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El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

viernes, 30 de agosto de 2024

ernesto delgado / dos poemas









Permanencia

*

Yo me dejaría en los otros como un plato o un abrigo.
Porque están enfermos, enfermos de tener uñas y lenguas.
Allí donde jamás me esperan,
donde se agrupan sin conocerme,
donde me conocen y mal,
allí yo iría a entregarme como una noticia.
Miren por los huecos de mis manos, les diría;
examinen el clavicordio de mis huesos,
tiene su humanidad intacta.
Allí donde abunda el pesado idioma de la ceniza,
yo iría a pedirme.
Denme vidas,
denme nombres,
denme sombras, redes,
denme los pies del que ha saltado sobre la luna
como en el colchón de una cama recién comprada;
yo les pido sus oquedades,
sus enterradas noches, sus pedrerías.
Yo soy como un pálpito en medio de las cosas,
alrededor de mí arde lo vivo.

~

Pálpito

*

Mira, abajo la nube negra cubre al relámpago
sumergido,
medidor del magma y los eléctricos minerales.
Encima, tierra acumulada mostrando
la súbita raíz impactante, el esparcimiento
de espigas condensadas.
Tierra y cielo, puños del aire.
Tierra y cielo, dos gemelas intercambiándose vestidos.
Y el aire como un espejo sosteniéndose
en la luz y sus costumbres.
Mira al relámpago rajar el polvo.
Mira a la raíz reventar en comienzos.
Mira al azogue mostrándose en la lejanía.
Raíz y relámpago nos apuntan:
percátate de que llevas el imán del misterio,
de lo creciente como fósforo en la madera.
Mira a los potros sacudirse la noche
como el águila se sacude los espacios.
Entremos a donde se juntan lo inverosímil y lo probable.
Entremos al fósforo para revelarnos.
Desconociendo aún
por qué el todo se reúne en lo impalpable.
Desconociendo el todo
a la vez que me rodea con su tribu de señales.
Y percibo la corrida del fuego hacia el fuego señalando
puertas,
entre los por cuánto y los aquellos y los entonces
que justifican los ahora, los posibles y lo doliente.

***
Ernesto Delgado (Placetas, 1996)

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