara escurriendo
por el rostro de las madres cansadas.

Era Abril
que bajaba a trompicones
por las laderas de la ciudad.

Abril
tiñendo de perfume los hospitales
y pegando un verso blanco en cada uniforme.

Era Abril
el mes imprescindible que traía
un sueño de granos de granada
y el aire
con sabor a frambuesas.

Abril
un mes de flores concretas
colocadas en la espoleta del deseo
flores pesadas de savia y cánticos azules
un mes de flores
un mes.

Había barcos volviendo

de ninguna parte
en Abril
y hombres que excavaban la tierra
buscando la vertical.

Ardían las palabras
En ese mes
y se vieron
diccionarios volando
y mujeres que se desnudaban abrazando
la piel de los olivos.

Era Abril que vino y que partió.

Abril
dejando semillas plateadas
germinando ampliamente
en la mirada de los niños por haber.

***
José Fanha (Lisboa, 1951)
Versión de Raquel Madrigal Martínez

/

Abril

*

Havia uma lua de prata e sangue
em cada mão.

Era Abril.

Havia um vento
que empurrava o nosso olhar
e um momento de água clara a escorrer
pelo rosto das mães cansadas.

Era Abril
que descia aos tropeções
pelas ladeiras da cidade.

Abril
tingindo de perfume os hospitais
e colando um verso branco em cada farda.

Era Abril
o mês imprescindível que trazia
um sonho de bagos de romã
e o ar
a saber a framboesas.

Abril
um mês de flores concretas
colocadas na espoleta do desejo
flores pesadas de seiva e cânticos azuis
um mês de flores
um mês.

Havia barcos a voltar
de parte nenhuma

em Abril
e homens que escavavam a terra
em busca da vertical.

Ardiam as palavras
Nesse mês
e foram vistos
dicionários a voar
e mulheres que se despiam abraçando
a pele das oliveiras.

Era Abril que veio e que partiu.

Abril
a deixar sementes prateadas
germinando longamente
no olhar dos meninos por haver.

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