mediateca de poesía personal-universal del ayer y del mañana desde MMXVII/
sábado, 29 de febrero de 2020
enrique verástegui / encuentro con una sioux en bogotá
Donde en la dulzura tropológica florecen
las azucenas pasionales —& es ser jardinero
del lenguaje una suave subversión
1.1 Entre la bruma el fugaz brillo rosa,
metálico azul de las hojas más que un dulce
contraste, minucias de un claroscuro
en el jardín de tu cuerpo es una perversión
gramatical: cabellos que más que luces,
sierpes son y en el entrevero de metáforas:
más que los suavísimos duraznos son tus senos
los cántaros con vino embriagantes del poema,
y ya borracha también por la mezcla
de las lenguas nuestros cuerpos se encuentran
más cerca de Iowa que Nebraska pero más lejos
de Montana que South Dakota, y en esa
geografía no puedo encontrar de Bogotá
sino una lámpara iluminando el Diccionario
que me ayuda a hacerte el amor sobre
el campo mismo de Little Big Horn.
1.2 En tu mesita de noche: Genet
y Levi–Strauss se entreveran como sombras
de un campo acariciado por cierta tenue luz
que más que de la luna es un resuello
de las flores pulverizadas en el cielo agnóstico,
y mi escritura, álgebra verbal en la página
adora el amargo terciopelo de tu cuerpo
lleno de quemaduras como un sofá por las colillas;
noche de Bogotá en tu vientre (reflejo
de las llanuras de Dakota) cabalga la memoria
del sioux guerrero y como un lirio tus ojos ardían
como señales de una mitología natural, Andrea,
como son tus pechos mis cotos de caza
y lo fueron ardiendo en mis labios por un tiempo
fugaz pero por la escritura eterno.
1.3 Ahora en mis palabras se destroza en llamas
doradas el cielo de tus ojos: no busco el suave
contraste, busco del verso la simbiosis como
del mordisco los duraznos son inseparables,
ciudad que se esfuma como tu olor sobre
mi cuerpo y en la noche muslos que explenden
como pedazos de Bogotá en mi ventana de hotel:
tejados ocre se incrustan —perlas quemadas,
rubíes en polvo, llovizna de oro— en la lectura
que hago de nuestra soledad acompañante.
1.4 Metáforas al margen y pérdida
del sentido: llanuras como espejos
amarillos se refractan —concentrándose:
paisaje en miniatura de los astros,
trazos de plata sobre negro— en el verso,
anverso y reverso de los pétalos,
mezcla de luces y sombras por los tejados
de tus hombros dorados mientras
tu aliento muy tibio a mis labios se mezcla
entonando una canción amelódica —eufonía
aunque salvaje natural como el crepúsculo
engulléndose al mar: llamaradas
de terciopelo se elevan de los corceles
marinos, catedrales sepultadas bajo
un incesante y fluctuante mar metonímico,
alucinación que he tenido contemplando
la rosa de tu pecho al insinuarse serena,
ritmo que es tu cuerpo bajo una maleza
de signos moviéndose, melodía amelódica
tú grabas en mi Cassette ATPO–403 y es
grabación lo que ahora transcribo.
1.5 Envuelta en una bata turquesa salías
como un destello —dulce piel fluorescente—
de la bañera: mis palabras no pueden y
lo trazan —fugaz pincelada— el contorno
de tus caderas que como en un arábigo verso
saben a dátiles, se abren como palmeras
en un desierto sin sombras; y en los Cantares
son tus caderas una joya preciosa,
finísima obra de orfebre. Delicada,
tus pasos te llevan de mis ojos al lecho
y del lecho a la memoria del cuerpo: vaho
desprendiéndose de tus labios como
de una flor su polen el viento lo arrastra
a través de la historia botánica. No pude
sino decir Anchata munakuyki mientras
en la pieza el teléfono resonaba vacío:
cuerpos amándose entre flamas de terciopelo
puros, tus cabellos velados por un dorado
matiz bajo una impura gnoseológica luz,
muy lejos ya en la patria de un sueño
que ahora se desmorona por la represión.
***
Enrique Verástegui (Lima, 1950-2018) Bodegón. Lima: Vallejo & Co, 2017.
viernes, 28 de febrero de 2020
victoria ramírez / magnolios
La mitad de los quemados de la Posta Central
se han quemado a sí mismos
con bencina o con alcohol
se han fosforeado
desde la ventana que da hacia Portugal
se pueden ver los magnolios
allá adentro las vendas respladecen
como lámparas de sal
me pregunto quiénes son esa mitad
de los quemados
si acaso comentan el origen del fuego
o esas mujeres que fueron bellas
se tocan la cara y piensan en sus maridos
y si se sientan en torno a una hoguera
se abrazan como una tribu volcánica
les sienta bien el alivio
de la sobrevivencia
para ellas las llamas han suturado las costuras
y caminan como santas averiadas
con la dignidad rota para que las reciban en el cielo
y si todos pudiéramos revertirnos
volver visibles nuestras grietas
correría el agua a través de nosotros
¿nos traspasaríamos, nos arruinaríamos?
nuestras hendiduras nos impedirían mentir
entonces si me afirman
que la mitad de los quemados de la Posta Central
son un porcentaje a lo bonzo
puedo mirar sus magulladuras
desear sentirlas como se supone que se sienten
sulfurarme como se supone que debo sulfurarme
y sentir los magnolios y fumarme las colillas
juntar los encendedores que dejan en mi casa como trofeos
o medallas o estatuas milenarias
rendir en cada chispazo homenajes modestos
tener altares como ofrendas colgando de las paredes
oír con tristeza los anuncios de la radio
los pequeños incendios
propagándose
besarme con chicos que echan de menos a otros chicos
todo eso un alivio tierno, porque así son todos los alivios
mirar por la ventana y ver a los magnolios
pensar que ya es época de magnolios,
que es hermoso que una flor salga de un árbol
que los árboles den flores y frutas al mismo tiempo
todo eso pensando en la sala de los quemados
de la Posta Central
en esa blancura triste como astillas de cuarzo
estalactitas en mi espina dorsal
y la mitad de los quemados por voluntad propia
***
Victoria Ramírez (Santiago de Chile, 1991)
jueves, 27 de febrero de 2020
bela ajmadúlina / dos poemas
Invierno
*
Este gesto del invierno hacía mí,
frío y aplicado.
Sí, hay algo en el invierno
de la medicina tierna.
De otro modo, cómo de repente,
de la oscuridad y el tormento,
la enfermedad confiada
le dirige sus manos.
Oh amable, seguí con tu brujería,
de nuevo rozará mi frente
el beso santo del anillo helado.
Y es cada vez más fuerte la tentación
de encontrar el engaño con la confianza,
mirarle los ojos a los perros,
abrazar los árboles,
perdonar como jugando,
y habiendo perdonado
perdonar todavía a alguien,
confundirse con el día invernal,
con su óvalo vacío,
ser siempre para el
su matiz pequeño.
Reducirse a no existir,
para implorar detrás de las paredes
no una sombra mía sino la luz,
por mí tapada.
~
La novia
*
Quiero ser una novia
hermosa, peinada,
bajo un velo tímido
y blanco.
Para que tiemblen las manos
llenas de alhajas frías
y las copas se alcen
por la salud de los jóvenes.
Para que me halaguen
y profeticen hijos,
y los amigos con los regalos
esperen avergonzados en la puerta.
Blusas envueltas en celofán,
platos, encaje...
Para que me besen en la mejilla
mientras no soy esposa.
Con el vestido blanco
salpicado con vino,
sintiéndome pobre y feliz
sentada en la mesa.
Lo que vendrá
da miedo y seduce,
llora mi mamita,
basta mamá.
Mi ropa majestuosa
tirada en la cama.
Es bueno que tenga miedo
de besarte.
Escucho el ruido de sillas
al lado, detrás de la pared...
Y me pregunto
qué nos espera.
***
Bela Ajmadúlina (Moscú, 1937-2010)
Versiones de Natalia Litvinova
/
Зима
*
О жест зимы ко мне,
холодный и прилежный.
Да, что-то есть в зиме
от медицины нежной.
Иначе как же вдруг
из темноты и муки
доверчивый недуг
к ней обращает руки?
О милая, колдуй,
заденет лоб мой снова
целебный поцелуй
колечка ледяного.
И все сильней соблазн
встречать обман доверьем,
смотреть в глаза собак
и приникать, к деревьям.
Прощать, как бы играть,
с разбега, с поворота,
и, завершив прощать,
простить еще кого-то.
Сравняться с зимним днем,
с его пустым овалом,
и быть всегда при нем
его оттенком, малым.
Свести себя на нет,
чтоб вызвать за стеною
не тень мою, а свет,
не заслоненный мною.
~
Невеста
*
Хочу я быть невестой,
красивой, завитой,
под белою навесной
застенчивой фатой.
Чтоб вздрагивали руки
в колечках ледяных,
чтобы сходились рюмки
во здравье молодых.
Чтоб каждый мне поддакивал,
пророчил сыновей,
чтобы друзья с подарками
стеснялись у дверей.
Сорочки в целлофане,
тарелки, кружева...
Чтоб в щёку целовали,
пока я не жена.
Платье мое белое
заплакано вином,
счастливая и бедная
сижу я за столом.
Страшно и заманчиво
то, что впереди.
Плачет моя мамочка,-
мама, погоди.
... Наряд мой боярский
скинут на кровать.
Мне хорошо бояться
тебя поцеловать.
Громко стулья ставятся
рядом, за стеной...
Что-то дальше станется
с тобою и со мной?..
miércoles, 26 de febrero de 2020
jorge eduardo eielson / tres poemas
Ceremonia solitaria en compañía de mí mismo
*
Si entre esferas me acuesto
Si entre esferas me despierto
Es porque tu sexo
Es porque mi sexo
Se parece tanto al mío
Se parece tanto al tuyo
Que no conozco nada
Que no conozco nada
Más oscuro ni más tibio
Más oscuro ni más tibio
Más redondo ni más puro
Más redondo ni más puro
Un obelisco de dulzura
Un abismo de ternura
Un animal escamoso en la mañana
Otro suavísimo en la noche
Un corazón en cambio
Un corazón
Significa sólo fuego
Significa sólo fuego
Una pared de ceniza
Entre tu cuerpo y el mío
Un fragmento de mejilla
La redondez de tu ombligo
Una calavera que me espera
Una calavera que te espera
Y yo que te pienso diverso
Yo que te pienso diverso
Cada día me parezco más a ti
Cada día me parezco más a ti
Que no te pareces a mí.
~
Oda al invierno
*
El invierno es todo frutas y linternas
Olvidadas y esqueletos santos de palomas
En el bosque. El invierno besa, enamorado,
Los labios gloriosos de la vid con sus labios
De granizo, y se duerme sobre ella.
El invierno puede venir un día, blandamente,
Por el valle y, cual un fósforo en la mano,
Llevarse una vida a su ciudad como un ladrón.
El invierno enjoya al hombre tristemente,
El invierno lava tumbas de monarcas
Y mendigos, y corona el áureo y viejo otoño
Con un rayo de ceniza en la cabeza. Respetad
Al invierno, la antigüedad de sus plantas,
Su cetro de rocío en la espesura; respetad
Los rostros eternos de los árboles y el viento
En su dominio, cuando cesa todo en torno
Y él se inclina, carcomido y sonoro, como un piano
En un estanque o como un muerto en una tumba.
~
Doble diamante
*
¿Conoces tu cuerpo esfera de la noche
esfera de la noche
Huracán solar conoces tu cuerpo
Conoces tu cuerpo conoces
Tu admirable cabeza tus piernas moviendo
El centro miserable
De mis ojos de oro
Mis ojos de oro de mirarte
De oro de soñarte
De llorarte?
¿Conoces tu cuerpo
Fuerza de los años
Calor de los planetas?
¡Ah criatura! Tu desnudez me ahoga
Tus zapatos me queman
Días imantados son mis noches
Vacío colmo encontrado asilo frío. Contigo
Los astros me aburren
Las especies lloran
Muero me levanto clamo vuelvo a morir
Clamando grito entre ramas orino y fumo caigo
Como un rayo fácilmente en tu garganta. Contigo
Sólo silencio placa de horrores sedimentos
Cascada inmóvil piedra cerrada
Abismos de oro nos persiguen
Rabiosos amigos
A través de rayos cantos blasfemias
Soles y serpientes mundos de vidrio
Pomos perdidos
Amaneceres con lluvia lluvia de sangre
Temperatura y tristeza.
¡Ah misteriosa! Odio tu cabeza pura
Imbécil terciopelo tigre de las alturas
Odio el círculo salado
En que te pienso oculta
Odio el peso de los días
Los pulpos que me beben gota a gota
Bebiéndote a la vez ¡somos rocío!
Los pulpos luminosos que gobiernas
Los cedros empapados por tu aliento
Los siglos de hermosura en que agonizo
La luna y mis deseos de matar
La imagen de tus labios frescos los ríos y los montes
Los pasos encantados de mi mano
En tu garganta.
¡Ah mis 30 000 flores vivas
Suave ejército vespertino batallón perfumado!
Rotación de mi cuerpo
Hazme volver a mi cuerpo
Destrúyeme los ojos en el acto
Las uñas y los dientes sobre el fruto
Conviérteme en silencio.
Deja rodar mis lágrimas en cambio
Sobre el espejo que adoro
Sobre la viva atroz remota clara
Desnudez que me disuelve
Sobre el diamante igual que me aniquila
sobre tantísimo cielo y tanta perfección enemiga
Sobre tanta inútil hermosura
Tanto fuego planetario
Tanto deseo mío.
***
Jorge Eduardo Eielson (Lima, 1924-Milán, 2006)
martes, 25 de febrero de 2020
gerardo deniz / tres poemas
AGUASCALIENTES
And in his needy shop a tortoise hung,
An alligator stuff’d, and other skins
Of ill-shap’s fishes…
Desde el jardín de San Marcos
presidí una feria de igual nombre, que fue larga,
colgado de un tobillo entre las frondas,
cabeza abajo,
en ofrenda de mí mismo a mí mismo,
sjálfr sjálfum mér.
Acaso así y allí memoricé tal que cual runa, no estoy muy seguro;
lo que sí recuerdo
es cómo reconocí a Rúnika, pese a su disfraz autóctono:
silbé que se acercase y le juré que aquello era por ella.
Sonaron los mariachis; la vi nada más mover la boca (respondiendo).
Luego volvió el olvido,
los pajarracos gritaban la noche entera.
Perdido el interés, cerré los ojos (o ya sería uno).
Por fin llegaron las lluvias,
la cuerda se rompió y caí en un sendero del parque;
monóculo hasta los bordes
harto de rocíos y oscilar,
el cráneo todo escrito por dentro,
en semejanza acartonada de pez diablo (jenny haniver).
Por eso me clavaron en el escaparate de esta tienda
de brujerías y plantas medicinales,
donde sigo -no diré que pudriéndome
porque eso no es posible todavía-
y me ponen apodos tan brutales
que nadie se ha atrevido a confiarme ninguno.
~
ANTISTROFA
Como un vino feroz entre las cosas o un gran deseo de
hembra,
como la luna sobre las islas que piensa el bonzo
errante,
por la tarde que guarda en ánforas selladas el poema,
la niebla al acecho entre los pinos,
qué inminencia del canto palpando su flagrante
desnudez:
cosas con lumbre, cosas con tetas, cosas cubiertas de
liquen;
reconocer el relincho del caballo de Godiva, así el
amante saliva de la amante
—así también los charcos erizados por la lluvia en la
ciudad obtusa,
animal doméstico y blando en el atrio del monte,
lago de yesca y alcoholes, pobre mar sin Magallanes,
momento de aves planas las veletas: ni lección rota en
espuma,
ni insectos con tabacos fugitivos —aquí y ahora,
en cualquier nimbo gris es la estación sin duda menos
vasta que un designio de dioses
—no importa que el oficiar sea poco ortodoxo—,
pero al oírla llegar se avivan colmenas de votos y
preces:
que siga siendo la muchacha flaca y puta, llegue y
regale
—en la cama, en la alfombra, bajo el pavorreal
al bañarse—
escorzos para mejor saber el clima que aumenta hasta
los dientes,
sésamo que entreabre lacas rojas de caracol salado
a la noche total de nectarios y espádices,
la noche toda agosto —allí la riña tumultuaria
de tantas potestades sin sentido: Cazador, Cinosura,
imagen, paloma de huesos huecos que sostiene el azar
sobre el largo desdén con que el río se entrega hasta la
encordadura
de la cascada entera. —Poesía la llamarán, oh indecisa
mordiéndose los labios cada pocas palabras. Y será si
perdura
—dilatados alcances de mañana—
nervio y olfato como la tarde tras la lluvia
o cuando es ley el viaje pero dudoso el rastro —acaso
el suroeste
una vez más, o algunas, moviendo su tibieza bajo el
agua que surcan coros punitivos,
y las tripulaciones la cubrirán de brea, y el mar mismo
ha de anegar sus sílabas escasas
en un pecho viscoso. Rumbo será, no más, y tal vez
para nadie. Vuelve a casa, donde la fiesta humea,
a tus prestigios de victoria áptera, espasmo de unos
cuantos.
Duda siempre:
hay que pesar tus faltas, adolescente torpe; difícil
archipiélago
de estigmas estivales, fruta verde que derribó el granizo
sobre la hierba nueva;
credo en tu axila, piñón en tu sexo,
largas manos para cubrirte el vientre mientras en tu
piel duran los caminos rojizos de ir vestida;
y tu menstruo es modesto. Cuando el viento cede
y la ciudad como un tifus muy logrado establece en
todas sus buenas obras
ese halo urinario del cemento reciente;
cuando retorna como un cometa puntual la confianza de
aún no haber dicho nada,
el mundo —al menos éste— se vuelve una tela de juicio,
y el Ser
la hipóstasis de un verbo auxiliar, la Historia
tan discutible como al penúltimo empalado sobre el
Bósforo, y la Poesía
un mercado de sustancias pegajosas. Y así son, en
efecto. Lo demás: buenaventura, cópula,
razonable placer al vislumbrar una estrella entre el
follaje
—incluso al recordarla— y la costumbre grecolatina
de mentir. A veces la fractura es conminuta
o la urgencia del chancro entrega alas y caduceo al que
pensaba hacer otra cosa. Pero ésas son
incidencias, aunque a menudo costosas; también cuesta
el lenguaje,
que no es, con todo, sino lo mismo pero mal puesto,
efusión gratuita que escala de cuando en cuando cierto
rigor aparente
por que lo llamen sereno o algo peor —pues ahí está,
entre otras, la Fe. Las montañas diversas y siempre
suburbanas,
dentadas por árboles lejos —allá el día reclina la sien
al conseguir repetirse sin nombrarse—, son estables
como la injusticia
y a su diestra permanecen. Ningún mártir podrá
lo que un siglo en la brisa o un periplo de hormigas
llevándose los granos uno a uno. Pero eso es la
paciencia
—y más, la certidumbre
edificando a solas castillos improbables y desiertos,
armerías de aire
donde afila sus lanzas el alba deshabitada, casi idéntica;
luego,
en la terraza abierta, ante el trono de un emperador que
no ha de llegar nunca,
el grillo cante y por la pauta complicada de los fosos
corra
el azogue sin fin del no saber. Entre una grima de
vajilla rota,
la Doctrina inútil con sus mirras, inútil con sus profetas,
inútil con sus almuédanos,
inútil como acercar la mano hasta una luz muy fuerte
y verla traslúcida y roja y atroz. Sosiego
por los senderos curvos de la elipsis,
línea de piedras blancas sobre el trébol —oh falso
meridiano
encaminado al neuma de las proas en el atardecer,
juglar o Jerjes con vestiduras de color dudoso
—vaya por los muelles poblados de plática,
hacia visitaciones de aminas brutales repasando el
salterio de las olas; vuelva por los cauces
del ocaso que huele a pólvora, a la orilla caída entre
las sábanas:
y soportar la estolidez del Pueblo cargado de sabiduría
subliminal, replegándose
hasta el umbral frecuente, la escalera, el santo y seña;
los amores
con su grotesca lógica gris de límite impreciso como
cualquier viejo reino oriental,
como la del Espíritu cretino escandalizando en el piso
de arriba:
cuántas faldas en los tendederos de la Historia mientras
ardían las hojas muertas,
cuánto Ser secándose sobre las azoteas altas. Última
voluntad:
una procesión de archimandritas a galeras. Se iba del
puerto el otoño
por balcones mohosos de parteras y sastres. Gusto a
canela
y esa forma femenina como un mapa de América del
Sur en plena calle
a la hora del mucho calor, cuando el ámbar se ablanda
y los diez mil
honorables insectos concursan otra vez
en los solfeos del recato, en los libelos de la noche;
dones nupciales,
mancha de aceite que crece despacio por el papel.
Este brusco olor a cuadra en medio del silencio húmedo.
~
MENOTTI, CONCIERTO PARA PIANO, SEGUNDO MOVIMIENTO
Vivre? Les serviteurs feront cela pour nous.
Los tranvías trasnochados luciendo su celomadeslumbrante y vacío,
el isósceles de orina o vómito en los muros,
un aliento insulso de zaguanes negros que huelen a
pollos;
cuántas calles del centro por pasar a estas horas
para flotar contigo sin que te des cuenta—
y siempre será inútil intentarlo:
amalgamar esto en tu materia todo
mientras en lo alto desertado una paloma idiota se
despierta y arrulla.
Tú habrás llegado; te untas la cara impasible ante el
espejo.
He visto el lugar adonde vas de noche,
un lugar agrio y tenso como un gran río;
te pide el sueño, las aguas te despojan
encarcelándote en el cabello suelto;
va por lo oscuro esa carne con tu ombligo,
lama sin fuerza que arrastra la corriente.
Vas, abierto al fin el flanco que dolía,
dejando entre cañas de níquel tu sangre
junta a desagües blanquecinos de fábricas,
lamiendo orillas con máquinas, piltrafas,
bidones sucios, venecia alcantarilla.
Luego todo desemboca en mi garganta.
Gerardo Deniz (Madrid, 1934-Ciudad de México, 2014)
lunes, 24 de febrero de 2020
tilsa otta / cuatro poemas
La poesía es la gran aguafiestas
La invitada sentada en la esquina callada
Observando a todos, la que no se halla, se aburre rápido, piensa que estaría mejor en casa
La que roba vasos de otras manos y siempre pide cigarros,
La primera que baila y luego llora,
La que roba besos a chicos y chicas, la que no logra articular palabras ni caminar derecho, la que pierde el sentido
A quien botan a patadas y regresa
Contenta, ya más animada
La última en irse, cuando la fiesta ya ha terminado
La primera en llegar cuando la fiesta ha terminado
La copa rota, el suelo mojado, el vómito en el sofá de cuero, la quemadura de cigarrillo en mantel y brazos, la aventura de una noche, la resaca, el chupetón, el arrepentimiento, el nuevo amor, la pastilla del día siguiente, tus tres hijos, el departamento comprado a plazos, la búsqueda del éxito, la deuda con el banco, el auto de segunda, la estabilidad, la confianza que dan los años, la crisis de los cuarenta, el fin del amor, la vejez tranquila, tu entierro.
La poesía es todas las fiestas.
~
Me hizo el amor aplastándome contra la pared hasta convertirme en un super poster de una chica desnuda con el que inmediatamente se masturbó. El amor duele pero el sexo no debería. Totalmente ausente. No debería. De pronto partí y los dejé a todos solos. ¿Debo pedir perdón? ¿Quién está con ustedes? Los nervios producto de la ingesta desmedida de sustancias rosas condicionaron mi experimentación. Dije lo que sentía realmente pero estaba tan ebria que ya no lo recuerdo. Nunca más lo recordé. Ya no lo sé, no sé lo que siento. Eso me deprimió por un tiempo, por un tiempo muerto, muerto de risa, eso me deprimió por un tiempo muerto de risa. Era un amor ausente. Recuerdo sin embargo que me besaste sin consideración alguna por mis vidas pasadas, ya que yo amaba a una joven desaparecida. Me quería de la misma forma y se transformaba. Quise ganarme su corazón y compré la lotería pensando que todo se puede comprar si en lugar de dinero tienes un boleto de ida. Me marché sintiendo que merecía el amor de los dioses y lo tenía, lo llevaba puesto en el verano de repuesto. Conté unos chistes que en realidad eran mi vida y alguien comentó que la existencia es una prenda de cuero que se pega al cuerpo y cuando bailas te hace transpirar, pero es cool y no pasa de moda. Porque alguien siempre hablará de la vida y confesará que la tiene, que la tiene, que la tiene. Que es suya porque es tuya porque es nuestra. Y no podemos dejarla, y no podremos dejarla. Profetizo y enfatizo y en medio de tus ojos soplo un ligero vaho que te quita la virginidad. Ya no eres un niño ni una niña, tampoco has muerto. Debes salir por algo de comer hasta que descubras que siempre estuvo dentro de ti y probarás tu esencia, no podrás parar y luego estarás indigesta. Realidad. ¿Qué me quieres decir con eso? ¿ese es tu argumento? ¿tú y cuántos más? ¿tú? ¿y? ¿cuántos más? ¿has oído cantar a un grillo al anochecer? ¿tú y cuántos más? Es una ilusión tu infancia, tú apareciste cuando yo te conocí y ya. Tú apareciste cuando yo te conocí y ya eras grande, por eso me enamoré de ti, porque eras nuevo, recién salido del horno y olías a centeno, a centésimas de segundo, a milímetros de mi boca y me quemaste la lengua cuando te di el primer beso de tu carrera. Ahora un tatuaje temporal en el lóbulo frontal redirecciona mi pasión.
Desperté en una oscuridad nueva, distinguí un deseo fugaz y le pedí una estrella. Comprobé que mentirme era romántico por temporadas, decía palabras dulces y luego cucharitas y luego un platito. Decía que si me amaras yo podría escribir tu nombre en el cielo para que brillara como el sol, pero no se ocultaría. Tu nombre nunca se ocultaría y sólo eso lo diferenciaría del sol.
~
Un poema largo
Odio la violencia
Así sea hermosa y moderna
Le temo a la ciencia
Cuando hace realidad mis peores sueños
Observo mi cuerpo mutante
Atractivo al instante
Perecible y perenne
Pero vuelvo al momento
En que me digo al espejo
Con el acento neutro
De ninguna parte Que sólo el futuro
Perdura
Ahora
En estos tiempos
Cuando apago el despertador
Y lo oigo
Eso es todo lo que odio
También es poco a lo que temo
No podría ser un poema largo
Nada podría serlo
~
Me gusta pensar que cuando las parejas enamoradas dicen que se amarán por siempre
Realmente su amor dura para siempre
Aun cuando se hayan separado
Se odien en algún momento
Se olviden eventualmente
Se extrañen un día
Quieran regresar y no puedan
Encontrar su amor porque está
Criogenizado en un compartimento especial que todos tenemos en nuestros corazones donde se conserva para siempre en perfectas condiciones pero fuera de nuestro alcance Lo cual es mejor si pensamos
En todo lo que hemos destruido
Como especie
***
Tilsa Otta (Lima, 1982)
Fotografía de Timo Berger
domingo, 23 de febrero de 2020
eduardo espina / tres poemas
La música que dejamos entrar hace un rato
(Bienvenidos al país de los factores)
*
Por ser mañana luego, el azar se sentía locatario.
En las restantes estaciones, imagina los confines
hasta encontrar una vida posterior, tal cual sigue.
Su tono pasó dejándole a los ojos un sentimiento,
preguntas que para los petirrojos serían cosa seria.
¿Fue el alma fiel a la fe al quedar lejos de aquello
llamado a nacer en el país de las yapas paternas a
cuya orilla las noches traían a los recién llegados?
Siglos, semanas bajando de los barcos por quedar
a merced de una quimera convertida en querencia.
De aquella era el atardecer no dejó de lado ningún
resto afín, ni hasta ninguna manera de responder a
la historia por no tener que recordarla de memoria.
Nadie por seguro, sabe cómo habrá sido la primera
mirada al pisar la escollera, el rumor en tránsito del
segundo dialecto al querer entenderlo, todo eso que
hace por inseparable a la información de la persona
acercándose cansada a tanta invisibilidad disponible.
Con la muerte de Papá, de Mamá, que fue la misma
hasta que se dieron cuenta, algunas voces volvieron
al mundo a planear muy pronto el regreso al idioma.
En esa borrosa superficie por no saber ser nativa de
otra manera, la verdad cambiaba a cada rato de tren.
En alguna estación que ha de haber estado, según el
nacimiento del ánimo anunciara la luz de hace días,
las cosas supieron perdonar para agregar un detalle
cada vez menos social a las situaciones, al plan sin
pasado por delante que debió alguna vez tener días,
años y lunes a los cuales se acercaba un significado.
Donde la memoria habla, creí haber escuchado que
las cosas en tanto sean sienten al tiempo en la sien,
que la belleza pasa por la gramática, por las dudas.
Todo eso que podría ceder a solas un viajero de acá.
El tiempo de quienes salieron para llegar acercó a la
parentela que por algo agradeció demasiado pronto.
Creímos haber oído in medias res, conocer a quienes
comprendieron alguna vez el miedo a las respuestas,
aunque algo pasó antes de poder creer para siempre.
En un cuadro de M. C. Escher, una mano reemplaza
a la otra, dándole un porvenir a las huellas digitales.
Las manos, con las que el mundo golpea a la puerta.
Mi tatarabuelo las usó en un sembradío, uno de mis
bisabuelos, el que se llamó como yo, Eduardo, hizo
brioches en una confitería, en la cual trabajó hasta
comprarse, meses antes de morir, un tambo, chico.
Un tambo diminuto, donde el eco tuvo voz propia.
También allí las manos entre las vacas y mi abuelo,
de día, gran chalán de ticholos, de noche guitarrero
en algún arrabal del cual lo más seguro es que nadie
sabe qué palabra para hablar los esperó en el puerto.
La descendencia bajó de los barcos lentos para decir.
Tuvimos, fue una suerte, creo oír su nómada modo al
decirlo, la época ideal pero faltó saber cuándo y qué
adverbio darle a cuantos recorrieron el lar a lo largo
de las índoles, con el pampero regio como heredero.
La ignorancia del instinto los dejó donde la vida da
la vuelta y adivina quiénes más irán al río con ellos.
Vinieron de Italia, de España, algunos, hasta que el
verbo venir se convirtió en ‘recién acaban de llegar’.
Esa tarde de ayer, el subjuntivo incluyó al vosotros.
Quisiera regresar al sortilegio elegido por el olvido,
conocer antes de que la mala memoria vea una parte
de los sentimientos agregados a la historia actual, al
mecanismo nacido como soluciones sin importancia
mientras sigan existiendo horas debidas a las demás.
El juego imprevisto que de pronto tan lejos los trajo a
la respiración del Sur siente un silencio como de cielo
absuelto por el esplendor antes de sacarse los zapatos.
Por ellos llego a decir y sin dejarlo para luego lo hago.
Devuelvo a los ojos las imágenes de un país en medio,
imagino el rostro del primero al pisar la patria, la cara
entrando al desconocimiento que rápido los manda de
regreso a donde la nada y no saberlo, son ya lo mismo.
~
El palacio de la práctica
(Arte poética)
Hubo voces donde las oían, se dieron
a idolatrar la invencibilidad en bienes
debidos al cabildeo de quienes al caer
con cara de Ícaro abrían la brecha a la
dicha cada vez que del balcón hablara
sin ton ni son las nueve al descubrir el
desorden del destino entre gramáticas
cuyo logro lograra avivar el seso y cesa
de nacer, porque al César, lo que es del
César y a la Poesía, lo que imaginó Dios.
Asomándose al papiro apela al suspiro
para pasar la pócima a los escorpiones,
y todo, por un propósito, por no ver lo
porno cuyo porvenir pospone a medias
la verdad del hado al irse por las ramas
derramando ritmos para que nadie diga,
pues derrama, melodías, días, hipótesis.
Llega desde el hoy como asimismo algo.
Y pensar que todo era antes hasta ayer,
y pensar, que usaban lábaros y bibelot,
sílabas para releer sin mover los labios.
Al girar dejaba al ojo regio los espejos
junto a la jauría del animal geminiano,
y para el caracú rodeado de ocasiones,
salarios, lares, alrededores derribados.
Como buen anubis dispara su carabina
de pecados en época pasada y en esta,
ante la imposible misión se despluma
el plañidero que andaba de cara larga
viendo a las palabras morir abrazadas.
A la ebria letra le parece sentirse bien.
Ay o ah de mí mientras más me elogio,
ah del cielo por hacer que pasen cosas,
cosas como decir, tengo sed, afuera ya
es febrero, cada oído oye al santo botón,
iba la bizca al novio beodo atravesando
charcos con ronchas de la cintura para
abajo y va la sabiduría al arado debido
al buey cuyo valle, está de parabienes.
Cosas que para la poesía serían ahora.
Será para la página el país otra patria
aprendiendo a preguntarle al primero
que puso un pie donde el aire entrara.
Bajo la forma de nada cuanto era oral
por ser cuando el deseo tenía precio y
prisa la palabra para llegar al silencio,
son estrofas ante las cuales cualquiera
de las causas haría lo mismo: miraría.
Mirar o correr el riesgo de perder a la
era en hora buena, será cosa de saber
a quiénes les sirve pensar en voz baja.
¡Qué idioma para disecar en cantidad!
¡Cuánto eco a encontrar en cautiverio!
Sí, cosas veredes a partir de las silvas
cuya valía lo sabrá: difícil cantar todo.
Cantar a la pata y al pomo homónimo,
al mundo, con imágenes involuntarias.
Eso o a su vez sacar acaso de la galera
el canto a priori de un cuerpo privado
echándose a dormir la mona a lo largo
del ejemplo que fue planta o literatura,
sarandí y sentido en sentido contrario.
Debes suponer: nadie rasguea para oír
a la mano amontonada queriendo ver a
quien venga pues la noche se inicia con
acento de augur muy seguro que pocos
palpan, habrase visto pacto semejante.
Así por si un pulgar en el pulso asume
su amorío a las odas dando que hablar,
viene de pasear en ciempiés al poema
mencionado en las enciclopedias, dice,
la naturaleza lo pensó por sí sola, hizo
al universo sentirse bien aunque ceda
y de seda la prenda del buen aprendiz
apresurándose a borrar lo que razona.
Por ser cuando las cosas le salen bien,
el vértigo procura, al ritmo no le resta
importancia por quedarse un mes más
sin ir al cine ni sentir la voz del vecino.
Dando el brazo a torcer, asesina al Ser
para saber cómo será morir a su modo,
bailar la cumbia humana con algarabía.
Entonces, si poesía sería dudar de todo
para llamar la atención del tiempo, haz
que las eras arrasen los cielos al pasar,
haz un sonido donde nadie deba temer
al teruteru pues la historia, no terminó.
La poesía es hacer que lo callado llame
la atención del silencio, que lo sensible
hable bien de la idea durando donde el
músculo duerme y la muerte enternece.
Es hacer que lo cierto suceda despacio.
No da el idioma al alma consejo mejor:
paga las deudas con la palabra arábiga,
con el galimatías de la persona clásica.
Sintiendo sustantivos, alaba la manera
de prestar atención, osa tan astuto un
sudor apropiado, pensable, especular,
con rasgos inaugurados por quien a la
copla plana eligiera en plena parranda
para aclarar al otro tanto atorado en la
mirada si no comprendiera tan atraída.
Hablando, alaba a las sílabas al saberlo,
alaba a la lengua gratis salvada a gatas.
Lengua como guarao cuando empieza a
ser y no para, hasta perder la paciencia.
A modo de adornar los bajos instintos,
su imán no media ni cede. Dice: para la
vida un canon, para la poesía, un cañón.
~
El cine lo hizo casi todo por sí solo
(Los días cuando fuimos los mismos personajes)
Quién no quiso hacer suya a la rubia del descapotable
para preguntarle cómo ha sido ser la hetaira que atraía
a los ojos elegidos por las imágenes para dejarlos mirar.
Ocurría en una pantalla mientras alguien caído en la fila
de atrás decía, “cariño, dame más maníes con chocolate”.
La ilusión vivía de golosinas unas más chicas que otras,
al pretérito a pesar de haber sucedido le pasaban cosas
para querer enseguida, tal vez en algún país semejante.
Sin hacerle caso a las ocasiones perdidas salimos hacia
la cima llevando al idioma a donde más lo necesitaban,
al epílogo de las ideas al hacerlo por su cuenta porque,
la historia aquella podría pertenecer a los cortos antes
de cada película, cine de sinopsis, igual, a la vida misma.
La rapidez del hado dejó de lado el orden según el cual,
y lo supimos, mientras una mano entraba a los bolsillos
y la tuya al tocar el tambor ¡de mi duda!, tan abundante.
Acerca de un sentimiento subido de tono y de los labios
con olor a garrapiñada, no dijimos todo además de algo.
Pasamos la noche durmiendo una siesta en la tumba de
Onán donde de ida a dónde íbamos dimos al absurdo de
seguir un tiro de gracias y tú, por agarrarte de los pelos,
perdiste la oportunidad de entrar al pasado despeinada.
Pasó una hora y a la hora de haber pasado pasó otra, yo
pregunté lo que tú también, porque era sábado y llovía,
la vida iba y venía para que el destino a destajo la viera
verse al espejo cuan cante jondo muy de vez en cuando.
Dada la danza de ese sino los deseos sirvieron de poco,
el cine fue para la inercia lo que un canto para el cisne.
Había oraciones sórdidas escritas en la pared del baño,
“Beto marica y facho”, había, papeles en el piso con un
recado que no vimos de una vez por todas, ni tampoco,
a quien pedía socorro atropellado en pleno boulevard.
Durando a dos voces sentimos la sensación de saberlo,
lívidos y adivinos hasta perder la pista en paisajes que
fue necesario conocer con la certeza de un sentimiento.
Para entonces la luz con su azoro sorprendió a uno solo.
Con un ojo ajeno antes de ser tuyo, y luego dos, ¿míos?,
encontramos la realidad donde la vida supo qué hacer.
La muchacha corría con la amplia virtud de tener toda
la carne en el asador, un aspecto para mirar al mundo
desde la voluntad en representación del pensamiento.
Tenía el infinito a favor y la fe, con las horas contadas.
Su personaje en jaque prefirió no tener tan pronto frío,
no saber qué verdad vino al universo a quedar a mano
a modo de excusa, cuando bueno hubiera sido conocer.
Yo apenas supe preguntar y por guiar al entendimiento
las interrogantes dieron ganas de abrir varias ventanas,
ser parte otoñal de algún aledaño con sus años encima.
La respuesta estaba, y en la invisibilidad hablando sola
la niebla vino a visitar a quienes quisieron añadir ratos
a las horas del hombre y la mujer al perder su sombra.
El aire que la vio a vuelo de pájaro, oyó a la vida venir.
En la película mientras tanto, ambos a gachas vinimos
a conocer la zona menos cierta, a existir ante lo propio.
La novia del descapotable manejaba la verdad con ella
(la película la vimos en el cine Ambassador), y después
de American Grafitti vimos a una fila de seres y gente, al
malón humano esperando para ver la función siguiente
cuando eran las diez de una noche y dijiste, y ahora qué
cenamos, como antes habías dicho, qué ropa me pongo.
Hacía frío, del aire salía hielo y del tiempo, los minutos.
Cruzamos las avenidas buscando algo que desconocías
bien qué sería, quizá la pocilga donde engullir mollejas
viejas, miramos el menú, seguimos de largo, saludamos
a la ciudad cedida al convidado con manduca en la boca.
Antes de la penúltima vez de olvidar en vano movimos
las piernas como quien da el próximo paso, pensamos
en la película y no sé si yo, ¡o tú!, tarareó la canción del
asunto inusitado, Runaway porque el falsetto al vibrar
en la voz de Del Shannon dio la idea de que el destino
habría llegado, aunque volviera la pregunta al principio
del Espíritu Santo ansiando estar lejos, cuanto más lejos
mejor de los ojos, del torso al quedar perdonado recién.
Tal como creímos haberlo dicho, la dicha duró noventa
minutos durante los cuales fue su condición la culpable,
y para peor, el entusiasmo se hacía pasar por uruguayo.
En los sueños del azar el deseo iba de una vez por todas,
y más hacia delante iría el Thunderbird blanco, como si
la molicie del conocimiento hubiese tenido que ver con
la vida en días sin hoy, pero en los demás, quien maneja
el sedán descapotable cruza las calles por donde anduvo
el orvallo averiguando, ¿sería el halo iluso de la suerte el
del semáforo al hacer frente al fario del dolce far niente?
Como supuso alguien antes de que nadie más lo supiese,
a la ruina del yo llegaban autos amarillos hallados desde
ayer en la visible noche atravesada por rayos y centellas.
Era, 1974. En el país del año, nada existía por añadidura.
¿Debería agregar a la mirada las cosas oídas entre voces?
Porque el mundo humano de aquí en más es un misterio,
vimos a Lautréamont sin que fuera él, sino uno semejante
buscando en el eco candores que le hablaran en voz tenue.
A ese, con ansias e iniciales lo vimos a los pies del instinto
que entendía la dicha de una belleza cuya dosis salida del
error posterior al cuerpo reparaba entre remembranzas
la parsimonia de seres asomados a la mirada en cuclillas.
Vinimos a caer rendidos, a repetir en pleno solsticio una
cierta causa exterior ocupada por el clima a medianoche.
El esplín se llenó de parsimonia, como de horas hechas en
alguna noche, aparte del cuchitril a donde ínfimos fuimos
a morir pues, en las buenas películas, alguien debe morir.
Quedamos en eso, solos por ser dúo, sin orden ni dones
para darle a la duración del vacío mantenido en secreto.
Lo que vino además de muy poco, fue tiempo, despacio.
Parados a la salida del cine pensando en si lo haríamos,
pasamos a la próxima frase según la cual, dijimos algo.
Pasó la época sin que al río le pareciera bien, pasó esto,
pasaron taxis, ocupados, centímetros de introducción
al método, y una novia de cuyos labios abiertos salían
canciones suficientes para decirle al azar que siguiera
de largo. Vimos al mal estar cerca de las cosas ciertas.
Un hombre y una mujer, viendo desde donde estaban.
De a uno a solas, en cine serán como solo la vida sabe.
***
Eduardo Espina (Montevideo, 1954)
sábado, 22 de febrero de 2020
diego mora / américa 3D
*Use los lentes azules para leer la versión 1 (de Allen, traducida por Diego),
y los rojos para la versión
2 (remix de Diego)
Diego
te he dado todo y ahora no soy nada.
América
te he dado todo y ahora no soy nada.
Diego
nos acusan de hacer poesía y tienen razón.
América
dos dólares y veintisiete centavos,
Hace
cinco siglos España creó un monstruo.
17 de
enero de 1956.
El
monstruo se llama América
No puedo
soportar mi propia mente.
y es
la bestia que destruirá esta civilización.
América,
¿cuándo terminaremos la guerra humana?
¡Soy
una bomba anatómica biodegradante
Andate
al carajo con tu bomba atómica.
a
punto de explotar!
No me
siento bien, no me jodás.
No
voy a escribir en modo-moda
No voy a
escribir mi poema
todos
los textos todos.
hasta
que esté en mis cabales.
Diego
hay una forma de ver las cosas
América
¿cuándo vas a ser angelical?
en
que todos somos iguales, pero a nadie le interesa.
¿Cuándo
vas a quitarte la ropa?
¿Cuándo
vas a quitarte la ropa?
¿Cuándo
vas a mirarte a través de la tumba?
¿Cuándo
vas a ser digno de tu millón de fans?
¿Cuándo
vas a ser digna de tu millón de trotskistas?
Diego
la idea es buscar restos del futuro en el pasado.
América
¿por qué tus bibliotecas están llenas de lágrimas?
Diego,
¿cuándo mandarás el sistema binario a la mierda?
América,
¿cuándo mandarás tus huevos a la India?
Un
par de clics y unos cuantos caracteres todo lo solucionan.
Estoy
harto de tus demandas histéricas.
Photoshop me in your mind and now I’m your perfect
poet!
¿Cuándo
puedo ir al supermercado
Después
de todo, si algo se posa sobre nosotros
y
comprar lo que necesito con mi buen aspecto?
no
será jamás un cuervo, sino un zanate.
América
después de todo, los perfectos somos vos y yo,
Tus
colonizaciones siempre generan karma,
no el
próximo mundo.
y
ese karma nos condena a las invasiones bárbaras.
Tu
maquinaria es demasiado para mí.
Tiene
que haber otra manera de resolver este asunto.
Me
hiciste querer ser un santo,
El
arte contemporáneo es como el art attack de disney.
eso es
siniestro.
Tiene
que haber otra manera de resolver este asunto.
Burroughs
está en Tánger,
¿Estás
siendo siniestro o es una broma de mal gusto?
no creo
que vuelva,
Estoy
tratando de llegar al punto.
eso es
siniestro.
No
voy a renunciar a mi obsesión.
¿Estás
siendo siniestro o es una broma de mal gusto?
Diego
dejá de presionarme,
Estoy
tratando de llegar al punto.
sé
lo que estoy haciendo.
No voy a
renunciar a mi obsesión.
Diego
si el otoño deshoja los bosques,
América
dejá de presionarme,
¿por
qué no habría de deshojarnos también?
sé lo
que estoy haciendo.
No
he leído a Litvinova por meses,
América
las flores del ciruelo están cayendo.
todos
los días alguien va a juicio por eso.
No he
leído los periódicos por meses,
Diego
me ponen sentimental los indie-gentes.
todos
los días alguien va a juicio por asesinato.
Diego
de niño solía ser consumista y no me arrepiento.
América
me ponen sentimental los sindicalistas.
Como
kilobytes cada vez que puedo.
América
de niño solía ser comunista y no me arrepiento.
Me
siento en mi casa durante días mirando las palabras de Pixxxell.
Fumo
marihuana cada vez que puedo.
Cuando
voy a los festivales me emborracho
Me
siento en mi casa durante días mirando las rosas en el closet.
y
casi nunca me acuesto con nadie.
Cuando
voy al Barrio Chino me emborracho
He
tomado la decisión,
y nunca
me acuesto con nadie.
va a
haber problemas.
He
tomado la decisión,
Debiste
verme leyendo a Huilo Ruales.
va a
haber problemas.
Mis
cartoneras dicen que estoy perfectamente bien.
Debiste
verme leyendo a Marx.
Voy
a rezar el Mapa de Ámsterdam.
Mi
psicoanalista dice que estoy perfectamente bien.
Tengo
visiones de Méndez Salinas y Cármenes cósmicas.
No voy a
rezar el Padrenuestro.
Diego
aún no te he contado lo que le hiciste al enano de la mano larga-larga
Tengo
visiones místicas y vibraciones cósmicas.
cuando
llegó de Karaoke 88.
América
aún no te he contado lo que le hiciste al tío Max
¡Te
hablo a vos!
cuando
llegó de Rusia.
¿Vas
a dejar que nuestra vida sentimental
¡Te
hablo a vos!
la
dirija Zuckerberg?
¿Vas a
dejar que
Estoy
obsesionado con la brea.
la
dirija la revista Time?
Su
negro me mira cada vez que paso
Estoy
obsesionado con la revista Time.
por
el Black Hole Sun.
La leo
cada semana.
La
bebo entre los escombros de la biblioteca nacional de Costa Rica demolida en
1971.
Su
portada me mira cada vez que paso
Siempre
me habla a la espera de una epidemia
por el
kiosco de la esquina.
que
mate a todos los miles de escritores que captan a mi público meta.
La leo
en el sótano de la biblioteca pública de Berkeley.
Se
me ocurre que soy Diego.
Siempre
me habla de responsabilidad.
Estoy
hablando con voz otra vez.
Los
hombres de negocios son serios.
Diego
se está levantando contra mí.
Los
productores de cine son serios.
No
tengo la oportunidad de un Diego Mora.
Todos
son serios menos yo.
Será
mejor que reconsidere mis recursos híbridos.
Se me
ocurre que soy América.
Mis
recursos híbridos son los sentídotos,
Estoy
hablando solo otra vez.
4
millones de genitales geniales,
Asia se
está levantando contra mí.
facebookatura
censurada por amazon e impublicable
No tengo
la oportunidad de un hombre chino.
que
va a 1400 páginas por hora
Será
mejor que considere mis recursos nacionales.
y a
25000 albergues psiquiátricos.
Mis
recursos nacionales son dos puros de marihuana,
Lo
digo todo acerca de mis amigos
millones
de genitales,
que
viven en asteroides
una
literatura privada impublicable
bajo
la luz de quinientos soles.
que va a
1400 millas por hora
He
abolido los prejuicios xentroamericanos,
y
veinticinco mil albergues psiquiátricos.
America
(sin acento y mal pronunciado) será el siguiente en caer.
No digo
nada acerca de mis cárceles
Cuando
se pierden esas cosas que aparentemente no sirven para nada,
ni de
los millones de marginados
se
acaba el mundo un poco.
que
viven en mis macetas
Diego
¿cómo puedo ser el trending topic moment
bajo la
luz de quinientos soles.
con
tu ridículo estado de ánimo?
He
abolido los cabarets franceses,
Este
auto no es usado, es de Billy. Debilidad.
Tánger
será el siguiente en caer.
Esta
propiedad no es privada, es de Billy, Billy Dad.
Mi
ambición es ser presidente
Mis
transformers son más originales que sus debilidades,
aunque
sea católico.
porque
todos son de diferentes contextos.
América
¿cómo puedo escribir una letanía
Billy
voy a venderte poemas táctiles a $2500 cada uno,
en tu
ridículo estado de ánimo?
$500
menos que los tuyos.
Continuaré
como Henry Ford,
Diego
libera a la perra de Pavlov,
mis
estrofas son más originales que sus automóviles,
Diego
salva a los Bozalongo,
pues son
todas de diferentes sexos.
Cruz,
Ávila y Báez no deben morir,
América
voy a venderte estrofas a $2500 cada una,
Diego
soy el lirol bróder de Chan Marshall.
$500
menos que las tuyas.
Diego
cuando yo tenía diecisiete años
América
libera a Tom Mooney,
Felipe
me guió al baño del Morazán,
América
salva a los republicanos españoles,
nos
vendieron esquifo, un pichazo por punta,
América
Sacco y Vanzetti no deben morir,
la
pacha costaba rojo y medio
América
soy los chicos de Scottsboro.
y
los discursos eran gratis:
América
cuando yo tenía siete años
Osvaldo
Sauma, Mauricio Molina, Alfredo Trejos.
mami me
llevó a reuniones comunistas,
todo
era tan Mía Gallegos,
nos
vendieron garbanzos, un puñado por boleto,
no
tenés idea lo bueno que fue el Partido Anarco Ciber Punk.
un
boleto cuesta un níquel
Chase
era un viejo magnífico,
y los
discursos eran gratis,
un
verdadero euniciano,
todos
eran angelicales y sentimentales con los trabajadores,
Alonso
y Rucavado me hicieron llorar,
todo era
tan sincero,
una
vez vi claramente a Yuré.
no tenés
idea lo bueno que fue el partido
Todos
debieron ser espías.
Scott
Nearing era un viejo magnífico,
Diego
vos no querés ir realmente a Penguin-Random House.
un
verdadero macho,
Diego
son ellos, Wingston, Mills, Fabri, Winter, Rosa Chávez.
la Madre
Bloor me hizo llorar,
Ellos,
Olivas, Alvarado, Rojas Pachas.
una vez
vi claramente a Israel Amter.
Ellos,
Morituri, Alcántar y Norambuena.
Todos
debieron ser espías.
y
ellos, Paredes, Barrios, Cordero, Murillo.
América
vos no querés ir realmente a la guerra.
Y
ellos, Bromo y Rojo y Bravo.
América
son ellos los rusos malos.
Jacko
quiere comernos vivos.
Ellos
rusos
El
loco poder de Leonor Silvestri.
ellos
rusos
Habacuc
saludó a Sebakis minutos antes del accidente.
y ellos
chinos
Carrión
debe leer la Ontología menor en la Cruz de Alajuelita.
Y ellos
rusos
Alí
y Scribe Called Quess en The Big Easy.
Rusia
quiere comernos vivos.
Yaxkin
quiere nuestra Isla de Antillón Encuarentena.
El loco
poder de Rusia.
América
encargándose de nuestras falacias,
Ella
quiere sacar los carros de nuestros.
tautologías
y demás circuitos lingüísticos.
Ella
quiere tomar Chicago.
Eso
es bueno. Ahora a escrivivir, putos.
Ella
necesita una revista Selecciones roja.
Crossland,
Blatt, Lara, Sebas, Retana, Lépiz.
Ella
quiere nuestra planta de automóviles en Siberia.
Lanseros,
Lauri, Diegues, Mardones.
El gran
burócrata encargándose de nuestras gasolineras.
Xitlalitl,
Ilabaca, Noé, Karen, D’ León.
Eso no
es bueno.
Cucurto
poné a los indios a aprender a leer Because of the Sun.
Ugh.
Valcárcel,
Cris y Vargas Prado necesitan grandes y prietas.
Él pone
a los indios a aprender a leer.
Shade,
Ernesto García, los Tavo, las Quintero.
Él
necesita grandes y prietos negros.
El
Emperador Tertuliano, Yerilyn, Byron y Perroazul.
Hah.
[esto
ya parece un anuario, y siempre faltará lectura].
Ella nos
obliga a trabajar dieciséis horas al día.
Nicole
nos obliga a trabajar 3,14 horas al día.
¡Ayuda!
Diego
¿cómo sé si me gusta un poema? De Maurice o Freudenthal o Gatica.
América
esto es bastante grave.
Porque
me da envidia. Como los de Oyuela o Zaidenwerg o HH.
América
esta es la impresión que tengo al mirar la televisión.
La
buena poesía da envidia. Como la de Pablito Flores si es que aún escribe.
¿América
esto es correcto?
Diego
¿es la metáfora lo que mantiene viva a la humanidad?
Será
mejor que me ponga a trabajar.
¿Diego
somos los niños bastardos de dios?
Es
verdad que no quiero unirme al ejército
Será
mejor que me ponga psicotóxico.
o mover
tornos en fábricas de piezas de precisión,
Es
verdad que quiero unirme a la 4D
soy
miope y psicópata de todos modos.
y
tener más poderes que los superhéroes y villanos de la marvel y la dc
combinados.
¡América
estoy empujando la rueda con mi hombro queer!
¡Diego
estoy pujando América con mi hambre queer!
**Una
versión anterior de este poema fue publicada en la antología Sucede que yo soy América, 30 traducciones
latinoamericanas del poema “America” de Allen Ginsberg; curada y editada
por Nicole Cecilia Delgado, la primera edición con Todo tipo de fuego,
International Studio & Curatorial Program, New York, 2015; y la segunda
edición con la Cooperativa Editorial Cráter Invertido, México, 2015.
***
Diego Mora (Vásquez de Coronado, 1983) Niños no hagan esto en casa. Santiago de Chile: Ediciones Litost, 2019.
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